Escrito por Luis Roca Jusmet
Jacques Lacan diferencia de manera precisa entre psicosis y locura. La psicosis es una estructura clínica en la que hay un agujero simbólico y lo real es rechazado, no reprimido como en la neurosis ni negado como en la perversión. Al ser rechazado retorna en forma de alucinaciones o de delirio. Entonces es cuando aparece la locura como algo visible, como un arrebato que puede ser violento o no pero en el que el sujeto aparece como fuera del mundo que los demás reconocen como realidad porque lo simbolizan o imaginan como tal.
Darian Leader es un psiconalista inglés que ha publicado un libro muy interesante sobre el tema. Aunque se llama "¿ Qué es la locura", más bien lo que explica es qué es la psicosis. Su propuesta se basa en el psicoanálisis lacaniano, que diferencia claramente lo que es la psicosis ( una estructura clínica ) de la locura ( un fenómeno clínico). pero quiere recoger también la tradición psiquiátrica continental europea del siglo XIX que se inicia con Pinel. Una tradición que intentó entender la locura y trabajar con los locos para compensar y estabilizar su equilibrio psíquico. Todo ello contra la deriva del DSM y sus reediciones, cada vez más en la línea de un concepcto médico de la enfermedad mental, de una causalidad biológica ( y si no funciona, incorporar el estress ) y de un tratamiento farmacológico. Todo ello pagando el precio de eliminar el sujeto y las estructuras clínicas).clínicas, entendiendo los síntomas no como manifestaciones clínicas. El término "psicosis" ha desaparecido y solo quedan "trastornos" ( concepto que nunca se define ), que quedan reducidos a síndromes. El problema son entonces los síntomas y lo que hay que hacer es eliminarlos porque no se consideran una manifestación del problema sino el problema mismo. Hay que adaptar al sujeto, normalizarlo bajo el ideal biopolítico de la salud mental.
El autor plantea el vínculo entre locura y normalidad a partir de las psicosis ordinarias o no desencadenadas. Lo que podríamos llamar la locura invisible, silenciosa, en la que podría no haber delirio o un delirio secreto.
Si vamos a buscar las herramientas en el psicoanálisis hay que empezar por Freud y su concepto-base: el de defensa. Cierto que lo que investiga Freud son las estructuras neuróticas, donde las defensas del yo frente a lo insoportable, lo traumático de las ideas más perturbadoras, es la represión. La mente conduce estas ideas al olvido, al inconsciente ( histeria ) o las vacía de su contenido afectivo ( obsesión), conduciendo a la idea obsesiva o a la fobia. En la histeria siempre quedan grietas por donde se cuelan los síntomas. En la neurosis hay una pregunta por el sexo ( histeria) o por la muerte ( neurosis obsesiva). En la psicosis, en cambio, no hay pregunta, solo la certeza de una respuesta: la de un Otro acusador ( paranoia) o de un Uno culpable ( melancolía).
Llegamos posteriormente a Lacan y a su teoría de los tres registros : lo simbólico ( orden del lenguaje y de la ley, lo normativo), la imagen ( la identificación) y lo real ( el goce corporal). Aparece todo el proceso de constitución del yo ( imagen corporal) como imagen del otro con la que nos identificamos en el espejo ( yo ideal) y que nos captura en la rivalidad con el otro ( celos, envidia..). Proceso que necesita para ser consistente la mirada del Otro, su reconocimiento a través de la palabra. Así se forma un narcisismo primario consistente, que esta intervención simbólica del otro. Constituimos así nuestro lugar simbólico, la estructura desde la que gobernamos las relaciones a través de la mediación simbólica. La excitación pulsional es así drenada y limitada y aparece la falta que posibilita el deseo. Desde lo simbólico podemos compartir. Darian Leader recorre además todo el trayecto edípico que debe resolverse interiorizando la función paterna y con la construcción de la novela familiar. hay que reconocer ( y reprimir su significante ) el deseo de la madre y nominar el proceso con el significante del Nombre del Padre, que será el significante amo. De esta manera nos damos un significado, localizamos la pulsión ( líbido) en forma de deseo nos distanciamos del Otro ocupando un lugar propio.
