22424 temas (22232 sin leer) en 44 canales
Humboldt representa aquí la posición de un teórico enfrentado a la desconfianza de la ignorancia. Lo ridículo resulta ser ahora la sospecha que muestra un funcionario de la policía imperial ante la pacífica actividad de observar el firmamento. Los papeles se invierten: el realismo pasa a ser patrimonio del teórico y el tradicional sentido común de un hombre corriente se convierte en algo risible. La venganza de la teoría se ha consumado. El mismo contraste que aparece en otro suceso similar: el pasaporte que le permitía viajar por las colonias españolas contenía la celosa advertencia de que le estaba permitido «servirse con plena libertad de sus instrumentos y realizar observaciones astronómicas en todas las posesiones españolas». ¿Desde cuándo han de darle a uno permiso los poderosos para mirar al cielo? La perplejidad ante lo nuevo toma diversas formas a lo largo de la historia, pero todas tienen el mismo tono: el sorprendido adopta un tono de soberanía sobre una realidad de cuyas dimensiones no tiene la menor idea.Hace algunos días llegó aquí un alemán llamado Humboldt, enjuto, de pequeña estatura, de aspecto insignificante, pero importante [...] Aunque le recibí con el respeto que es debido, tengo que advertir que esta persona me parece sospechosa y muy peligrosa. Desde el principio no me ha gustado [...] Nunca ha honrado con el respeto que se merecen a las supremas personalidades oficiales de la ciudad y se ha dedicado a conversar con polacos y otros delincuentes políticos que están bajo mi custodia. Me atrevo a informar de que no he dejado de prestar atención a estas conversaciones con delincuentes polacos, sobre todo desde que, después de hablar largamente se fue con ellos hasta la cumbre de una colina que domina la ciudad. Hasta allí transportaron una caja y sacaron de ella un instrumento que tenía el aspecto de un gran tubo que, a mí y a todo el mundo, nos parece ser un cañón. Después de haberlo fijado sobre tres patas, lo dirigió directamente a la ciudad y todos se le acercaron y miraron para ver si apuntaba correctamente. Dado que lo considero de un gran peligro para la ciudad (pues es completamente de madera) he ordenado de inmediato a la guarnición, compuesta de un suboficial y seis soldados, que apunten con sus armas hacia ese lugar, que no pierdan de vista a los alemanes y que observen sus intrigas. Si la bellaquería traidora de ese alemán confirma mis sospechas, entregaremos nuestras vidas por el Zar y la santa Rusia.
Probablemente los “escépticos” más distinguidos de la cultura científica contemporánea serían reconocidos en el mundo antiguo como filósofos dogmáticos. Para poner algunos ejemplos de sobra conocidos, Carl Sagan, Richard Dawkins, o James Randi son escépticos con respecto a la astrología, el creacionismo o la parapsicología, pero ninguno ha cuestionado nunca la capacidad de la ciencia natural para alcanzar juicios (“dogmas” en el sentido originario) verdaderos. Bien al contrario, son justo estos “dogmas” y teorías los que les permiten desmarcarse rigurosamente de las opiniones pseudocientíficas.Por una serie de derivaciones históricas y filosóficas que exceden el contenido de este libro, la Iglesia católica realizó una traducción muy libre del término griego dogma. Para la Iglesia, dogma identifica aquellos postulados que deben ser creídos sólo porque así lo ordena la autoridad eclesiástica. Por tanto, jamás deben ser sometidos a debate, a examen, a demostración empírica o a cualquier variante de pensamiento racional. Dogma, para la Iglesia, es una verdad absoluta revelada por Dios que no es susceptible de ser discutida. A partir de aquí, el adjetivo dogmático adquiere connotaciones -al menos par la población con escasos conocimientos de filosofía- relacionadas con la superstición, la intransigencia, religión, irracionalidad, autoritarismo e, incluso, pedantería. Como antónimos de dogmático o dogmatismo tenemos flexibilidad, escéptico, sencillo e incluso racional o científico.
