... la nueva piedra angular para tener “educadores del siglo XXI” de la calidad requerida (por los empresarios, naturalmente) es la creatividad, en vez del conocimiento. De hecho, en su reciente
informe sobre la educación, la CEOE habla de las 4 C (creatividad, pensamiento crítico, comunicación y colaboración) necesarias para los empleadores, que valoran mucho más las actitudes y el carácter que los conocimientos de sus futuros empleados. Si observamos las definiciones que ofrece la propia CEOE vemos qué se entiende por creatividad y por qué es la nueva piedra filosofal de la alquimia pedagógica del siglo XXI. En efecto, creatividad significa la capacidad de “generar soluciones imaginativas en un mundo complejo” y “producir innovaciones efectivas que añadan valor para la industria y los servicios”; el pensamiento crítico se ciñe a “distinguir lo fundamental de lo superfluo en la actividad empresarial” e identificar “los errores y los aciertos y aprender de ellos para la mejora del desempeño laboral”; la comunicación sirve para “transmitir ideas y conocimientos de interés para los negocios” y la colaboración significa “capacidad para trabajar en equipo, particularmente en los modernos ambientes laborales”. En definitiva, el educador del siglo XXI debe adoptar el enfoque competencial, abandonando el vetusto academicismo de la transmisión de saber, y convertirse en un
coach capaz de entrenar correctamente al “capital humano” demandado por el mercado laboral. Por ello, las empresas deben intervenir en la concreción del currículo ya que, como dice el Foro Económico Mundial, “las compañías no pueden ser por más tiempo meros consumidores pasivos de un capital humano ‘precocinado’. Requieren una nueva mentalidad para cubrir sus necesidades de talento y optimizar, a un tiempo, las consecuencias sociales”. Y hete aquí que llegan un grupo de pedagogos, educadores y arquitectos (que probablemente hace décadas que no pisan un colegio) para “revolucionar” la forma de enseñar de los maestros de infantil y primaria. Lo más revolucionario es que los alumnos del máster pagarán 5.500 euros por ¡crear ellos mismos los contenidos del máster! Todo ello con el objetivo de formar, a través de metodologías como el aprendizaje por proyectos y el énfasis en la inteligencia emocional, “individuos inquietos, que quieran estar aprendiendo durante toda su vida”.
Carlos Fernández Liria,
Olga García Fernández y
Enrique Galindo Ferrández,
Más de lo mismo: viene la enésima revolución educativa, ctxt 21/06/2017
[ctxt.es]