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El café de Ocata
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El café de Ocata
AQUÍClaro que... "la filosofía ha muerto", es una afirmación filosófica.
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El café de Ocata
Chesterton afirma que una de las características de nuestro presente educativo es la extraña convivencia de escepticismo respecto al valor de la filosofía y de dogmatismo respecto al valor de la educación. Ocurre así que cuanto más desconfiamos del valor de la primera, más seguros parece que estamos del de la segunda. Pero esto traducido al lenguaje corriente significaría que cuantas más dudas tenemos sobre la existencia de la verdad, más seguros estamos de que hay que enseñarles algo verdadero a las nuevas generaciones. A Chesterton no se le ocurre pensar que pueda haber alguien defendiendo -al menos a cara descubierta- que el objeto de la educación sea la transmisión de algo no verdadero.
Chesterton se muestra a veces demasiado ingenuo.
El hecho es que la pedagogía posmoderna no tiene reparo alguno en defender que la verdad es una construcción. Si para la escuela antigua la educación era la verdad común en estado de transmisión, para la pedagogía posmoderna es la opinión del alumno en estado de construcción. De ahí las críticas de la pedagogía moderna a la transmisión. No puede ser de otra manera, dado que no puede transmitir lo que se niega a poseer.
Sin embargo, la conclusión de Chesterton se mantiene en pie y de forma cada vez más paradójica: cuanto más tenue es nuestra fe en la doctrina, más estentórea es nuestra fe en los doctores. Es decir: cuanto más criticamos la transmisión, más echamos la culpa a los docentes de la inconsistencia de las construcciones de nuestros alumnos.
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El café de Ocata
Entrevistador: Tu admiras a los reformadores sociales del siglo XIX, especialmente a Auguste Comte, el fundador del positivismo.
Houellebecq: Mucha gente encuentra a Comte ilegible porque se repite a sí mismo hasta la locura. Y desde un punto de vista médico, ciertamente no estaba muy lejos de la locura. Hasta donde yo sé, es el único filósofo que ha intentado suicidarse. Se tiró al Sena por un desengaño amoroso. Lo sacaron y pasó seis meses en un sanatorio. Y este fue el padre del positivismo, que es considerado como la cima del racionalismo.
La entrevista completa
AQUÍ
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El café de Ocata
"La naturaleza ha dotado a la comunidad de los seres humanos del deseo de conocimiento teórico más que del de obtención de competencias prácticas"Gersónides, Guerras del Señor.
En este café somos un poco pascalianos y preferimos la caza a la presa.
Añado (a las 20:40) algo que me ha dicho la responsable de una institución que organiza cursos para profesores: "Es mejor que no pongamos la palabra 'competencias' en ningún curso, porque espanta a los docentes. Es una palabra que ya está quemada".
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El café de Ocata
"Esta noche he experimentado un vacío al entrar en mí mismo" (Amiel, Diario íntimo).
Me preguntó si habrá alguien más por ahí leyendo a Amiel. ¿Saben qué? ¡Me gusta!
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El café de Ocata
"Uno de los problemas de Internet es la imposibilidad de verificar la autenticidad de las citas que va colgando la gente".
Cervantes
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El café de Ocata
No sé si recordarán algunos de ustedes aquellos tiempos lejanos en los que las familias educaban a los niños. Parece una broma, pero ocurría. Claro que eran tiempos oscuros en los que por ejemplo, los padres eran incapaces de negociar con el niño. Hoy, liberados de toda pulsión autoritaria, hemos conseguido que sean los niños los que eduquen a la familia.
Lean
esto o
esto otro.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Ya no hablamos de raza. No hay que hablar de raza. Decir raza es pecar contra el humanismo. Y , viendo la historia del siglo XX, posiblemente así tiene que ser. Las leyes más importantes son las que sin estar en ningún código legal, afectan al uso de las palabras y, en consecuencia, a la manera de expresarnos a nosotros mismos ante nosotros mismos. Pero el hecho de prohibir una palabra no significa que aquello que la palabra designaba no siga, de una u otra forma, vivo. Puede seguir viviendo de manera latente, como un parásito cavernario, bajo la superficie de las nuevas palabras consagradas. Estoy pensando en "cultura" y, en concreto, en la manera que tienen algunos de hablar de "la cultura gitana".
