Thomas Jefferson |
De manera que cuanto mayor fuera la adhesión por parte del mayor número de gente, más sólido resultaría el nuevo régimen. Por ello, dado que el derecho al sufragio era solo para varones libres con tierras, Jefferson era partidario de ampliar el censo electoral otorgando tierras a quien no las tuviera. Dado que uno de los objetivos principales era la expansión del nuevo país hacia el oeste, existía el peligro de que esos nuevos territorios se convirtieran en colonias a las que explotar, a la manera de aquel imperio contra el que se habían rebelado. Así que el Comité de 1784 del que nuestro virginiano formaba parte reconoció el derecho a organizarse en asambleas libres en los nuevos territorios, que una vez hubieran alcanzado una población equivalente a la de la más pequeña de las primeras trece colonias, podría constituirse en un nuevo estado de la unión. A quien haya visto la imprescindible Deadwood le sonará este proceso.Ahí donde cada hombre tome parte en la dirección de su república de distrito, o de algunas de las de nivel superior, y sienta que es partícipe del gobierno de las cosas no solamente un día de elecciones al año, sino cada día; cuando no haya ni un hombre en el Estado que no sea un miembro de sus consejos, mayores o menores, antes se dejará arrancar el corazón del cuerpo que dejarse arrebatar el poder por un César o un Bonaparte.
Por ello, además de basarse en la división de poderes —ejecutivo, legislativo y judicial— ideada por Montesquieu, el sistema debía ser representativo. Consideraban que los representantes electos, aunque solo fuera por su plena dedicación a la política, supondrían un filtro para las causas y pasiones del ignorante pueblo llano. James Madison, otro de los denominados Padres Fundadores y sucesor en la presidencia de Jefferson, lo expresaba así: «bajo tal regulación bien puede ocurrir que la voz pública, pronunciada por los representantes del pueblo, sea más consonante con el bien común que si fuera pronunciada por el pueblo mismo, convocado para tal propósito». También consideraban importante para ese fin que la república fuera de gran tamaño —de ahí su interés en expandirse al oeste— para contar así con una población más heterogénea e impedir la formación de una mayoría abusiva.Todos tendrán en mente el sagrado principio de que si bien ha de prevalecer siempre la voluntad de la mayoría, esa voluntad ha de ser razonable para ser legítima, pues la minoría posee derechos iguales, que leyes iguales deben proteger, y violar esto sería opresión.
Nada se puede creer de lo que se lee ahora en un periódico. La verdad misma se convierte en sospechosa al ser colocada en ese instrumento contaminado. La verdadera extensión de semejante estado de mal información solo es conocida por aquellos que están en disposición de confrontar los hechos que conocen bien con las mentiras del día. Mira con verdadera conmiseración a la mayor parte de mis conciudadanos, los cuales, leyendo los periódicos, viven y mueren en la creencia de que han conocido algo de lo que está pasando en el mundo de su época (…) Quiero añadir que la persona que nunca echa una mirada al periódico está mejor informada que aquella que los lee; por cuanto que el que nada sabe está más cerca de la verdad que aquel cuya mente se ha llenado de falsedades y errores.
Un momento, esto no parece muy ilustrado precisamente… Parece que hasta las mentes más ágiles pueden de vez en cuando tropezarse estrepitosamente. Pero lo interesante de este asunto es la respuesta que provocó en un curioso personaje llamado Benjamin Banneker. Nacido en 1731, era un descendiente de esclavos africanos liberado que tuvo la suerte de contar con un vecino cuáquero de fuertes convicciones humanistas, que le proporcionó una educación escolar y compartió con él su biblioteca. Banneker, gracias a su talento innato, sacó un gran provecho de ello y se convirtió en un astrónomo, matemático, relojero, editor y granjero que —ya en su edad adulta— mantendría correspondencia con nuestro protagonista para mostrarle lo equivocado que estaba en torno a sus prejuicios raciales. Jefferson, por su parte, le respondió con su característica buena educación, expresando que «nadie quiere observar tanto como yo las pruebas que exponéis de que la naturaleza ha otorgado a nuestros hermanos negros unos talentos iguales a los hombres de otra coloración y que la apariencia de una falta de aquellos se debe meramente a la degradada condición de su existencia». De manera que compartía algunas de las creencias comunes en su tiempo pero al menos parecía dispuesto a cuestionárselas. Lamentablemente no dejó ninguna constancia por escrito de que efectivamente llegara a cambiar dicha opinión durante su vida posterior.En general, su existencia parece participar más de la sensación que de la reflexión. Ello debe atribuirse a su disposición a dormir cuando están abstraídos de sus diversiones y carentes de trabajo. (…) Si los comparamos por sus facultades de memoria, raciocinio e imaginación, me parece que en memoria son iguales a los blancos; en raciocinio, muy inferiores, ya que creo que raramente puede encontrarse uno capaz de examinar y comprender las investigaciones de Euclides; y que en imaginación son simples, carentes de gusto y anómalos.
