Un humano auténtico es
res cogitans, una cosa pensante, como
Descartes señaló. Una fuente de “intencionalidad”, como escribió el filósofo
Edmund Husserl. Ser humano significa dar un salto fuera del orden natural. Para ser humano hay que escaparse, de una u otra forma, de esa masa de átomos, células y partículas de las que tú y yo y todo lo demás está compuesto. Es haber nacido con un alma, la cual —incluso si es inmaterial, si no tiene extensión ni densidad, incluso si es perfectamente invisible, intocable e impredecible— actúa como un pasaporte que nos saca de la naturaleza y nos adentra en nuestra esencia humana.
Esta desnaturalización sistemática, esta confianza en que cada pieza de uno puede escapar del orden natural del mundo, es como un segundo nacimiento. La naturaleza es la primera etapa de la humanidad, pero no puede, en ninguna circunstancia, ser su horizonte.
Bernard-Henri Lévy,
No somos humanos cuando nacemos, The New York Times 24/08/2018
[https:]]