-
-
11:36
»
El café de Ocata
El discurso de las competencias es confuso y contradictorio.
Por ejemplo, Andrea Bandelli, Director Ejecutivo de Science Gallery International asegura que “los jóvenes necesitan nuevas habilidades, muchas de las cuales aún ni siquiera se comprenden.” Sin embargo está seguro de que lo que necesitarán es “inteligencia emocional; sensibilidad intercultural; creatividad; presentación de problemas (en lugar de resolución de problemas); ciudadanía económica; empatía; adaptabilidad; resiliencia…”. Curiosamente, no habla ni de conocimientos ni de memoria.
Bandelli, precisamente por falta de conocimientos, ignora que no dice nada nuevo. Está haciéndose eco de un mantra que viene repitiéndose desde que lo formuló por primera vez, el 28 de octubre de 1957, Joseph Devereux Colt en una conferencia en la Universidad de Chicago, justo 24 días después de que los soviéticos hubieran puesto en órbita el Sputnik. Devereux formaba parte de un equipo dirigido por Lyndon B. Johnson que tenía por objetivo establecer las competencias del futuro, con el supuesto de que los adultos del porvenir tendrían que resolver problemas que aún no se habían planteado con tecnologías que aún no habían sido diseñadas. Esta es una tesis que, bajo su aparente dramatismo, dice muy poco, pues todos nosotros estamos resolviendo problemas que hace unos años eran impensables con tecnologías que entonces eran inimaginables. Piensen en el móvil. Stanley Kubrick fue incapaz de imaginárselo cuando con un grupo de tecnólogos de la NASA imaginaba el mundo del 2001.
¿Cómo somos capaces los que tenemos más de 60 años de utilizar un móvil (o un ordenador), si nadie en la escuela de nuestro tiempo era capaz de imaginarse nada semejante?
La respuesta es elemental: porque no sólo aprendemos en la escuela. Una parte muy relevante de nuestros conocimientos proceden de la observación de la experiencia ajena. A este aprendizaje el Platón de las Leyes le da el nombre de “autophyês”, que podemos traducir por espontáneo. Como este aprendizaje irá, sin duda, creciendo, el reto al que ha de responder la escuela no es el de cómo imitar a la vida, sino como proporcionar las experiencias que no nos proporcionará la vida espontáneamente y que, al mismo tiempo, han de servir para ordenar las experiencias espontáneas de la vida.
Bandelli añadía lo siguiente con respecto a las innombradas competencias del futuro: “Estas no son habilidades que se pueden enseñar con los métodos educativos tradicionales. Varios expertos incluso se preguntan si es posible enseñar estas habilidades”. De nuevo nos encontramos ante la ingenuidad de alguien que no sabe que lo único que nos ha descubierto es su ignorancia de los diálogos de Platón. Constatar esto, nos permite darle la razón a Ortega cuando escribe que “quien no haya meditado a Platón, tiene menos peso específico, dentro de la zoología, que quien lo haya glosado”. Ortega escribe esto respondiendo a la borrachera futurista de Marinetti, que, como saben, proclamaba a los cuatro vientos que “un automóvil rugiente, que parece correr como la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia”. A mí no me molesta esta tesis en sí misma. Ni tan siquiera tengo inconveniente en admitir su plausibilidad. Hasta podría estar dispuesto a aceptar, especialmente algunas tardes de verano, que, como sostenía Somerset Maugham, “nadie ha podido explicar nunca por qué el templo dórico de Paestum es más hermoso que un vaso de cerveza fría”. Lo que me molesta de Marinetti es su pretensión de romper nuestra relación con el mundo helénico. Su orgullosa fobia al museo.