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El café de Ocata
Pascal nos puso en nuestro lugar cuando escribió aquello de que un estornudo absorbe todas las funciones del alma.
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El café de Ocata
Pedro Azara y Gregorio Luri (eds). Mediterráneo.
Del mito a la razón. Editorial Tenov&Fundació LaCaixa, Barcelona 2014.Más información:
Aquí y
Aquí"Yo, no de ahora, sino de siempre, tengo por principio no obedecer a otra cosa que a aquella razón que, al examinarla, me parece superior" (Sócrates, "Critón", 46 b)
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El café de Ocata
Aceptemos que lo de "mi coño es mío" es un buen argumento para proteger el aparato reproductor femenino de cualquier intromisión legal por parte de los poderes públicos. Si es así, entonces aún sería mejor argumento proclamar "mi cerebro es mío" y reclamar ipso facto la derogación de cualquier ley que autorice al Estado a introducir contenidos de cualquier tipo en mi cerebro.
¿Por qué hay que ser más celoso de los derechos de propiedad sobre el coño que sobre la inteligencia?
Quiero decir con esto que las defensoras del primer eslogan parece que deberían defender también el segundo y, luchar denodadamente contra la escolarización obligatoria, por ejemplo. Si tengo derecho a proteger mi cuerpo de cualquier intromisión de los poderes públicos, más derecho parece que tengo a proteger mi inteligencia. ¿O no?
En conclusión: Deroguemos la educación pública. ¡Viva la educación libre!
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El café de Ocata
He enviado a mi espíritu a hablar un rato con el dios Sabazios. Mi espíritu -del que ustedes tienen aquí un esbozo con jersey- le decía que la oración es el único antídoto efectivo contra el dominio de la técnica, porque quien reza sabe que no se puede fiar ni de su saber ni de sus deseos. Y la docta desconfianza -he concluido- es un saber superior al saber técnico. El dios me miraba un poco perplejo, como preguntándome: "¿Y esto se lo vienes a contar a un dios muerto?".
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El café de Ocata
- Los hechos son una cosa del siglo XIX -me dice C.-, como la industrialización y la idea de progreso.- ¡Obviamente! - le respondo- ¡Eso es un hecho!
Y la hemos liado.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
A veces, como hemos visto con el muchacho del post anterior, la muerte, simplemente, se muestra inapetente. Veamos otro caso.
El 23 de febrero de 1885, el asesino convicto John Lee, de Devon, fue llevado al cadalso y colocado sobre la trampilla. Pusieron la soga alrededor de su cuello. El verdugo, James Berry, tiró de la palanca.
Pero no pasó nada.
Dos guardias empujaron la trampilla hacia abajo, para que se tragara a Lee, pero no hubo manera. Parecía soldada. Hicieron a un lado al condenado y probaron la trampilla. Funcionaba perfectamente. Pusieron a Lee otra vez en la que tenía que ser su posición postrera. James Berry volvió a tirar de la palanca.
Nada de nada.
Los guardias, perplejos, revisaron minuciosamente todo el mecanismo. Cuando estuvieron completamente satisfechos, repitieron el proceso. Berry tiró de la palanca por tercera vez.
Nada.
Así que el ministro del Interior, conmutó la pena de Lee por cadena perpetua.
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El café de Ocata
Lo trae
La VanguardiaSospecha que me asalta al leer la noticia: ¿El (presunto) suicida sería democrata-cristiano?
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El café de Ocata
Es lo que sostienen en
Causeur
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El café de Ocata
El mensaje último que Maquiavelo le ofrece al Principe, puede resumirse de esta manera: Se diáfano ante ti mismo para poder ser opaco ante los otros. Me parece que lo que les falta a nuestros gobernantes es la inteligencia necesaria para no ser oscuros a sí mismos.