¿ Que és la psicosis ? Es una configuración, una posición subjetiva en la que no podemos ni darnos un significado ( vamos perdidos, descentrados), ni ocupamos un lugar distanciado del Otro ( que nos invade o desparece) y no podemos regular la pulsión porque no hay ni falta ni deseo. En este contexto el delirio es la defensa, la mala respuesta.
La estructura psicótica, de esta manera, puede constituirse como esquizofrenia, melancolía, manía o paranoia. Podríamos hacer, sin que halla continuidad porque las estructuras son diferentes, entre la acusación al Otro de la histeria y la paranoia ( y como contrapartida entre la culpabilidad de la obsesión y la melancolía). En la paranoia el delirio ( estructurado lingüísticamente, con una lógica impecable) carga la líbido en una defensa contra el Otro y en la melancolía contra uno mismo. En la esquizofrenia no puede mantenerse la distancia y la líbido vuelve desregulada al cuerpo.
El síntoma solo puede interpretarse singularmente, en función de cada sujeto. En el psicótico hay certeza, en el neurótico hay duda. El delirio no es una falsa creencia, es una experiencia absoluta de significado, una creencia absoluta, un automatismo mental. En el psicótico hay en la líbido un exceso de goce. Recordemos que goce no quiere decir placer, es una tensión que limita con el dolor.
¿ Cuáles son las causas de la psicosis ? es una estructura clínica establecida en los primeros años de la vida. No es genética, aunque puede haber una transmisión generacional de tipo simbólico. Lo que ocurre en estos primeros años tiene que ver con la pregunta por la ausencia de la madre, con la percepción de los ritmos de sus ausencias y presencias. Debe haber un Otro simbólico ( función paterna) que nos separe del Otro primordial ( goce materno). Por supuesto que esta función paterna la puede realizar una mujer o un hombre, que además no tiene porqué ser el padre. Debe evitar que el niño no se convierta en el objeto del goce de la madre. También una función paterna excesiva, que no deje un lugar al niño, puede tener los mismos efectos. En la psicosis no hay una integración de la función simbólica de la paternidad y no puede haber una simbolización del deseo de la madre. No hay el proceso de alienación y luego separación del significante del Otro.
En una estructura psicótica hay locura cuando hay desencadenamiento de la crisis, cuando lo invisible se hace visible, cuando se pasa al drama que nos hace perder el principio de realidad ( con delirios y a veces alucinaciones visuales o auditivas ) y que nos conduce a un pasaje al acto trágico para nosotros mismos ( suicidio ) o los otros ( asesinato). Pero antes de esta fase terminal se pasa por una sensación de extrañeza, de una cambio indefinible que provoca intranquilidad y que pasara síntomas más claro ( identificar señales, sentimiento de desastre por venir, hipocondría...). Las causas pueden ser variadas, pero algo hace que se rompa la prótesis imaginaria que compensaba el agujero simbólico. Normalmente aparece o desaparece un tercero, hay un cambio de situación que hace saltar el cinturón de seguridad imaginario que funcionaba como mecanismo de establilización y compensación.
La pregunta es ¿ qué impide, que frena la aparición de la locura en un psicótico ? Puede ser un delirio o una máscara ( construcción de un yo ideal, una identificación imaginaria ) que permite construir un lugar imaginario desde el que existir, aunque no exista un lugar simbólico consistente. A veces la escritura funciona como una función apaciguadora, puede actuar como reparación del daño de la cadena simbólica. El síntoma puede transformarse en sinthome, una transformación creativa que permite limitar la líbido a una nominación, hacer un punto de sutura. es el caso del nombre propio en Joyce, tal como estudió Lacan.
El trabajo para estabilizar la psicosis una vez que se ha desencadenado una crisis es paciente y complejo. Hay que ver en cada caso como potenciar los mecanismos de estabilización. Pero esto no pasa por la biopolítica, es decir por la violencia simbólica de querer normalizar al sujeto, de adaptarlo al Ideal propuesto por el psiquiatra, que adquiere entonces un papel de figura paterna que es contraproducente para la curación.
La crítica al libro es, de todas maneras, la confusión entre psicosis y locura. Para Lacan la psicosis es una estructura subjetiva ( sus seguidores dirán "clínica") y la locura es un fenómeno, que sobre todo afecta al psicótico pero que también puede hacerlo puntualmente a otras estrcuturas clínicas. Tema complejo pero que necesita ser abordado y con el planteamento de Darian Leader no es posible hacerlo.