La novolatría está tan obsesionada con anticipar el futuro que es incapaz de ver que el hombre moderno no quiere ser sólo moderno. Basta salir a la calle para descubrir su necesidad de compensar lo que el tiempo pretende relegar al olvido. Nuestra época innovadora es también una época recuperadora. Buscamos las recetas de la abuela y productos “del campo”, añoramos los tomates que sabían a tomate, ponemos chimeneas en nuestras casas de protección oficial, valoramos el buen trabajo artesanal, visitamos paisajes naturales que parece que no hayan sido hollados por el hombre, nos interesa nuestra genealogía, confiamos en medicinas alternativas porque supuestamente provienen de “prácticas terapéuticas milenarias”, las naciones no dejan de celebrar las gestas de su pasado que consideran más dignas de ser rememoradas, abrimos tiendas en lugares chic de las ciudades para vender productos “vintage”, nos manifestamos en contra de la “apropiación cultural” para preservar así lo genuino de cada cultura, hemos elevado lo indígena y lo étnico a categoría moral… Somos innovadores, pero exigimos a las instituciones fidelidades seguras (aunque las nuestras sean condicionales) y a las personas que mantengan su palabra. Cada pueblo tiene su museo histórico… De hecho, la nuestra es tanto la época de los parques tecnológicos como la época de los museos.
“Todo es líquido”, decimos, pero nos gusta comprobar que el agua es más líquida que el grifo.
Lo viejo es también con frecuencia imprescindible para comprender lo moderno. Recientemente Byung-Chul Han ha recuperado el concepto platónico de la “teatrocracia”, volviendo a poner de manifiesto que Platón pudo habernos comprendido mejor de lo que nosotros nos comprendemos a nosotros mismos.
Por otra parte, la historia nos ofrece abundantes ejemplos de personas que han sido capaces de sobresalir de la uniformidad, porque se han resistido a la comodidad del mimetismo. Lo que perdura de una época es a veces aquello que supo plantarle cara, porque su rebeldía le ha permitido sobrevivir a su tiempo y encontrar sus contemporáneos en el futuro.
Si somos capaces de emocionarnos con un verso de Safo, si creemos que Esquilo entiende lo humano mejor que ciertas versiones en boga del humanismo, si la búsqueda de un trabajo alegre y de un amor seguro nos importan a nosotros tanto como a los personajes de Aristófanes, si quien domina su capacidad atencional ha tenido y tiene más posibilidades de practicar la circunspección, si la memoria no es otra cosa que el residuo que deja la experiencia al pasar, si los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo… si todo esto es cierto, entonces el hombre es también un ser de permanencias.
Continuará...
-
-
20:19
»
El café de Ocata
-
-
23:19
»
El café de Ocata
Traigo al Café de Ocata en varios apuntes (que no serán menos de 5) el texto de mi discurso en la inauguración de III Congreso Internacional sobre Innovación Educativa en Filosofía, que ha tenido lugar esta mañana (23 de enero) en el salón de grados de la Facultad de filosofía de la Universidad de Barcelona..
Un doble propósito me guía en esta conferencia. Quiero decir algo relevante sobre la didáctica de la filosofía y, a la par, mostrar alguna cosa sobre la misma. Con respecto a lo que quiero decir, baste por ahora con señalar que hablaré de vacas. Lo que quiero mostrar puede decirse, en este momento, a medias: que toda clase o conferencia debe tener un principio y un final didáctico o, si lo prefieren, retórico. La didáctica de la filosofía es la parte de la filosofía que habla de Platón con los recursos de los sofistas. Intentaré responder así a la invitación, que agradezco mucho, y al objetivo que el Congreso se ha propuesto: “facilitar un espacio de intercambio de experiencias sobre la docencia de la filosofía que permita una puesta al día de los recursos metodológicos.”
Ya saben ustedes que a los que trasteamos con la filosofía nos corresponde meternos donde no nos llaman. Voy a ejercer este derecho atreviéndome a poner en cuestión esta “puesta al día,” porque, quizás, lo que haya que poner al día es este empecinado eslogan de ponerse al día.
La novolatría, que es el principal culto del presente, ha conseguido imponerse gracias a una resituación axiológica de lo nuevo, lo posible y lo tecnológico.