En una especie de círculo virtuoso, ese discurso —arrastrado por su propia inercia— obligó con el paso del tiempo a extender el sufragio y los derechos civiles a hombres y mujeres, a blancos y negros y a ser replicado, con más o menos acierto, en otros muchos países. Y es solo entonces, cuando se ha distribuido el poder entre todos los miembros de la sociedad, cuando pasa a tener sentido preguntarse quién es más tonto, si los gobernantes o sus gobernados.Mantenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su creador de determinados derechos inalienables; que entre estos se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Michel Serres |
Victor Hugo |
La importancia de los coloresEl vínculo entre la emociones y los colores viene de lejos pero en el neuromarketing se le otorga una nueva consideración. Éstos envían fuertes señales sobre las características del producto y la calidad que se percibe además de la importancia de adaptar los colores a los clientes potenciales de cada marca.
Fuente: ‘Tu dinero y tu cerebro’ (Pedro Bermejo y Ricardo Izquierdo) (Conecta, 2013)
- Rojo. Es el color de la pasión y del poder, además de la excitación, energía y fuerza física. La presencia del rojo en restaurantes hace que nuestra percepción sea que la comida es más aromática y motiva a comer más. Empresas asociadas: Coca-Cola y Virgin Group. También en Burger King y Vips.
- Verde. Se utiliza para acentuar juventud y da a entender el amor por la madre Tierra, a pesar de que es el color de la envidia y del dinero. Empresas asociadas: Starbucks y Fructis de Garnier.
- Azul. Transmite confianza, integridad y comunicación y puede ser arriesgado si se usa un mal tono porque puede transmitir frialdad y distancia. Empresas asociadas: Twitter, Facebook y Linkedin.
- Púrpura. Transmite la idea de lujo, calidad y realeza. Empresa asociada: Cardbury.
- Amarillo. Muestra felicidad, optimismo y amistad. Empresas asociadas: Ikea y Macdonalds.
- Marrón. Calidad y fiabilidad. Empresas asociadas: UPS.
- Rosa. Transmite sentimientos de dulzura, además de ser un color asociado a lo sexi. Marcas: Hello Kitty y Victoria Secret’s.
- Blanco y Negro. Asociados a la seriedad y elegancia, son colores arriesgados por su capacidad para trasmitir desde tristeza y pesimismo a dar una imagen creativa y elegante.
Otros títulos fundamentales
- The Hour Between Dog and Wolf: Risk Taking, Gut Feelings and the Biology of Boom and Bust, John M. Coates (Random House Canada, 2012).
- Cerebro rico, cerebro pobre, Pedro Bermejo Velasco y Ricardo Izquierdo (Cultivalibros 2011).
- Sácale partido a tu cerebro, Nestor P. Braidot. (Ediciones Gestión 2000, 2011).
- Su cerebro y su dinero: cómo la neuroeconomía puede ayudarle a hacerse rico, Jason Zweig. (Simon & Schuster, 2007).
- Thinking, Fast and Slow, Daniel Kahneman (Farrar, Straus and Giroux, 2007).
- Decisions, Uncertainty, and the Brain: The Science of Neuroeconomics, Paul W. Glimcher (MIT Press, 2004).
- How Customers Think: Essential Insights into the Mind of the Market, Gerald Zaltman (Harvard Business Press, 2003).
