Luis Roca Jusmet
El derecho a decidir es una formulación retórica que se plantea hoy el movimiento independentista catalán, reivindicando
el derecho a decidir si Cataluña quiere ser independiente.
Hay que remontarse a la Transición para entender el proceso. El PSUC consiguió, y hay que reconocerle el mérito, integrar al movimiento obrero inmigrante, que había llegado a Cataluña los años 60 básicamente, en la reivindicación de la normalización del catalán y del Estatuto de Autonomía. Dentro de una idea de que catalán es aquel que vive y trabaja en Cataluña. Reivindicación ambigua pero necesaria: precisar más es entrar en dinámicas excluyentes. La Cataluña postfranquista estuvo gobernada muchos años por el pujolismo. Años de nacionalismo neoconservador organizado en múltiples redes clientelares. El Gobierno catalán de PSC/ERC/ICV, liderado por Pascual Maragall, paraecía una alternativa a todos los niveles. Este gobierno tiene una tímida política de izquierdas y una voluntad de seguir con el nacionalismo. Inicia un proceso, hace ya unos años, de elaboración de un nuevo estatuto. Este "ser más papista que el Papa Pujol" molesta a muchos votantes del PSC. En primer lugar a la clase obrera inmigrante, no nacionalista, pero también a sectores de clases medias que veían en Maragall una opción cosmopolita frente al nacionalismo cerrado de Pujol. En este estatuto se defiende que Cataluña es una nación soberana. El Tribunal Constitucional no acepta este punto de manera justificada, ya que es evidente que es incompatible con el artículo de la Constitución española que dice que el único sujeto que tiene soberanía en España ( de la que forma parte Cataluña). Hay que decir que el pueblo catalán aprobó, en un referéndum en el que hubo bastante abstención, el estatuto.
¿ En que podemos basarnos para considerar que Cataluña es una nación ? Los criterios culturales para definir una nación son discutibles y en este caso todavía más. Por una parte hablamos de una lengua, que es la propia de la mitad de la población ( la del resto es el castellano) y evidentemente otras consideraciones culturales en una sociedad globalizada son discutibles. Los criterios políticos todavía lo son más. Cataluña no ha existido nunca como nación y la interpretación histórica de las relaciones entre Cataluña y España son muy complejas.Queda entonces la voluntat política. Cuando Cataluña dice que es una nación lo que quiere decir es que quiere serlo. Lo cual implica querer ser soberana. ¿ Quién lo quiere ? La mayoría de los representantes políticos y una parte de los catalanes. ¿ Qué entendemos por catalanes ? Si no nos basamos en criterios etnicistas, que no hay que hacerlo, entonces serían todos los españoles censados en Cataluña. A este problema político se añade otro económico. Cataluña es la tercera comunidad autónoma en cuanto a lo que aporta al Estado y la décima en cuanto a la que lo recibe. Parece que la financiación es poco equitativa.En todo este contexto Artur Mas, Presidente de la Generalitat, no consigue ningún cambio en la financiación por parte del Presidente del gobierno español, Mariano Rajoy. A partir de aquí Mas reclama el Pacto fiscal. Es un régimen económico que existe en el País Vasco y Navarra y que implica una ventaja fiscal evidente para ellas, ya que son comunidades ricas que gestionan sus propios recursos económicos. En todo caso tampoco era posible constitucionalmente, pero al mismo tiempo Rajoy tampoco cede en la financiación. El PP, a todo esto, inicia una campaña de descalificación de todo lo catalán.El movimiento independentista se desarrolla al margen de las instituciones pero enseguida es capitalizado por Mas. El gobierno de CiU solo ha producido recortes y tiene que dar un salto al vacío. Los sectores soberanistas de CiU, con mas, a la cabeza, apuestan por la independencia. Empiezan una serie de reivindicaciones unidas a un enfrentamiento a los españoles, con expresiones como robo y expolio fiscal. Mas vuelve a convocar elecciones y los partidos independentistas ganan muchos votos, sobre todo ERC, que empieza a ser el que marcará la política catalana porque Mas lo necesita para seguir con su política antisocial. Frente a ellos los unionistas del PP i de Ciutadans. Ciutadans ha ganado muchos votos y se mueve en una ambigüedad ideológica, aunque tirando más a la derecha.