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Odo Marquard |
“La función capital de la cultura, su verdadera razón de ser, es defendernos contra la naturaleza.”, dijo Freud, en el contexto de su obra El malestar en la cultura, en la que mostraba la cultura como una jaula para el hombre, que presentado como un animal de impulsos conseguía ser domesticado, o socializado, a base de una cultura que limitaba sus pulsiones.
Siglo XIX de nuevo, los primeros sociólogos que empezaron a analizar el origen de los movimientos de la sociedad, en vez de analizar sus resultados, como Weber, Mannheim o Marx ya advertían la lucha interna que tenía que librar cada individuo para ser libre en sus actos y su pensamiento, pues ya desde la edad media (y seguramente desde mucho antes) los grandes acumuladores de poder, como la iglesia y las monarquías absolutistas, descubrieron la utilidad de la manipulación de las creencias y costumbres de pueblo para tenerlo controlado ya que el uso de la violencia resultaba mucho más costosa.
Principio del siglo XX, Escuela de Frankfurt, un cúmulo de mentes brillantes centradas en el análisis social y cultural comienzan a pensar la sociedad actual. De sus obras salen un sinfín de ideas, las dos más importantes y destacadas por ellos mismos:
– La humanidad sigue en peligro mientras se use su raciocinio e inteligencia para fines que procedan del lo irracional, véase el nazismo.
– El potencial creciente de los medios de comunicación y la industria de la cultura como herramienta de control masivo. Dichos fines irracionales pueden llegar a las mentes de todo el mundo con fines ideológicos o económicos con mayor facilidad y contundencia que nunca.
Tras esta breve introducción comenzaremos a abordar una pregunta que para mí tiene gran importancia filosófica, ya que toda filosofía y todo pensamiento proceden de una persona y una experiencia, dicha persona y dicha experiencia han sido forjadas, influenciadas ambientalmente según todo lo que les ha rodeado ya sea de forma directa e indirecta, y si muchos de esos factores ambientales, como pueden ser la cultura, la educación, la información recibida… son configurados para llevar a un determinado pensamiento a su receptor, dicho pensamiento habrá sido provocado, y por lo tanto habremos perdido nuestra libertad de pensamiento.
Así que por un momento he pensado…
¿Por qué tenemos la creencia o intuición de que nos controlan?
No somos tontos, hay un momento que vemos que el pasillo de nuestras elecciones se va haciendo cada vez más estrecho, conforme tenemos más ataduras, y que de alguna manera somos totalmente predecibles. No tenemos en nuestras manos todas las elecciones que deberíamos tener si fuéramos totalmente libres, y poco a poco aceptamos un juego en el que intercambiamos parte de nosotros a cambio de lo que consideramos necesario, y curiosamente se lo entregamos a quien decide qué es lo necesario.
Por ejemplo, una vez habiéndonos acostumbrado al boom tecnológico, ya hemos visto que el mercado da una vida determinada a los dispositivos electrónicos, en pocos años hay versiones nuevas con funciones “imprescindibles”, y si tu aparato no deja de ser compatible con los sistemas y aplicaciones actuales, pronto se fastidiará de una cosa o de otra, obsolescencia programada.
Una vez llegados a esta situación llegarán a nosotros los mecanismos necesarios para despertarnos la necesidad de renovarnos y gastar parte de nuestro dinero, procedente de nuestro tiempo de vida y esfuerzo, en un dispositivo nuevo.
Llega un momento en que vemos que quien nos dice lo que necesitamos es el mismo que nos lo vende, nos crea un problema y nos da una solución que nos aporta una falsa felicidad, que muchas veces se traduce en frustración. Algunos ejemplos:
Políticos que nos presentan un programa electoral para solucionar unos problemas, y una vez en el poder no solo no lo cumplen dicho programa sino que lo que hacen es crear nuevos problemas, que los políticos de la siguiente tanda nos prometerán solucionar con su programa… frustración con la democracia.
Marcas de moda que nos recuerdan lo lejos que estamos de ser modelos y lo mal que vestimos, pero nos venden la solución a dicho problema, y cuando somos felices sale una nueva moda o llega otra marca a decirnos lo lejos que estamos de vestir como sus modelos, que son mejores que os anteriores. Frustración con nuestra imagen.
En los anuncios parece que la gente que bebe coca-cola parece muy feliz, además tienen un instituto para la felicidad y hablan mucho de ella. Compro una coca-cola esperando obtener un resquicio de la felicidad que irradia todo lo que rodea a coca-cola, pero cuando me la bebo, mi vida sigue igual. Frustración de expectativas.