1. Lo nuevo se ha convertido en un valor (especialmente en su avatar “innovador”) que ha ido asumiendo el papel que venía cumpliendo lo bueno, de tal forma que, si lo hodierno hacía referencia a una situación cronológica, lo moderno hace referencia a una situación axiológica. Por eso nadie se enfada si le dices que está equivocado, pero hay que evitar decirle que pudiera estar anticuado. Tras la carga axiológica de lo nuevo, nada que se presente como tal necesita justificar su valor. El precio a pagar por este vivir sin aliento, es la obsolescencia de máquinas, profetas y profecías. ¿Quién se acuerda hoy del gran gurú de la primera década del siglo XXI, Negroponte, que aseguraba, en el 2010, que al libro de papel no le quedaban 5 años de vida y que el ordenador es la única manera de proporcionar a los alumnos las competencias del siglo XXI? ¿Qué ha sido de la tesis que hacía equivalentes la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento? ¿Quién se atreve a defender hoy incondicionalmente que las redes sociales son un instrumento liberador de la humanidad?
2. Lo posible ha colonizado nuestra imaginación hasta el punto de que lo que podríamos llamar el umbral de la inminencia se ha convertido en nuestro ecosistema. Pero lo posible (y su principal avatar, lo virtual) presenta una peculiaridad muy notable: tira en dirección opuesta a lo real. Por eso mismo el incremento de lo posible no puede ir sino en detrimento de lo real. O, si lo prefieren: para que crezca el valor de lo posible, ha de menguar el valor de lo real.
3. Heidegger nos advirtió de que el emplazamiento fundamental de la modernidad (de lo hodierno) es el técnico. Pero no es técnico porque haya tecnología, sino que hay tecnología porque la época es ‘técnica’. La técnica es el modo ya decidido de interpretación del mundo. Por eso la técnica (y su avatar: las nuevas tecnologías) sólo es dominada allí donde, entrando previamente en ella y sin reservas, se le dice un sí incondicionado. Vivimos en la sumisión metafísica a la técnica. La técnica no es un campo ideológicamente neutral, pero frecuentemente se vive como tal, intentando encontrar en ella lo que la política ya no ofrece: consensos educativos.
Si esta caracterización de la novolatría es correcta, la puesta al día de la didáctica de la filosofía no puede ser sino polémica, pues previamente ha de aclarar con qué ídolos de la tribu hemos de vérnoslas. Y entre ellos destaca de forma preeminente el ídolo de las “competencias del siglo XXI”.
La competencia, como la virtud (de la que es heredera sin saberlo) es la realización excelente de una función, por eso es más difícil definir la virtud que mostrar al virtuoso. Suponer que ya sabemos qué hará el virtuoso del futuro en los diversos campos de actividad podría ser sólo ingenuo, pero tal como se ha instalado en el discurso pedagógico, es un motivo de lamentables confusiones que permiten a algunos creer que se puede ser competente a priori.
Les aconsejo, si quieren divertirse, que busquen las fuentes que han servido al World Economic Forum para establecer estas competencias. Cuando recientemente este mismo Fórum ha anunciado que las competencias en declive son, entre otras, la memoria, la lectoescritura, las matemáticas y la escucha activa, nos deja en una magnífica posición para contestarle: ¿Y a mí, qué? ¿Me va a decir a mí el WEF que no puedo hacerme monje cartujo, que no puedo dedicar mi vida a la cerámica griega o que mi objetivo no puede ser estudiar copto para interpretar adecuadamente la biblioteca de Naj Hamadi?
(obviamente, continuará)
-
-
17:55
»
El café de Ocata
Recojo algunas de las muchas e interesantísimas cosas que cuenta Luis Carandell en El show de Sus Señorías:
IXabier Arzallus justificó su voto favorable a la monarquía con un argumento kantiano basado en la diferencia entre la razón pura y la práctica.
IIHeribert Barrera justificó su voto contrario a la monarquía diciendo que "todos los países europeos son republicanos, menos...."
