Escrito por Luis Roca Jusmet
Una de las características de los filósofos es que nos estamos replanteando constantemente lo que somos. No ocurre lo mismo con un físico, ni con un biólogo, ni con un químico. Tampoco con un psicólogo o un sociólogo, aunque a estos se le pueden plantear en algún momento la cuestión por la falta de consenso en su comunidad.
La filosofía nace en Grecia, entre los siglos VI-V a.C., como un camino del pensar. No considero que sea una experiencia universal. Lo cual no lleva a un eurocentrismo porque las otras culturas desarrollan sus propios caminos del pensar. No me parece que el tópico que define a la filosofía como un paso del "mito al logos" sea acertado. No me lo parece porque el mito implica una lógica, una racionalidad. Y porque en civilizaciones tan potentes como la China no se pensaba con mitos. Precisamente François Jullien, que es un filósofo francés y sinólogo reconocido, explica que la filosofía aparece en Grecia y no en China porque son los griegos los que cuestionan, los que problematizan las normas. China tiene estructura un sistema de saberes y de gobierno que siguen y que implican unas normas. La filosofía aparece cuando se cuestiona el saber y el poder, es decir las normas sociales. Entonces aparece el problema de la verdad y de la justicia. Esto es lo que hacen los primeros filósofos griegos, desde Parménides y Heráclito hasta Platón pasando por Sócrates. Es decir, que el camino de la filosofía es el del pensar crítico, que es el que cuestiona las normas. Otra cosa es si las cuestiona para plantear unas normas alternativas o para abrir nuevos horizontes sin formular ninguna en positivo. Es la diferencia entre la manera de entender la filosofía por parte de Pierre Hadot ( filósofo como sabio) o de Michel Foucault ( filosofía crítica).
En todo caso este camino que se inicia en Grecia y continúa en Roma se transforma cuando el cristianismo se transforma en hegemónico en lo que será Europa. La filosofía pierde su sentido crítico originario y se vuelve cristiana. Esto, como sabemos, durará muchos siglos. Será en el Siglo XIV cuando se cuestione su producto más sistemático, la escolástica del dominico Tomás de Aquino y lo harán los nominalistas, liderados por el franciscano Guillermo de Ockham.
Será entre el siglo XVII-XVII, que se constituirá la filosofía moderna en el sentido que hoy la entendemos y que culminará en Immanuel Kant.
Kant separará la filosofía de la ciencia y de la religión. También establecerá tres órdenes diferentes del conocer : la fe, la opinión y el saber. La fe es una certeza subjetiva insuficiente objetivamente y es el fundamento de la religión. La opinión es insuficiente subjetiva y objetivamente pero traza un camino que acaba en el saber cuando pasa a ser suficiente en términos objetivos y subjetivos. El saber se manifiesta en la ciencia. La función de la filosofía es entender como los sujetos humanos construimos el mundo físico ( necesario) y moral ( posible) en el que habitamos. Se basa en la razón, contrapuesta a la fe, y no es ni saber ni opinión. Porque no habla de lo que ocurre sino de como lo constituimos. Kant establece también una diferencia entre el conocer y el hacer, entre la razón teórica y la razón práctica. Si rompe así el vínculo entre el saber y el hacer que hoy mantienen todavía algunos filósofos, como el caso citado de Pierre Hadot. Lo que sí establece Kant es la necesaria universalidad de las normas, tanto en el terreno de la ciencia. En el siglo XIX Nietzsche cuestionará esta universalidad a partir de su teoria perspectivista sobre el saber vinculado al poder.
En el siglo XXI la filosofía se debe replantear su función. Lo hace en un momento difícil. Por una parte estamos en una sociedad científico-tecnológica en la que se tiende a aceptar lo que dice la ciencia como el único saber posible y muchas veces de forma dogmática. Por otra existe un relativismo total en cuestiones éticas, morales y políticas que lleva a un nihilismo total. Finalmente la reacción a este nihilismo es el fundamentalismos de todo tipo ; ideológico, religioso, nacionalista...
A la filosofía le toca hoy dialogar con las ciencias, ciertamente. Pero entendiendo que lo que le corresponde a la filosofía no es ni ser fundamento ni ser auxiliar de la ciencia. El tema de la filosofía es, siguiendo el planteamiento de Kant, entender como el ser humano construye su mundo de hechos y de valores. Su trabajo es, por tanto, conceptual, ya que es desde los conceptos como estructuramos lo real. Es la problemática de la verdad. Pero también como configuramos los valores y las normas éticas y morales, lo que nos lleva al problema de la libertad, la felicidad y la justícia. Lo que se ha llamado la post-verdad es precisamente la negación de la función de la filosofía en el tema de la verdad. Tanto el nihilismo del "todo vale" como el fundamentalismo de "solo vale lo mío" son los enemigos principales de la reflexión filosófica contemporánea. La filosofía debe ser mundana, no solamente académica. Porque expresa el viejo lema emancipatorio del "sapere aude", del piensa por ti mismo sin someterte a una autoridad que quiera hacerlo por tí. Quizás es el ciudadano crítico la mejor garantía para una ciudadanía democrática con criterio propio. Y también de un sujeto capaz de construir su propio camino hacia la felicidad.