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Stefan Zweig by Loredano |
Hablábamos de este asunto hace ya algunos años en esta misma bitácora, pero es algo que sale en clase de manera recurrente al menos en estos tiempos en los que todavía se sigue explicando a todos la historia de la filosofía. Me estoy refiriendo a la muerte de Sócrates, que fue en cierta manera una muerte asumida y elegida. No en el sentido de que el filósofo ateniense deseara morir, pero sí porque rechazó escapar incumpliendo la ley, al menos si nos fiamos del testimonio de Platón. Al final, cuando planteamos el tema en clase suelen salir dos valores cruciales para todo ser humano: la vida y las propias ideas. ¿Cuál de los dos vale más? Sócrates estuvo dispuesto a cambiar la primera en favor de las segundas. Entregó su vida por sus ideas, convencido de que la coherencia personal era un valor sin el cual no merecía la pena vivir. En nuestro tiempo, la elección socrática suele interpretarse en las aulas como una estupidez: su contribución a la filosofía hubiera sido aún mayor de haber podido gozar de algunos años más de vida. Él, que decía servir a las leyes, debió escapar de la muerte en favor de otro de los valores que siempre dijo defender: los jóvenes, que hubieran podido aprender muchas más cosas de Sócrates en caso de que este hubiera decidido vivir.
Valemos más vivos e incoherentes o por el contrario aportamos más a la sociedad coherentemente muertos, tranformados en iconos de no sé sabe muy bien qué ideas. Sócrates parecía tenerlo claro: mejor que mueran los seres humanos antes de que lo hagan las ideas. Popper, un filósofo nada sospechoso de ser amigo de las medias tintas, parecía pensar al revés y siempre manifestó que era preferible que murieran las ideas para que no lo hicieran las personas. En estos tiempos nuestros, la actitud socrática no resulta comprensible del todo: fanatismo filosófico, es como la califican algunos de los alumnos. Como si fuera exactamente igual aceptar una injusta sentencia de muerte que llenarse el cuerpo de bombas y hacerlas explotar en un autobús. O si se quiere poner un ejemplo en el que no haya terceros implicados: suicidarse porque se está convencido de que las propias creencias personales nos empujan a ello. Nunca la filosofía tuvo unas consecuencias inmediatas, prácticas y vitales, como en el caso socrático: siempre fue perseguido el pensamiento libre y crítico, pero no es fácil encontrar casos como este en el que voluntariamente se entrega la propia vida a cambio de salvaguardar una serie de ideas.
Más inteligente fue, suele comentarse en clase, la actitud de Galileo. Un ejemplo científico que nos sirve igualmente para ilustrar el tema: juzgado por plantear un nuevo cosmos revolucionario, Galileo fue capaz de retractarse y desdecirse, de reconocer públicamente que estaba equivocado, aunque en privado hubiera dicho totalmente lo contrario. No aporta demasiado al caso si en verdad se atrevió a mascullar aquello de “Y sin embargo se mueve” o no. Lo cierto es que su actuación pública consistió en retractarse. Salvó la vida, se puede pensar. Perdió toda su vida anterior, podría responder Sócrates. Y es aquí donde la actitud socrática puede entenderse incluso como una afirmación de la vida. De su vida en este caso: de haber escapado, habría dejado de ser Sócrates. Recluido en una isla, sin opciones de pasear por su amada Atenas y hablar amistosamente con sus gentes: ¿acaso tiene sentido vivir así para quien ha hecho de la plaza pública su modo de vida? Miremos de nuevo a Galileo: podemos dudar de si logró una buena ganancia al quedar condenado al ostracismo y a una especie de encierro intelectual, sin opciones de volver a crear y compartir nuevas teorías sobre el universo. Entre el integrismo y la autenticidad: preguntarse si merece la pena seguir viviendo renunciando a ser uno mismo o alargar la vida biológica, habiendo perdido para siempre el sentido personal que cada cual le viene dando a la misma. Esta, y no otra es la cuestión socrática.
Comienzo este artículo en español como deferencia para los lectores del blog cuya lengua es el castellano, pues lo terminaré de escribir en inglés, dado que es para el alumnado de la asignatura “Ethics” (Educación ético-cívica).
Os recomiendo ver una excelente película de terror psicológico y suspense que fue rodada en 1992 por Curtis Hanson. Se llama “La mano que mece la cuna” (The hand that rocks the cradle).
El argumento es el siguiente: Claire Bartel (Anabella Sciorra), una mujer casada, madre de dos hijos y asmática, decide con su marido contratar a una niñera. La persona perfecta parece ser Peyton Flanders (Rebecca de Mornay). Es rubia, de facciones agradables, tierna y muy callada.
