Consigue majestuosidad en la narración.
He llegado a través de:
Consigue majestuosidad en la narración.
He llegado a través de:
"El tema es instalar una conversación entre jóvenes y adultos que hasta ahora está siendo negada. Hay una distancia tal entre jóvenes y adultos, que no hay conversación. El principio de cualquier pedagogía es que haya conversación. Me parece que lo que reclaman tanto los jóvenes de la secundaria es que no hay diálogo, por lo tanto no puede haber instrucción ni ningún tipo de explicación. Hoy la conversación tiene que girar en el tono de la sensibilidad y no en el de la moralidad. El abandono se produce cuando queremos instalar una conversación moral sobre lo que está bien y lo que está mal, sobre lo que deberían hacer y no hacen. En cambio, si ocupa el lugar de la sensibilidad, esto es hablar sobre lo que nos pasa, nos gusta o nos disgusta, la tensión y la distensión, por ahí se puede establecer. Y establecida la conversación, hay pedagogía. Sino no la hay."
¡Buen curso!
"El tema es instalar una conversación entre jóvenes y adultos que hasta ahora está siendo negada. Hay una distancia tal entre jóvenes y adultos, que no hay conversación. El principio de cualquier pedagogía es que haya conversación. Me parece que lo que reclaman tanto los jóvenes de la secundaria es que no hay diálogo, por lo tanto no puede haber instrucción ni ningún tipo de explicación. Hoy la conversación tiene que girar en el tono de la sensibilidad y no en el de la moralidad. El abandono se produce cuando queremos instalar una conversación moral sobre lo que está bien y lo que está mal, sobre lo que deberían hacer y no hacen. En cambio, si ocupa el lugar de la sensibilidad, esto es hablar sobre lo que nos pasa, nos gusta o nos disgusta, la tensión y la distensión, por ahí se puede establecer. Y establecida la conversación, hay pedagogía. Sino no la hay."
¡Buen curso!
"El tema es instalar una conversación entre jóvenes y adultos que hasta ahora está siendo negada. Hay una distancia tal entre jóvenes y adultos, que no hay conversación. El principio de cualquier pedagogía es que haya conversación. Me parece que lo que reclaman tanto los jóvenes de la secundaria es que no hay diálogo, por lo tanto no puede haber instrucción ni ningún tipo de explicación. Hoy la conversación tiene que girar en el tono de la sensibilidad y no en el de la moralidad. El abandono se produce cuando queremos instalar una conversación moral sobre lo que está bien y lo que está mal, sobre lo que deberían hacer y no hacen. En cambio, si ocupa el lugar de la sensibilidad, esto es hablar sobre lo que nos pasa, nos gusta o nos disgusta, la tensión y la distensión, por ahí se puede establecer. Y establecida la conversación, hay pedagogía. Sino no la hay."
¡Buen curso!
Etiquetas: didáctica_filosofía, conversación.
Una novela sobre Sócrates, de Benigno Morilla, la puedes encontrar a buen precio en algunos centros comerciales. Tiene interés como lectura introductoria para jóvenes, se lee con facilidad e interés.
Parece que también tiene otra novela sobre Pitágoras, que tuvo éxito en Grecia.
Una novela sobre Sócrates, de Benigno Morilla, la puedes encontrar a buen precio en algunos centros comerciales. Tiene interés como lectura introductoria para jóvenes, se lee con facilidad e interés.
Parece que también tiene otra novela sobre Pitágoras, que tuvo éxito en Grecia.
