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Walter Benjamin |
Mientras que, como ha sido subrayado, todo el proceso cartesiano de la duda aparece como la gran conjuración de la locura [9], es decir del cuerpo en lo que tiene de menos comprensible; para las leyes de la conciencia, Spinoza no está sometido a este miedo y puede saltarse las prudentes fronteras que Descartes se había asignado. Al abordar inmediatamente el cuerpo en movimiento y, sin embargo, sin conciencia de los sonámbulos, ocupa un terreno en el que Descartes no había osado aventurarse, pese a haber estado merodeando en torno a él durante todo el comienzo de la primera Meditación. Descartes no se había atrevido pensar la autonomía del cuerpo sin el pensamiento, y cuando en la sexta Meditación por fin se atreve a hacerlo lo convierte en una máquina y lo compara a un reloj. En cambio, en este escolio de la Ética el cuerpo tiene una dimensión infinita que es su potencia, y que hace de él algo incomparable por su complejidad a cualquier máquina: «Añado aquí el ejemplo de la fábrica del cuerpo humano, que supera con mucho en artificio a todas las cosas fabricadas por el arte del hombre, por no hablar de lo que he mostrado más arriba: que de la naturaleza considerada bajo un atributo cualquiera, se siguen infinitas cosas».«Supongamos pues ahora que estamos dormidos». Pero con esta experiencia, lo único que consigue sacar en limpio de la materia corporal es la extensión y el conjunto de las figuras, es decir, los objetos de ciencia «que no tratan sino de cosas muy simples y generales».
1º Igual de potente que la del cuerpo despierto: «Cuando soñamos que hablamos, creemos que hablamos por libre decisión del alma, y sin embargo no hablamos o, si lo hacemos, ello sucede en virtud de un movimiento espontáneo del cuerpo»;2º traduce la misma necesidad en el encadenamiento de las imágenes que el cuerpo despierto: «Soñamos, además, que ocultamos a los hombres ciertas cosas, y ello por la misma decisión del alma en cuya virtud, estando despiertos, callamos lo que sabemos»; 3º traduce mejor y con mayor fuerza nuestros deseos que el cuerpo despierto: «Soñamos, en fin, que por decisión del alma hacemos ciertas cosas que despiertos no osamos hacer».
A fin de cuentas, y aunque le disguste a Descartes, la creencia en la libertad y en el poder del alma constituyen un sueño en el que está tan seguro de estar despierto. Si el delirio en la Edad Clásica se define como «el sueño de las personas que velan» [13], según Spinoza son los que creen que hablan, callan o realizan cualquier otra acción por un libre decreto del alma, a quienes hay que incluir bajo esta categoría. En una palabra, resulta que los que deliran son los filósofos y no los locos.En realidad el alma es quien duerme y quien impide al cuerpo estar despierto.
Es más que posible que muchos profesores compartan esta experiencia: en el transcurso de la enseñanza de las asignaturas filosóficas, los alumnos se encargan de ir señalando los agujeros del temario. Ocurre prncipalmente en segundo de bachillerato, cuando la perspectiva histórica se impone sobre el resto. Al momento aparecen las miserias y carencias: “¿Y no vamos a estudiar a ninguna filósofa durante el curso?”. Esta pregunta inicial abre la veda y va inseparablemente unida a la curiosidad por el resto de culturas. ¿Por qué no se estudia ningún filósofo oriental? ¿Jamás hubo filosofía en Latinoamérica? ¿Han aportado algo a la filosofía los norteamericanos? Por no hablar del contienente olvidado en el que la humanidad comenzó a dar sus primeros pasos: ¿Existe una filosofía africana?
Cuando se plantean estas preguntas en clase, caben al menos dos estrategias: la negación o la exhibición de las vergüenzas. La primera de ellas, consiste en afirmar que hay algo más allá del “canon”, pero que su valor filosófico no es lo suficientemente alto como para incluirlo en una asignatura que, necesariamente, ha de tener siempre un carácter introductorio. Claro que hay filosofía más allá de occidente, e incluso filosofía occidental elaborada por mujeres: pero como andamos justos de tiempo y hay que elegir, los responsables del currículum han optado por otros autores que a su parecer han ejercido una mayor influencia sobre nuestra forma de ver el mundo. Si alguien siente curiosidad por esas otras filosofías, pues que se anime a cursar la carrerar en la universidad. Un lugar en el que, por otro lado, jamás le hablarán de filosofías orientales, rusas, latinas o africanas. Afortunadamente, sí del pensamiento feminista, que ya ha logrado penetrar en la educación superior (no sé yo si con el rango del masculino, pero eso ya es otro tema)
Personalmente, suelo preferir la segunda vía: reconocer públicamente las vergüenzas y las carencas de un temario que solo mira a occidente, y que bascula en torno a una serie de temas muy específicos. Sé que la cuestión se las trae, porque habrá compañeros que consideren que lo que se hace en oriente no es filosofía, pero quizás no estaría de más darle una vuelta al currículum, ahora que el ministerio anda ya publicando borradores, y ofrecer una visión más universal, más abierta, del pensamiento humano. ¿Será posible elaborar una asignatura que rezara “Historia del pensamiento humano”? Esta idea, curiosamente, se tiene muy clara en la Olimpiada Filosófica Internacional: si se repasan los temas de cada año, no faltan textos de Confucio o Lao Tse, o guiños diversos al pensamiento oriental. No tengo nada claro que el esconder la cabeza y mirarse en el espejo para ver lo listos que somos, o que hemos sido, sea un ejercicio auténticamente filosófico, si no es capaz de abrir esa mirada a quien, procediendo de una cultura distinta, puede ofrecernos también otras formas de pensar. Serán quizás elucubraciones mías, una añoranza de haber aprendido filosofías, justo antes de comenzar una semana en la que seguir explicando filosofía.