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El café de Ocata
Se cuenta que en 1787, Benjamin Franklin, visto que no parecía haber manera humana de desenredar una cuestión que estaban debatiendo acaloradamente en el Congreso, propuso hacer un pequeño descanso y dedicarlo a rezar, a ver si con la ayuda del cielo los congresistas encontraban la sagacidad que parecía faltar a sus recursos naturales. Alexander Hamilton protestó airadamente alegando que él no tenía ninguna necesidad de recibir ayuda extranjera (foreign aid).
Y así comenzó la historia de la democracia moderna.
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El café de Ocata
Según Harold Bloom, Reagan contó en cierta ocasión el siguiente chiste:
He said, “Let me tell you the story about the old psychiatrist being admired by a young psychiatrist who asks, ‘How come you still look so fresh, so free of anxiety, so little worn by care, when you’ve spent your entire life sitting as I do every day, getting worn out listening to the miseries of your patients?’ To which the older psychiatrist replies, ‘It’s very simple, young man. I never listen.’” Y este es el comentario de Bloom: "
Such sublime, wonderful, and sincere self-revelation on the part of Reagan!"
La siguiente imagen no tiene nada que ver con Reagan... aunque quizás sí que tenga algo que ver con Bloom y, en todo caso, es un chiste sobre la paternidad:
No conozco mejor representación del mito de
Cronos. La moraleja, la dejo para vuestra imaginación.
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El café de Ocata
Buscando información sobre Caridad Mercader me he encontrado con don Félix Gordón Ordás, embajador de España en México y autor de unas memorias tituladas Mi política fuera de España. 5 tomazos. Esta tarde he devorado la segunda parte del primero, el que don Félix dedica a sus peripecias para conseguir armas para la República.
Yo sabía que Caridad Mercader, acompañada de su hija Montserrat, Lena Imbert (la novia de su hijo Ramón) y Nito Palerm-Vich habían viajado a finales del 36 por Estados Unidos y México y daba por supuesto que había participado activamente en la compra de armas en estos dos países. Pero he descubierto que el auténtico aventurero fue el señor embajador, mientras que Caridad participó en una operación de la GPU (el servicio de inteligencia de la Tercera Internacional) que fue absolutamente perjudicial para los intereses de la República.
Gordón Ordás era un genio. Consiguió la inmediata y generosa colaboración de Cárdenas, el presidente mexicano, con la causa republicana, que se concretó tanto en la venta directa de material bélico -y garbanzos, muchos, muchos garbanzos- como en la complicidad de las autoridades mexicanas para facilitar la entrada y salida de armas compradas en terceros países. Era un trabajador infatigable con alma de equilibrista, a pesar de que el gobierno de Valencia nunca se lo puso muy fácil. Consiguió, contra viento y marea, que lo imposible se convirtiera en rutinario. Llegó a convencer a un barco japonés para que embarcase en Veracruz armas para la República y a un jefe de la mafia encarcelado en Estados Unidos para que le vendiese armas nuevas.
Posiblemente a finales de agosto o principios de septiembre del 36, los soviéticos le presentaron al gobierno republicano un intermediario llamado Robert Cuse, que era exportador legal de armamento norteamericano. Ocultaron que estaba en estrecho contacto con la oficina comercial de la URSS en Estados Unidos, que además de comprar tecnología americana (¿qué hubiera sido de los primeros planes quinquenales soviéticos sin la tecnología made in USA?), era un nido de espionaje. Antes de esto, Cuse le había ofrecido sus servicios a Gordón Ordás en México, pero este último, desconfiando, le dio largas. Sin duda la misión de Caridad tenía que ver con Robert Cuse.