La intolerancia de los teólogos contra las supersticiones aumentó dramáticamente a partir del siglo XVI, sobre todo a causa de la reforma protestante, asfaltándose el camino hacia lo que mas tarde se llamaría “secularización” y “desencantamiento”. Con su insistencia en una sociedad racionalmente organizada, basada en una piedad austera y menos sacramental, la cultura reformada fué haciéndose cada vez más intransigente contra las formas consideradas “entusiastas” e irracionales de religiosidad (de ahí que las más histéricas cazas de brujas prendieran preferentemente en los países protestantes del norte, mucho más intolerantes con la irracionalidad que los católicos). Como explica Charles Taylor, y en su momento se lamentaban los críticos católicos, el “deísmo providencial” protestante contribuyó (aunque no de forma intencional) al desarrolló del racionalismo, del naturalismo y aún de la impiedad, en mayor medida quizás que los naturalistas griegos, vindicados a partir del renacimiento, y aún más que el desarrollo de la misma ciencia moderna experimental con su promesa de ir plus ultra de la ciencia y mentalidad medievales.¿Qué posibilidad se le deja a Dios, dueño de los astros y de los hombres, para juzgar los actos humanos, sometidos a la fatalidad astral? “No son las estrellas -dirán, quizás- quienes deciden a su arbitrio tales acontecimientos, con el poder recibido, naturalmente, el Dios supremo, ellas no hacen más que cumplir puntualmente las órdenes divinas al tomar esas fatales determinaciones.” En este caso ¿habrá que atribuir al mismo Dios lo que nos pareció indigno de la voluntad de las estrellas? (…) Concedamos que no hablan con propiedad y que deberían tomar de los filósofos su lenguaje a la hora de predecir lo que creen encontrar en las posiciones astrales: ¿Qué es lo que sucede, que nunca han podido explicar por qué en la vida de los mellizos hay tal diversidad en sus actos y sus resultados, en sus habilidades, en los honores recibidos y demás circunstancias de la vida humana, incluso en la misma muerte, hasta el punto de que se encuentran casos mucho más parecidos en este aspecto entre extraños que entre los mismos gemelos, separados al nacer por un insignificante espacio de tiempo, y concebidos los dos en un mismo instante, por un sólo acto de sus padres?
Operación 1 (el cubito que se derrite): imaginemos un cubito de hielo y pensemos cómo se puede derretir en las próximas dos horas, mientras juagamos un par de rondas de póquer con los amigos. Intentemos imaginar la forma del charco resultante.Operación 2 (¿de dónde salió el agua?): imaginemos un charco de agua en el suelo. A continuación, intentemos reconstruir en nuestra mente la forma del cubito de hielo que en cierto momento pudo ser. Pensemos que es posible que el charco no proceda de un cubito de hielo.La segunda operación es más difícil. (…)
Descartes |
Sin embargo, aun aceptando todo esto hay algo que es necesariamente, y esto que sigue siendo —en una vida/sueño apoyada sobre sentidos falibles y expuesta a espíritus engañadores— es el sujeto concreto, el «yo». No puedo dudar de que yo dudo. Ahora bien, yo no soy simplemente una cosa que existe: en el ego hay ante todo pensamiento. No diremos entonces «soy, luego existo», sino «pienso, luego existo». He ahí la unidad de la inteligencia y lo real, presentada en su esquemática desnudez. El hypokeímenon o sujeto aristotélico, lo que servía de apoyo a cualesquiera determinaciones, es precisamente un pensante individual y finito, un cogito.a) En primer lugar, la extrañeza de lo sensible, donde se percibe un marcado contraste con Aristóteles. Los sentidos no sólo pueden sino que tienden a inducirnos a error, y cualquier dato proveniente de ellos carece de certeza absoluta. En realidad, no vemos lo que miramos, porque «ver» en sentido estricto debe reducirse a construir en la mente (como sucede con la suma de 2 y 2), y lo empírico nos llega dado, hecho ya.