Etiquetas: Sócrates, Pitágoras, Filosofía_Antigua
El estoico era no otra cosa que el hombre medio que al quedarse sin ideas religiosas suficientes para sustentar su vida, encontrándose en desnudez y desamparo, en duda y confusión, se vuelve hacia el riquísimo tesoro del saber filosófico, demandándole el conocimiento necesario para sostenerse en la vida, cada vez más cambiante y complicada; algo así como el pan de cada día. El pan de cada día que es la moral, descendiendo a la vida prolija y humilde, desde el alto cielo del "logos" (Zambrano, Pensamiento y poesía en la vida española )
El estoico era no otra cosa que el hombre medio que al quedarse sin ideas religiosas suficientes para sustentar su vida, encontrándose en desnudez y desamparo, en duda y confusión, se vuelve hacia el riquísimo tesoro del saber filosófico, demandándole el conocimiento necesario para sostenerse en la vida, cada vez más cambiante y complicada; algo así como el pan de cada día. El pan de cada día que es la moral, descendiendo a la vida prolija y humilde, desde el alto cielo del "logos" (Zambrano, Pensamiento y poesía en la vida española )
Etiquetas: Zambrano, estoicismo, práctica_filosófica
¿Adónde se vuelve el alma que no tiene un terapeuta que consultar? Lleva su problema a los árboles, a las bancos de los ríos, al compañero animal, o a un paseo sin meta por las calles de la ciudad, a una contemplación del cielo nocturno. Tan sólo mira por la ventana o hierve agua para una taza de té. Respiramos, expandimos y dejamos ir, y algo regresa desde cualquier sitio. El daimon en el corazón parece muy a gusto, prefiriendo la melancolía a la desesperación. Está en contacto. Hillman (Citado por Jesús Moreno en El logos oscuro). Y ahora quitan a Zambrano de la prueba de selectividad.
¿Adónde se vuelve el alma que no tiene un terapeuta que consultar? Lleva su problema a los árboles, a las bancos de los ríos, al compañero animal, o a un paseo sin meta por las calles de la ciudad, a una contemplación del cielo nocturno. Tan sólo mira por la ventana o hierve agua para una taza de té. Respiramos, expandimos y dejamos ir, y algo regresa desde cualquier sitio. El daimon en el corazón parece muy a gusto, prefiriendo la melancolía a la desesperación. Está en contacto. Hillman (Citado por Jesús Moreno en El logos oscuro). Y ahora quitan a Zambrano de la prueba de selectividad.
[www.youtube.com] (visto en doctor mostaza): sobre la fuente de la creatividad y la naturaleza esencial, de Mark Osborne (1999)
[cienciaycomunicacion.blogspot.com]
Etiquetas: Thoreau
[www.youtube.com] (visto en doctor mostaza): sobre la fuente de la creatividad y la naturaleza esencial, de Mark Osborne (1999)
[www.youtube.com] pequeño buda 1
[www.youtube.com] pequeño buda 2
[www.youtube.com] pequeño buda 3
[www.youtube.com] pequeño buda 4
[www.youtube.com] pequeño buda 5
[www.youtube.com] pequeño buda 6
[www.youtube.com] pequeño buda 7
[www.youtube.com] pequeño buda 8
[www.youtube.com] pequeño buda 1
[www.youtube.com] pequeño buda 2
[www.youtube.com] pequeño buda 3
[www.youtube.com] pequeño buda 4
[www.youtube.com] pequeño buda 5
[www.youtube.com] pequeño buda 6
[www.youtube.com] pequeño buda 7
[www.youtube.com] pequeño buda 8
Etiquetas: budismo, historia_religiones
Tomado, también, de Pensamiento en imágenes, casi un haiku.
Tomado, también, de Pensamiento en imágenes, casi un haiku.
Tomado, también, de Pensamiento en imágenes, casi un haiku.