Frustración continua, personalidad centrada en factores exteriores, voluntad débil, que crean sujetos más manipulables.
¿Nos controlan?
La respuesta es SÍ, y cada uno puede poner las respuestas a las consiguientes preguntas ¿Cómo?¿Cuándo?¿Para qué?
En mi lugar no me cabe duda, porque hay evidencias de que siempre ha sido así y todos los días tenemos diferentes ejemplos de empresas, políticos y organismos que apelan a conceptos subjetivos y manipulables como la belleza, la bondad, el patriotismo, el paraíso e incluso la esperanza de un mundo mejor para poder obtener de nosotros aquello que quieren, ya sea compras (dinero), votos (poder), fidelidad (hombres dispuestos a cualquier cosa), etc.
Uno de mis ejemplos favoritos es de los conquistadores rusos que una vez habiéndose apoderado de parte de India se adueñaron de la creencia en la reencarnación para perdurar en el poder y además ser considerados hombres espiritualmente superiores a los que había que venerar, dejo aquí un enlace a la historia completa.
Los hombres que querían matarles matarían por ellos, gracias a una creencia religiosa.
¿Quién nos controla?
Quien quiera que tenga algo de lo que poder beneficiarse de nosotros y los medios para hacerlo, va a intentar influenciarnos, y tendrá los medios para hacerlo por el beneficio que habrá hecho con dicha influencia, es una montaña que va creciendo y la ambición del que auspicia el control de los demás es llegar a la cúspide.
Para saber concretamente quién está ejerciendo influencia sobre nosotros deberíamos hacer un estudio pormenorizado, no solo generalista, sino individualizado, ya que lo que llega a nosotros en forma de información y estímulos no provocan las mismas emociones y pensamiento en todas las personas.
Cada forma de poder tiene su propio rebaño, al que informa, estimula, premia y castiga.
En el libro El Enigma multicultural de Gerd Baumann desvela las principales invenciones que se han movido el mayor número de vidas creando creencias, y que por lo tanto se han beneficiado de todas esas vidas convirtiéndolas en muertes a su antojo, que son el estado, la religión y las etnias.
Estado, religión y etnias han tenido el poder de crear un sentimiento de comunidad artificial, gracias al cual sus diligentes han podido manejar a sus ovejas a antojo, cuando lo cierto es que dichos conceptos tienen un creador con unas intenciones e intereses determinados.
Es un libro algo antiguo, por lo que seguro que podemos unir los productos del capitalismo a estos entes de manipulación masiva.
¿Cómo salir de Matrix?La obediencia simula subordinación, lo mismo que el miedo a la policía simula honradez.
George Bernard Shaw
Hemos visto nuestras similitudes con un rebaño cuyas vacas, dentro de un pastor eléctrico, han aprendido a acudir a determinados silbidos para ofrecer su leche. La vaca se cree libre porque puede hacer más o menos lo que le apetece, y todavía dirá que ofrece su leche porque le apetece, ya que ha tomado el silbido como algo tan normal que no lo ve extraño. Puede ser que la vaca si no hace lo que tiene que hacer no tuviera todos los cuidados que tiene.
Tienes que comprender que la mayor parte de estas personas son todavía parte del sistema y que eso las convierte en nuestros enemigos. Tienes que comprender que la mayoría de la gente no está preparada para ser desconectada. Y muchos de ellos son tan inertes, tan desesperadamente dependientes del sistema, que lucharían para protegerlo.
Morfeo (Matrix)
Lo cierto es que la vida parece más fácil con la pertenencia a un grupo, el hombre ha aprendido a que así sea ya que le ha llevado hasta sus estadios más avanzados, pero la evolución del capitalismo y su fomento del individualismo está haciendo que los pequeños grupos sociales desaparezcan para que todos pasemos a formar parte de entes más grandes y controlados, y en los que tengamos una función concreta, algo que ofrecer y algo que recibir, y seremos más valiosos según lo que tengamos que entregar y la facilidad con lo que lo hagamos, dar dinero con la publicidad, obediencia con el miedo, y nuestro apoyo a la ideología de nuestro periódico habitual.
La importancia de pertenencia a determinados sistemas es de crucial importancia para nosotros, hasta el extremo de que nuestra superviviencia y estabilidad emocional depende de ello, pero lo cierto es que cuando nosotros no somos esenciales para dicho grupo se nos puede excluir friamente, porque los sistemas no son personas.
Los sistemas y poderes que pujan por nuestro control lanzan sus propagandas con la esperanza de hacer diana en alguna cabeza hueca y algún corazón perdido, pero la elección final siempre la tiene el individuo.
