Probablemente esto (suspender los exámenes y no penalizar la inasistencia a las clases los días de manifestación) sea lo más antipedagógico que una universidad puede hacer, y un tiro en el propio pie de la protesta, porque la vacía de cualquier contenido. Si desobedecer no tiene castigo, la desobediencia deja de tener sentido y deja de ser, en rigor, desobediencia para convertirse en obediencia. Y creo que, en el fondo, es de lo que va esto, de obedecer a los líderes.
Sergio del Molino, facebook 27/10/2019