22384 temas (22192 sin leer) en 44 canales
Nos hemos olvidado de lo más importante: mi mundo subjetivo, mis estados mentales siguen siendo completamente auténticos aunque viva en un mundo completamente falso. Este era el mensaje de Descartes: cogito ergo sum. Puedo estar durmiendo y que lo que veo con mis ojos sean puras apariencias, pero el hecho de que existo, vivo, siento, pienso… es completamente indudable. Es más, eso constituye lo más importante de mi ser.
Yo seguiría siendo yo si me cercenasen mis brazos y mis piernas, pero no seguiría siendo yo si me quitasen mi forma de pensar, de sentir, si me extirpan mi consciencia de la realidad.
De hecho, gran parte de la filosofía griega y de la oriental, piensan que toda la realidad que observamos mediante los sentidos es falsa. En el hinduismo existe el concepto de Maya para representar esta ilusión que nos envuelve. Detrás de Maya, si conseguimos apartar su velo, está la auténtica verdad. Los griegos definían verdad como aletheia (αλήθεια), que significa "hacer evidente" o "desocultar", con una clara referencia a que la verdad no es lo que tienes ante tus ojos, sino algo que hay que descubrir, el resultado de un proceso de sacar a la luz.
Incluso tenemos una versión actualizada de estas nociones ancestrales: la hipótesis de la simulación del filósofo sueco Nick Bostrom. De forma resumida, dice que si en el futuro nuestra civilización es capaz de tener la suficiente tecnología para realizar una simulación total del mundo al estilo Matrix, lo más probable es que realice muchas. Entonces, por estadística, si hay un mundo simulado y uno real, tenemos un 50% de estar en el simulado. Si hay dos simulados, tenemos un 66,6%, y así sucesivamente.
Santiago Sánchez-Migallón, El filete de 'Matrix' siempre fue real: reflexiones filosóficas sobre el Metaverso, xataka.com 14/08/2022
El cuerpo deja de entenderse como un cuerpo recibido y pasa a concebirse como un cuerpo que si no está a disposición de otros es porque está a disposición propia. La reivindicación de una fluidez en las identidades sexuales y de género es la manifestación más visible de esta evolución; se rechaza toda asignación de un destino particular en razón de unos rasgos corporales, sea el sexo biológico (la mujer no está obligada a engendrar por el hecho de que tenga un útero) o una apariencia sexuada (la heterosexualidad no puede darse por sentada); hablamos de las nuevas masculinidades y de diversos feminismos; los debates en torno al comienzo y al final de la vidarevelan que tenemos una idea de la vida biológica como proyecto y no como destino; pensemos en la resistencia a que el nacimiento como hombre o mujer sea inmodificable, pero también a que pueda “reeducarse” a un homosexual; que una mujer esté embarazada no quiere decir necesariamente que deba engendrar; en virtud de las leyes de eutanasia la muerte ha dejado de ser algo sobre lo que no se puede decidir; las parejas infértiles disponen de tecnologías de fecundación o pueden optar por la gestación subrogada (aunque en este caso la realidad de un vientre de alquiler es una forma cuestionable de disponer del cuerpo de otra mujer); asistimos a una verdadera explosión de las posibilidades de intervención en el propio cuerpo gracias a la cirugía estética, las prótesis, los cuerpos tuneados y tatuados.
Todo este incremento de libertad en relación con el propio cuerpo no deja de plantear paradojas y dimensiones inquietantes. De entrada, constatemos la sorpresa de que se recurra tanto a lo artificial justo en un momento histórico en el que hay más referencias a la naturaleza en nuestras prácticas corporales. Reivindicamos el cuerpo que tenemos y nos hacemos vulnerables a la presión por tener el que otros desean. Se da además la circunstancia de que, si el cuerpo es modulable, cualquier “imperfección” es “culpable”, puede ser vivida como algo que se debía haber corregido y que exige una explicación de por qué no se hizo. Pensemos en el caso de la eugenesia o los trastornos en la percepción de la imagen corporal propia que tienen consecuencias dramáticas en la anorexia o la bulimia. Si el cuerpo es disponible ¿qué significado tiene la peculiaridad que no se ajusta a la “normalidad” y desde qué instancia se define el cuerpo adecuado? Una cierta aceptación de nuestra naturalidad corporal puede ser más emancipadora que el sometimiento a una idea de perfección física que no se sabe quién ha decretado.
Daniel Innerarity, El cuerpo en una democracia, El País 15/08/2022
Toda la sociedad —la política y el periodismo también— parece habitada por lo efímero. Cabalgamos olas que rompen, más allá de nuestra vista, contra los acantilados del hastío. Nuestro pensamiento se ha hecho frágil y discontinuo, tartamudo. Los estantes de nuestras bibliotecas están llenos de libros que ya no nos sentimos capaces de leer, y, como lo superfluo genera a menudo más ruido que lo importante, tendemos a pensar que nada lo es. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que, viviendo en el presente constante, nos volvemos desmemoriados y, por tanto, tampoco nos preparamos para el porvenir.
Marcos Giralt Torrente, Habitantes de lo efímero, El País 15(08/2022
No intentamos, queremos, apetecemos ni deseamos algo porque lo consideramos bueno, sino que, al contrario, juzgamos que algo es bueno porque lo intentamos, queremos, apetecemos y deseamos.
Los algoritmos inteligentes ya se están utilizando, por ejemplo, como instrumentos de espionaje y manipulación, por parte de personas y organizaciones que persiguen diferentes objetivos. Sin embargo, ello no significa que la propia IA aspire a algo parecido a la dominación.
Los filósofos de la tecnología discuten esta cuestión bajo el término de «intencionalidad», es decir, la cualidad de llevar a cabo acciones deliberadas y orientadas a un objeto. Muchos autores consideran la intencionalidad como un componente permanente de la conciencia.
En su libro Psicología desde el punto de vista empírico (1874), Franz Brentano sostuvo que la intencionalidad es la característica esencial de todos los actos de conocimiento: siempre están referidos al objeto, es decir, dirigidos a algo.
Para Brentano, una característica básica de lo mental es dirigirse a un objeto o referirse a él. Por ejemplo, si pienso «la manzana está sobre la mesa», eso se refiere a los objetos manzana y mesa, así como a la relación espacial que guardan entre sí. Con respecto a este estado de cosas, el pensamiento puede ser verdadero o falso. Brentano consideraba por ello la intencionalidad algo exclusivamente psíquico: «Ningún fenómeno físico muestra nada semejante».
Los sistemas de las máquinas no conocen las conexiones mecánicas, ni las comunicativas u otras. El significado de sus reacciones se deriva solo de la intencionalidad humana. En otras palabras: si un vehículo autónomo frena para no atropellar a un peatón, ese «para» procede de los seres humanos. Los motivos y consideraciones legales, sociales o morales solo los conocemos nosotros.
Para Searle, la intencionalidad no se basa únicamente en la comprensión del significado. Más bien, se vincula con determinados «actos de habla». En la teoría de los actos de habla de Searle, los actos comunicativos deben ser interpretados como acciones. El lenguaje humano, más allá de la gramática y el significado, tiene siempre un propósito intencional, ausente en los sistemas de signos de la máquina.
Junto con Paul Grice y otros teóricos, Searle desarrolló la tesis de que la intencionalidad se manifiesta solo en la capacidad para el uso dirigido del lenguaje. Este surge cuando una persona persigue una intención que la hace hablar. Por ejemplo, una madre y Alexa de Amazon pueden responder con las mismas palabras cuando un niño grita «¡Ay!»: «Oh, lo siento, ¿puedo ayudarte?» El contenido significado, sin embargo, difícilmente podría ser más diferente: la empatía y el cuidado, por un lado; una simple fórmula de cortesía programada, por otro.
En vista de las posibilidades técnicas en constante crecimiento, se dice que la IA conquistará en breve el último bastión de lo humano: la intencionalidad. Pero la atribución de esta es el resultado de una necesidad humana primaria. Como seres sociales, dependemos tanto de no perder de vista las propias intenciones como de atribuírselas también a nuestros respectivos compañeros.
Una sociedad sin intencionalidad que le sirva de base no sería solo disfuncional, sino también carente de sentido: solo ella me permite comprender como «yo» a la persona que está en el espejo. Como los psicólogos del desarrollo mostraron en la década de 1970, los bebés reconocen después de pocos meses de vida que un punto rojo en la imagen que se refleja en el espejo procede de un punto igual que está en su frente. Refieren el punto a sí mismos.
Dado que por ahora no hay ningún otro método comparable para demostrar la intencionalidad, es muy difícil «consultarla» en la IA. La inteligencia, en cambio, es más fácil de medir. Un equipo de investigadores chinos desarrolló en 2016 un método que podía hacer comparables los cocientes intelectuales de sistemas artificiales y naturales. La IA del asistente de Google obtuvo así una puntuación de apenas 50 (más o menos el nivel de un niño pequeño). Sin embargo, esta atribución es, en el mejor de los casos, un indicio débil, y de ninguna manera suficiente, para acreditar la intencionalidad de una IA.
Posiblemente esto no es más que otra muestra del modo en que nuestro propio pensamiento influye en nuestra visión de la realidad. Que atribuyamos intencionalidad a la IA es un acto de antropomorfización y, por tanto, de humanización. Los humanos consideramos que la IA es intencional porque nosotros mismos lo somos.
Las dudas relativas a que las máquinas puedan desarrollar alguna vez intencionalidad se alimentan también de otra fuente: la lógica. Dado que calcular y pensar son procesos fundamentalmente diferentes, es de suponer que solo a partir del primero no se llega nunca al segundo. Las operaciones de cálculo no llegan más allá de las premisas establecidas para ellas; la mente humana, en cambio, gracias a la intencionalidad, tiene la capacidad de reflejarse a sí misma.
La intencionalidad constituye una facultad humana original. Crea la posibilidad de reconocer el sentido, al que solo nosotros tenemos acceso como seres pensantes y sociales. Por tanto, el dominio mundial de la IA debería seguir siendo, también en el futuro, una pesadilla hollywoodiense.
Dorothea Winter, Por qué la inteligencia artificial no puede querer nada, Investigación y Ciencia septiembre 2022
Este artículo fue originalmente publicado por el autor en El Periódico Extremadura
Tras un verano tremebundo, en el que a las catástrofes en curso (pandemia, guerras, crisis energética, inflación galopante…) se han sumado incendios, sequías y salvajes olas de calor fruto del cambio climático, a uno le van faltando fuerzas para imaginar el futuro. No ya el suyo propio (que tampoco es fácil), sino el de las generaciones venideras, algo que se antoja casi imposible, sobre todo si se quiere imaginarlo bueno.
«¿Y a nosotros que nos importa?», podría pensar, sin embargo, buena parte de la ciudadanía. El pesimismo y la sensación de impotencia es tal, que parte de la población ha adoptado una actitud entre evasiva y resignada, entre un «que no me amarguen lo que queda de la fiesta» y un «que sea lo que Dios quiera». Y lo peor es que no les falta razón. Tanto por motivos coyunturales como por otros más estructurales, la situación política global parece impredecible y fuera del alcance de cualquier iniciativa que pueda tomarse a pequeña escala.
Es cierto que el compromiso personal con las medidas que se están tomando (muy tímidamente) para mitigar los dos grandes desastres en ciernes, el climático y el energético, es importante, pero aquí el asunto adquiere otra dimensión aún más decisiva: el de los argumentos éticos. Porque el «y a mí que me importa»de la gente no solo obedece al pesimismo y la impotencia ante una situación aparentemente inmanejable, sino a una ausencia radical de razones para comprometerse con el bienestar de los demás, especialmente el de los demásque han de venir.
La cuestión de por qué han de importarme los demás es la cuestión central de la ética. Sin plantearla e intentar resolverla todo otro debate político o social carece absolutamente de sentido. Pese a ello, nadie o casi nadie la plantea públicamente. Tal vez porque es una cuestión filosófica, es decir, una cuestión tan imposible de resolver como de evitar.