Sin embargo, Peyton oculta graves secretos que la llevan a intentar sustituir sibilinamente a Claire, primero amamantando a su bebé, después insinuándose a su marido y finalmente ganándose la confianza de la primera hija de la pareja.
Sin duda es una perturbada, pero nadie lo advierte debido a su aspecto aniñado. Su plan secreto de acabar con Claire culmina en una memorable escena en la que Peyton vacía todo el inhalador de Claire con el fin de que se muera de un ataque de asma. Alguien tiene que pararle los pies… pero ¿quién?… quizás Claire sea más inteligente de lo que parece…
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THE HAND THAT ROCKS THE CRADDLE (1992)
You can do a special activity writing a comment on the blog. First of all you have to write a synopsis of the film. Afterwards you have to answer the following questions:
a) How can Claire prove that Peyton is a murderer?
b) What would you do if you were Claire?
c) If you were a judge what sentence would you give to Peyton?
I know that you are going to do the activity very well. Come on!
Deadline: October 27. 9 p.m.
Tipus de diàleg | Situació inicial | Fins del participants | Fi del diàleg |
Diàleg persuasiu | Conflicte d’opinions | Persuadir l’altra part | Resoldre o aclarir una qüestió |
Investigació | Necessitat de tenir proves | Trobar i verificar proves | Provar (o refutar) una hipòtesi |
Negociació | Conflicte d’interessos | Aconseguir el que es vol | Assolir un acord |
Recerca d’informació | Necessitat d’informació | Obtenir o donar informació | Intercanvi d’informació |
Deliberació | Dilema o elecció pràctica | Coordinar fins i accions | Decidir el curs d’acció més adient |
Erístic | Conflicte personal | Donar un cop verbal a l’oponent | Revelar bases més profundes del conflicte |
Debat | Controvèrsia forense | Victòria verbal | Impressionar l’audiència |
Educatiu | Ignorància | Ensenyar | Impartir coneixement |
Entrevista | Curiositat per una posició | Exposar la posició del subjecte | Difusió d’informació |
Consulta d’experts | Necessitat d’un parer expert | Decisió operativa | Coneixements de segona mà |
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by Erlich |
Hay un movimiento —el circular— que es idéntico al reposo, por ser continuo y eterno. Lo que así se mueve reposa cambiando, como dice un fragmento de Heráclito, y sólo el pensamiento objetivo (nous) tiene este estatuto de motor inmóvil. Cualquier otro movimiento es o bien natural o bien forzado, y en ambos casos se observa una mediación de la materia por la forma y de la forma por la materia. La potencia «aspira» al acto, tal como la materia «espera» a la forma, pero la interpenetración de una por otra sólo se realiza con esfuerzo (la «obra» que es el erg de energía). Debido a la resistencia de la materia a aceptar la forma, el cosmos sólo puede elevarse despacio y gradualmente desde las existencias inferiores a las superiores.«De modo general, es visible que lo engendrado es imperfecto y se encamina hacia su principio; por consiguiente, lo último según la generación ha de ser lo primero según la naturaleza (physis)».
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Tit Livi |
Según La educación transforma la vida, el último informe de seguimiento de la educación en el mundo, plublicado por la UNESCO en 2013, alrededor de 61 millones de niños y niñas están sin escolarizar.
La cifra de niños sin escolarizar dada por la UNESCO en su informe sobre la educación en el mundo demuestra hasta qué punto no se están cumpliendo los pasos para lograr el objetivo del milenio de una educación primaria universal, marcado para 2015: “Asegurar que, en 2015, los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria”.