A finales de año, Gordón Ordás había conseguido comprar una enorme cantidad de material bélico, por valor de unos cuatro millones de dólares, que tenía a punto de embarcar para España. El gobierno norteamericano, partidario de la no intervención, no veía con buenos ojos estas operaciones, pero legalmente aún no se había aprobado el acta que las prohibía. Gordón sabía que siempre que operase con suma discreción, no tendría problemas para embarcar una parte de sus compras en un barco español que se encontraba en Nueva York. Comprendía muy bien lo que él llamaba "el tartufismo americano". El resto, lo transportaría a México con ayuda de la mafia. Contaba también con cómplices en el Departamento de Estado. Pero entonces Robert Cuse metió estrepitosamente la pata.
Cuse había vendido a la República varios aviones. Pero en lugar de operar discretamente, dio a sus movimientos una gran publicidad. El gobierno norteamericano, como he dicho, reconocía que no era ilegal vender armas a España, pero lo consideraba antipatriótico y aceleró los debates en el Congreso y el Senado para aprobar su prohibición. Los diarios comenzaron a hablar del pulso de Cuse al gobierno. Dando muestras de una insensatez muy sospechosa, Cuse embarcó los aviones en un buque, el Mar Cantábrico, rodeado de los flashes de los fotógrafos. Por supuesto, los servicios secretos franquistas tomaron nota del asunto y consiguieron apresar el Mar Cantábrico poco antes de llegar a su destino. Quien pagó las consecuencias del enfado del gobierno americano, fue Gordón Ordas, que se vio impedido para enviar a España las armas que había comprado en los Estados Unidos, entre las que se encontraban 26 aviones que tenía en un aeropuerto próximo a Veracruz. El gobierno de Washington presionó duramente al mexicano para impedirlo.
En un cable del ministro republicano de la marina a Gordón Ordás, se dice: "Sería necesario saber si Cuse provocó el escándalo conscientemente". Si, sería muy interesante saberlo. Pero lo obvio era que cuanto más se cerrasen las puertas de los Estados Unidos más dependería la República de la URSS.
A pesar de todo, Gordón Ordás consiguió, con una maniobra genial que burló a todo el mundo, enviar a España los 26 aviones que tenía en México.
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El café de Ocata
Somehow, deeply conservative assumptions about how children behave and how parents raise them have become the conventional wisdom in our society. It’s widely assumed that parents are both permissive and overprotective, unable to set limits and afraid to let their kids fail. We’re told that young people receive trophies, praise, and A’s too easily, and suffer from inflated self esteem and insufficient self-discipline. However, complaints about pushover parents and entitled kids are actually decades old and driven, it turns out, by ideology more than evidence.
With the same lively, contrarian style of Alfie Kohn’s bestselling books about rewards, competition, and traditional education, The Myth of the Spoiled Child systematically debunks the story that we hear with numbing regularity. Kohn uses humor, logic, and his familiarity with a vast range of social science data to challenge media-stoked fears of spoiling our children. He reveals that the major threat to healthy child development isn’t parents who are too indulgent but those who are too controlling.
VíaY una cosa más:
Is Sweden Raising a Generation of Brats?Scandinavian country's child-centric ways stir backlash
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El café de Ocata
"If you put two economists in a room, you get two opinions, unless one of them is Lord Keynes, in which case you get three opinions." - Winston Churchill
Más
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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Dos interesantes artículos sobre educación y nuevas tecnologías.
El primero, de Elise Italiano, se titula "
Community, Contemplation, and Computers: The Role of Technology in Education"
El segundo, modulando alguna afirmación del primero, es de Gracy Olmstead, "
Of Plato and iPads: Should We Use Technology in the Classroom?"
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El café de Ocata
– El sexo se vuelve crítico, redacta manifiestos, pronuncia arengas y desfila por calles y plazas. Es un predicador, y sus discursos, un llamado a la lucha: hace del placer un deber.
El puritanismo al revés.En
SalmonetesQue es como decir, "si no pecas, estás en pecado".