b) En segundo lugar, si bien podemos distinguir al durmiente del despierto, es imposible distinguir la vigilia del sueño. La misma idea inquietante anima una famosa obra de Calderón, y Descartes sólo encuentra como remedio a su incertidumbre el hecho de que (despiertos o soñando) los ángulos de un triángulo suman dos rectos siempre, por ejemplo.
c) Puede por último, haber un genio maligno, un demonio inteligente que haga vacilar incluso esas certezas, y que se complazca engañándonos, haciéndonos creer que las cosas son cognoscibles, o que hay existencia en general.
Esta operación de hallar una certeza absoluta ha suscitado —junto con la síntesis buscada— la cuestión del solipsismo (reclusión en nuestro interior), que ya no abandonará la filosofía hasta nuestros días. La forma de esquivar tal reclusión parece sencilla afirmando que lo que realmente sucede dentro de cada uno son ideas, pues si bien el mundo puede no existir, es indiscutible que poseemos ideas sobre un mundo. Con todo, el propio planteamiento de la duda metódica y el ego determina una decisiva transformación en las ideas. Recordaremos que en Platón eran géneros eternos y autosubsistentes —determinaciones puras— hacia las cuales se elevaba la inteligencia a partir de lo sensible, y que el demiurgo del Timeo (como los dioses del Fedro) producían el mundo «contemplándolas», por ser ellas anteriores y superiores a todo lo demás. Con Descartes, en cambio, las ideas son modos del cogito, «representaciones» mías. Los cuerpos —y aquí aparece la tesis «moderna»— no nos son conocidos por la sensación, porque entre ellos y nuestra mente se interpone la estructura de la mente misma. En apoyo de esto dice Descartes que a veces nos duele un miembro hace largo tiempo amputado, y que la certeza de poseer un cuerpo es siempre algo posterior a la certeza de pensar.«Por pensar entiendo todo lo que sucede dentro de nosotros con la participación de nuestra conciencia, siempre y cuando seamos conscientes de ello; por tanto, también la voluntad, las representaciones y las sensaciones son lo mismo que el pensamiento».
La alquimia, ¿ciencia o conciencia?Kuhn establece en su libro La estructura de las revoluciones científicas que el deber del historiador de la ciencia es en primer lugar establecer por quién y cuándo se descubrió un hecho o teoría científica actual y distinguir el “conjunto de errores, mitos y supersticiones que impidieron una acumulación más rápida de los componentes del caudal científico moderno”. ¿Pertenece el estudio de la alquimia a esta segunda labor? ¿Fue la alquimia un impedimento para el avance científico?En aquel campo sobre todo, las opiniones de los doctos contrastaban con las del vulgo. El mago era a un tiempo aborrecido y reverenciado por el común rebaño que le atribuía poderes inmensos. El universo llamado mágico se hallaba constituido de atracciones y repulsas que obedecían a unas leyes aún desconocidas, pero no necesariamente impenetrables para el entendimiento humano. […] El gran mérito de la magia y de la alquimia, su hija, era el postular la unidad de la materia, hasta tal punto que algunos filósofos del alambique habían creído poder asimilar ésta a la luz y al rayo. […] En cierto sentido, todo era magia.
Y es que la alquimia era eminentemente experimental, se basaba en la observación de la naturaleza y se dirimía con el ejercicio de la Razón. Como vemos, compartía las bases del método científico. Y para ir desarrollándose se apoyaba en la lectura de otras obras alquímicas, que fueron perdiendo su oscurantismo con la expansión que trajo la imprenta. En definitiva, ya en la Edad Moderna los propios alquimistas luchaban contra la imagen del alquimista obsesionado por el oro, la cual tiempo después los escritores románticos potenciarían creando el tópico, el que ha llegado reforzado hasta nuestros días.Con razón el grabado ha sido calificado como uno de los más bellos de la obra, por la serenidad que produce la escena de una noche clara, con el alquimista provisto de bastón, lentes y linterna, siguiendo los pasos de una mujer […]. Esta figura es una alegoría de la Naturaleza, que debe ser una guía del sabio, a la que aluden el bastón, los lentes y la linterna simbolizando la razón, la experiencia y la lectura.