IIILas dos únicas palabras en catalán que se oyeron en las Cortes durante los debates constituciones las pronunció Manuel Fraga: "No fotem".
IVFraga a Peces Barba: "tiene razón, pero tiene poca y la que tiene no vale nada".
VCuando la Comisión Constitucional terminó sus trabajos, los diputados y los periodistas jugaron un partido de fútbol. Antes del encuentro, Peces Barba declaró: "Desmiento categóricamente que el resultado de este partido fuera pactado anoche en una cena". A algunos, este partido les pareció una frivolidad. Pero si algún gesto servía para mostrar las diferencias entre la constitución del 78 y la del 31, era éste. Resultaba -y resulta- imaginable un equipo de fútbol que, aunque fuese para jugar un amistoso, alineara a Maura, Gil Robles, Largo Caballero, Companys, Indalecio Prieto, Sainz Rodríguez, Besteiro...
VICuando sea votó la inclusión del término "nacionalidades" en la Constitución, Peces Barba declaró que ese gesto contribuiría de forma decisiva a hacer de la historia de España una historia -¡al fin!- aburrida.
VIIPalabras de Tierno Galván sobre la Constitución: "En España está acabando la concepción de la convivencia como tragedia."
VIIICuando Xirinachs defendió en el Senado su idea de una confederación de los pueblos de España, pidió que Gibraltar fuera devuelto a... Andalucía.
-
0:28
»
El café de Ocata
Arremetió Fraga en una sesión contra Óscar Alzaga por haber pronunciado mal el nombre del queso Stilton. Por lo visto el de UCD pronunció "Stailton". Fraga no desaprovechó la ocasión para colar en su reprimenda uno de sus chistes. Contó muchos, pero éste me ha hecho gracia: "Había un buen hombre que decía que el idioma inglés es tan difícil que se escribe Shakespeare y se pronuncia Schopenhauer".
-
-
16:20
»
El café de Ocata
Don Luis Tapia, cronista parlamentario de izquierdas, hacía versos con lo que veía sucederse en las Cortes. En la prensa sus crónicas rimadas aparecían bajo el título de
Coplas del día. Después, agrupadas, Tapia las fue publicando como
Coplas del año.
Ha habido cronistas a los que ha molestado mucho la cháchara parlamentaria, que Donoso consideraba propia de "la clase discutidora", como definía a la burguesía, que, a su parecer, discutía y discutía para posponer decisiones y, de esta manera, conseguir que los hechos, al precipitarse, hicieran las decisiones inútiles. Pero también ha habido quien ha considerado que las discusiones parlamentarias, cuanto más largas y prolijas mejor, porque mientras Sus Señorías discuten, no hacen leyes. Luis Tapia era de los primeros:
“¡Oh, diputados sin par
en la charlatana grey!...
¿Quieren ustedes callar
y votar alguna ley?”
-Luis Tapia,
Coplas del año (1920)
Yo soy, más bien, de los segundos, por eso me atrevo a replicarle al poeta:
Pues mirando al Parlament,
ruégoles, oh, diputados,
no voten ninguna ley,
y déjennos como estamos.
-
-
23:23
»
El café de Ocata
El reglamento de las Cortes constituyentes de 1931, en su artículo 41, permitía la celebración de “sesión secreta (...) cuando las cortes hayan de resolver sobre asuntos concernientes a su decoro o al de sus individuos, y también cuando lo exijan, a juicio de la Mesa, las materias que hayan de debatirse”. En estas sesiones se cerraban con llave las puertas de las tribunas y en las que dan acceso a los pasillos se colocaban los ujieres para no permitir el paso a nadie que no fuera diputado.
El gran Wenceslai Fernández Flórez era cronista parlamentario en aquellas Cortes -¡y qué magnífico cronista, qué fino, qué agudo!- cuando tuvo lugar la primera sesión secreta. Al día siguiente (11 de noviembre de 1931) en el diario ABC aparecía la siguiente nota de redacción:
Hay que decir que en las Cortes constituyentes de la democracia también hubo sesión secreta. Tal consideración tuvo la reunión que tuvo lugar el 22 de agosto de 1978,. que fue la primera de los ponentes de la constitución de 1978.