Para salir de Matrix hace falta vivir con la mente despierta, llevar una vida con elección activa, y ser conscientes de que nosotros somos los dueños y arquitectos de nuestros valores y creencias.
En uno de los ensayos escritos por Weber durante la primera guerra mundial se puede encontrar una apelación de la elección individual de los valores. El estado, ese concepto creado por reyes que mandaban al pueblo a morir en su nombre hace tiempo con el anhelo de hacer crecer el dibujo de sus fronteras en el mapa, tiene institucionalizado el poder de usar la fuerza física con las personas que han tenido la casualidad de nacer en su territorio, y por ello en la primera guerra mundial muchos ciudadanos fueron llevados al frente, ya sea por amor a la patria, a su líder o llevados a la fuerza, y Weber bien decía que pueden llevar a una persona obligada a luchar en las trincheras, pero no puede imponerse sobre su conciencia individual.
La conciencia de los individuos es un bien que se cotiza muy alto, donde muchos quieren entrar y para lo que se invierte infinidad de dinero y recursos para dar con la llave, o al menos con una manera eficaz de poder colar algo fácilmente en el mayor número de cabezas posibles.
La manera de detectar el control es filosofar, es dudar sobre las propias creencias, revisarlas, ponerlas a prueba, examinar aquello que nos llega antes de hacerlo nuestro, y hacernos conscientes de algo que se viene advirtiendo hace tiempo, la masa cada vez es más grande y más fácil de controlar, para beneficio de unos pocos que poseen el poder de impactarnos diariamente con sus mensajes cargados de órdenes para nosotros.
Mira lo que te rodea, lo que llevas puesto, donde vives, desempolva tus creencias y obsérvalas, detecta aquellas ideas que harían sacar lo peor y lo mejor de ti ¿De dónde vienen? ¿Quién las puso delante de ti para que las cogieras? ¿Quién se beneficia? ¿Qué pasaría con todo ello si tu vida cambiara radicalmente?
Porto un parell de setmanes treballant sobre el tema de l’empatia, una qüestió que sempre m’ha semblat tan interessant com perillosa, i com més va més em sorprén la total i absoluta manca de lideratge empàtic a Catalunya i a Espanya, en contrast amb el model Obama de presidència empàtica.
S’admeten apostes: apareixerà en els propers mesos un nou estil de lideratge més empàtic, que al cap i a la fi seria el més adient en temps de crisi? O anirà rodant tot fins al penyasegat? Algú té encara la capacitat moral per exercir un lideratge empàtic a Catalunya ara mateix? Hem arribat definitivament tard a l’època dels lideratges i simplement toca esperar un llarg període d’agror i misèria?
De moment (i en basència de cap mena de lideratge creïble), la gent s’autoorganitza d’una manera primària, mées per resentiment que per projectes, i això per a qualsevol persona que sàpiga un mínim sobre psicologia social anuncia perill.
Carlos Fernández Líria |
Miguel Benasayag |
España es uno de los países que menos horas dedica a la Educación Física en las clases de ESO.
La vida sedentaria que caracteriza a la sociedad moderna, donde todo parece estar a un clic de distancia, tiene consecuencias negativas sobre la salud. El fenómeno del sedentarismo no es ajeno a los niños, ya que las nuevas generaciones muestran la tendencia de abandonar la actividad física que caracterizaba a la infancia hasta no hace mucho tiempo.
El periódico El País revelaba en un artículo que en las escuelas no se fomenta la práctica de ningún deporte, ya que a la propia asignatura, Educación Física, se le resta importancia y en muchos casos, se reducen sus horas par incrementar la de otras asignaturas.
“Hace falta más duración de las clases y más calidad. Hay que implicar a los padres y a los docentes de otras asignaturas”, señala Miguel Ángel Martínez, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra . Afirma además que la Educación Física no es solo el tiempo de deporte, ayuda a crear las base sobre las que deben asentarse todos los hábitos saludables de los jóvenes. “Hoy existe más concienciación sobre el tema, pero se ha dicho mucho y se ha hecho poco”, insiste.
Por este motivo la mayoría de los escolares españoles practica poco deporte fuera del horario escolar. Los especialistas en el ámbito de la salud consideran que es necesario realizar una hora al día de actividad física para combatir los efectos dañinos del sedentarismo.
Deporte hoy, salud mañana |
Los investigadores han detectado una importante diferencia en la práctica de deportes entre los niños y las niñas, ya que el 20,4% de ellos realiza actividad física cinco o más días a la semana fuera del ámbito escolar, algo que solo hace una de cada diez chicas.
Otra tendencia advertida es que la actividad deportiva disminuye de manera progresiva a medida que aumenta la edad, una particularidad que también resulta más acentuada en el caso de las niñas.