Pero si ya es difícil justificar el altruismo con nuestros contemporáneos (especialmente con aquellos con los que no mantenemos vínculos o proximidad), mucho más lo es con quienes ni siquiera existen todavía. ¿Por qué habrían de importarnos las generaciones futuras? Esta es la gran pregunta que late tras las propuestas y debates sobre ética y política socioambiental. Y si queremos que la población asuma voluntariamente los costes que implica adoptar estilos de vida ecosocialmente sostenibles o incluso decrecentistas (sin esperar a que la situación obligue traumáticamente a hacerlo a los que vengan detrás) toca responder a esa pregunta.
¿Por qué me han de importar, entonces, las generaciones futuras? Los planteamientos hedonistas y utilitaristas, comunes hoy, no ofrecen una respuesta satisfactoria. El imperativo utilitarista de «procurar la mayor felicidad para el mayor número»no parece sostenerse sobre ninguna razón que convenza a todos. ¿Por qué habría de querer la felicidad de la mayoría, sobre todo si eso implica sacrificar o aminorar la de la minoría de la que formo parte (y que en muchos casos depende de la infelicidad de los primeros)? – podría preguntarse alguien –¿Por temor a una rebelión de los infelices? La historia nos enseña que ese riesgo es casi infinitesimal. ¿Para ser buenos? ¿Pero qué significa eso? ¿Y por qué habríamos de ser buenos, así, sin más?
El asunto se complica cuando introducimos la variable temporal: ¿Por qué habría de querer procurar la felicidad (o siquiera la supervivencia) de la mayoría futura(es decir de gente no solo desconocida para mi sino además inexistente)? Tal vez, si uno supusiera que va a reencarnarse una y otra vez (como propone Williams MacAskill, uno de los prohombres de la secta pseudofilosófica del «largoplacismo») la cosa podría tener sentido. ¿Pero quién cree hoy en la reencarnación?
¿Entonces? ¿Por qué debería importarnos lo que les suceda a las futuras generaciones? Ya hemos visto que ni el hedonismo ni el utilitarismo sirven para responder a esta pregunta. Tampoco el voluntarismo ciego del «deber por el deber». Ni el cientifismo, pues aquí la ciencia nada tiene que decir. Solo caben, pues, la religión o la metafísica. La opción racional es, desde luego, esta última. La metafísica busca construir una concepción o imagen racional y armónica de la totalidad del mundo; una concepción en la que sea posible conectar los fines particulares con los generales más allá de circunstancias y coyunturas personales, culturales o históricas (es decir, de modo trascendente, más allá del tiempo y el espacio). Hemos asumido, tal vez atolondradamente (o sin razones de peso), que la posibilidad de erigir esa metafísica de forma convincente no es viable, pero no estaría mal pensarlo de nuevo. Sobre todo, porque en otro caso, me temo que solo nos quedaría rezar.
Cuando en el marxismo se habla de realidad se analizan o disuelven sus estructuras si habla el propio Marx a diferencia de si es un texto que estudia los textos marxistas que lo que hace es integrar el texto como objeto histórico dentro de ese contexto que llamamos <realidad>. Hablar de lo que no funciona o lo que se considera criticable negativamente hablando convertimos precisamente eso en algo positivo. Cuando se habla del mal funcionamiento del Estado en el fondo lo que hacemos es construirnos otro tipo de Estado diferente de aquel que estamos negando. El legado de Marx puede ser violento y activo frente a un Orden actual en tanto al discutir y hablar de ese marxismo lo convertimos en algo que estamos asimilando como tal. Aprender de Marx es no hacerle hablar por lo que queremos que diga sinó que Marx hable por si mismo con su método de análisis . Por tanto no podemos derivar de lo que se dice en su pensamiento lo que queramos que diga . Hacer hablar a un cadáver no puede sinó servir para convertirlo en un exquisito postre placentero.
Marx habla de opresión y de miseria y ataca esa realidad pero cuando lo incorporamos en lo que consideramos que dice en el fondo asimilaremos y mantendremos la propia opresión y miseria misma.
Su doctrina no puede ser reificada o cosificada como mercancia de la propia ideologia misma. Cierto es que como sistema que no admite crítica alguna , o sea, cerrado o ideologicamente autoreferencial nos obliga a tener cuidado con aquello que el propio Marx habla . ¿Se puede matar lo que está muerto ?
Con esta crítica ideológica se convierte así en un medio asimilado por el poder mismo y la economia , y se materializa aquello que era marxista. Por eso la vulgarización de las ideas del marxismo que corren por la sociedad convierte en vendible o exportable cualquier Capital presentado con formato amable para disolver la propia lucha de la clase obrera. "Libertad o Comunismo " por ejemplo .
En el marxismo la vulgarización de sus fuentes e ideas precisamente ha valorado lo menos reaccionario . Para subvertir el orden reinante hay que aprender del tipo de dialéctica que se utiliza hoy. Creer por ejemplo que para que el sistema neoliberal caiga lo que conviene es una fuerte organización de la clase obrera no deja de ser una forma de convertir a Marx en un objeto de consumo fácil y gratuito. Así esa autoridad de al uso vender un Marx compañero de masas no tiene en cuenta que el sentido común para el marxismo es reaccionario. Los bienes sin propiedad de nadie y entendidos como algo común permite incluso comprender que la inteligencia es un bien común para la especie. Hoy esta inteligencia no deja de ser una propiedad del Estado , o sea propiedad privada que garantiza el Orden dominante, como se demuestra por el mismo Orden. Por eso el Estado dice lo que conviene que el sentido común oiga para que sobreviva el propio poder del sistema.
Ese uso de la palabra "marxismo" lo convierte en algo aceptable y asimilable o perpetuable para facilitar la convivencia pacífica con otras ideologias como pragmatismo, positivismo, ... Y así se rebajan las exigencias mismas de un poder que engulle todo.
Asi se identifica en el sentido común marxismo con utopia ...Pero esta sociedad sigue siendo objeto adecuado para la crítica marxista .. Así el concepto de materialismo dialéctico o dialéctica histórica son realmente ideas o doctrinas que establecen un diálogo entre un yo y un no yo , podríamos decir ? Esa antítesis entre personas y cosas o de la voluntad y el condicionamiento o de lo subjetivo y objetivo , pero esto que andamos diciendo es como si pensamos si el trabajo mismo tiene una relación con el trabajador y con la cosa que este trabaja , cosa que le permie ser o no ser o le hace ser. Sin embargo el trabajo ¿tiene sentido alguno esencialmente hablando si no es ninguna relación viva ? El ser humano se convierte en ser económico porque se vende a si mismo. Así el trabajo será mercancia donde el hombre se mide por tiempo y se cosifica o socializa como tal. Así hombre y cosa coinciden , y se anula la antítesis anterior . Pasa lo mismo con la idea de materia que es la necesidad de la ley económica y sus condicionamientos , así no hay más sintesis de las antitesis que su falta de irrealidad misma.
Hemos puesto la escuela en manos de quienes saben que hay niños porque han leído sobre ellos.
La plataforma de Filósofos asesores té com a objectiu difondre la pràctica de l‟assessorament filosòfic en l‟enfocament sapiencial i facilitar recursos, que comprenen des de lectures de llibres, articles i tesis doctorals fins a algunes pràctiques que possibiliten un procés d‟autoconeixement filosòfic. Podeu descarregar-vos gratuïtament alguns d'aquests recursos i rebre notícies i actualitzacions quan us registreu amb el vostre correu electrònic a la Web.
Normal 0 21 false false false ES X-NONE X-NONE /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Taula normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-priority:99; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin-top:0cm; mso-para-margin-right:0cm; mso-para-margin-bottom:8.0pt; mso-para-margin-left:0cm; line-height:107%; mso-pagination:widow-orphan; font-size:11.0pt; font-family:"Calibri",sans-serif; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi; mso-fareast-language:EN-US;}
Entre aquests recursos n'hi ha un que he elaborat jo mateixa: La importància de fer-se bones preguntes a l'assessorament filosòfic. Consisteix en un text breu i un exercici que ens permet veure la importància i les repercussions que es donen en relació amb el tipus de preguntes que ens plantegem de forma recurrent.
La niñez es la única etapa de la vida a la que no se llega. Simplemente se está viviendo allí. El niño no tiene conciencia de haber sido pre-niño. Para él, el presente inmediato es más intenso que su memoria. El niño vive precipitándose en el futuro que se anuncia. Por eso el niño melancólico -que alguno habrá- es un contrasentido. A las demás etapas de la vida, sin embargo, se va llegando.
La adolescencia, la primera, es, de hecho, una revuelta contra la niñez; un intento bastante chapucero de dejar de ser niño. Después las siguientes etapas se anuncian intensamente en las vidas de los otros, ya que un número creciente de miembros de nuestra generación va llegando a ellas.
Ahí está, por ejemplo, el momento en que la gente comienza a emparejarse y a mostrarse en ufanamente con su novia o novio, de manera que, en poco tiempo, lo extraño es la soltería. Después a la gente le da por casarse y tener hijos y por mostrar con su coche y su casa lo que ha hecho con su vida. Los hijos crecen, estudian, se independizan y entonces la gente comienza a jubilarse.
Hasta aquí el proceso tiene una naturalidad que a todos nos parece obvia. Una etapa nos lleva a la otra. Y en eso estamos cuando la gente comienza a morirse. Y esto, entonces, se pone serio. Hasta hace poco la muerte de alguien de tu generación era lamentable por extraño; pero llega el momento en que no hay mes que no traiga la noticia de un deceso y, entonces, lo que comienza a ser extraño es tu condición de notario -sin duda, interino- de las muertes ajenas.
En los cuadernos que publica "Cristianisme i Justícia" número 224 , Joan Garcia del Muro, F,Javier Vitoria y Sonia Herrero presentan sus aportaciones en unas Jornadas sobre; Pensamiento, Fe i Justicia.
La temática sobre la que tratan es el concepto de Verdad. Este concepto precisamente es uno de los que me ha obsesionado a lo largo de los años. En estos tiempos la verdad está cuestionada como un concepto que se pueda defender de forma absoluta. Por consiguiente se habla de la época de la Post verdad. Sin embargo estos tres autores han introducido una idea sugerente , el secuestro de la verdad. Al introducir esta idea ponen el acento en la dimensión ética y no sólo epistemológica. En tiempos de pandemia y de grandes cambios e incertidumbres económicas y climáticas, la relación que establecemos con la verdad resulta importante.
¿A qué llamamos verdad? ¿Resulta cierto que hemos perdido la verdad hoy? . Lee McYntyre en su libro " Posverdad/verdad" escrito en el 2018 intentó puntualizar sobre esta idea nacida de la postmodernidad y del pensamiento débil, sostenido por autores como G. Vatimo y Lyotard . Bajo esta idea se suceden otras muchas ideas que puede que compliquen la claridad . La gente que sigue mi blog sabe que en los cafés filosóficos que venimos realizando en Barcelona planteamos el tema de la mentira. Una pregunta que obligaba a los participantes a diferenciar entre mentir o equivocarse . Queda claro que la posverdad no seria un mentir sin más. La posverdad tiene claro su propósito que no es otro que faltar a la verdad sin desafiar autoridad alguna , sin determinar criterio de demarcación alguno que someta los hechos a ciertos parámetros de objetividad.
García del Muro señala que la posverdad no sería sólo pues una cuestión epistemológica o de sesgo cognitivo , sino también con implicaciones éticas por la relación que se establece entre el emisor y el receptor del mensaje. Por consiguiente nos señala que la verdad anda secuestrada . Al hablar de secuestro introduce la idea de una apropiación indebida de los hechos o las ideas . Una ausencia de verdad indica pues que no existe verdad alguna. Para ello, recorre a la historiografía del concepto. Fue en la Segunda Guerra Mundial y con la barbarie de Auschwitz cuando se establece que se puede promover la maldad absoluta y de forma dogmática, absoluta, totalitaria. En este sentido la verdad se define como violenta porque puede convertirse en fanática. Las Guerras de Religión son un claro ejemplo de esto . Parece pues como sostenía la postmodernidad que conviene huir de estos fanatismos de la verdad absoluta y totalitaria. Pero el resultado continua diciendo el autor, es la generación de un relativismo que encubre de nuevo el totalitarismo cuando consigue l banalizarlo absolutamente todo.