En el caso del control del movimiento, la neurociencia está demostrando que la opción b) es la que más se ajusta a la realidad, aunque la mayoría pensemos que debe tratarse de limitaciones tecnológicas, porque obviamente la a) tiene que ser la correcta. Pero reflexionemos un momento desde una perspectiva más filosófica. La opción a) efectivamente es la más lógica, pero tiene unas ligeras connotaciones dualistas: parece implicar la existencia de algo más allá de la actividad del cerebro que le dijera a las neuronas lo que deben hacer. Y hoy en día esta explicación más espiritual está ya bastante descartada. Entonces, ¿nos toca aceptar que nuestras acciones están mucho más programadas de lo que nos pensamos, por todo lo que va acumulándose en el subconsciente de programación genética, experiencias, influencias sociales, aprendizaje, traumas, estímulos subliminales…? La neurociencia parece indicar que si.a) La voluntad (free will) como fuerza generadora de movimiento: Decisión consciente ==> Mecanismos del cerebro motor ==> Movimiento b) La voluntad como percepción: Mecanismos del cerebro motor ==> Movimiento ==> Decisión consciente
Sin permiso, 01/01/2014¡Alabada sea la duda! Os lo aconsejo:Saludadme con afable respetoA quien pondere vuestra palabra como a falsa moneda.Que yo os querría avisados, y que no dieraisVuestra palabra por descontada.
Leed la historia, y vedLos invulnerables ejércitos en descompuesta fuga.Por doquieraSe desploman indestructibles fortalezas, yDe aquella Armada Invencible que partióCon un sinnúmero de naves,Contadas regresaron.
Hete aquí que un día coronó un hombreUna cima inaccesibleY un barco alcanzó el confín Del mar infinito.¡Hermoso gesto, sacudir la cabezaAnte la indiscutible verdad!¡Qué valiente, el médicoQue cura al enfermo desahuciado!Pero la más hermosa de todas las dudas,La de los exánimes, la de los desesperadosQue levantan cabezaY dejan de creerEn la fuerza de sus opresores.
¡Ah, cuánta brega pugnaz, hasta sentar el principio! ¡La de sacrificios que costó!Que es así, y no de tal otra manera,¡Qué difícil resultó llegar a verlo!Con un suspiro de alivio lo escribió un humano un díaEn el libro de registros del saber.Tal vez siga allí escrito mucho tiempo y muchas generacionesVivan con él y lo vean como sabiduría eternaY desprecien los enterados a quienquiera lo desconozca. Y entonces podría darse que surgiera un recelo, pues nuevas experienciasHacen sospechoso el principio, y se despierta la duda.Y que otro día, por cautela, tachara otro humano el principioEn el libro de registros del saber.
Asediado por un rugir de órdenes, inspeccionadoEn su virtud, examinado por barbiluengos doctores,Conminado por seres radiantes munidos de áureos distintivos,Intimado por solemnes Papas a golpe de libro escrito por el propio Dios, instruidoPor impacientes maestros: así se halla el pobre, que ha de oírseQue el mundo es el mejor de los mundos, y que la goteraDe su cuartucho por Dios mismo ha sido ideada.Lo tiene realmente difícilPara dudar de este mundo.Anegado en sudor, construye el hombre la casaEn la que no habrá de vivir.Pero también suda a mares quien construye Su propia casa
Los irreflexivos nunca dudan.Su digestión es brillante, su juicio, infalible.No creen en los hechos; sólo se creen a sí propios. Si preciso es,Los hechos deben creerles a ellos.Su paciencia consigo mismos Es ilimitada; a los argumentos,Prestan oídos de espía.
Frente a los irreflexivos, que nunca dudan,Están los meditabundos,Que nunca actúan.No dudan para venir a la decisión, sinoPara desertar de la decisión. De la cabezaSe sirven sólo para sacudirla. Tan seriecitosAdvertirán de los peligros del agua A los pasajeros del barco que se hunde.Bajo el hacha del asesino,Se preguntarán si no es también él un ser humano.Se van a la cama mascullandoQue la cosa no está aún cabalmente pensada.Su acción consiste en vacilar.Su sentencia favorita: no está listo para sentencia.
Cuando alabéis la duda –ni que decir tiene—,No la confundáis con la Irresolución sin esperanza.¿De qué le vale dudarA quien no puede decidirse?Quien con razones insuficientes se conformaPuede equivocarse en la acción;Inerme siempre ante el peligro quedaQuien demasiadas necesita.
Y tú que eres dirigente, no olvidesQue lo eres porque antes dudaste de los dirigentes.¡Permite, pues, a los dirigidosDudar!