Los estudios del Consejo Superior de Deportes, la Fundación Deporte Joven y la Fundación Alimentum proponen obtener información objetiva sobre los hábitos deportivos de los escolares españoles para que los datos cuantitativos ayuden a la definición de políticas que promuevan la actividad física entre niños y adolescentes. Trabajos previos han demostrado que los niños que realizan deporte y pasan menos de catorce horas a la semana frente a una pantalla (de televisión u ordenador) tienen menos posibilidades de padecer sobrepeso u obesidad.
Así, la promoción de hábitos de vida activos entre los más de cinco millones de estudiantes de entre seis y dieciocho años que viven en España debería ser uno de los objetivos fundamentales de la educación. No debemos olvidar que quienes realizan ejercicio físico desde una edad temprana tienen mayores probabilidades de mantener dichos hábitos durante la adultez.
Más información
• Estudio sobre hábitos deportivos
(en pdf).
• Consejo Superior de Deportes.
• Fundación Alimentum.
• Fundación Deporte Joven.
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Discutíamos estos días en clase las ideas de Horkheimer en uno de sus textos clásicos, Autoridad y familia. En opinión uno de los mayores logros del nazismo consistía en haberse instalado en el núcleo de la sociedad, que en su opinión es la familia. Nos acercamos a la sociedad totalitaria cuando en las propias familias las relaciones se basan en las jerarquías, la disciplina y la autoridad. Implícitamente, está atribuyendo también Horkheimer a la familia una capacidad crítica y transformadora de la sociedad, aspecto que se suele pasar por alto dentro del pensamiento marxista que tanto inspiró al frankfurtiano. Sea como fuere, intentábamos analizar en clase si estas ideas podrían tener algo de vigencia hoy, que tan lejanos nos encontramos, al menos temporalmente, del nazismo. La cuestión a discutir no puede ser ya si los patrones de comportamiento dentro de la familia se ajustan o no a esta ideología totalitaria, sino más bien si existe una ideología dominante que de una forma u otra haya penetrado en la vida cotidiana de la gente hasta instalarse en la médula de la sociedad, en sus unidades más simples que en cierta forma contribuyen a configurar la sociedad del mañana. A poco que se piense, la respuesta no puede ser más que afirmativa.
¿Cuál es entonces esta ideología dominante que lo impregna todo? Tratando de actualizar las ideas de Horkheimer en clase se apuntaba hacia el consumismo como forma de vida. Comprar por comprar y convertir el consumo en una de las actividades específicamente humanas. Salían algunos ejemplos que no son nada difíciles de imaginar: desde el hecho de que “ir de compras” se haya convertido en una más de las formas de ocio hasta que las pautas de consumo de los propios padres, que en teoría deberían ser modelos en aquello que predican pero que en la práctica terminan cayendo en aquello del “comprar por comprar” y en la satisfacción de esos deseos que ya desde Epicuro solían calificarse como “no naturales y no necesarios”. Educar en lo que podríamos llamar consumo responsable o consumo ético es una tarea ardua, puesto que afecta de una forma determinante a nuestra forma de vida. Más aún: sin quererlo, no son pocas las familias que enseñan a sus hijos a buscar siempre una recompensa material como recompensa a lo que hacen, trastocando el orden de las motivaciones: si apruebas te compramos tal o cual cosa. Estrategia que no sólo desprecia el conocimiento sino que también le pone un precio al esfuerzo.
Qué hacemos al ir al supermercado, al cambiar de coche o al renovar el armario (igual da el fondo que la superficie). Unos más cotidianos que otros, pero todos relacionados con la palabra clave: consumo. Una actividad que nos pone en relación con la naturaleza, no olvidemos que en último término todo consumo lo es también de recursos naturales, pero también con el resto de la sociedad, en tanto que aquello que compramos y vendemos es siempre fruto de un proceso productivo y afecta a las posibilidades de consumo, por no decir posibilidades de vida, del resto. Las resonancias éticas son menores en comparación con las educativas ya que el comportamiento de los adultos en el mercado es el virus que inocula la ideología en los más pequeños. El triunfo del consumismo como uno de los pilares más fuertes del capitalismo anida así también en la propia familia, tal y como detectara Horkheimer respecto al nazismo hace décadas. No parece descabellado en consecuencia convertir en objeto de reflexión un tema al que la filosofía apenas ha prestado atención: la familia y su función dentro de la economía, la sociedad y la cultura. Quizás nos diéramos cuenta de que es un tema mucho más importante de lo que se pueda pensar a primera vista. En los tiempos del nazismo, como hoy, transmisora de ideología.