En este sentido en base a la palabra libertad se acentúa un auténtico fanatismo y dogmatismo social y político. Ese totalitarismo digital de las redes sociales algorítmico totalmente pervierte incluso la idea de que sea necesario defender una verdad que no sean mis intereses y deseos personales. Por eso la posverdad no es la mentira , va más allá de esta. ¿Qué sucede cuando no hay verdad ? En el debate del todo vale , todo es opinable, todo es sugerible, se suceden algunas características de estos tiempos continua el autor :
És una bona notícia perquè respon a una inquietud davant de la incertesa dels temps que vivim. La filosofia dona una resposta des de la racionalitat, des d´aquest camí del pensar que hem anat construïnt durant segles. És una bona caixa de eines per orientar-se en el món.
Sense pretensions eurocèntriques ens centrarem en la tradició que comença en Grècia, continua per Europa i es va globalitzant. No perquè sigui la millor, sinó perquè és la nostra i, precisament per això, hem de partir necessàriament d’aquí.
Hi ha l’opció de fer el curs en dues modalitats diferents:
Per poder reservar plaça en aquest curs, és necessari fer un pagament inicial de 60€. Un cop iniciat el curs, caldrà facilitar les dades per poder fer els cobraments corresponents, ja siguin mensuals, trimestrals o anuals. A tots els ex-alumnes de cursos semestrals o anuals se’ls descomptarà l’import dels 60€ de la reserva de plaça del primer rebut del curs.
Si et matricules a més d’un curs anual o semestral, s’aplicarà un 10% de descompte en la quota mensual, trimestral o anual.
TEMARI PRIMER BLOC: EL QUE PODEM APRENDRE DELS ANTICS : LA FILOSOFIA COM A FORMA DE VIDAEn aquest primer bloc ens introduirem en el camí del pensar que es forma a partir dels grecs i al que hem donat el nom de la filosofia. La figura polèmica i pertorbadora de Sòcrates. La relació complexa entre les dues gran creacions de la polis d´Atenes : filosofia i democràcia. Aristòtil com l´autèntic configurador de la nostra manera de pensar. L´aparició d´ escoles filosòfiques com escoles de vida en l´època incerta de l’hel·lenisme i la continuació a l´Imperi romà.
La civilització occidental apareix a partir del creuament d´aquesta tradició clàssica grecoromà amb una altra que arriba de l´Orient pròxim : el cristianisme. Durant segles el cristianisme serà l´unificador del pensament occidental i d´Europa. A partir del renaixement, i sense qüestionar la religió, apareixerà un nou humanisme. Els segles XVII i XVIII seran els que donaran lloc a las grans conceptualitzacions i argumentacions sobre els nous fonaments del saber, l´ètica i la política. Com a rerefons, la gran revolució científica del segle XVII a Europa, la instauració progressiva de la economia-món capitalista i la legitimació de l´Estat modern. I l´aparició del subjecte individual com a referent.
El segle XIX comença amb les grans construccions metafísiques de Hegel o l´optimisme cientifista de Comte. No trigarà molt en aparèixer les teories crítiques de la modernitat : el mestres de la sospita ( Freud, Marx, Nietzsche). Fins arribar a totes les seves derivacions al segle XX : de Wittgenstein i Heidegger a Foucault. I les noves aportacions del segle XXI.
Leo, ya sin sorpresa, que en una discoteca de no sé dónde han prohibido mirar a nadie sin su permiso. Visto cómo está circulando la noticia por los medios, me imagino que se trata de una inteligente campaña publicitaria, porque, ¿cómo sabemos que nos mira otro sin nuestro permiso si no lo estamos mirando sin su permiso?
A una desconocida no se le puede decir que es fea por la misma razón por la que tampoco se le puede decir que es guapa, por no pecar contra la denostada galantería. Como aconsejaba don Luis Morcillo en Unas gotas de humor, a una desconocida lo que hay que decirle, si es que nos vemos en la ineludible necesidad de hablarle, es algo así como "A mí, usted, ni fu ni fa".
O sea, hay que reaccionar ante las desconocidas de la misma manera que reaccionaríamos ante un comedor estilo renacimiento (con la inseguridad de los que han de aparentar que conocen la palabra adecuada para nombrar estas cosas).
Aquesta novel·la de l'autora russa Lidia Txukovskaia (1907-1996) es va publicar el 1972 al mercat occidental, tant en rus com en la seva traducció anglesa, ja que les obres d'aquesta autora estaven prohibides a la Unió Soviètica. Txukovskaia va ser una de les veus més crítiques amb la repressió política soviètica durant el règim estalinista i també dècades després, quan aquesta persecució teòricament s'havia suavitzat. Els seus enfrontaments oberts amb figures influents del règim soviètic van portar a la seva expulsió del Sindicat d'Escriptors el 1974, la qual cosa equivalia a un ostracisme oficialitzat. Immersió és la seva segona novel·la, i és molt més autobiogràfica fins i tot que la primera, Sofia Petrovna. A Immersió, la protagonista, Nina Sergueievna, obté un permís del Sindicat d'Escriptors per a tres setmanes de vacances en un hotel als boscos finesos. Aquest és un mitjà perquè els autors puguin centrar-se a escriure les seves obres, ja que a la ciutat, en pisos compartits amb diverses famílies, és difícil trobar la tranquil·litat i la intimitat per poder-ho fer. Ara bé, Nina es troba en estat de xoc per la desaparició del seu marit durant el terror estalinista de 1937 i, per a ella, aquesta estada al bosc representarà una oportunitat per reconnectar amb les seves emocions perdudes i posar per escrit un testimoni d'aquells dies de la seva vida.
La novel·la sembla senzilla a simple vista: una sèrie d'entrades de diari, ordenades cronològicament, que ens expliquen d'una forma lenta i molt atmosfèrica l'estada de la protagonista al bosc, i els seus intercanvis amb els seus companys, escriptors com ella. Ara bé, el relat aviat es transforma en un hàbil joc de miralls: a través dels flashbacks de la protagonista s'estableix una doble línia cronològica, entre el terror de 1937 en què milers i milers de ciutadans soviètics van ser acusats de traïdors a la pàtria i van ser empresonats en camps de treball o directament executats sense cap mena de judici ni d'explicació, i la nova onada de repressió política que la protagonista comença a experimentar en el moment present, el 1949, en què el govern ha iniciat una campanya antisemita contra les idees "cosmopolites". Mentre que els altres escriptors fan com si no passés res, Nina se sent molt alarmada per la repetició de la història, sobretot quan comença a sentir la mateixa retòrica pels canals oficials que en aquell moment havia justificat la persecució.
El relat també és dual en un altre aspecte: la novel·la es titula Immersió perquè la "immersió" és una paraula que utilitza la protagonista per referir-se a aquest estat mental en què pot pensar amb claredat i rescatar del seu record el testimoni dels dies de terror. Al seu voltant, el que la cultura oficial demana són relats glorificadors de patriotisme soviètic i de sacrifici abnegat i obedient a una causa més gran que els ciutadans mateixos. La repressió, patida per gairebé tothom que l'envolta, és quelcom que ha de quedar silenciat de la vida quotidiana, que la gent comparteix com si es tractés d'un codi secret, però que ha de quedar soterrat de la vida pública perquè podria empitjorar la precària situació present. És així que Nina Sergueievna s'assabenta que tots aquells que van ser deportats el 1937 han estat etiquetats com a "reinicidents", i poden ser tornats a deportar en qualsevol moment perquè són sospitosos d'entrada, com li passa a la germana de la patrona de l'hostal, o a un dels altres residents, Bilibin, amb qui estableix una relació ambigüa marcada simultàniament per l'atracció i la repulsió.
D'aquesta forma, l'arbitrarietat i la injustícia del sistema queda ben palesa al llarg de tota la novel·la, tot i que formi part d'aquest món soterrat de comentaris a mitja veu i dobles sentits que només pot sortir a la superfície si algú es decideix a explicar-los. Els personatges jueus van apareixent al llarg de la novel·la com a víctimes d'una persecució política sense més motiu que la seva pròpia identitat, mentre que els vilatans que fan les feines per als escriptors són considerats pel règim ciutadans de segona com a càstig perquè el poble va ser ocupat pels alemanys durant la segona guerra mundial. No és d'estranyar, per tant, que aquests vilatans observin els escriptors que s'allotgen a l'hotel amb recel i menyspreu, mentre els veuen gaudir del seu lleure, apàtics i insconscients del seu propi privilegi. Ara bé, totes aquestes injustícies de què Nina és testimoni són irreproduïbles sobre el paper, i l'escriptora sap que el relat que està escrivint, sobre la desaparició del seu marit dotze anys abans, quedarà silenciat i sense publicar per sempre.
La novel·la estableix aquest contrast colpidor entre el silenci dels que no poden perpetuar el seu relat per por, i la retòrica omnipresent i eixordadora de les autoritats a través del seu altaveu cultural. Aquest contrast queda encarnat per la protagonista, defensora de la poesia experimental de Pasternak i dels clàssics russos, i el personatge de Bilibin, que és perfectament conscient de la injustícia de la seva situació com a ex-presoner però que posa la seva narrativa al servei de la perpetuació dels valors del règim. Nina se sent incomodada pel persistent flirteig de Bilibin, però a la vegada sap que aquest és el seu últim contacte amb el món dels camps, i la seva oportunitat última per saber com va ser el destí del seu marit. Com li va passar a la mateixa Lidia Txukovskaia, dotze anys després de la desaparició del seu marit Nina encara ha d'interpretar què significa la condemna a "deu anys d'internament sense dret a correspondència". Bilibin serà qui, com un hoste no desitjat, li haurà d'interpretar l'equívoc dels termes i li obrirà els ulls definitivament.
Quan Nina finalment torni a Moscou, ho farà havent tancat aquest episodi de la seva vida. El seu és un caràcter resilient a la força, que entén la necessitat de seguir endavant encara que només sigui per la memòria dels perduts, i que ho fa fins i tot quan sap que la seva veu no serà escoltada durant la seva pròpia vida. És un contrast molt vívid i punyent amb el personatge de Sofia Petrovna: la protagonista d'aquesta novel·la havia de conviure amb la contradicció de la innocència del seu fill i la infalibilitat del règim soviètic. En cap moment no arribava a ser conscient de la injustícia que estava patint, i quedava condemnada a perdre el cap intentant conciliar aquestes dues veritats inamovibles per a ella. Aquí, en canvi, Nina Sergueievna és molt més conscient i articulada que la seva predecessora: fins i tot el seu silenci impotent pot esdevenir molt més eloqüent que qualsevol mentida perpetuada pels mecanismes oficials.
Sinopsi: Durant els mesos de febrer i març de 1949, la traductora i escriptora Nina Sergueievna es trasllada a un hostal del camp amb altres escriptors, per a unes vacances que els permetran dedicar-se exclusivament a la seva obra. Durant aquesta etapa de desconnexió, la protagonista reflexiona sobre l'episodi de la desaparició del seu marit, mentre al seu voltant veu com el clima de terror i repressió perpetuat per les autoritats soviètiques es torna a repetir.
M'agrada: M'ha agradat el seu to combatiu i la seva aposta per la denúncia fins i tot des de la impotència més immensa. El seu joc de miralls i de contrastos entre diferents episodis aparentment inconnexos, entre diferents relats, entre paraula i silenci, creen una tensió soterrada dins del relat que colpeix especialment en una novel·la que pot semblar lineal i senzilla en aparença.
La primera, esta de Sanz Irles: "Primero fuimos la 3ª edad, después, “nuestros mayores”, luego nos quisieron dignificar y fuimos “seniors” y ahora oigo que somos los “silver”. Vamos a ver, atajo de GILIPOLLAS (que no se puede ser más gilipollas), somos viejos, los viejos de toda la vida, ¡bobos de los cojones!"