Una de las enseñanzas de la edad es que el número de mandamientos morales es una constante. Cambia su contenido pero los mandamientos permanecen. Toda liberación es un cambio de bridas. La única liberación posible es la de la conquista de la conciencia de a qué estamos embridados.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Lo dice el gran Mariana: lo mejor sería ser gobernado por un hombre que fuera algo más que mortal. Pero ocurre que solamente los mortales están en condiciones de gobernarnos, así que, en consecuencia, hemos recurrir a los humanos para poner en sus manos el timón de los asuntos públicos. Ya que las cosas son así, procuremos que los que nos gobiernan sean personas educadas. Si su educación no es suficiente para hacer de ellos personas excelentes, intentemos ocultar sus defectos en el interior del palacio. Y si eso tampoco es posible, librémonos de ellos. "Como si fuesen fieras, hemos de dirigir contra ellos nuestros dardos".
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El café de Ocata
Me entero por
Compostela de esta
carta de mi papa, Benedicto XVI, al matemático Odifreddi, y me apresuro a colgarla en el tablón de anuncios del Café de Ocata.
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El café de Ocata
"Querida Betty:
Te odio.
Con cariño,
George"
Nota de suicidio recogida en el libro de Marc Etkind, Or Not to Be: A Collection of Suicide Notes.
A mí me gusta esta otra, escrita en 1985 por el gerente de la educación de Cleveland, Frederick Holliday, que se pegó un tiro en la entrada de una escuela al enterarse que iba a ser despedido:
"Niños, si hay alguna falta de ortografía en esta carta, es porque no la escribí con mucho cuidado".
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El café de Ocata
"Los pensamientos que nos vienen con frecuencia sin ser buscados, y, por así decirlo, aparecen de la nada, son frecuentemente los más valiosos de cuantos tenemos, y, por lo tanto, debemos protegerlos, porque rara vez regresan de nuevo". — John Locke, carta a Samuel Bold, 16 de mayo de 1699.
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El café de Ocata
"I think most of what is called “elitist” is a mask for anti-intellectualism — I mean, there is such a thing as excellence". Susan Sontag
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El café de Ocata
¿Cómo puede ser que un país capaz de inventar el bacalao al pil pil haga estas galas Goya?
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El café de Ocata
"Pese a todos sus tatuajes, en general se le veía un caníbal limpio y bien aseado (...). Es mejor dormir con un caníbal sobrio que con un cristiano borracho."
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El café de Ocata
La fe -y esta es su esencia- siempre tiene hambre.
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El café de Ocata
¿Por qué nos caen mejor los comunistas chinos que los capitalistas rusos?
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El café de Ocata
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El café de Ocata
¡La de vueltas que he dado para conseguir este libro! La pista definitiva me la han proporcionado en La Habana, pero quien me lo ha acabado trayendo a casa esta mañana ha sido, además de mi cartera, la suerte, el ángel de la guarda del curioso.
El autor es Juan Marinello y entre sus capítulos -que prefiguran un libro posterior del mismo autor,
Hombres de la España leal- hay uno, que para mí es precioso, dedicado a Caridad Mercader. Ahora sé que este capítulo fue escrito en México, a finales del 36, me imagino que poco antes o poco después de hacerse esta foto. Poco a poco voy haciendo camino.
El texto de Marinello es, básicamente, una loa de una santa revolucionaria, Caridad Mercader, y comienza así: "Nunca he tocado mejor la condición dilemática, decisoria, de la tragedia española que en la presencia de Caridad Mercader. Esta mujer heroica es un costado, el bueno, de la tragedia de su pueblo".
Poco después de llegar el libro me han enviado unos archivos desde Moscú. Necesito un traductor de ruso.
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El café de Ocata
Una vez leído
En medio de la Edad Media, paso a
Le propre de l'home, con la convicción de que este hombre, Rémi Brague, nunca decepciona. Un ejemplo: hablando de los que se entretienen en rebajar la dignidad del hombre aduciendo que comparte el 95% de su ADN con el mono, escribe: Se podría decir también que compartimos el 95% de nuestro vocabulario con Proust o Céline. ¿hace falta añadir algo más?