Etiquetas: Estética, ética, arte_vivir
Tomado de pensamiento en imágenes
Tomado de pensamiento en imágenes
Tomado de pensamiento en imágenes
Etiquetas: arte_vivir, estética, ética
"El Sócrates de Platón’ es aparentemente uno de los personajes, reales o literarios, más enigmáticos de la antigüedad, o al menos de los más contradictorios de entre los autores que pertenecen al acervo universal. Un tábano para la ciudad de Atenas , que por una misión divina se habría dedicado a interrogar a sus ciudadanos, tratando de despertarles, de persuadirles y reprocharles, de mostrarles que no saben, cuando creían saber . Alguien que considera que una vida sin examen no merece la pena, y que ayudaría sin forzar, en un sentido o en otro, a que cada uno de sus interlocutores llevara a cabo un examen de sí mismo. Un ser, vivo o literario, que consideraría que es peor hacer el mal que recibirlo y que nadie hace daño a sabiendas…
Lo constitutivo de Sócrates y del concepto de ironía sería, pues, una distancia. Entre la sinceridad y una disimulación cercana al engaño, oscilando entre ellos, estaría el ocultamiento, que no engaña, pero que tampoco revela. En esa alternancia se asemejaría la ironía a la dialéctica y en su ser indiferente a la verdad y falsedad se alejaría de ella…
En una ocasión, según nos cuenta Jenofonte, el sofista Hipias acusó a Sócrates de hacer preguntas sobre las virtudes, pero sin ofrecer nunca sus respuestas. Y éste le respondió, de un modo en principio sorprendente, que él siempre estaba «demostrando» su propia concepción de la justicia. Al pedirle Hipias que definiese lo que es la justicia, le respondió que su demostración consistía en que él nunca actuaba injustamente, y que sus acciones eran una evidencia mucho más seria que sus palabras...
Como decía cierto filósofo, si quieres saber si alguien es un santo, no le pidas una demostración, un argumento ligado a un paradigma de racionalidad científica, una demostración lógico-deductiva, pídele que te muestre su vida. La filosofía, la ética, el magisterio socrático podrían ser una cuestión más mostrativa que demostrativa. El saber de la arete no sería un saber técnico, de la techne, que consistiría en un saber de los medios adecuados para alcanzar metas determinadas, y que nada se plantearía sobre éstas, esto es, un saber éticamente neutral, sino que sería una pregunta por estas metas...
La ironía de Sócrates como forma de vida no se defiende con argumentos de tipo lógico-deductivos, pero tampoco queda en la mera proposición, ni en la persuasión, esto es, en una suerte de proceder irracional. Antes bien, a mi juicio, la propuesta socrática descansaría en una concepción amplia de racionalidad, en el mostrar cómo un modo de vida puede contribuirá enriquecer el nuestro, o en mostrar cómo estamos en contradicción con aquel en el que nos encontramos. Se trataría en realidad de dejar que cada uno en base a esas preguntas y sus respuestas, tuviera en cuenta estas consideraciones a la hora de cambiar su vida, de fundamentar sus preferencias, de reintegrarse en su comunidad discursiva. Y la propuesta socrática sería además, puede desprenderse de lo dicho, una propuesta social, para la.polis, y no sólo un proyecto personal, para el cuidado de sí."
tomado de Vicente Raga Rosaleny: La ironía socrática como arte de vivir
"El Sócrates de Platón’ es aparentemente uno de los personajes, reales o literarios, más enigmáticos de la antigüedad, o al menos de los más contradictorios de entre los autores que pertenecen al acervo universal. Un tábano para la ciudad de Atenas , que por una misión divina se habría dedicado a interrogar a sus ciudadanos, tratando de despertarles, de persuadirles y reprocharles, de mostrarles que no saben, cuando creían saber . Alguien que considera que una vida sin examen no merece la pena, y que ayudaría sin forzar, en un sentido o en otro, a que cada uno de sus interlocutores llevara a cabo un examen de sí mismo. Un ser, vivo o literario, que consideraría que es peor hacer el mal que recibirlo y que nadie hace daño a sabiendas…
Lo constitutivo de Sócrates y del concepto de ironía sería, pues, una distancia. Entre la sinceridad y una disimulación cercana al engaño, oscilando entre ellos, estaría el ocultamiento, que no engaña, pero que tampoco revela. En esa alternancia se asemejaría la ironía a la dialéctica y en su ser indiferente a la verdad y falsedad se alejaría de ella…
En una ocasión, según nos cuenta Jenofonte, el sofista Hipias acusó a Sócrates de hacer preguntas sobre las virtudes, pero sin ofrecer nunca sus respuestas. Y éste le respondió, de un modo en principio sorprendente, que él siempre estaba «demostrando» su propia concepción de la justicia. Al pedirle Hipias que definiese lo que es la justicia, le respondió que su demostración consistía en que él nunca actuaba injustamente, y que sus acciones eran una evidencia mucho más seria que sus palabras...