La segunda. Ayer La Vanguardia nos hizo a los rosamerones un magnífico e inesperado regalo: dedicó dos páginas a una muy sustanciosa entrevista a nuestro autor Álvaro Pombo. "¿Usted cree en Dios", le preguntaron. Y Pombo contestó: "Habría que cambiar la palabra creencia, que es fe, por confianza. Yo tengo confianza".
Me preguntan desde Somiedo -tengo que hablarles un día del Monstruo de Somiedo- cuál es la clave de la vida en pareja.
Buena pregunta, aunque no estoy seguro de que se pueda generalizar una respuesta. Posiblemente los emparejados sean como los no emparejados: no hay dos iguales.
Cuando estaba sometido a las rigideces de la vida laboral y sus horarios, pudiera haber contestado que la vida en pareja nos hace más soportables las tardes de domingo. Pero ahora ya no hay tardes de domingio Con la jubilación, las tardes de domingo se domestican y se convierten en un fragmento más del presente continuo.
Ante preguntas así uno siente la tentación de ponerse tremendo y dedicarle unas cuantas frases redondas a su propio narcisismo.
Recuerdo aquello que decía Balmes: que el hombre es como un borracho a caballo, que si lo enderezas por aquí se te tuerce por allí. Pues bien, tu pareja es tu caballo.
Dice Aristóteles en la Ética a Nicómaco que el ser humano es "syndiastikós" (1162 a). Podemos traducir este término como "emparejado". Estas son las palabras de Aristóteles: "La relación (philía) entre marido y mujer parece darse por naturaleza. El hombre, por naturaleza, es antes un "syndiastikós" que un "politikós".
El segundo: la lectura lenta es un ejercicio muy razonable de humildad. Para leer con atención rumiante conviene no creerse más listo que el autor de cualquiera de los grandes libros de nuestra tradición y, por lo tanto, conviene dejar abierta la posibilidad de que ese autor pueda saber sobre nosotros algunas cosas importantes que el presente nos oculta o ignora. Aceptar como punto de partida que el pasado puede iluminar el presente, nos anima a buscarnos a nosotros mismos, con la mayor atención, en los grandes textos (cuyo tiempo es el presente continuo).
El tercero: La lectura lenta es la mejor vacuna contra el historicismo de baratillo dominante. Hoy es necesario recordar que es un poco ingenuo creer que escribes mejor que Proust por el mero hecho de escribir después de él. Pero eso significa que Proust sigue siendo un maestro de todo aquel que tenga altas expectatvas sobre su escritura. A mi modo de ver, reconocer a otro como maestro no es un gesto de sumisión, sino de grandeza, ya que todo maestro genuino sabe que, al ponernos en contacto con lo grande, está cumpliendo con su deber de incubar deslealtades.
Corruptissima republica plurimae leges, decían los romanos. Viendo nuestro mundo, no hay duda de que no andaban equivocados.
¿Pero es la corrupción de la sociedad la que exige más leyes o es el mismo incremento de las leyes el que provoca la corrupción social? ¿Será el deseo de ser buenos de nuestros legisladores -buenos a la moda, claro- el que nos está empujando hacia la corrupción?
Entre los regalos que me ha hecho el azar amigo últimamente, el más improbable y, por lo tanto, el más inesperado, ha sido el de montar una editorial con dos socios más a los cuales el mismo azar amigo ha tenido la generosidad de conducirme.
- ¿Qué necesidad tienes de meterte en más complicaciones? -me preguntaba mi mujer.
Necesidad, ninguna, pero si el azar amigo llama a tu puerta, lo peor que te puede pasar es que no estés en casa.
Para mi fortuna, mis dos socios son grandes profesionales. Trabajan mucho y muy bien y a mi me dejan el puesto de diletante, que entretiene sin cansar. ¡Y cómo lo estoy disfrutando!
Nos ha tocado aparecer en unas circunstancias difíciles. El precio del papel se ha disparado y no parece encontrar tope y las ventas se han reducido. Recientemente leía una estadística que aseguraba que en España el 86% de los libros que se publican no llega a los 50 ejemplares de venta. Gracias a Dios no es nuestro caso. A nosotros nos está yendo bien, si bien es cierto que, ya que no podemos prever los ingresos, hemos reducido los gastos corrientes al mínimo.
Tenemos a punto las publicaciones del próximo cuatrimestre y estoy completamente convencido de que no solo nos ayudarán a continuar navegando con vientos portantes, sino que alguno de los libros que tenemos en imprenta dará la campanada. Y, si no, al tiempo.
La mayor prueba de la fragilidad del hombre es lo fácil que se olvida de su fragilidad.
Aquesta novel·la de Stanisław Lem (1921-2006) es va publicar per primer cop l'any 1961 en l'original en polonès, i ha esdevingut, a través de les seves traduccions a nombroses llengües, un clàssic de la ciència-ficció del segle vint. És la primera obra que llegeixo d'aquest autor, i m'ha semblat una novel·la excel·lent, i un exercici molt curiós d'equilibri - i de compromís, possiblement - entre la ciència-ficció dura (d'inspiració científica) i la ciència-ficció tova (d'inclinacions més humanístiques). A mi, de fet, m'ha semblat més aviat ciència-ficció tova disfressada de relat científic: més que desenvolupar els conceptes científics que proposa, el que fa la novel·la és reflexionar sobre els límits mateixos de la ciència com a forma d'explicar el món, i proposa la història d'un mateix problema científic a través d'un segle d'estudis i investigacions infructuoses. Més enllà de les aventures del psicòleg Kris Kelvin a l'ignot planeta Solaris, la novel·la ens relata també la història sencera de la descoberta científica d'aquest planeta misteriós, les múltiples hipòtesis proposades per tal d'explicar la seva naturalesa i el seu estrany comportament, i les rivalitats que divideixen diferents escoles científiques que donen explicacions variades sobre els fenòmens observats a Solaris.
La forma com Lem desenvolupa la història és extremadament intel·ligent. No és casual que les narratives de contacte amb civilitzacions alienígenes sempre ens presentin els extraterrestres com a éssers antropomorfs, perquè tendim a representar allò que coneixem, fins i tot quan ens plantegem l'alteritat com a problema. L'oceà que cobreix el planeta Solaris és un ésser vivent i pensant que no té cap mena de punt en comú amb un ésser humà: és quelcom completament altre. El seu pensament es manifesta a través de formacions orgàniques i geomètriques que canvien la superfície del seu plasma, però no hi ha forma de saber què són aquestes, ni què representen, ni per què el planeta Solaris es comporta com ho fa. És a dir, és com trobar-nos davant d'un significant sense significat o, més aviat, davant de quelcom que interpretem com a significant però que tampoc tenim garanties que ho sigui realment.
Aquest és el problema que afronten a través de les dècades els estudiosos de Solaris, o solaristes, com ells mateixos es denominen. Un d'aquests científics, el neuropsicòleg Kris Kelvin, arriba a la base instal·lada al planeta Solaris per assistir els tres científics que ja hi treballen. Tanmateix, la seva arribada a Solaris és pertorbadora i desconcertant: el seu mentor, Gibarian, s'acaba de suïcidar; mentre que els altres dos companys es troben en un estat d'ansietat i de paranoia extremes. Un d'ells, Snaut, esdevé el seu únic contacte amb la realitat, mentre que Sartorius, el cap del laboratori, es nega a veure cap dels altres i només es comunica amb ells per telèfon. Sembla que, desesperats per trobar unes respostes inexistents al comportament del planeta, els científics han realitzat un experiment amb raigs X sobre la superfície de l'oceà, i a partir d'aquest moment tots han rebut la visita d'alguna persona estimada de la seva vida anterior.
Tots interpreten que el planeta els està manipulant les ments amb aquestes aparicions, tot i que n'ignoren la intenció última. En tot cas, el que saben és que no són meres il·lusions, sinó organismes de carn i ossos que semblen retenir quelcom de la seva personalitat passada. Qualsevol intent d'eliminar-los és inútil: els seus teixits es regeneren automàticament, i semblen incapacitats per sobreviure lluny del seu hoste. Fins i tot després de mort, la visitant de Gibarian, una dona negra explícitament caracteritzada amb trets exòtics, encara s'aferra al seu cos. Sartorius resta tancat al laboratori amb el seu visitant, un infant, mentre que no sabem res del visitant de Snaut. Poc després d'arribar a la base espacial, Kelvin rep la visita de la seva difunta esposa, Harey, que es va suïcidar després d'una baralla de parella. De fet, aquest és l'altre gran motor de la narració: la presència dels visitants a les seves vides esdevé un altre enigma afegit que els científics han de desxifrar. És tan sols un senyal que els envia el planeta, o un experiment que opera sobre ells, de la mateixa forma que ells el bombardegen amb raigs X? És per fer-los tornar bojos? És per torturar-los amb un joc psicològic que no tenen mitjans per guanyar?
I és l'actitud que adopten davant dels visitants que apunta a la pregunta més àmplia de la narració, sobre la dinàmica del coneixement científic, i la relació entre subjecte i objecte de coneixement. La racialització de la visitant de Gibarian, que bé es pot interpretar com a racisme per part de Lem, també pot apuntar soterradament a l'etnocentrisme inherent a la mentalitat de la raó científica occidental: l'altre considerat com a misteri exòtic que cal reduir i explicar en els nostres propis termes. La relació que s'estableix entre Kelvin i la Harey de Solaris també ens apunta a aquest tipus de defectes: Harey no té més tret de personalitat que ser l'acompanyant abnegada i sempre servil del seu estimat, i Kelvin mai no qüestiona aquest aspecte de la relació. El seu tracte paternalista envers Harey no revela altra cosa que la seva forma de concebre el món, i en aquest sentit també és significativa la relació sexual que s'estableix entre la parella, sempre centrada en els impulsos i sensacions de Kelvin més que no pas en els de Harey. Fins i tot l'episodi del suïcidi es pot llegir, en la novel·la, en aquests mateixos termes: Kelvin se sent culpable del suïcidi de Harey perquè se'n considera el causant directe, però en cap moment arribem a copsar si ella tenia alguna altra motivació a l'hora de prendre aquesta decisió. De la mateixa forma, un cop a la base espacial amb la segona Harey, les accions d'aquesta sempre acaben prenent Kelvin per sorpresa i colpint-lo amb el seu misteri.
Solaris planteja aquesta problematicitat del coneixement humà i de la pregunta per l'altre a través de tota aquesta sèrie de motius recurrents. No podem conèixer quelcom que és absolutament altre perquè el nostre coneixement està lligat a la nostra pròpia visió del món; per això donem forma humana a qualsevol cosa que no puguem conèixer. El misteri del planeta Solaris és equivalent al del noumen kantià: allò que se'ns escapa de la realitat perquè no depèn de les nostres pròpies estructures cognitives. Solaris és també la història de com un misteri es pot arribar a transformar en fe: els solaristes mantenen la pregunta oberta fins i tot després que es demostri la inutilitat de tots els seus estudis i que els governs terrestres retirin el finançament per al projecte. Fins i tot després d'acceptar que mai l'arribaran a conèixer, els científics solaristes segueixen esperant que algun dia el "Contacte" es produirà. La darrera explicació que dona Kelvin sobre la naturalesa de Solaris fa una síntesi força curiosa entre ciència i religió: aquest tipus de digressions que es poden arribar a donar en la narrativa especulativa i que en altres gèneres potser no s'aguantarien tan bé.
Ara bé, la seva racionalitat cientifista també encega els personatges a una altra possible explicació de les aparicions que només s'intueix cap al desenllaç, i possiblement quan ja és massa tard: que potser els visitants són un regal que el planeta els ofereix, un gest de bona voluntat cap a l'altre desconegut que ve a colonitzar-lo? L'aparició de Harey sembla una oportunitat per a Kelvin de reiniciar la seva vida de nou justament abans que tot anés pel pedregar, d'enfocar la relació d'una altra manera o, simplement, de gaudir el present que li és ofert com un do. La seva incapacitat de fer-ho, així com les variades reaccions neuròtiques dels altres científics davant la mateixa situació, apunten a aquesta crítica força subtil i reveladora d'una concepció determinada del coneixement. Em penso que no és casualitat que almenys dos dels visitants siguin dones, que una d'elles sigui una dona explícitament racialitzada, i ho sigui en termes racistes, i que el problema més gran que afrontin els investigadors protagonistes sigui, principalment, un tema de comunicació: no sols la suposada comunicació que intenten establir amb Solaris, sinó que també s'interposi entre ells un creixent aïllament que els impedeix arribar a confiar plenament els uns en els altres.