Los iatroquímicos dejaron atrás también las oscuras expresiones y el misticismo propio de la alquimia más esotérica. Sin embargo continuaron dividiendo el mundo en los cuatro elementos aristotélicos, a los cuales se les añadió la Quinta Esencia, cuya búsqueda por otro lado acabó desarrollando la técnica de la destilación.Gastar tiempo en hacer oro viene a ser lo mismo que trabajar en la oscuridad y yo encuentro que la Alquimia es un arte sin arte, que comienza en la mentira, termina en la pobreza y su fin es mendigar.
También en el Quijote aparecen menciones a las panaceas curativas o aguas de virtud, por no hablar del bálsamo milagroso de Fierabrás, licor por el cual hasta Sancho renunciaría a su ínsula, capaz de dotar de inmortalidad a quien lo bebiera; compuesto de romero, aceite, sal y vino. Por supuesto, también recurre Cervantes a la alquimia (y sus procesos, desvelando un conocimiento particular de los mismos) como recurso literario con el que construir descripciones, metáforas y alegorías de multitud de situaciones y objetos.Debió de venir a manos de quien no supo conocer ni estimar su valor y, sin saber lo que hacía, viéndola de oro purísimo, debió de fundir la mitad para aprovecharse del precio, y de la otra mitad hizo esta que parece bacía de barbero, como tú dices. Pero sea lo que fuere, que para mí que la conozco no hace al caso su transmutación, que yo la aderezaré en el primer lugar donde haya herrero.
En el plano de las ideas, este Zenón aún marcado por la escolástica y que reacciona contra ella, a medio camino entre el dinamismo subversivo de los alquimistas y la filosofía mecanicista que iba a tener para ella el inmediato porvenir, entre el hermetismo que coloca a un Dios latente en el interior de las cosas y un ateísmo que apenas osa decir su nombre, entre el empirismo materialista del práctico y la imaginación casi visionaria del alumno de los cabalistas, se apoya igualmente en auténticos filósofos y hombres de ciencia de su época.
Monument en memòria de Benjamin a Pot Bou |
Breve biografía
Walter Benjamin nació en Berlín en 1892, en cuya universidad estudió, así como en las de Friburgo y Berna, donde se doctoró con una tesis sobre el romanticismo alemán.
A su vuelta a Berlín y una vez truncada su carrera académica, trabajó como crítico literario y traductor. Influido por Bloch y Luckács, asumió posturas marxistas.
Desde 1933 vivió exiliado en París, adonde se había mudado ante el empuje del nazismo en Alemania. Huyó de la ciudad a mediados de junio de 1940.
Se trasladó a España con idea de embarcar hacia EE UU. En Portbou, se suicidó con morfina. Un monumento recuerda su paso por la localidad gerundense.
La primera parte de la Obra de los pasajes es el séptimo de los 11 volúmenes de las obras completas, cuya edición está llevando a cabo Abada a partir de la publicada en Alemania por la prestigiosa Suhrkamp Verlag, en edición de Rolf Tiedemann y Hermann Schweppenhäuser (con la colaboración de Theodor W. Adorno y Gerhom Scholem).
Albert Einstein |
Blaise Pascal |
El Roto |
Avempace |
Joao Fazenda |
Joao Fazenda |
Fernando Báez |
Zygmunt Bauman |
—Usted ya no es comunista, pero sigue siendo de izquierdas.
DEJAR CAER El poema, en estado
de fragilidad o de furia, deja
caer su sombra sobre el mundo y lo desplaza
a pájaros errantes, ojos
abiertos en la sangre, cóleras
del aire, espantos
del amor. Así la tarde
dora su vuelo hacia la nada. El poema
dejó de hablar cuando nació.