Como decía cierto filósofo, si quieres saber si alguien es un santo, no le pidas una demostración, un argumento ligado a un paradigma de racionalidad científica, una demostración lógico-deductiva, pídele que te muestre su vida. La filosofía, la ética, el magisterio socrático podrían ser una cuestión más mostrativa que demostrativa. El saber de la arete no sería un saber técnico, de la techne, que consistiría en un saber de los medios adecuados para alcanzar metas determinadas, y que nada se plantearía sobre éstas, esto es, un saber éticamente neutral, sino que sería una pregunta por estas metas...
La ironía de Sócrates como forma de vida no se defiende con argumentos de tipo lógico-deductivos, pero tampoco queda en la mera proposición, ni en la persuasión, esto es, en una suerte de proceder irracional. Antes bien, a mi juicio, la propuesta socrática descansaría en una concepción amplia de racionalidad, en el mostrar cómo un modo de vida puede contribuirá enriquecer el nuestro, o en mostrar cómo estamos en contradicción con aquel en el que nos encontramos. Se trataría en realidad de dejar que cada uno en base a esas preguntas y sus respuestas, tuviera en cuenta estas consideraciones a la hora de cambiar su vida, de fundamentar sus preferencias, de reintegrarse en su comunidad discursiva. Y la propuesta socrática sería además, puede desprenderse de lo dicho, una propuesta social, para la.polis, y no sólo un proyecto personal, para el cuidado de sí."
tomado de Vicente Raga Rosaleny: La ironía socrática como arte de vivir
De la misma manera que hay grandes artistas, genios, del arte, de la pintura o la escultura, o el cine y la música, también existen grandes genios de la vida buena. Aunque quizás éstos, a menudo, no sean muy famosos (¡al contrario!)
Nos debemos empeñar en desarrollar este arte, porque en ello nos va la vida, la dignidad, el ser en plenitud persona y humano, y hasta una dosis de razonable felicidad. Pero forma parte de este arte, saber las destrezas y los conocimientos con los que uno dispone de principio. Si uno no quiere desanimarse pronto en este empeño, debe aceptar humilde, modesta y sensatamente, sus condiciones de partida.
Los modelos ideales no están cerca, los valores (en los que se nos pretende educar) no son fácilmente realizables. De entrada no vamos a hacer una obra maestra, ni de casualidad. Los modelos y valores marcan un camino, una ruta, y lo importante al principio es ponerse en camino. La imposición de un gran valor o un gran modelo puede perturbar nuestro sentido común y nuestra comprensión justa de (nosotros en) la realidad, y volverse un obstáculo o algo que nos ciega.
Por otra parte, no está de más recordar que la ética es filosofía primera, tal como ha dicho algún filósofo. De qué me sirve tener grandes conocimientos y poderes si no los encarno en una vida buena, justa, honesta… Esta ética tiene una dimensión interna y externa a la vez. Si mi disposición interna es la correcta, acierto actuando afuera. Adentro de mí y afuera con los otros.
Comprender el afuera y comprender el adentro, desde el sentido común y con equilibrio. Es tan fácil imaginar todo esto cuando creemos que no somos sino máquinas interconectadas… ¡Qué va! Están las energías: deseos, emociones, sentimientos… que nos traen y nos llevan, en este adentro-afuera, con fuerza, a empujones, sin darnos casi tiempo.
Realmente no somos artistas aprendiendo en un tranquilo estudio, en una salita confortable, sino artistas callejeros, bailando bajo los soportales, soportando las inclemencias de tiempo.