-
5:59
»
El café de Ocata
Azorín describe al Conde de Romanones.
Hay unanimidad en considerar a Azorín uno de los más notables cronistas parlamentarios y el primero que introdujo la literatura propiamente dicha en sus crónicas. Tenía el olfato literario muy fino y sabía cuándo aquel nimio detalle que se les escapaba al resto de cronistas, describía con más fidelidad que sus crónicas lo que realmente había sucedido en la cámara y, especialmente, el ambiente de las sesiones. Como muestra, aquí está un botón, que tomo prestado de El show de sus Señorías, de Luis Carandell.
Todas las tardes nosotros presenciamos en la Cámara popular un pequeño espectáculo. Se trata de la corta peregrinación que el señor conde de Romanones se ve precisado a hacer para ir desde el despacho de los ministros al banco azul o bien desde el banco azul al despacho de los ministros."
Varios diputados se agolpan ante el señor conde y él reparte apretones de manos. Todos son amigos del señor conde, todos aprovechan su paso para saludarle, para recordarle antiguas promesas. Azorín escribe: ¡Caramba, Fulánez, le grita el conde a uno, tanto tiempos sin verle! y le echa el brazo sobre el hombro y le golpea cariñosamente la espalda. ¡No olvido eso, Mengánez, le vocea a otro, lo tengo bien presente! ¡Queridísimo Zutánez, exclama ante un tercero reteniendo su mano entre las suyas y dedicándole la mejor de sus sonrisas, sabe usted que se le quiere más que a nadie! ¡No me diga usted nada!, se apresura a decir a un cuarto que ve llegar desde lejos hacia él; no me diga usted nada, recuerdo perfectamente lo que hablamos y haré cuanto yo pueda.
Concluye Azorín: Y de este modo, entre abrazos, sonrisas, promesas, palmadas en la espalda y apretones de manos, atraviesa por fin el señor conde de Romanones el salón de conferencias y desaparece en el despacho de ministros. He aquí un político.
-
-
23:14
»
El café de Ocata
He tenido la fortuna de escribir el prólogo de este libro, que saldrá en unos días.
-
11:21
»
El café de Ocata
Cuento en La imaginación conservadora que, en una ocasión, Moyano se interesaba en un discurso parlamentario por lo que hubiera pasado de no haber sucedido la revolución del 68. Sagasta le contestó: “S.S. me recuerda lo que le pasó a uno que se entretuvo toda su vida escribiendo una obra de muchos volúmenes para demostrar los milagros que hubiera hecho un santo, si tal santo hubiera venido al mundo”.
Ayer me enteré de que Julián Besteiro, siendo presidente de las Cortes republicanas, le comentó a un diputado que hablaba con mucho énfasis de las cosas que haría si fuera ministro: "La exposición que S.S. ha hecho me recuerda un librito que en una ocasión encontré en una librería de lance. Se titulaba: Relación de los milagros que habría realizado San Antonio de Padua si hubiera desembarcado en Lisboa".
-
6:14
»
El café de Ocata
Who made the world?
Who made the swan, and the black bear?
Who made the grasshopper?
This grasshopper, I mean-
the one who has flung herself out of the grass,
the one who is eating sugar out of my hand,
who is moving her jaws back and forth instead of up and down-
who is gazing around with her enormous and complicated eyes.
Now she lifts her pale forearms and thoroughly washes her face.
Now she snaps her wings open, and floats away.
I don't know exactly what a prayer is.
I do know how to pay attention, how to fall down
into the grass, how to kneel down in the grass,
how to be idle and blessed, how to stroll through the fields,
which is what I have been doing all day.
Tell me, what else should I have done?
Doesn't everything die at last, and too soon?
Tell me, what is it you plan to do
with your one wild and precious life?
