"Luego viene la vejez, do en el hombre comienzan a hacerse los aparejos de la muerte. Entonces el calor se resfría, las fuerzas lo desamparan, los dientes se le caen, como poco necesarios; la carne se le enjuga; y las otras cosas se van parando tales cuales han de estar en la sepultura hasta que al fin llega volando con alas a quitarle sus dulces miserias".
El personaje de Aurelio en el grandísimo Elogio de la dignidad del hombre, del insigne Pérez de Oliva.