De la misma manera que hay grandes artistas, genios, del arte, de la pintura o la escultura, o el cine y la música, también existen grandes genios de la vida buena. Aunque quizás éstos, a menudo, no sean muy famosos (¡al contrario!)
Nos debemos empeñar en desarrollar este arte, porque en ello nos va la vida, la dignidad, el ser en plenitud persona y humano, y hasta una dosis de razonable felicidad. Pero forma parte de este arte, saber las destrezas y los conocimientos con los que uno dispone de principio. Si uno no quiere desanimarse pronto en este empeño, debe aceptar humilde, modesta y sensatamente, sus condiciones de partida.
Los modelos ideales no están cerca, los valores (en los que se nos pretende educar) no son fácilmente realizables. De entrada no vamos a hacer una obra maestra, ni de casualidad. Los modelos y valores marcan un camino, una ruta, y lo importante al principio es ponerse en camino. La imposición de un gran valor o un gran modelo puede perturbar nuestro sentido común y nuestra comprensión justa de (nosotros en) la realidad, y volverse un obstáculo o algo que nos ciega.
Por otra parte, no está de más recordar que la ética es filosofía primera, tal como ha dicho algún filósofo. De qué me sirve tener grandes conocimientos y poderes si no los encarno en una vida buena, justa, honesta… Esta ética tiene una dimensión interna y externa a la vez. Si mi disposición interna es la correcta, acierto actuando afuera. Adentro de mí y afuera con los otros.
Comprender el afuera y comprender el adentro, desde el sentido común y con equilibrio. Es tan fácil imaginar todo esto cuando creemos que no somos sino máquinas interconectadas… ¡Qué va! Están las energías: deseos, emociones, sentimientos… que nos traen y nos llevan, en este adentro-afuera, con fuerza, a empujones, sin darnos casi tiempo.
Realmente no somos artistas aprendiendo en un tranquilo estudio, en una salita confortable, sino artistas callejeros, bailando bajo los soportales, soportando las inclemencias de tiempo.
La vida buena es un arte. La práctica asidua, el empeñarse en el desarrollo y el ejercicio de este arte no deja de tener consecuencias positivas para quien lo practica. Quizás no nos podemos poner de acuerdo sobre qué es lo bueno (unos dicen el placer, otros la utilidad o la perfección…) pero tal vez existan una serie de reglas objetivas que quien las sigue puede ir adquiriendo maestría en este arte de vivir.
Las reglas del arte de vivir se aprenden de nuestro entorno pero también tenemos un conocimiento profundo: la conciencia, una voz que nos habla y nos dirige. Si no la acallamos puede decirnos las reglas del arte de vivir una vida buena. Por ejemplo: actúa de tal manera que no te importara que los demás actuaran de la misma manera. Es decir, haz a los demás lo que quieres que te hagan y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan. Esto es ciertamente una “regla de oro” de este arte.
Actúa con autenticidad, es decir, no actúes con doblez. No le eches la culpa a otros de lo que te corresponde a ti. Mantente despierto y vigilante.
Examina cada día tus actos, considera si no deberías haber actuado de otra manera. Sócrates decía que una vida sin examen no merece la pena.
Aprende a ser comprensivo con los defectos de los demás –también con los propios-, pero no por eso consideres que son algo bueno. Compréndelos pero encuentra la manera de ir cambiando lo que puedas cambiar.
Escucha las razones y expón las tuyas, considera que no se sabe todo desde el principio y hay enseñanzas que podemos recibir de otros. Aunque no aceptes lo que te digan da la posibilidad a otros a que den sus razones.
La vida buena es un arte. La práctica asidua, el empeñarse en el desarrollo y el ejercicio de este arte no deja de tener consecuencias positivas para quien lo practica. Quizás no nos podemos poner de acuerdo sobre qué es lo bueno (unos dicen el placer, otros la utilidad o la perfección…) pero tal vez existan una serie de reglas objetivas que quien las sigue puede ir adquiriendo maestría en este arte de vivir.