—Mary Oliver
-
-
23:40
»
El café de Ocata
Esto se lo dijo, en las Cortes, don Emilio Castelar a don Práxedes Mateo Sagasta: "España tiene la desgracia de que Su Señoría no haya pasado todavía a la Historia."
-
-
19:18
»
El café de Ocata
Una importante institución financiera que patrocina un programa de innovación educativa se ha puesto en contacto conmigo para invitarme a un evento en el que, según me asegura, asisten miles de personas. Para evitar equívocos, he considerado necesario responderles lo siguiente (como suelo hacer habitualmente con unas u otras palabras):
Le agradezco muy sinceramente la invitación, pero antes de aceptarla creo que es mi deber comentarles alguna cosa sobre mis convicciones pedagógicas.
1. Yo no sólo no me considero innovador sino que entiendo la novolatría como un síntoma de la decadencia del discurso pedagógico.
2. Lo bueno me interesa mucho más que lo nuevo.
3. No creo que las tecnologías (nuevas o viejas) sean otra cosa que prótesis antropológicas que amplifican, para bien o para mal, lo que cada uno ya es.
4. No me interesa tanto adivinar cuál será el mundo del futuro como comprender qué cambios se han dado ya en el presente para que nos obsesione el futuro.
5. Soy un defensor firme -cada vez más firme- del peso del conocimiento en la formación de una persona.
6. Me interesan las evidencias pedagógicas que soportan las propuestas educativas. Desconfío mucho de las buenas intenciones no soportadas en evidencias sólidas.
7. Tiendo a desconectar cuando oigo hablar de neurodidáctica, de educación emocional o de cambio de paradigma educativo.
8. Creo que el discurso sobre las llamadas “competencias del siglo XXI” es un timo intelectual.
Si, conociendo lo anterior aún siguen pensando que mi intervención en su “programa” puede ser de algún interés, con mucho gusto hablaría del error como ocasión de aprendizaje.
Con toda cordialidad
Gregorio Luri
Informaré de la respuesta (si hay).
-
7:21
»
El café de Ocata
Estaba ayer por la tarde andando por el camino de la costa, escuchando la sexta de Schostakovich e intentando alcanzar a esta mujer que iba rezando el rosario a buen paso.
Cuando, finalmente, la alcancé, me desprendí de Shostakovich y le pregunté si me permitía decirle una cosa. Me miró sorprendida. "Lo que le tengo que decir es que me parece muy hermoso ver a alguien rezando el rosario sin complejos." A la mujer se le iluminó la cara y me dio las gracias. Por el acento, podría ser venezolana o colombiana.
Yo había salido de casa tras escribir un prólogo para un libro en el que decía, entre otras cosas, lo siguiente.
"El hombre es el animal que puede degradarse.
Es humano porque puede deshumanizarse. Y, con frecuencia, lo quiere, lo busca, se empeña en rebajarse.
(...) Si para deshumanizarse basta con dejarse llevar por la inercia, para mantenerse humano hay que resistir, nadar contracorriente. Evidentemente este esfuerzo ha de ser compensado de alguna manera. Ha de haber algo en el mismo esfuerzo que pueda ser contemplado dignamente con orgullo. Ha de sentirse el esfuerzo como una sintonía con un ideal. Con un ideal de nosotros mismos, claro.
(...)La humanidad del hombre se presenta así como algo que puede ser reivindicado… o no. El siglo XX ha conseguido hacer deseable para millones de humanos el ideal del animal satisfecho.
El hombre puede, pues, ser contemplado desde abajo (desde la “animalitas”) o desde arriba (desde el ideal), pero no se lo entiende de la misma manera desde un sitio o desde otro.
Podríamos preguntarnos si un mono o un mejillón que tuviera la posibilidad de degradarse y de hacerse ilusiones sobre sí mismo sería un humano. O si la estricta proximidad biológica entre el hombre y un animal sirve para decir algo realmente significativo sobre el hombre.