En aquest sentit, aquest clima de paranoia també es reflecteix sovint en la ficció especulativa del període de la Guerra Freda, en què l'altre sempre es pot revelar com un enemic disfressat o un espia. I, al capdavall, potser no és el clima adequat per desenvolupar una investigació científica, o bé, quan aquesta es desenvolupa, sempre oculta una agenda política, industrial o colonial al darrere. Aquesta concepció de la ciència xoca amb la motivació altruista i desinteressada del protagonista, que valora tan sols el coneixement pel coneixement i que sembla capaç d'arribar a qualsevol extrem per tal de respondre la pregunta que el preocupa: per això el desenllaç de la novel·la resulta tan colpidor i desolador sobre la pàgina. Solaris és una bona recomanació per als qui us agradin les novel·les de cocció lenta i que exploren idees filosòfiques de forma especulativa. A mi m'ha resultat tota una sorpresa en positiu: me l'esperava molt més "dura" en termes científics, i el que hi he trobat ha estat una reflexió deliciosa, pertorbadora i a estones angoixant sobre la naturalesa humana i les seves cruïlles de camins.
Sinopsi: L'investigador Kris Kelvin és enviat en una missió a la base espacial que estudia el planeta Solaris. Quan hi arriba, es troba els seus companys en un estat lamentable: un d'ells s'acaba de suïcidar, un altre es nega a comunicar-se amb ningú, i l'altre es troba en un estat de confusió i angoixa extremes. De seguida li recomanen que no es refiï de cap presència o aparició a la nau que no sigui la dels científics mateixos.
M'agrada: És un text molt ric en imatges i metàfores del que intenta a explicar, i a la vegada també és molt clar sobre les idees que exposa. Sobretot, m'ha agradat la reflexió que fa sobre la ciència - i la seva evolució al llarg dels anys - i les implicacions més filosòfiques del relat pel que fa a la naturalesa del coneixement i al concepte mateix d'alteritat.
No m'agrada: El marcat tractament misogin de l'únic personatge femení que té protagonisme a la novel·la. S'entén dins del context del relat, però tot i així.
a Carme
El hombre es, inevitablemente, un ser futurizador, decía Ortega, con razón.
Lo es porque todas las cosas -incluyéndolo a él mismo- están marcadas por la deficiencia de lo que aún no son pero pueden llegar. En la potencia hay siempre la huella de una carencia. En este sentido lo potencial es la manifestación de cierta irrealidad de lo real. O, dicho de otra manera, cuanto más presente tenemos lo potencial, menos consistente se muestra lo real. Lo posible y lo real van en sentido opuesto. Para el hombre lo más real es lo que ya no está, el pasado. No está y, sin embargo, nos arrastra con el peso de la memoria.
Lo posible ontológico tiene siempre algún sentido antropológico. Puede ser deseable y buscado; puede ser imaginado y fabulado; puede ser temido y evitado... Puede ser visto como la obsolescencia del presente y, en este sentido, vivido melancólicamente; como azar o como necesidad, como sorpresa... etc.
Lo posible puede ser también vivido estratégicamente, como una planificación que puede incorporar o no ciertas renuncias prudenciales. Es el caso, por ejemplo, del trabajo, vivido como una inversión del esfuerzo para conseguir una posibilidad de ocio... Se retuerce lo posible para buscar lo deseable.
La manera más intensa de vivir lo posible es la de la inminencia expectante, que es la que abre para el hombre la posibilidad de la aventura, el juego (y el azar amigo). Aquí se encuentra la posibilidad de vivir la negación como afirmación del deseo y, como diría también Ortega, aquí se encuentran las formas de la vida feliz, cuyo paradigma es la caza.
A partir del 20 de agosto la playa está vacía a las 8 de la mañana. Casi vacía, mejor dicho, porque, vayas a la hora que vayas, siempre hay alguien que ha llegado antes que tú. Pero a la zona que yo acostumbro a ir, no nos encontramos más de tres o cuatro personas a esa hora. A partir de las 8:30 comienzan a llegar, parsimoniosamente, más bañistas.
Hoy me han llamado la atención dos parejas.
La primera ha llegado a la vez que yo. Estaba formada por dos adolescentes de unos 16 años. Ella se bañaba plácidamente y él se movía a su alrededor impulsado por una energía inagotable. Pura vitalidad del macho que estrena su condición. Salía del agua, corría unos metros por la arena y volvía a zambullirse aparatosamente, estirando los brazos, haciendo giros inverosímles en el aire y riendo de alegría. Una y otra vez, sin parar. Así los he dejado cuando a las 9:15 he vuelto a mi casa.
La segunda ha aparecido más tarde. Unos treinta años. Han extendido sus toallas sobre la arena, han abierto la sombrilla, se han quedado en ropa de baño y él ha lanzado un palo al agua. Ella se ha lanzado a por el palo y ha vuelto junto al chico con el palo en la boca. Han repetido esto varias veces, como si fuera la conducta más natural del mundo y, después, se han estirado sobre las toallas dándose la mano.
"¡Detente! -le pedía Goethe al instante- ¡Eres tan hermoso!"
Un filósofo musulmás sostenía que el castigo del diablo es no poder detener el instante. Cuando, por ejemplo, le llega el sonido de una bella melodía, quisiera detenerlo, apropiárselo y gozarlo sin descanso. Pero todas las cosas pasan y sólo Dios y el diablo permanecen. Dios vive en el instante porque es lo que siempre es actual; el segundo, está condenado al instante, porque siempre está cayendo en la inactualidad. Pero en ambos casos, el instante es lo eterno en el tiempo.
El hombre moderno ha sido capaz de congelar el instante y guardarlo en sus exomemorias (léase USB, ordenador, teléfono móvil...) para reproducirlo a su antojo cuando quiera. Vive así es una pluralidad de instantes que, si es posible, es porque el instante genuino ha perdido realidad.
Tiro del apunte anterior.
Aristóteles acertó plenamente al utilizar los conceptos de potencia, acto y deficiencia para explicar la constitución histórica de los seres naturales. El ser es en potencia (tiene potencial) mientras pueda ser lo que aún no es (mientras sea deficiente con respecto a lo que siempre está llegando a ser) y es en acto cuando su potencia cuaja en una forma que podemos señalar como estando (momentáneamente al menos) ahí.
Si el ser lleva en su ser la posibilidad de ser lo que aún no es (en los límites, claro está, definidos por su especie), todo cuanto es está en estado deficiente (el acto es la coyuntura presente de la potencia) y en la captación de esta deficiencia por el sujeto está la posibilidad de lo histórico.
La historia es siempre relato de deficiencias permanentes y actos puntuales.
En este sentido podríamos decir que el universo comienza con una potencia sin acto, una deficiencia pura (dado que el inicio del famoso big-bang no tiene ni forma ni propiamente historia) y acabará como un acto sin potencia (dado que todo cuanto es tendría como destino una sopa cósmica inerte, fría, muda y ajena a toda variación porque no tendría sentido aplicarle el concepto de deficiencia).
Todo esto, perdonen ustedes, tiene que ver con algo que ando intentando escribir sobre el cosmos como unidad imposible de sentido.
Cada amanecer trae sus colores nuevos al día, que son como un preludio.
Ortega insistía en el carácter futurizador del hombre. Pero esto es como afirmar que somos seres que tienden espontáneamente a encontrar sentido narrativo a la sucesión de cuanto nos rodea. No nos pasan cosas. Nos pasan cosas porque, para que... No vemos cosas. Vemos cosas que son partes de un relato. Así, el amanecer es una introducción. No importa tanto a qué introduce como el hecho de que sea una promesa que confiamos que tenga de forma natural su continuidad.
El primer artículo filosófico que escribí se titulaba "La intuición narrativa" y defendía que todo, cuanto es un objeto de la experiencia, es incorporado a la misma como un momento de una narración cuyo relato está siempre abierto. Añadía que si vemos cosas que son parte de un relato es tanto porque el mero hecho de verlas ya las integra en nuestra biografía, como porque todo cuanto vemos está marcado por la insinuación de lo que aún no es.
Ser es ser parte de un despliegue temporal.
Cumplo hoy 67 años con -por supuesto- la alegría grande de poder celebrarlos entre los míos, pero con la perplejidad de seguir sintiendo en mi interior, bien fresca y viva, la voz del niño que fui. Se han apagado muchas voces de lo que he sido, que quedan como crónicas y recuerdos, más o menos satisfechos, de distintos pasajes de mi vida. Pero el niño sigue vivo, remoloneando en mi interior, sorprendido de estos años en los que se va adentrando una parte muy sustancial de mí mismo, pero no todo. Algo de mí sigue chapoteando, irreductible, en los charcos de la niñez.
Ya no hago planes para el futuro mediato, pero sigo acumulando proyectos para mañana, eso sí. Mañana, amigos, me gustaría seguir vivo y deseo poder renovar la esperanza de conseguirlo cada día, para poder seguir siendo un futurizador de lo inmediato, dado que mi porvenir a medio plazo ya está escrito.
La esperanza que cree más en mañana que en pasado mañana tiene sus ventajas. Por ejemplo, ya no me preocupa mi C.V. Ya no hago nada para acumular puntos o prestigio o una línea más en mi currículo. Ahora intento hacer lo que me apetece porque me apetece y, en este sentido, he ganado, sin duda, libertad y, sobre todo, sensibilidad hacia el azar amigo. Es una libertad que se resiente de las herrumbrosas rodillas, del tanteante oído, de la vista cansada; una libertad que no sabe permanecer en la cama cuando se despierta, que se ha vuelto gruñona, pero que disfruta, como nunca lo había hecho antes, de la libertad de pensamiento y, allá hasta donde parece prudente, de la libertad de palabra. Ya saben, "primum non nocere".
El amanecer me pilla despierto.
De hecho, llevo despierto un buen rato. Me acuesto pronto y me levato pronto. Pero hay días que para las cinco de la mañana siento que ya he dormido lo suficiente y no encuentro manera de acomodar mi inquietud al abrigo de la cama, así que me levanto, ando por la casa, bebo agua, curioseo por las redes sociales, leo, escribo, y veo amanecer.
Hoy el amanecer descubre unos azules metálicos, fríos, tiñendo el cielo y el mar. Hay en el horizonte una gruessa linea caprichosa de nubes que juega a un paralelismo imperfecto con la remota línea del mar. Las ramas de las jacarandas, de un verde apagado, como cansado, se agitan frente a mi ventana como si ya fuera otoño. Y no apetece nada ir a darse un baño a la playa. Vuelvo a leer. Pero hoy me cuesta concentrarme y me quedo embobado y vagueo viendo cómo crece la claridad del día.
Oigo decir a un bibliotecario que los libros te hacen la vida menos hostil. Pues dependerá de lo que se lea, ¿no? Hay libros sumamente inquietantes. ¿Don Quijote nos hace la vida menos hostil? ¿Y Homero? ¿Y qué decir de Sófocles o Ciorán? ¿Y los libros de historia serios? Los libros, como el saber, no tienen por misión domesticar la vida. De ahí la perversión pedagógica que pretende gamificar el conocimiento. Y si algún gran libro lo insinúa, se cuida mucho de advertirte que, por si acaso, duermas con un ojo abierto. Los libros -los grandes libros- te muestran la complejidad del mundo tal como es reflejada con sutileza por los grandes artistas de la palabra. Y es en ellos donde aprendemos alguna cosa relevante sobre la tragicomedia de la vida.
