Los últimos prototipos de robots que se están sacando al mercado son mucho más inteligentes y capaces de interactuar con los humanos de forma segura que los robots industriales al uso, lo que les permite salir del restringido ámbito industrial donde hasta ahora estaban recluidos. Estas capacidades se deben, en gran parte, a las estrategias cooperativas y sensitivas que utilizan; quizá la inteligencia artificial se ha dado cuenta de que la cooperación es la mejor estrategia para evolucionar, dando la razón a
Lynn Margulis y contradiciendo a
Darwin y su evolución mediante la competencia. (...)
De momento estamos demostrando ser bastante torpes a la hora de cooperar y solucionar los problemas globales. Los deslumbrantes avances tecnológicos, como la robótica, sólo los sabemos utilizar para hacer todavía más profunda nuestra insostenibilidad. Porque hay una automatización que está arrasando nuestra sociedad, pero no es la de las máquinas sino la del pensamiento humano: esa tendencia suicida a regirnos por programas heredados del pasado que nos hace incapaces de reaccionar a las necesidades de este momento de enorme crisis ecológica, energética y social.
Marga Mediavilla,
Robots inteligentes, humanos bobos, Última llamada. el diario.es 15/0572017
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