En el informe se destaca la gran importancia de la educación de la mujer, que se refleja en los siguientes aspectos:
Por otra parte, el informe ofrece datos sobre la influencia de la educación en la sociedad:
Consultar el infome La educación transforma la vida
Fases | Funció dels enunciats | Tipus d’acte de parla |
Confrontació Es palesa la diferència de punts de vista | Expressió d’un punt de vista | assertiu |
Acceptació/refús del punt de vista, manteniment del refús | compromissori | |
[Petició d’acte declaratiu | directiu] | |
[Definició, precisió, amplificació, etc | declaratiu d’ús] | |
Obertura Les persones interlocutores decideixen discutir i acorden les regles | Invitació a defensar un punt de vista | directiu |
Acceptació del repte de defensar un punt de vista | compromissori | |
Acord en les premisses i regles de la discussió | compromissori | |
Decisió de començar una discussió | compromissori | |
[Petició d’acte declaratiu | directiu] | |
[Definició, precisió, amplificació, etc | declaratiu d’ús] | |
Argumentació Les parts expressen els arguments i presenten i responen objeccions | Petició d’argumentació | directiu |
Presentació d’argumentació | assertiu | |
Acceptació o no acceptació de l’argumentació | compromissori | |
[Petició d’acte declaratiu | directiu] | |
[Definició, precisió, amplificació, etc | declaratiu d’ús] | |
Clausura Una part assoleix la seva fita, l’altra concedeix | Acceptació o no acceptació d’un punt de vista | compromissori |
Manteniment o retractació del punt de vista | assertiu | |
Establiment del resultat de la discussió | assertiu | |
[Petició d’acte declaratiu | directiu] | |
[Definició, precisió, amplificació | declaratiu d’ús] |
Andamos en estos días cerrando el inicio de curso en historia de la filosofía, discutiendo en clase las ideas de los presocráticos y del enfrentamiento entre Sócrates y los sofistas. Una tendencia habitual, siendo docentes, es echar balones fuera y plantear que los sofistas, hoy, se buscarían su propio hueco dentro del mundo de la política y el periodismo. Espacios en los que el lenguaje se vuelve dúctil y maleable, y es posible encontrarse con la transustanciación del lenguaje: palabras que significan hoy una cosa y mañana otra. Muertos que se sustituyen por daños colaterales, guerras que pasan a ser misiones de paz, y demás rarezas lingüísticas movidas por el interés. No obstante esta es solo una de las muchas formas de enfocar el asunto. Y no necesariamente la mejor: no hemos de olvidarnos de que la enseñanza era la ocupación fundamental de los sofistas. De manera que tampoco está de más hacer un poco de autocrítica y revisar cómo está el propio patio antes de ponerse a limpiar el de los demás. Los sofistas en el mundo educativo son como las meigas: haberlos haylos.
Sofistas particulares e incluso institucionales. Porque se hace difícil no entender como uno más de los sofistas a todo aquel que entienda la educación meramente como un negocio, una más de las profesiones al alcance de la mano para lograr el ansiado sueldo a fin de mes. Es este uno de los rasgos definitorios de los sofistas hace ya más de dos mil años: cobrar sumas nada despreciables por sus enseñanzas. Nadie trabaja en nuestros días por amor al arte, pero sí que hay una clara diferencia entre aquellos que entienden la enseñanza como una tarea vital o vocacional, y estos otros, que consideran a sus alumnos meras herramientas para ver cómo su cuenta corriente va nutriéndose convenientemente. Alguna vez oí decir por ahí que los profesores que no tienen vocación hacen daño al sistema educativo. A los que verdaderamente hacen daño es a todos sus alumnos, que tienen que soportar la circunstancia de que la persona en cuestión no fuera capaz de encontrar otro hueco en el mercado laboral. Sólo desde la sofistería se puede defender que sea lícito trabajar en la enseñanza por dinero. Situación que, por desgracia, no es tan excepcional como se pudiera pensar, y que a menudo viene acompañada de un recurso retórico bien curioso: quienes abanderan los “intereses de los alumnos” lo hacen a menudo para camuflar los suyos propios.
Con todo, no sólo en unos pocos docentes se abona la enseñanza sofista: hay instituciones creadas específicamente para ello. Porque los sofistas, no lo olvidemos, enseñaban a ser virtuoso, pero bajo una concepción bien particular de la virtud: éxito social, económico, político. De lo que se trataba ayer, como hoy para algunos, era de llegar lejos. Por eso todos estamos cansados de ver en televisión universidades que presumen de su grado de inserción laboral, o incluso del tipo de puesto al que se puede acceder si puedes permitirte pagar las astronómicas cifras de la matrícula. La cuestión no queda ahí: los colegios que crean modelos educativos para las elites sociales son el semillero de estas universidades. Esos colegios en los que no tienen cabida la mayoría de adolescentes de la sociedad, sea por insuficiencia económica o académica. Los que sacan pecho de educar con Ipad’s y estar a la última en cuestiones tecnológicas, entre otras cosas porque la propia tecnología, y la inversión que requiere, es utilizada como un factor de exclusión educativa. Los mismos que después sacan pecho, orgullosos, del tipo de alumno que sale de su centro, llamado a ser un número uno en su carrera correspondiente (claro está, para estos centros estudiar un ciclo formativo es algo propio de clases inferiores). Carreras que, necesariamente, han de ser las que tengan una mayor proyección social. Dobles titulaciones, ciencias políticas con asiento asegurado, medicina o las más diversas ingenierías. Sofistas de la enseñanza que logran engañar a quienes no conocen el mundo educativo desde dentro, pero que conviene ir desenmascarando.