Oí decir a un vecino de Hoyuelos de la Sierra, cuando al atardecer salen de sus casas para sentarse en los viejos poyos de piedra, que de noche no graniza. No me sabía explicar por qué, pero estaba seguro de ello. Yo tuve que confirmarlo en google. Y así era. El deseo compartido por aquellos vecinos, que parsimoniosamente salían a recibir la brisa que llegaba de lo profundo del bosque, era que lloviera, pero que lo hiciera de noche, para que el granizo no hiciera mal. Eso, la tertulia al relente en el poyo de la puerta, es lo que hace la vida menos hostil.
Todo el día esperando que, de un momento a otro, el cielo cayera, de pleno, como un pájaro muerto, sobre nuestras cabezas. Pero todo lo que ha caído, hasta este mismo momento, han sido las temperaturas y cuatro tímidas y dispersas gotas de agua. Conociendo la volubilidad de las borrascas de verano en el Mediterráneo, seguro que por algún sitio se las habrán visto con lo que nosotros nos hemos ahorrado. Esta mañana en la playa estábamos cuatro gatos. Olía a final de verano.
Tras regresar a casa, después de diez días memorables en Hoyuelos de la Sierra, en la venerable Sierra de la Demanda, un lugar mágico en el que circula lentamete el tiempo en el tren de cola de la historia, intento poner orden en mis cosas y recuperar el ritmo de trabajo. Sigo con el reinado de Felipe IV, aunque ahora he pasado de sor María Jesús de Ágreda al conde-duque de Olivares. Es este último un personaje político de tal ambición en la intención, que la ejecución era imposible que estuviese a su altura. Además la vida política del conde-duque está dominada, toda ella, por un azar caprichoso e implacable que lo va arrojando a frentes inesperados de la realidad. No me explico cómo este hombre no es más estudiado por los filósofos políticos españoles. Me corrijo: ¿habrá algún filósofo político español que haya estudiado en serio a Olivares? El libro de Gregorio Marañón me parece lamentable. A Cánovas se le escapa viva su realidad... ¿quizás Sánchez de Toca?
Ayer por la noche pude ver, finalmente, Drive my car, la película de Ryusuke Hamaguchi (2021) basada en un relato de Haruki Murakami que tan buenas críticas ha tenido (con la notable excepción de la de Boyero). Es un relato sobre la representación, sobre el hombre como un actor que está representando, inevitablemente, papeles de sí mismo más allá de los cuales no hay ninguna autenticidad que recoja una supuesta verdad. Lo auténtico es el reto de representar el papel que estás reprenetando en este momento de la manera más verosímil posible.
De ahí que, a mi parecer, la clave de la película se encuentre en la penúltima escena, que representa una representación: la del monólogo final de Tío Vania, de Chéjov, uno de los textos más emocionantes, a mi manera de ver, de la literatura universal y que más exigen a los actores:
VOINITZKII. -(A SONIA): ¡Cuánto sufro!... ¡Si supieras cuánto sufro, pequeña mía!...
SONIA. -¡Qué se le va a hacer!... ¡Hay que vivir! ¡Y viviremos, tío Vania!... ¡Viviremos una larga, larga sucesión de días, de largos anocheceres... Soportaremos pacientemente las pruebas que nos depare el destino. No descansaremos nunca. Trabajaremos para los demás, ahora y también en la vejez. Y cuando llegue nuestra hora, moriremos resignadamente. Luego, más allá de la tumba, diremos que hemos sufrido, que hemos llorado, que hemos conocido la amargura... Y Dios se apiadará de nosotros. Y entonces, tú y yo, tío..., conoceremos una vida maravillosa..., una vida de ensueño. Nos sentiremos gozosos y, con una sonrisa en nuestros rostros, volveremos con emoción la vista a nuestros actuales sufrimientos, y, por fin, ambos, descansaremos. ¡Yo tengo fe en ello! ¡Lo creo apasionadamente, con todo mi corazón! Y cuando llegue ese momento, descansaremos. (El telón desciende lentamente.)
Salman Rushdie es troba en estat crític trenta-tres anys després de ser sentenciat a mort per la seva novel·la Els versos satànics. (El govern iranià va convidar qualsevol a matar Rushdie per les seves paraules.)
El 2004, el seu discurs "El valor de la paraula" per al PEN Català en ocasió del Fòrum de les Cultures de Barcelona assenyalava el valor de la llibertat d'expressió, i el malaurat cas dels escriptors que cremen en comptes dels seus manuscrits. El podeu llegir íntegrament en català, castellà, anglès i francès, en el següent enllaç:
"Per l'amor de Déu, obriu una mica més l'univers."
Saul Bellow, El desembre del degà
Aquest llibre de memòries de l'editora francesa Vanessa Springora es va publicar per primer cop fa dos anys i va sacsejar immediatament el món literari francès, en ple embat del moviment #MeToo, en presentar una denúncia pública i totalment eloqüent dels abusos sexuals que va patir per part de l'escriptor Gabriel Matzneff, que ara té vuitanta-cinc anys, quan ella tenia catorze anys i ell vora cinquanta. El llibre de Springora no denuncia uns fets aïllats, però. Matzneff va fer gala durant tota la seva carrera literària de les seves múltiples relacions sexuals amb adolescents menors de setze anys d'ambdós sexes, que seduïa a la sortida dels instituts de París, o els serveis dels quals contractava en aventures de turisme sexual a l'estranger. El seu assaig Els menors de setze anys, publicat el 1974, feia una apologia completa d'aquest tipus de relacions. Ara bé, el silenciament de les víctimes va formar part d'un moviment més ampli de complicitat amb l'abusador per part dels cercles intel·lectuals i filosòfics d'esquerres, que defensaven els posicionaments de Matzneff a la llum de l'alliberament sexual promulgat pel maig del 68.
De fet, El consentiment es transforma també en crònica i denúncia d'aquesta complicitat. A principis dels anys setanta, es va publicar una carta oberta en diversos diaris del país en què es reclamava la despenalització de les relacions sexuals entre adults i menors, i que va ser signada per filòsofs com Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre, Roland Barthes, Gilles Deleuze i d'altres. Una mostra d'aquest ambient de permissivitat i admiració es troba a l'entrevista de Matzneff al programa Apostrophes el 1990 a la televisió francesa, en què tant presentador com tertulians li van riure les gràcies públicament, amb l'única crítica de la periodista canadenca Denise Bombardier, que va quedar retratada per l'opinió pública com la histèrica moralista de torn. Un altre episodi molt colpidor del llibre de Springora relata l'intent de consolació que el filòsof Emil Cioran, mentor de Matzneff, fa a la protagonista, justificant la necessitat de sotmetre's als desitjos del seu amant pel bé del seu art, i assegurant-li que el seu estimat mai no canviarà.
Springora també analitza de forma molt punyent aquesta ambigüitat entre l'art i la moralitat: la suposada llibertat sexual esgrimida per Matznieff per tal de justificar els seus abusos es transforma en llibertat de creació quan retrata les seves aventures sexuals en els seus llibres. Springora pateix aquesta doble explotació, per tant: no sols la manipulació psicològica i l'abús físic per part del seu seductor, sinó també la manipulació de la relació que aquest du a terme en els seus escrits, que la converteixen en personatge literari i creació seva. Però és aquí on Springora exerceix la seva via d'escapada: si Matzneff ha convertit la seva història en material literari, publicant sense permís fotografies de la Vanessa adolescent i cartes d'amor que ella li havia escrit, la lletra escrita també es pot convertir en una eina d'alliberament per a la protagonista, que elabora així un relat en primera persona del que li va passar durant la seva adolescència, reclamant la veu que el seu botxí li havia negat i transformant aquest, al seu torn, en producció literària. El resultat és catàrtic, em penso, tant per a l'autora com per als lectors. Reconec que aquesta crònica de Vanessa Springora ha estat, per a mi, el primer contacte amb la figura de Matzneff, a qui no coneixia en absolut d'abans, i és saludable adonar-se'n durant la lectura. Potser és senyal que els temps han canviat i que, quan ho fan, no sempre és a pitjor. En paraules de Springora cap al final del llibre, l'alliberament de la moral també allibera la paraules de les víctimes. La merescuda irrellevància en què ha caigut l'obra de Matzneff a través dels anys indica que el públic, avui dia, mira en una altra direcció.
Un dels punts més forts d'aquesta lectura és l'habilitat de Springora de crear una narrativa articulada i coherent sobre el seu patiment. Comença amb la descripció de les condicions familiars i socials durant la seva infància que la van fer vulnerable, per continuar amb tots els passos del comportament predador de Matzneff i la manipulació que exerceix sobre ella quan amb prou feines té catorze anys: la seducció inicial, l'aïllament progressiu respecte de tots els seus amics i familiars, el creixent sotmetiment i control que comença a exercir sobre la seva vida, i la relació en termes literaris que s'estableix entre ells, d'autor a musa i de mentor a admiradora, que justifiquen en tot moment el desequilibri en la relació. Quan Springora comença a descobrir les mentides i infidelitats del seu amant i la relació es comença a dissoldre, la manipulació continua a través del victimisme, primer, i molts anys més tard a través de l'assetjament i la continuada explotació de la relació com a material literari en les successives publicacions de Matzneff. Aquestes no expliquen, però, les seqüeles que les relacions deixen en les adolescents victimitzades, que Springora detalla amb cruesa i que s'allarguen fins a molts anys després de tenir lloc els fets.
Un altre dels punts forts d'aquest relat és l'accent que fa l'autora en el consentiment com a concepte extremadament delicat i ambigu, per tal d'explicar la complexitat d'aquest desequilibri. La justificació més estesa en l'època d'aquest tipus de relacions és que eren consentides per part dels menors, i Springora no amaga en cap moment aquest aspecte de la relació. El que qüestiona és si, en una relació tan desigual, aquest consentiment és autènticament possible: a França no es va fixar una edat mínima de consentiment legal ben bé fins l'any passat, amb l'esclat de l'escàndol pels nombrosos abusos sexuals a menors en el si de la família. L'altre consentiment a què apunta el títol és, precisament, el d'una societat sencera que tria mirar cap a una altra banda, o una elit intel·lectual que consagra l'èxit públic de l'escriptor a costa del patiment de les seves víctimes. L'estructura ens remet als contes de fades que actuen com a advertència per al comportament dels predadors, temptadores, llops i caçadors que amenacen la llibertat de consentiment de les adolescents. Exposar-lo així, en termes literaris, és la forma que tria Springora per derrotar el seu maltractador al seu propi camp i en els seus propis termes.
Continguts: Aquest breu volum de memòries de Vanessa Springora detalla la relació sentimental i sexual que va mantenir quan era adolescent amb l'escriptor Gabriel Matzneff, trenta-cinc anys més gran que ella, i que es va basar en la manipulació i el control per part d'ell sobre l'adolescent. Lluny de ser un cas aïllat, va ser un exemple emblemàtic del patró de conducta d'aquesta persona, que va fer apologia de la pederàstia en els seus escrits durant els anys setanta, vuitanta i noranta.
M'agrada: La claredat i la distància amb què l'autora explica els successius passos de la relació, començant per la descripció de les condicions prèvies de vulnerabilitat, i després la seducció, la manipulació i el control, així com totes les seqüeles que la relació va deixar en la seva edat adulta. En aquest sentit és un text extremadament didàctic i clar. La reflexió més àmplia que fa l'autora sobre la relació de la vida amb l'art, i el sentit de compleció i de justícia poètica que deixa el text en el seu desenllaç en desemmascarar l'agressor amb les seves pròpies armes. L'exposició de les complicitats del món editorial i literari amb aquest tipus de comportaments, que no són úniques a França, també m'ha semblat molt lúcida i aclaridora.
De què serveix predicar que és una professió digna si se les tracta com a éssers indignes? A una criada se la fa sentir a propòsit que és inferior a qualsevol altra persona.