¿ Que hacen los partidos llamados de izquierda ? El PSC cambia de dirección. Pere Navarro quiere cambiar la orientación soberanista defendida por Pasqual Maragall y aceptada ambigüamente por Montilla. Se inicia la división en el PSC. Lo que defiende Navarro es razonable. Que los catalanes decidan pero negocian un marco legal con el gobierno español. Esto significa esperar a que ganen las próximas elecciones un PSOE al que convencer. Su alternativa es el federalismo. Pero es que España ya tiene una estrutura federal. ¿ Que hay que añadir ? ¿ un federalismo asimétrtico que daría más poder a Cataluña ? En todo caso se tendrán que discutir. Lo que sí parece que hay que buscar de manera inmediata es una reformulación más equitativa de la financiación. Pero Mas ya no está por esto. Su apuesta es el independentismo. Con el cambio en la dirección del PSC el pragmático Iceta quiere mantener el equilibrio entre soberanista y no soberanista. Pero el PSC, como el PSOE, est´acabado. No es creible como partido de izquierdas. Ni unionistas ni soberanistas lo apoyarán.Pasemos a ICV-EuiA. Su posición es defender el soberanismo y una vez dicho esto hay sectores que defienden el independentismo y otro el federalismo. Es una mala opción porque su carta es la defensa del derecho a decidir mientras en la práctica lo que hace es alienarse con el movimiento independentista que hoy lidera la derecha nacionalista de Artur Mas. las encuestas confirman que la mayoría de votantes de ICV-EUiA no comparten la apuesta soberanista de sus dirigentes.Analicemos pues el derecho a decidir. ¿ es una opción democrática radical ? De entrada defender el derecho a decidir a nivel individual es la opción ideológica del neoliberalismo. Decidir quiere decir que puedas hacer lo que quieras respetando la libertad de los otros pero con la intervención mínima del Estado. A más intervención menos derecho a decidir y a menos derecho a decidir menos libertad. Está claro que la izquierda no lo defiende. Para la izquierda la libertad es no-dominación pero no no-intervención. Si el estado obliga a pagar impuestos para mantener la sanidad pública o una renta mínima garantizada esto defiende la igualdad y la libertad colectiva. Planteemos el derecho a decidir como un derecho comunitario. Un pueblo, una nación tiene derecho a la autodeterminación. El derecho de autodeterminación se defiende en el contexto de los derechos humanos como el derecho de las colonias o de pueblos dominados por otro país a separarse. No es el caso de España, que como todo Estado se ha constituido con una cierta violencia pero que Cataluña nunca ha sido una nación constituida dominada por España. Aquí está la falacia. Euskadiko Ezquerra planteaba en el el País Vasco que defendía el derecho de autodeterminación, es decir el derecho a decidir, pero que esto no lo concretaba en un referéndum pleisbicitario sino en un proceso en el que el pueblo vasco iba tomando decisiones sobre su presente. Esto se puede hacer de muchas maneras. Que los catalanes podamos decidir también sobre sistema educativo, por ejemplo. ¿ Estamos de acuerdo los catalanes en que millones de euros se donen cada mes a centros privados, algunos elitistas, muchos religiosos, casi todos selectivos ? Desde la izquierda hay que defender el Estado de Derecho, que es el cumplimiento de las leyes y la más importante de ellas que es la Constitución. La Constitución como tal es necesaria en una democracia, porque garantiza derechos. Otra cosa es si esta Constitución es mejorable, que lo es. La Constitución se aprobó, ciertamente, en una etapa pasada, que es la Transición, Y había presiones militares. Pero se aprobó. Hay que plantear en todo caso una reforma pero desde el punto de vista de un cambio político de la sociedad española. En este marco es legítimo plantear una consulta sobre la independencia, no sobre la soberanía. Pero hay que hacerlo en un proceso de deliberación colectiva en la que los ciudadanos tengan información y formación política. Plantear el referéndum en un contexto en la que se está manipulando a los ciudadanos en un sentido no es democrático. La democracia es un régimen de participación política no un procedimiento formal.
El caso Pujol tiene que ver, evidentemente, con lo que hablamos. Porque en nombre del nacionalismo Pujol introduje el antagonismo catalanes/españoles. Y su misma práctica nos ha demostrado que los catalanes no somos víctima de los españoles sino de las clases dominantes catalanas ( y españolas, claro).
Podemos debe defender es una alternativa de izquierdas en Cataluña, solidaria con el conjunto de los ciudadanos españoles, que diga no a la independencia y se desmarque totalmente de un movimiento soberanista dirigido por la pequeña burguesía catalana y que solo lleva a la división interna de los catalanes, al enfrentamiento con los ciudadanos españoles y a un callejón sin salida para los ciudadanos catalanes.