(Versión castellana de Antoni Domènech)
El inconsciente proponeEn los años setenta, el fisiólogo Benjamin Libet conectó el cerebro de unos voluntarios a un electroencefalógrafo e indicó a dichos voluntarios que realizaran movimientos aleatorios, como pulsar un botón o chasquear los dedos, mientras anotaba la hora que marcaba un reloj.
Libet descubrió que las señales cerebrales asociadas a esas acciones se producían medio segundo antes de que el sujeto fuera consciente de la decisión de llevarlas a cabo. El orden de las actividades cerebrales parecía ser percepción del movimiento y luego decisión, y no a la inversa. En resumen: el cerebro consciente sólo intentaba ponerse al nivel de lo que ya estaba haciendo el cerebro inconsciente. La decisión de actuar era una ilusión.
Los resultados de Libet se han reproducido una y otra vez, junto con otros experimentos que apuntan a que se puede engañar fácilmente a la gente cuando se trata de asumir la autoría de sus acciones. Los pacientes con tics o ciertas enfermedades, como la corea, no saben si sus movimientos son voluntarios o involuntarios, señala el neurólogo Mark Hallett.
Naturalmente, casi todo el mundo tiene un punto de vista sobre esos experimentos y sobre si debería emplearse la palabra "ilusión" para describir el libre albedrío. Libet dice que sus resultados dejan margen para una versión limitada del libre albedrío, encarnada en un poder de veto sobre nuestra percepción de lo que hacemos. En la práctica, el cerebro inconsciente propone y la mente dispone.
En un ensayo de 1999, Libet escribía que, aunque pudiera parecer que no es gran cosa, era suficiente para satisfacer las normas éticas. "Casi todos los Diez Mandamientos son órdenes de que no se haga algo", explicaba. Pero eso podría parecer una forma insuficiente y limitada de libre albedrío.
“Out of the night that covers me, / Black as the pit from pole to pole, / I thank whatever gods may be / For my unconquerable soul. // In the fell clutch of circumstance / I have not winced nor cried aloud. // Under the bludgeonings of chance / My head is bloody, but unbowed. // Beyond this place of wrath and tears / Looms but the Horror of the shade, / And yet the menace of the years / Finds and shall find me unafraid. // It matters not how strait the gate, / How charged with punishments the scroll, / I am the master of my fate: / I am the captain of my soul”.
W. E. Henley
“En medio de la noche que cae sobre mí, / Negra como un pozo que se hunde inabarcable, / Doy las gracias a dios, si es que algún dios existe, / Por ser el propietario de esta alma invencible. // Atrapado en las garras de la cruel existencia / Nunca he vociferado ni he expresado dolor. // Bajo los mazazos de mi pésima suerte / Mi frente se desangra pero jamás se rinde. // Más allá de este lugar de lágrimas y cólera / Veo que se aproxima el más siniestro Horror / Y que el tiempo amenaza, pero no los temo. // No me preocupa que se cierren las puertas / Ni que lluevan sobre mí un sinfín de castigos, / Pues sé que yo gobierno el rumbo de mi vida / Y que soy el capitán de mi alma invencible”.
¿Para qué sirve la poesía? Esta vieja y clásica pregunta tuvo una respuesta nada teórica, sino crucialmente práctica, en la vida del prisionero Nelson Mandela. Un poema titulado Invictus se convirtió en su compañero esencial durante sus largos años de cautiverio, tanto es así que lo escribió en un papel que permaneció siempre a su lado, como si se tratara de un salvífico talismán. El autor del poema era el poeta inglés William Ernest Henley (1849-1903), amigo íntimo de R. L. Stevenson, y a él le debe su título la película homónima, en una de cuyas secuencias clave se oyen en off sus versos, en la voz grave de Morgan Freeman.(Traducción de Ángel Rupérez)
En Matar a un elefante, considerado uno de los mejores ensayos jamás escritos en la lengua inglesa. Orwell cuenta cómo, cuando fue policía imperial en Birmania, los indígenas le empujan a matar al pobre animal por ser el único hombre blanco armado. Orwell mata para impresionar a los nativos, cediendo a la dictadura del halago, un instinto de popularidad. Entonces entiende que las colonias envenenan casi tanto al perpetrador como a las víctimas. "Cuando el hombre blanco se vuelve un tirano -concluye el autor- es su propia libertad la que destruye"."El robo a mano armada que suponen los libros es sencillamente una estafa de lo más cínica. Z escribe un libro que publica Y, y que reseña X en el «Semanario W». Si la reseña es negativa, Y retirará el anuncio que ha incluido, por lo cual X tiene que calificar la novela de “obra maestra inolvidable” si no quiere que lo despidan. En esencia, ésta es la situación, y la reseña de novelas, o la crítica de novelas, si se quiere, se ha hundido a la profundidad a la que hoy se encuentra sobre todo porque los críticos sin excepción tienen a un editor o a varios apretándoles las tuercas por persona interpuesta".