Aquest assaig del periodista britànic Frank Victor Dawes es va publicar per primer cop el 1973, i tot just ara Periférica n'acaba de publicar la traducció al castellà. És una crònica molt detallada i documentada sobre el servei domèstic intern, un aspecte molt típic de la vida social a Gran Bretanya durant els segles divuit, dinou i vint, però sovint poc conegut, o edulcorat fins a cert punt a través dels productes audiovisuals que recreen aquestes èpoques. En ple apogeu de popularitat de la sèrie de televisió Upstairs, Downstairs, Dawes, la mare del qual havia estat serventa des dels tretze anys, es va decidir a escriure un reportatge sobre aquesta casta social i la seva cultura pròpia. La crida que el periodista va fer en un diari perquè la gent li enviés testimonis de la seva vida de servei va rebre una resposta desbordant, i aquest volum fa una crònica molt exhaustiva del context social i històric que dona peu a aquest sistema econòmic, i el conjunt de prejudicis de classe i relacions de poder que van portar la perpetuació d'aquesta institució, basada en l'explotació laboral.
El que trobarem en aquest llibre és el retrat històric i social d'un col·lectiu que va sobreviure en unes condicions laborals pèssimes però que, per qüestions culturals, mai es va veure afectat per les millores laborals i socials que van afectar altres sectors professionals. L'edat d'or dels servents interns es va donar a mitjans del segle dinou, en plena era victoriana, principalment perquè donava una seguretat econòmica a les persones de classe baixa que no tenien una altra sortida laboral, en un context en què les condicions de treball eren pèssimes també en el sector industrial. El cos de servents domèstics estava format en una gran majoria per dones joves, que començaven a servir a partir dels dotze o tretze anys, i per a qui l'única via d'escapada d'una vida sencera dedicada a la servitud era el matrimoni. L'incentiu principal d'aquest tipus de feina era, precisament, que incloïa l'allotjament gratuït, i això era una via de sortida per als orfes i les famílies pobres amb nombrosos fills.
Les contrapartides eren, d'una banda, el sou de misèria i, de l'altra, la llarga jornada laboral, de setze a divuit hores normalment, amb una tarda lliure a la setmana i, com a molt, un dia lliure al mes. Amb aquests horaris de feina era impossible sindicar-se: els pocs sindicats del sector que es van formar a partir del segle vint no van aconseguir cap millora tangible, i el sistema es va anar esfondrant pel seu propi pes durant el període entre les dues guerres, més que per les accions concretes que poguessin emprendre les seves víctimes. El potencial de resistència també es veia ofegat per una jerarquia interna dins del propi servei, en què els servents de rang superior i, per tant, més propers al pis de dalt, exercien el seu poder contra els servents menys qualificats. A més, la institució es reforçava culturalment i ideològica a través de la religió, que s'encarregava de perpetuar una jerarquia de classe que s'acceptava com a estat de coses natural i inherentment bondadós. En aquest context, el sistema de contractació també era abusiu: es basava en un sistema de referències no contrastables que eren obligatòries per accedir a una nova feina, però voluntàries i totalment subjectives per part dels senyors que emetien els informes.
La gran crisi del sistema no va arribar fins la segona dècada del segle vint a través d'una sèrie de factors coincidents en el temps: l'obligatorietat de l'educació fins als dotze anys s'havia instaurat amb el tombant de segle, de forma que l'educació secundària s'anirà estenent i normalitzant durant les dècades següents. D'altra banda, amb la primera guerra mundial i una part important de la població masculina al front, s'obren noves oportunitats de treball per a les dones al comerç i a la indústria. Després de la guerra, moltes dones es negaran a tornar al servei, tot i que el sistema de seguretat social es va encarregar de discriminar-les en aquest sentit, negant-los les prestacions d'atur si abans de la guerra s'havien dedicat a servir. Aquest canvi fa esclatar un ressentiment cultural que feia generacions que s'anava covant, i que va donar peu a un fenomen cultural molt estès durant la primera meitat del segle vint, anomenat informalment "el problema del servei": mentre que al segle dinou aquest mercat de treball estava sobresaturat i hi havia més demanda de feina que oferta, després de la primera guerra mundial aquesta tendència s'inverteix, i costa trobar personal disposat a treballar jornades llarguíssimes, interns en una casa sense llibertat de moviments per un sou ínfim. La conseqüència va ser que les condicions de treball i el salari van haver de millorar per força.
D'altra banda, el retrat social que ofereix el llibre també és més complex i matisat que simplement una confrontació entre dues classes socials: en un sistema profundament conservador basat en el classime i una jerarquia social inamovible, les classes mitjanes van ser les que inconscientment van acabar per esfondrar un sistema que ja estava en declivi. Com Orwell ja apuntava molt sàviament a El camí de Wigan Pier, ens trobem davant d'un sector de la població que pretén emular l'estil de vida de les classes altes sense poder-s'ho permetre econòmicament i, per tant, en aquest cas, es conformaran amb "salvar les aparences". Tot sovint una sola dona, aïllada de tota relació social, havia de realitzar el mateix volum de feina que, en una casa més rica, portava a terme un equip sencer de persones. Per tant, les classes mitjanes més o menys acomodades i els nous rics van consolidar la devaluació del treball dels servents, oferint cada cop salaris més baixos i condicions laborals més dolentes, de forma que aquest empobriment va acabar afectant el sector sencer. Aquesta crisi del servei només va veure una sortida quan va començar a contractar-se personal extern i les jornades laborals es van anar homogeneïtzant en un sistema de torns. Tanmateix, aquests canvis van arribar massa tard, i després de la segona guerra mundial el nombre de servents interns que quedaven al país era totalment residual.
Tots els intents governamentals de regulació d'aquest sistema van acabar essent inútils a causa de l'oposició social de les classes alta i mitjana: una gran majoria de la població confiava en el servei per fer les feines domèstiques, mentre que els servents mateixos gaudien d'un desprestigi social que els col·locava en l'estatus més baix de respectabilitat, només per damunt de les prostitutes i els sense-llar. Nunca delante de los criados és també la crònica d'aquesta doble vara de mesurar de la societat britànica: la hipocresia dels senyors que miren amb menyspreu, en el pitjor dels casos, o paternalisme, en el millor, les persones que els renten la roba i els buiden els orinals, i que conceben la caritat com a únic mecanisme regulador, i aparentment totpoderós, d'aquest sistema injust. Fins a quin punt era inconsciència o directament cinisme per part de les classes acomodades és una pregunta que el llibre deixa lleugerament oberta: estem parlant d'un fenomen tan habitual i d'un període de temps tan llarg que es fa difícil jutjar només des de la comoditat del titular. En aquest sentit el llibre fa un gran esforç per oferir una gran varietat de testimonis que cobreixen tot l'espectre possible d'explicacions: des dels criats desencantats i indignats amb la seva situació, i perfectament conscients de l'explotació de què són víctimes, com els nostàlgics de temps millors, que també hi són presents.
Continguts: El llibre fa una repassada de la situació social, econòmica i laboral del servei domèstic, sobretot durant la segona meitat del segle dinou i la primera del vint, tot i que també fa apunts històrics per contextualitzar certs aspectes d'aquesta relació laboral que es remunten al passat. El primer capítol acota el marc històric, i explica les causes de l'apogeu del servei domèstic així com les causes de la seva crisi posterior. El capítol dos analitza l'actitud de condescendència i hipocresia dels senyors respecte als criats, en un ampli espectre que va des de la crueltat a la condescendència, passant també per comptats moments de complicitat. El tercer capítol parla de la gestió del sexe i el seu tabú, i de com els senyors sovint també fiscalitzaven el comportament sexual de les seves criades. El capítol quatre parla del paper de la religió a l'hora de justificar ideològicament la jerarquia social en què es basa el servei domèstic. El capítol cinc parla de les jerarquies internes dins del servei. El capítol sis està dedicat a l'allotjament i l'alimentació dels criats. El capítol set parla de l'horari laboral dels criats. El capítol vuitè parla dels uniformes, una marca de diferenciació de classe que, a més, les dones havien de costejar del seu propi salari, mentre que els servents homes no. El capítol nou parla del mercat laboral i la contractació, de les agències de col·locació i el sistema de referències, i analitza la millora de condicions que es produeix a partir de la caiguda de la demanda d'aquest tipus de feina després de la primera guerra mundial. El capítol deu analitza els salaris i la seva evolució a través de les dècades. El capítol onze parla de l'oci i el temps lliure del servei. El capítol dotze, que és el darrer, analitza la situació de crisi de servei que es va donar entre les dues guerres, i els intents fallits per part del govern per regular aquest sector laboral.
M'agrada: És un text que analitza molt exhaustivament i també amb una òptica crítica els testimonis en primera persona dels servents que relaten les seves experiències. Destaca la seva feina de contextualització històrica.
He rellegit De Profundis d'Oscar Wilde, i n'he traduït uns fragments al català des de l'original en anglès. Els números de pàgina són els de l'edició que llegeixo:
"Quan no ets dalt del pedestal no ets interessant. La propera vegada que et posis malalt marxaré immediatament." Quantes vegades m'han tornat a la memòria aquestes paraules en les cel·les miserables de les diverses presons on m'han enviat. Me les he repetides una vegada i una altra, i hi he vist, espero que injustament, part del secret del teu silenci estrany. (22)
L'Amor s'alimenta de la imaginació, a través de la qual ens fem més savis del que sabem, millors del que sentim, i més nobles del que som; a través de la qual veiem la Vida com un tot; a través de la qual, i només a través d'ella, podem entendre els altres en les seves relacions reals i ideals. Només el que és bell, i bellament concebut, pot alimentar l'Amor. Però l'Odi s'alimenta de qualsevol cosa. (30-31)
Em consta que vas escriure altres cartes a altres diaris que no es van publicar. Però aquestes eren només per dir que odiaves el teu pare. A ningú li interessa si l'odiaves o no. L'Odi, encara ho has d'aprendre, és, considerat intel·lectualment, la Negació Eterna. Considerat des del punt de vista de les emocions és una forma d'Atròfia, i mata qualsevol cosa diferent d'ell mateix. Escriure cartes als diaris per dir que odies algú és com si algú escrivís als diaris per dir que té una malaltia secreta i vergonyosa: el fet que l'objecte d'odi fos el teu propi pare, i que el sentiment fos totalment recíproc, no feia el teu Odi noble ni bell de cap manera. Si revelava alguna cosa era simplement que és una malaltia hereditària . . . (35-36)
El patiment és un moment únic. No el podem dividir en estacions. Només podem registrar els seus humors, i fer la crònica del seu retorn. Amb nosaltres, el temps no progressa. Torna enrere. Sembla que doni voltes a un centre de dolor. La immobilitat paralitzadora d'una vida, cada circumstància de la qual es regula amb un patró inamovible, de forma que mengem i bevem i caminem i jaiem i preguem, o almenys ens agenollem a pregar, seguint les lleis inflexibles d'una fórmula de ferro - aquesta qualitat immòbil, que fa que cada dia terrible sigui igual a un altre fins al més mínim detall, sembla comunicar-se ella mateixa a aquestes forces externes l'essència autèntica de l'existència de les quals és el canvi incessant. Del moment de la sembra o de la collita, dels segadors que apleguen el blat, o els veremadors enfilant a través de les vinyes, o l'herba del jardí que s'ha tornat blanca amb l'esclat de la floració, o coberta de fruits caiguts, no en sabem res, no en podem saber res. Per a nosaltres només hi ha una estació, l'estació del Dolor. Sembla que ens hagin arrabassat el sol i la lluna mateixos. Fora, el dia pot ser blau i daurat, però la llum que s'escola a través del vidre espès i esmorteït de la finestreta barrada sota la qual m'assec és gris i minsa. Sempre és capvespre dins de la cel·la, i sempre és mitjanit dins del cor. I en l'esfera del pensament, no menys que en l'esfera del temps, no hi ha moviment. Això que personalment vas oblidar fa tant de temps, o pots oblidar fàcilment, m'està passant a mi ara, i em tornarà a passar demà. Recorda-te'n, i seràs capaç de comprendre una mica per què t'estic escrivint, i per què d'aquesta manera. (45)