Balbucea en la calle
como un idiota ciego.
Otromundo. Antología 1956 - 2007
1. Les darreres transformacions en el món de l’ensenyament, els vastos processos culturals de canvi i les convulsions en la situació econòmica i política, amb el predomini de la lògica del mercat capitalista, són factors que incideixen en el conreu de les que, en els països occidentals, es coneixen com a «humanitats». Les humanitats han configurat la cultura occidental des dels seus inicis (Atenes, Roma, Jerusalem) mitjançant un lligam amb les ciències i la tècnica, el qual es manifesta sobretot en el Renaixement i es perllonga fins a la modernitat. Aquesta es fonamenta en l’esperit crític i dialogal, la democràcia, la tolerància, el respecte a la ciència, el pluralisme de creences i el coneixement filosòfic. Allunyar-se de les humanitats empobreix i aïlla. Occident ha forjat una visió del món en la qual l’autonomia i la dignitat de la persona i la seva constitució espiritual són a la base d’un sentiment comú.
2. La intensa preocupació, plenament justificada, dels governs i de la societat civil pel foment de la ciència, la tecnologia i les noves formes de transmissió del coneixement i de la informació, ha anat acompanyada d’una minva en l’atenció envers les humanitats. Igualment, altres factors, com la pèrdua dels grans relats històrics i dels referents col·lectius, han contribuït a afeblir el conreu de les humanitats. Les dificultats amb què es troben les humanitats s’inscriuen en una crisi més general del saber, també del saber científic, sovint valorat tan sols per les seves aplicacions pràctiques i sense que se’l relacioni amb la pregunta pel sentit.
3. La minva de la cultura humanística comporta l’empobriment del pensament, la precarietat del discurs ètic i la pèrdua de la cohesió de la nostra civilització. En aquest sentit, és urgent sortir de l’analfabetisme funcional i simbòlic, que deixa grans buits en el sistema de referències personals i col·lectives i permet submissions i manipulacions. Cal una recuperació del símbol, començant pel llenguatge mateix, en els seus horitzons filosòfic i religiós, com un dels senyals distintius d’una cultura humanística completa. La cultura humanística és una inversió necessària.
4. Les humanitats són percebudes com a mancades d’atracció, com si fossin poca cosa més que un llegat arcaic i sense interès. Tanmateix, porten dins d’elles la passió per la bellesa i per un món més humanitzat, lliure i feliç. Les humanitats són interessants i útils, perquè ajuden la persona humana a examinar-se a si mateixa i a valorar i admirar el que rep d’altres persones, perquè contribueixen a articular críticament el propi pensament i a expressar-lo de manera intel·ligible, perquè discernir i tenir criteri és imprescindible per viure i per orientar-se. Cal, però, recuperar l’entusiasme per totes les creacions de l’esperit humà i restablir i potenciar la figura del mestre que conrea i comunica les humanitats amb passió.
5. L’educació s’ha erigit en un repte cabdal en un món que tendeix a l’individualisme i a la desvinculació de les responsabilitats compartides. La transmissió del saber i de la saviesa no pot quedar al marge de la societat del coneixement. Més aviat la tecnosfera ha de permetre una circulació àmplia de la cultura humanística. Igualment, en els mitjans de comunicació, les propostes de tipus humanístic han de trobar-hi un ressò rigorós i de qualitat. Les humanitats formen part del «nucli dur» de les formes espirituals de vida, més enllà del materialisme i de l’utilitarisme.