Hello guys! The first term is already ending and we have been learning a lot of things about Ethics. Do you remember the main notions? This Thursday, after revising your exams, we are going to do some review activities. Here you have them:
1. Work in pairs. Look at this website and learn some idioms about feelings. Write three of them in your notebook. Remember to write the meaning.
2. Work in pairs. Look at this website and learn some vocabulary about conflict resolution. Write four words in your notebook. Remember to write the definition.
3. Work in pairs. Look at this website and do the activity about feelings and emotions.
4. Work in pairs. Look at this website and do the review activity. Enjoy!
5. (Optional). Send a comment to this article answering these questions: What have you learnt this term? Do you think that you have studied enough? How can the teacher improve the subject?
That’s all for now. We will continue after Christmas. See you!
Ahir al míting d’ERC. Sensació estranya quan et fan passar al reservat de convidats amb patums. I amb patumetes. Cafè, té i aigua. Sense pastes, per sort, i sobretot sense gent que en demani.
No vull ser ‘ancien combatant’, moltes gràcies. Però els que ja hi érem fa quaranta anys, inevitablement comparem. Com per instint. El míting em recordava, com si fos ahir, el que varem fer els de Convergència Socialista al Palau Blaugrana el juny de 1976 per suar socialisme. Llavors jo estava al servei d’ordre. I ara a l’horrible habitació dels que ens expliquem batalletes, sentint que em guanya la nostàlgia pels que no hi eren. Llavors hi havia la Maria Aurèlia Capmany i en Jordi Llimona. Ara l’Empar Moliner i en Terri. Però la sensació, la trempera, la convicció de victòria a tocar de la mà no l’havia vist tan clara en trenta i molts anys.
Aquest matí he estat als telèfons de la Marató de TV3. Moltes trucades, però gairebé totes de deu o vint euros. En dues hores només recullo 1850 euros. Sensació d’infinita bondat de la gent que et demana fins i tot perdó per donar només deu euros (‘però és que estic jubilat’). Somriure quan la iaia et pregunta ‘m’ha atès algun famós?’ i tu li respons que no, que només ets un filòsofet i que els filòsofs més val que no siguin famosos. Sembla que m’han enfocat dues vegades per la tele - la meva mare estarà contenta.
Me n’oblidava: donen cafè i ampoleta aigua. Discretament al fons de sala hi ha una safata petita de rebosteria que ningú no gosa tocar, sembla com de mal gust abordar-la. Em consta per experiència que els qui atengui telèfons a la tarda ja no en trobaran.
Bruce L. Miller |
Ricardo García Manrique | Foto: Rosa Font |
Estas cosas me cuenta mi amigo Manuel. ¡Quien le ha visto y quién le ve!No conozco el árbol de la vida, pero lo imagino semejante a un árbol grande y frondoso, lleno de hojas y frutos, que se renueva sin fin. En el árbol de la vida nos movemos y vivimos: somos sus ramas y hojas. Si nos arrancan del árbol nos marchitamos y nos secamos, pero unidos a él damos frutos. Las ramas no son nada sin el árbol y el árbol no es nada sin sus ramas. Cada uno no puede ser quien es sin el otro y ambos a una son vida renovada y sin término. La vida del árbol es muy especial porque es capaz de hacer algo asombroso: convertirse en semilla. El árbol grande y sus ramas frondosas se hacen semilla que cae a la tierra y en ella se oculta. De esa semilla vuelve a brotar poco a poco el otro y mismo árbol inmenso y sus ramas verdes que, encontrándose, se saludan sonrientes. Así es de especial y admirable el árbol de la vida, su nacer muriendo y su morir naciendo. Por eso no hay que olvidar que la rama sola no es una rama. La rama es siempre rama del árbol que en el fruto y la semilla se renueva sin término.
Circula desde hace varios días por las redes sociales, y es inevitable que antes o después aparezca en cualquier blog en el que se hable de la conexión entre música y filosofía. Porque hay muchas formas de expresar las ideas y por supuesto también de aprenderlas, aquí dejamos hoy la Crítica de la razón pura, condensada en poco más de cinco minutos. Esto sí que es, sin duda, una gran síntesis de la razón.