On hi ha Dolor, hi ha terra sagrada. Algun dia ho entendràs. Fins llavors no sabràs res de la vida. En Robbie, i caràcters com el seu, ho entenen. Quan em van portar de la presó al Jutjat d'Insolvents escortat per dos policies, en Robbie es va esperar al passadís llarg i lúgubre per poder, davant de tota la gentada, que es va quedar en silenci en veure un gest tan dolç i simple, alçar-se el barret quan vaig passar per davant seu, amb les manilles posades i el cap cot. Hi ha gent que ha anat al cel per coses més petites. Era amb aquest esperit, i amb aquesta forma d'estimar que els sants s'agenollaven per rentar els peus dels pobres, o s'ajupien a fer un petó a la galta d'un leprós. No li he parlat mai del que va fer. No sé si a hores d'ara és conscient que jo me'n vaig adonar. No és una cosa que es pugui agrair formalment amb paraules formals. Ho guardo a la cambra del tresor del meu cor. (47-48)
Em trobo a la vegada burlat i amenaçat per la pobresa. Ho puc suportar. Em puc acostumar a coses pitjors. Però m'han tret els meus fills pel procediment legal. Això és i sempre serà una font d'angoixa infinita, de dolor infinit, d'aflicció sense límit ni final. Que la llei decideixi, i s'arrogui el poder de decidir, que no sóc apte per estar amb els meus propis fills és quelcom que se'm fa horrible. La desgràcia de la presó no és res comparat amb això. Envejo els altres homes que m'acompanyen al pati. Estic segur que els seus fills els esperen, es preparen per la seva arribada, i els rebran amb afecte. (54)
I el propòsit de tot plegat és que t'he de perdonar. Ho he de fer. No t'escric aquesta carta per omplir-te el cor de rancúnia sinó per buidar-ne el meu. Pel meu propi bé t'he de perdonar. Un no pot quedar-se un escurçó al pit i alimentar-se'n per sempre, ni despertar-se cada nit per plantar esbarzers al jardí de l'ànima. No em serà gens difícil de perdonar-te, només que m'hi ajudis una mica. (55)
El desig, al final, es va fer malaltia, o bogeria, o les dues coses. Vaig deixar de preocupar-me per les vides dels altres. Prenia el plaer d'on jo volia i anava a una altra cosa. Vaig oblidar que cada petita acció de la vida diària fa o desfà el caràcter, i que per tant el que un ha fet a la cambra secreta un dia ho ha de cridar des de les teulades. Vaig deixar de ser el meu propi Senyor. Ja no era el Capità de la meva Ànima, i no ho sabia. Vaig permetre't dominar-me, i al teu pare espantar-me. Vaig acabar en una desgràcia horrible. Només em queda una cosa, ara: l'absoluta Humilitat: igual que a tu només et queda una cosa, també l'absoluta Humilitat. Faries bé de baixar a la pols i aprendre'n al meu costat. (56-57)
La Raó no m'ajuda. Em diu que les lleis que m'han condemnat són equivocades i injustes, i el sistema que he hagut de patir és equivocat i injust. Però, d'alguna forma, he de fer que em siguin adequats i justos. I de la mateixa manera que en l'Art només ens preocupa el que una cosa en particular és per a un mateix en un moment particular, passa el mateix en la revolució ètica del caràcter de cadascú. He de fer que tot el que m'ha passat m'estigui bé. El llit dur, el menjar fastigós, les cordes gruixudes que s'han d'anar desfilant fins que les puntes dels dits se t'adormen del dolor, les petites feines amb què comença i acaba el dia, les dures ordres que la rutina sembla imposar, els uniformes espantosos que fan el dolor grotesc de mirar, el silenci, la solitud, la vergonya - totes i cadascuna d'aquestes coses les he de transformar en una experiència espiritual. (59)
Rere la Joia i el Riure hi pot haver un temperament groller, dur o cruel. Però rere el Patiment sempre hi ha Patiment. El Dolor, a diferència del Plaer, no porta màscara. (65)
I, per més que en el moment present et costi de creure, tot i així és ben cert que per a tu, que vius en llibertat i ociositat i comoditat, t'és més fàcil aprendre les lliçons de la Humilitat que a mi, que començo el dia agenollant-me a fregar el terra de la meva cel·la. Perquè la vida a la presó, amb les seves inacabables privacions i restriccions, et fa rebel. El més terrible de tot no és que et trenqui el cor - els cors estan per ser trencats - sinó que te'l torna de pedra. (67)
Quan diu: "Perdoneu els vostres enemics", no és pel bé de l'enemic sinó pel d'un mateix que ho diu, i perquè l'Amor és més bonic que l'Odi. Quan li demana al jove que el va estimar només de mirar-lo: "Ven tot el que tens i dona-ho als pobres", no està pensant en la condició dels pobres sinó en l'ànima del jove, la preciosa ànima que la riquesa desfigurava. En la seva forma de veure la vida coincideix amb l'artista que sap que per la llei inevitable de l'autoperfeccionament el poeta ha de cantar, i l'escultor ha de pensar en bronze, i el pintor ha de fer el món a la imatge del seu ànim, amb tanta certesa i seguretat com l'espinalb ha de florir a la primavera, i el blat ha de cobrir-se d'or a l'hora de la collita, i la Lluna en el seu vagar ordenat canvia d'escut a falç, i de falç a escut. (74)
La seva moral és tota empatia, just com hauria de ser la moral. Si l'única cosa que mai hagués dit fos "Se li perdonen els pecats perquè ha estimat molt", hauria valgut la pena morir per haver-ho dit. La seva justícia és tota justícia poètica, exactament com hauria de ser la justícia. El pidolaire va al cel perquè ha estat infeliç. No se m'acut una raó millor per enviar-l'hi. La gent que treballa una hora a la vinya amb la fresca del vespre reben la mateixa recompensa que els que hi han treballat tot el dia sota el sol. Per què no? Potser cap d'ells mereixia res. O potser eren persones d'una mena diferent. Crist perdia la paciència amb els sistemes mecànics, monòtons i sense vida que tracten la gent com si fossin coses, de forma que tracten tothom igual: com si tothom, o qualsevol cosa ja posats, fos com qualsevol altra cosa del món. Per a ell no hi havia lleis: només hi havia excepcions. (80-81)
L'únic que ens diu Crist amb una petita advertència és que qualsevol moment hauria de ser preciós, que l'ànima sempre hauria d'estar preparada per l'arribada del Nuvi, sempre esperant la veu de l'Amant. (82)
Les persones que només desitgen autorealitzar-se no saben mai cap on van. No poden. En un sentit de la paraula, és clar, és necessari, com va dir l'oracle grec, conèixer-se un mateix. És el primer objectiu del coneixement. Però admetre que l'ànima de la persona no es pot conèixer és l'objectiu últim de la Saviesa. El misteri últim és un mateix. Quan un ha pesat el sol en una balança, ha mesurat les fases de la lluna, i ha fet un mapa dels set firmaments estel a estel, encara li queda un mateix. Qui pot calcular l'òrbita de la seva pròpia ànima? Quan el fill de Kish va anar a buscar els ases del seu pare, no sabia que un home de Déu l'esperava amb el crisma de la coronació i que la seva ànima ja era l'Ànima d'un Rei. (84)
Si quan sortís d'aquí un amic meu donés una festa i no m'hi convidés, no m'importaria gens. Puc ser perfectament feliç jo tot sol. Amb llibertat, llibres, flors i la lluna, qui no seria feliç? A més, jo ja no estic per festes. N'he celebrat massa perquè m'importin. Aquesta part de la meva vida s'ha acabat, molt afortunadament, m'atreviria a dir. Però si, quan sortís d'aquí, un amic meu tingués una pena, i no em permetés compartir-la amb ell, em faria molt de mal. (86)
No vas entendre per què t'escrivia cartes boniques, com tampoc no vas entendre que et fes regals bonics. No vas saber veure que les cartes no eren per publicar, com tampoc no vas saber veure que els regals no eren per empenyorar. A més, pertanyen a una part de la vida que ja s'ha acabat, a una amistat que d'alguna forma no vas ser capaç d'apreciar amb el seu valor just. Ara et deus meravellar de recordar els dies en què tenies la meva vida sencera a les teves mans. Jo també me'n meravello, i també me'n recordo amb altres emocions molt diferents. (110)
Tinc un desig estrany de les grans coses senzilles i atàviques, com el Mar, que per a mi no és menys Mare que la Terra. Em fa la impressió que mirem massa la Natura, i hi convivim massa poc. Veig molt de seny en l'actitud dels grecs. No xerrotejaven sobre postes de sol, ni discutien sobre si les ombres a l'herba són de color malva o no. Però veien que el mar és per al nedador i la sorra per als peus de l'atleta. Estimaven els arbres per l'ombra que donaven, i el bosc pel seu silenci al migdia. (110-111)
El que tinc davant meu és el meu passat. M'he d'obligar a mirar-lo amb uns ulls diferents, fer que el món el miri amb uns ulls diferents, fer que Déu el miri amb uns ulls diferents. Això no ho puc aconseguir ignorant-lo, o menyspreant-lo, o lloant-lo, o negant-lo. Només ho puc fer acceptant per complet que és una part inevitable de l'evolució de la meva vida i el meu caràcter: inclinant el cap davant de tot el que he patit. (114)
Oscar Wilde |
Aquest relat breu de l'autor kenyà Ngũgĩ wa Thiong'o es va publicar per primer cop l'any 2016, i des d'aleshores s'ha traduït a una vuitantena de llengües arreu del món, de forma que s'ha convertit en el text més traduït de la història de la literatura africana. Les edicions catalana i castellana del text, editades per Raig Verd en format bilingüe juntament amb el text original en kikuiu, van acompanyades per les precioses il·lustracions d'Agustín Comotto. És un relat per a infants que podreu gaudir els lectors de totes les edats, i que ens planteja, en forma de mite d'orígens, la necessitat de treballar plegats per aconseguir un objectiu comú.
Per què els éssers humans caminem sobre dues cames, a diferència de la resta d'animals? Segur que n'heu llegit alguna explicació científica al llibre de Socials, però el que segurament no sabíeu és que aquesta revolució s'inicia amb una juguesca de les parts del cos per saber quina és la més poderosa de totes. Tant les cames com els braços porten la davantera en aquest joc, però el que no s'imaginen és que cadascú excel·leix en alguna cosa, i que el nostre punt feble ben bé podria ser el punt fort d'algú altre. Així que, d'aquesta juguesca amb resultats inesperats, en sortirà una forma nova de veure la realitat: la boca, per exemple, trobarà noves funcions que abans no se li havien ofert, com per exemple riure o cantar, mentre que el dit polze trobarà en la seva diferència la font de la seva utilitat. És així que quan tots treballem plegats, podem aconseguir coses que ni ens havíem imaginat. És clar que, els animals, més conservadors, decidiran no fer cas de la revolució vertical que han emprès els humans i continuar amb el seu propi estil de vida.
Com els fans de Ngũgĩ ja sabem i els que encara no ho sou no trigareu a conèixer, l'autor kenyà més internacional té la capacitat d'emocionar, fer pensar i cridar a l'acció a través de totes i cadascuna de les seves narracions. Aquí, escull la senzillesa de la narrativa oral adreçada als infants per fer-nos a tots partícips de l'experiència de les llengües (i les històries) maternes, per tal de fer-nos entendre que tota vida està connectada amb la dels altres, i que ser part de quelcom més gran que nosaltres mateixos ens hauria d'encoratjar a treballar amb empenta per un futur millor.
Sinopsi: El relat ens remunta al temps en què els humans encara caminaven de quatre grapes, com els animals, i ens explica com va tenir origen la revolució vertical, un moment d'autoconsciència de l'espècie humana autènticament incomparable.
M'agrada: L'himne de tot el cos, és clar.
Me voy a la playa dando vueltas a una frase de Balmes: "El espíritu humano es como un borracho a caballo; cuando se lo endereza por un lado, se tuerce por el otro".
Efectivamente, el hombre no es un problema a resolver, como cree el progresismo, sino un enigma cuya resolución acabaría con lo humano.
A partir de las 20:00 comienza el espectáculo. El sol, al ponerse más allá de la montaña que está detrás de las montaañas, levemente insinuada en el horizonte, Montserrat, manda sus rayos casi horizontales a iluminar claros del bosque con una luz tamizada por el mismo bosque y el ambiente se carga de magia.