... desde una perspectiva sharpiana, sólo se considera violencia la que se ejerce físicamente contra personas y les causa la muerte o daños físicos. Esta estrategia autodefinida como no violenta contempla un largo trayecto antes de que los procesos de radicalización salgan de sus fronteras, que no coinciden con las de los códigos penales. En este camino, se encuentran tanto los sabotajes como las ocupaciones por la fuerza de instituciones. De acuerdo con los planteamientos de
Sharp y sus seguidores el recurso a tales acciones debe valorarse exclusivamente en función de su eficacia en el logro de los objetivos. Y lo mismo sucede con una eventual combinación de estrategias.
Josep Maria Ruiz Simon,
Sobre la no violencia (XIII), La Vanguardia 01/10/2019
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