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El café de Ocata
Parece que Hemingway tenía sus propias teorías sobre el sexo. La principal era que cada hombre tiene asignado un determinado número de orgasmos en su vida, ni uno más ni uno menos, cosa, por cierto, bastante difícil de refutar.
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El café de Ocata
La madre de Amy Tan cogió a ésta de la mano y la llevó hasta el ataúd de un amigo que había muerto de leucemia. Le enseñó el cadáver y le dijo: "Esto es lo que pasa cuando no haces caso a tu madre."
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El café de Ocata
"... aquel memorable diálogo entre Takashi Simura y Daisure Katō en "Los Siete Samuráis" (A. Kurosava, 1957):
- Los niños, a veces, son mejores que los adultos.
- Sí, cuando se les considera como adultos.
En
Vora la platja
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Michael Gove urges 'traditional' punishments for school misbehaviour.
New guidelines will encourage teachers to impose penalties such as picking up litter and writing lines for pupils
Leer más en
The Guardian
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El café de Ocata
La iglesia de la Resurrección de Podgorica (Montenegro) acaba de ser consagrada. Pero no ha sido noticia internacional por esto, sino por mostrar en uno de sus frescos a Tito, Marx y Engels en el infierno (detrás de ellos creo intuir a Lenin y a Stalin). No hay que descartar que los autores tengan buenos motivos para obrar de esta manera.
Más información
AQUÍVía
Barcepundit
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El café de Ocata
Artículo en La Vanguardia de hoy:
El humanismo sólo es útil a quien está dispuesto a combatir la vulgaridad que lleva adherida al alma. Es decir, a quien se preocupa por visualizar la mejor versión de sí mismo. El humanismo no se conforma con entender la democracia como una universal aspiración a la igualdad y propugna una igual aspiración a la excelencia.
La idea de que todo cambia y que, en consecuencia, nuestra concepción de la buena educación también debe cambiar, es un prejuicio antihumanista que da por cierto que la excelencia humana es un asunto de temporada y que existen diferencias irreconciliables entre los hombres. De hecho, la mitificación del cambio ha venido acompañada de la mitificación de la heterogeneidad de lo humano, que postula que puesto que los individuos son diferentes, han de ser educados de manera diferente, olvidando que si bien todos somos, ciertamente, diversos, es porque todos somos hombres. Una república es una proyecto educativo común. Por eso Montesquieu pudo decir que si el principio de la aristocracia es el honor, y el principio de la tiranía es el miedo, el principio de la democracia es la educación común.
Lo civilización es frágil y vulnerable, como el siglo XX se ha encargado de demostrarnos. Nadie nace civilizado. Civilizar significa educar la atención y el apetito. El humanismo tiene por misión ofrecer a los hombres motivos nobles en los que fijar su atención y a los que dirigir su apetito. Sabe –y sólo lo sabe él- que la respuesta a lo que es el hombre no se encuentra en los huesos de Atapuerca, sino en la aspiración del hombre a alcanzar la mejor versión de sí mismo. Por eso es esencial ofrecer a los jóvenes motivos de estudio que trasciendan los huesos de Atapuerca.
Sólo puede considerarse educado el hombre capaz de entender la gran conversación que mantienen entre sí los grandes hombres de nuestra cultura. La cultura occidental es esa conversación que se inició en la aurora de Grecia. No se encuentra en ningún libro, ni en ningún reclinatorio. No hay ningún libro indiscutible en Occidente. Lo único sagrado es el diálogo. Por eso privar a los jóvenes de la posibilidad de acceder a la gran conversación es hacerlos extranjeros de su propia cultura. Para acceder a ella hay que aprender a leer, escribir, hablar, escuchar, comprender y pensar. Y cada una de estas cosas puede muy bien, por sí misma, constituir la tarea de una vida. Si leer a los clásicos se ha vuelto difícil, la culpa no la tienen los clásicos. Nuestras dificultades no nos conceden ningún privilegio.