Las reglas del arte de vivir se aprenden de nuestro entorno pero también tenemos un conocimiento profundo: la conciencia, una voz que nos habla y nos dirige. Si no la acallamos puede decirnos las reglas del arte de vivir una vida buena. Por ejemplo: actúa de tal manera que no te importara que los demás actuaran de la misma manera. Es decir, haz a los demás lo que quieres que te hagan y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan. Esto es ciertamente una “regla de oro” de este arte.
Actúa con autenticidad, es decir, no actúes con doblez. No le eches la culpa a otros de lo que te corresponde a ti. Mantente despierto y vigilante.
Examina cada día tus actos, considera si no deberías haber actuado de otra manera. Sócrates decía que una vida sin examen no merece la pena.
Aprende a ser comprensivo con los defectos de los demás –también con los propios-, pero no por eso consideres que son algo bueno. Compréndelos pero encuentra la manera de ir cambiando lo que puedas cambiar.
Escucha las razones y expón las tuyas, considera que no se sabe todo desde el principio y hay enseñanzas que podemos recibir de otros. Aunque no aceptes lo que te digan da la posibilidad a otros a que den sus razones.
Parece que todos deseamos tener y llevar una vida buena (honesta, valiosa, justa con los demás… y llegar a realizarnos como personas humanas en un mundo humano) pero descubrir esto es un arte que debemos ir practicando con el propio vivir. Pero no un vivir cualquiera, sino un vivir consciente, sabiendo lo que hacemos, siguiendo nuestra guía interna y el respeto a todos los demás seres humanas.
La ética es sobre todo una asignatura práctica, que se puede ir aprendiendo cada día si nos empeñamos en ello, pero también podemos ir extraviándonos de la ruta, poco a poco, casi sin darnos cuentas. No hace falta tener grandes dotes intelectuales o físicas, ni mucho dinero para llevar y tener una vida buena. Hay gente que ha sido capaz de conseguirlo desde la sencillez.
La vida buena es un arte. La práctica asidua, el empeñarse en el desarrollo y el ejercicio de este arte no deja de tener consecuencias positivas para quien lo practica. Quizás no nos podemos poner de acuerdo sobre qué es lo bueno (unos dicen el placer, otros la utilidad o la perfección…) pero tal vez existan una serie de reglas objetivas que quien las sigue puede ir adquiriendo maestría en este arte de vivir.
Las reglas del arte de vivir se aprenden de nuestro entorno, pero también tenemos un conocimiento profundo: la conciencia, una voz que nos habla y nos dirige. Si no la acallamos puede decirnos las reglas del arte de vivir una vida buena. Por ejemplo: actúa de tal manera que no te importase que los demás actuaran de la misma manera. Es decir, haz a los demás lo que quieres que te hagan y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan. Esto es ciertamente, un “regla de oro” de este arte.
Actúa con autenticidad, es decir, no actúes con doblez. No le eches la culpa a otros de lo que te corresponde a ti. Mantente despierto y vigilante.
Examina cada día tus actos, considera si no deberías haber actuado de otra manera. Sócrates decía que una vida sin examen no merece la pena.
Aprende a ser comprensivo con los defectos de los demás –también con los propios-, pero no por eso consideres que son algo bueno. Compréndelo pero encuentra la manera de ir cambiando lo que puedas cambiar.
Escucha las razones y expón las tuyas, considera que no se sabe todo desde el principio y hay enseñanzas que podemos recibir de otros. Aunque no aceptes lo que te digan da la posibilidad a otros a que den sus razones.
Parece que todos deseamos tener y llevar una vida buena (honesta, valiosa, justa con los demás… y llegar a realizarnos como personas humanas en un mundo humano) pero descubrir esto es un arte que debemos ir practicando con el propio vivir. Pero no un vivir cualquiera, sino un vivir consciente, sabiendo lo que hacemos, siguiendo nuestra guía interna y el respeto a todos los demás seres humanas.