Aristòtil |
Immanuel Kant |
Así, la definición identifica virtud y potencia puesto que ambos son inherentes a la esencia o naturaleza del hombre. Si la virtud no es otra cosa que actuar a partir de las leyes de nuestra naturaleza y el conatus es la ley básica de nuestra naturaleza, se sigue de aquí que el esfuerzo del hombre por perseverar en su ser es el fundamento de la virtud.Por virtud y potencia entiendo lo mismo; esto es, (por la proposición 7 de la parte III), la virtud, en cuanto se refiere al hombre, es la esencia misma o la naturaleza del hombre, en cuanto tiene la potencia de hacer ciertas que pueden entenderse por las solas leyes de la naturaleza. (E4def8)
En una proposición de la Ética, que recuerda los primeros razonamientos de la Ética Nicomaquea de Aristóteles, Spinozaafirma que la virtud en tanto fin último es deseada por su propio bien.…la virtud no es nada más que el obrar según las leyes de la propia naturaleza y que nadie se esfuerza por conservar su ser sino según las leyes de su propia naturaleza. (E4p18e)
Por otra parte, la estrecha relación entre acción e idea adecuada en Spinoza nos lleva a la conclusión que uno sólo puede obrar por virtud si estamos determinados por ideas adecuadas, así nuestro autor sostiene una equivalencia entre virtud y razón --si bien bajo una característica spinoziana al identificar razón con nuestro propio interés o utilidad. En la medida en que el hombre vive en conformidad con la razón, vive en conformidad con su naturaleza.Obrar absolutamente por virtud no es en nosotros nada más que obrar, vivir y conservar su ser (estos tres términos significan lo mismo) bajo la guía de la razón, teniendo por fundamento la búsqueda de la propia utilidad. (E4p24)
Saltaba a los medios hace unos días la noticia de la próxima regulación de los medicamentos homeopáticos. Desde entonces, se han sucedido en diversos medios de comunicación los artículos de opinión, a favor y en contra de la medida. Los críticos señalan que esta medida abre el campo a la implantación de la homeopatía y su reconocimiento como una más de las terapias a seguir en caso de enfermedad. Algo que es muy grave, nos advierten, pues sitúa al ciudadano en un total indefensión: carentes de formación sanitaria, pobres ignorantes de nosotros, compraremos la homeopatía como borregos, mientras la medicina convencional ve cómo algunas teorías rivales van ocupando su sitio. La réplica viene de los especialistas en homeopatía, algunos de ellos titulados en medicina y con años de experiencia a sus espaldas: tratan de explicar los principios fundamentales de la misma, y esgrimen estudios que demostrarían su eficacia frente a varias enfermedades. Surge, de nuevo, el viejo debate entre ciencia y pseudociencia: ¿Tiene razones la medicina “convencional” para despreciar la homeopatía como una más de las pseudociencias?
La crítica más escuchada estos días califica a los medicamentos homeopáticos de placebo: es poco más que agua con azúcar. La réplica, sin embargo, se agarra como a un clavo ardiendo a ese “poco más”: Todo medicamento homeopático lleva una serie de componentes, extraídos con frecuencia de plantas, en unas proporciones pequeñísimas, pero capaces de actuar sobre el sistema inmunológico en el largo plazo. Llevan el argumento un poco más lejos y aluden a las vacunas de la medicina “oficial”: igual que una vacuna previene la enfermedad, proporcionar pequeñas dosis de lo que la causa puede favorecer su curación. Sin embargo, también reciben su contrarréplica: no es lo mismo “prevenir” que “curar” y además no se puede decir que los medicamentos homeopáticos contengan “virus” en cantidades minúsculas. Por no hablar de que en muchos algunos de ellos incluyen principios activos “alopáticos”, es decir, que siguen los principios de la medicina tradicional: la enfermedad se cura con lo “no semejante”. Este es, en lineas generales, el argumentario que más se ha escuchado en estos días.
Si el binomio ciencia-pseudociencia ya de por sí da que hablar, su aplicación en el campo de la medicina es especialmente interesante. Principalmente porque hay una cosa de la que, a juzgar por el dogmatismo y el tono de desprecio de algunas manifestaciones de los últimos días, la medicina parece no percatarse todavía: el enorme campo de insatisfacción que genera la disciplina “oficial”. De otra forma, debería al menos bajar el tono, pues a la sombra de la medicina habita no solo la homeopatía, sino también otras muchas disciplinas “paramédicas”: medicina natural, acupuntura, fitoterapia… y tantas otras ramas. Algo que no devalúa a la medicina tradicional, que sirve para un porcentaje mayoritario de la población. Después, cuando alguien se cansa de ir de especialista en especialista sin recibir el tratamiento deseado, es comprensible que desee acudir a una alternativa que a otras personas les haya funcionado. Y no termino de comprender por qué los partidarios de la medicina convencional han de descalificar o menospreciara quienes deciden probar con la homeopatía. Sencillamente por una razón fundamental: la sombra de la medicina es muy alargada y está aún muy lejos de dar una solución adecuada a las dolencias del ser humano. Allá cada cual con las medicinas que abrace: sean convencionales o alternativas, las consecuencias las sufrirá la propia persona.
Robert Ezra Park |