La segunda filosofía de
Wittgenstein queda reflejada en sus
Investigaciones filosóficas, escritas entre 1945 y 1949 y publicadas después de su muerte. Su concepción de la filosofía será muy distinta a la de su primera época, plasmada en el
Tractatus. Introduce ahora la noción de “juego de lenguaje” según la cual, por medio de reglas, nos referimos a las más diversas circunstancias de nuestra vida. El chiste sería un juego de lenguaje con sus propias reglas como lo sería el filosofar. El significado ahora habría que buscarlo en el uso que hagamos de nuestras expresiones y estas tienen lugar en los citados juegos o “formas de vida”.
Algunos piensan que, mientras en el
Tractatus el lenguaje queda dogmáticamente limitado, en las Investigaciones se amplían de tal manera sus funciones que todo se convierte en trivialidad. Es lo que les habría ocurrido a aquellos discípulos que se dedicaron a investigar el lenguaje ordinario y poco más. Otros, por el contrario, piensan que nos coloca en el auténtico suelo en el que se posa el animal humano, elimina los sueños metafísicos y nos es de gran utilidad en la vida cotidiana. Por otro lado, ya no cae en la paradoja de decir que nada hay que decir sobre lo místico, sino que debemos resignarnos a los distintos juegos de lenguaje que usamos los humanos. De la obsesión se ha pasado a una sana modestia. Pero siendo
Wittgenstein siempre un gran reductor que destruye castillos en el aire.
Javier Sádaba,
Wittgenstein, el cabecilla de una nueva filosofía, filosofía 6 co. 19/10/2018
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