Libros, Necesitas leer a George Orwell, padre de El Gran Hermano, el diario.es, 03/01/2014"Las bombas atómicas se apilan en las fábricas, la policía merodea por las ciudades, las mentiras salen de todos los altavoces, pero la tierra todavía gira alrededor del sol, y ni los dictadores ni los burócratas, por más que desaprueben el hecho, lo pueden impedir".
Karl Marx by Fernando Vicente |
La propia recepción académica de la obra de Marx ha estado marcada por la convulsa historia del siglo pasado. Según algunos análisis bibliométricos Marx es el autor científico más influyente de la historia o, al menos, el más citado. Sin embargo, la edición crítica de sus textos en alemán aún está en curso. El Instituto Marx-Engels de Moscú inició el trabajo en 1922, pero Stalin lo paralizó y fusiló a su director. Hubo que esperar a mediados de los años setenta para que en la RDA comenzara un ambicioso proyecto de edición filológicamente rigurosa de los textos originales de Marx. La implosión del bloque socialista volvió a interrumpir el proceso de publicación, que se reanudó a finales de los años noventa gracias al esfuerzo coordinado de institutos de investigación de Alemania, Holanda y Rusia.
Baudelaire |
Josep Pla |
Y antes de seguir hay que advertir que no hay que llamarse a engaño con la referencia a “este país” porque si bien Pla gusta de referirse de modo explícito al microcosmos que conforman los pueblos de la Cataluña rural, sus observaciones aspiran las más de las veces a tener un alcance universal. Que es lo que pasaría, en mi opinión, en este caso. El desprecio de muchos de los pobres por los de su condición no sería una anomalía, algo exclusivo de los payeses del Ampurdán, de los catalanes o de los españoles, sino que, para los que pensamos que Pla anda en lo cierto, estaría siempre presente en mayor o menor grado en el modo de proceder de los pobres entre sí en toda sociedad estructurada posicionalmente siguiendo un criterio económico: el de tanto tienes, tanto vales. Y el asunto no es baladí, pues frente a la supuesta “solidaridad de clase” que tantos políticos y analistas suponen que la mayoría de los pobres se guardan siempre entre sí y que debería regir su comportamiento político en las urnas, lo que se sigue de una apreciación como la de Pla apuntaría a que tal cosa, cuando se da, no sería ni habitual ni mayoritaria, sino en todo caso fruto de un “trabajo” educativo o político que buscase crearla modificando esa propensión al desprecio entre los de abajo.“Una de las cosas más curiosas de este país es la enorme cantidad de pobres que tiene la misma alma que los ricos —que desprecian a los demás pobres como los desprecian los ricos—”.
Si hay una etiqueta que todavía sigue siendo objeto de prejuicios y de una permanente devaluación esa es sin duda la de feminista. En estos malos tiempos para la igualdad y para la garantía de los derechos de las mujeres, o lo que es lo mismo para la efectividad de la democracia, asistimos además a una progresiva huida de un término que es usado tanto por hombres como por mujeres en muchas ocasiones desde la ignorancia y en otras tantas desde el desprecio más absoluto. Mientras que otros conceptos vinculados a la lucha por los derechos humanos han acabado asentándose, aunque sólo sea en el ámbito de lo políticamente correcto, el feminismo sigue identificándose con los intereses parciales del colectivo "mujeres", cuando no con reivindicaciones extremistas que parecen identificar a sus protagonistas con la pura "histeria" con la que el diputado Novoa Santos calificó a la mitad de la ciudadanía en el debate constituyente de 1931."Todas las gentes que no estén ciegas, bajo el influjo de prejuicios invencibles, son feministas". Adolfo Posada, 1899
Maquiavel by Eduardo Estrada |