La ética es sobre todo una asignatura práctica, que se puede ir aprendiendo cada día si nos empeñamos en ello, pero también podemos ir extraviándonos de la ruta, poco a poco, casi sin darnos cuentas. No hace falta tener grandes dotes intelectuales o físicas, ni mucho dinero para llevar y tener una vida buena. Hay gente que ha sido capaz de conseguirlo desde la sencillez.
La vida buena es un arte. La práctica asidua, el empeñarse en el desarrollo y el ejercicio de este arte no deja de tener consecuencias positivas para quien lo practica. Quizás no nos podemos poner de acuerdo sobre qué es lo bueno (unos dicen el placer, otros la utilidad o la perfección…) pero tal vez existan una serie de reglas objetivas que quien las sigue puede ir adquiriendo maestría en este arte de vivir.
Las reglas del arte de vivir se aprenden de nuestro entorno, pero también tenemos un conocimiento profundo: la conciencia, una voz que nos habla y nos dirige. Si no la acallamos puede decirnos las reglas del arte de vivir una vida buena. Por ejemplo: actúa de tal manera que no te importase que los demás actuaran de la misma manera. Es decir, haz a los demás lo que quieres que te hagan y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan. Esto es ciertamente, un “regla de oro” de este arte.
Actúa con autenticidad, es decir, no actúes con doblez. No le eches la culpa a otros de lo que te corresponde a ti. Mantente despierto y vigilante.
Examina cada día tus actos, considera si no deberías haber actuado de otra manera. Sócrates decía que una vida sin examen no merece la pena.
Aprende a ser comprensivo con los defectos de los demás –también con los propios-, pero no por eso consideres que son algo bueno. Compréndelo pero encuentra la manera de ir cambiando lo que puedas cambiar.
Escucha las razones y expón las tuyas, considera que no se sabe todo desde el principio y hay enseñanzas que podemos recibir de otros. Aunque no aceptes lo que te digan da la posibilidad a otros a que den sus razones.
Dos interesantes talleres para desarrollar la Inteligencia Emocional y la Empatía a través de la experiencia estética y el análisis de los propios sueños, propuesto por Amparo Zacarés:
Dos interesantes talleres para desarrollar la Inteligencia Emocional y la Empatía a través de la experiencia estética y el análisis de los propios sueños, propuesto por Amparo Zacarés:
Conferencia de Francesc Torralba Roselló en el Forum de Deusto: Inteligencia Espiritual para un Mundo Nuevo Hoy: Video.
Homo Zapiens, critica rápida a la TV, en página de cine y filosofía: Doctor Mostaza
Ernest Maragall, conseller d’Educació, ha rectificat dues de les seves afirmacions polèmiques que va fer durant els últims díes: que el govern tripartit provoqui "fatiga" i que els tres socis del govern no comparteixen un mateix "projecte de país". Eren opinions respectables, com també és respectable la seva rectificació. Però hi ha una altra afirmació que crec que necessita urgentment ser refutada. Es tracta de l’afirmació apareguda en el seu últim article ("PSC y Catalunya", La Vanguardia, 14/II/2010) segons la qual en el sector públic “se concentra el major dèficit de productivitat i d’eficiència social”. Aquesta afirmació, un tòpic molt popular entre els polítics de dretes, no té cap dada que la confirmi, ni en les estadístiques ni en la història recent de Catalunya. Només pot ser fruit de la creença dogmàtica i ultraliberal que el millor govern és aquell que té el mínim sector públic. És una afirmació falsa que resulta especialment sorprenent quan prové d’un polític que es diu socialista i és el responsable màxim d’un sector públic molt important.
Reagan s’equivocava els anys vuitanta quan afirmava que el govern no era la solució, sinó el problema. Maragall s’equivoca ara quan afirma que el sector públic a Catalunya pateix el major dèficit de productivitat i d’eficiència social. I també s'equivoquen els que creuen que un govern plural, catalanista i d’esquerres, no és la solució sinó el problema.Lahav nos invita a fijarnos en nuestras actitudes como verdadera muestra de nuestra filosofía...