Per tot això, fem les propostes següents:1. Les llengües i la literatura, la filosofia, la història i les arts són els pilars fonamentals de la civilització i la cultura. Per això, és imprescindible garantir que tothom sàpiga parlar, llegir i escriure correctament. En relació a Secundària, els escriptors clàssics, grecs i llatins, i els grans relats de la Bíblia (l’antiga «història sagrada») han de ser referents culturals que han de trobar el seu lloc en el currículum escolar. Per això, cal impulsar l’aprenentatge de les llengües modernes i de les llengües clàssiques (grec i llatí), les quals s’han de mantenir com a matèries optatives però no residuals. D’altra banda, pel que fa a la literatura, cal establir un cànon obert d’autors i d’obres que resumeixi els fruits del coneixement humanístic que tothom hauria d’assimilar. En no poques cultures europees, tot emulant la familiaritat dels grecs amb Homer, es tendeix a promoure el coneixement dels clàssics respectius durant la Secundària. Aquesta tendència ha de ser mantinguda en el cas de la cultura catalana, que no ha de menystenir els grans valors de la literatura universal, entesa com a patrimoni de la humanitat.
2. La Universitat ha de combinar l’especialització amb una consideració global dels sabers. La connexió i la transversalitat es fan, doncs, especialment necessàries. Cal plantejar fórmules intel·ligents que facin presents les humanitats a l’interior dels currículums de les carreres tècniques. Concretament, en els currículums escolars i universitaris s’ha de trobar l’equilibri entre les disciplines tècniques i les humanitats. No es poden confinar les humanitats a les «carreres de lletres». Les ciències necessiten les humanitats, i les humanitats no poden desvincular-se de la ciència.
3. Les humanitats han de procurar establir aliances estratègiques amb les ciències, amb les tecnologies i amb el món de la comunicació. La cultura humanística s’ha de valer de tots els aliats possibles per tal de contribuir eficaçment a l’esperit del temps. És convenient, per exemple, que la cultura humanística empri les noves tecnologies sense abandonar del tot els formats tradicionals, sinó fent veure la complementarietat entre tradició i innovació, i buscant la millor manera de difondre i impulsar allò que és essencial al món del pensament: l’autoritat de la raó. Les humanitats necessiten una discriminació positiva. En aquest sentit, seria convenient fomentar el gust per la lectura, l’escriptura i el coneixement dels clàssics.
4. Els mitjans de comunicació –també aquells que utilitzen els nous codis comunicatius–són vehicles potents de difusió cultural, i en darrer terme han esdevingut«educadors», sobretot de les generacions més joves. La cultura humanística ha d’entrar dins el món de la comunicació, i cal receptivitat per part dels mitjans perquè això sigui factible. Les humanitats tindran futur en la mesura que siguin enteses com a factor d’humanització, de responsabilitat moral i cívica i de creixement de l’esperit humà.Barcelona, 16 de gener de 2013
Salvador Giner, Armand Puig, Rafael Argullol, Agustí Borrell, Victòria Camps, Lluís Font, David Jou, Jordi Llovet, Xavier Morlans, Perico Pastor, Ramon Pla, Francesc Torralba, Mariàngela Vilallonga
Verdad es
Cada día
me acerco más a mi esqueleto.
Se está asomando con razón.
Lo metí en buenas y en feas sin preguntarle nada,
él siempre preguntándome, sin ver
cómo era la dicha o la desdicha,
sin quejarse, sin
distancias efímeras de mí.
Ahora que otea casi
el aire alrededor,
qué pensará la clavícula rota,
joya espléndida, rodillas
que arrastré sobre piedras
entre perdones falsos, etcétera.
Esqueleto saqueado, pronto
no estorbará tu vista ninguna veleidad.
Aguantarás el universo desnudo.
Juan Gelman
La Condesa DF
28 de octubre de 2013
Leonardo |
Torricelli explicó la limitación con un equivalente mecánico entre el peso del aire atmosférico y el peso de la columna de agua. Para la demostración usó un tubo de cristal vertical, cerrado por un extremo, sumergido el lado abierto en un recipiente con mercurio. Al lado, otro montaje idéntico pero con agua en vez de mercurio. El mercurio subía por el tubo la catorceava parte de lo que subía el agua. Una unidad de presión que a veces se usa, los milímetros de mercurio, se llama por estos experimentos torr, como homenaje a Torricelli.Vivimos sumergidos en el fondo de un océano de aire