El ser humano deriva. Pero puede no ir a la deriva, porque, como dice Nietzsche, es un animal no definido. “Finis” significa límite, mojón. O sea, el hombre es el habitante de ambiguos ecosistemas. Desde los límites clausurados de su ecosistema, “Un animal que sabía hablar dijo: ‘La humanidad es un prejuicio que al menos nosotros, los animales no padecemos’” (Nietzsche,
Aurora).
-
-
10:08
»
El café de Ocata
"Nos faltan alas, pero tenemos siempre fuerza suficiente para caer".
- Claudel.
-
-
23:30
»
El café de Ocata
"El fuerte olor de la rosa significa para el japonés vulgar impertinencia y un apego indecente a la vida; la rosa 'se pudre desvergonzadamente en su rama', mientras que la flor tierna y silvestre del cerezo (símbolo del espíritu japonés) es noble y hermosa porque no se aferra a la vida, sino que se desprende con facilidad de la rama al llegar los primeros vientos y lluvias."
- Karl Löwitz, Historia universal y salvación (1950).
-
-
16:15
»
El café de Ocata
Estamos entrando en la época del nacional-narcisismo. Y la cosa va a ir a más. Si hasta ahora sólo algunos parecían tener derecho a reivindicar el narcisismo de las pequeñas diferencias como un valor incondicional, ahora cada vez más gente parece apuntarse a este festín y lo hace cada vez con más hambre.
Cuando las cosas políticas toman una dirección determinada, es conveniente, si se pretende entenderlas, no quedarse al margen para dedicarnos a insultarlas. Las cosas pasan porque alguna necesidad las empuja. Que esa necesidad nos reconforte o incomode es lo de menos. Lo importante es tener clara la mirada para poder identificar qué es aquello que hasta hace poco nutría satisfactoriamente a la ciudadanía y que parece haber perdido su sabor.
Esta es la pregunta, y la cara perpleja de la socialdemocracia nos ofrece, en sí misma, un esbozo de respuesta que habrá que tematizar.
En cualquier caso, toda una serie de nutrientes ideológicos que parecían en alza hasta hace relativamente poco (me refiero a las ideologías de la identidad fragmentaria) están siendo rechazados y los consumidores se pasan a los comercios de la competencia en busca de identidades más englobantes.
Si el Leviathan estaba asumiendo progresivamente, como decía Gehlen, los rasgos de una vaca lechera (o de un hotel en el que nos consideramos con derecho a ser bien atendidos, como sugería Musil), ahora es fácil escuchar voces que le están pidiendo otra cosa... que aún está por ver con claridad... pero que tiene que ver con la afirmación personal mediante la revalorización del sentido de copertenencia y la relegación del de diferencia.
Parece que, definitivamente, estamos entrando en el siglo XXI y como ha ocurrido siempre y volverá a ocurrir mientras haya un animal político sobre la tierra, el futuro ha llegado con sorpresas.
El viejo topo hace su labor siguiendo su proceder habitual: bien atiborrado de tintorro.
-
-
18:34
»
El café de Ocata
-
0:09
»
El café de Ocata
-
-
9:30
»
El café de Ocata
Resaltando la importancia del ejemplo, Gracián cuenta que una culebra tenía una hija a la que amaba mucho, pero que andaba siempre torcida.
- ¡Camina derecha! -le decía. - Madre mía -le respondió la hija-, enséñame a caminar y aprenderé de tu ejemplo.
La madre lo intentó, pero pronto se puso de manifiesto que las culebras no saben caminar en línea recta.
- En verdad, madre -dijo la hija-, que si las mías son vueltas, las tuyas son revueltas.
-
-
15:23
»
El café de Ocata
Victor Gabriel Gilbert"La vendedora de leche en invierno"Sotheby's, Nueva York
-
-
16:34
»
El café de Ocata
Esta tarde mágica de la cabalgata de Reyes en la que los abuelos peleamos como langostas de Peterson por los caramelos que desprecian nuestros nietos.
-
9:19
»
El café de Ocata
Esta gente del World Economic Forum son un peligro público, unos trileros que presentan como información lo que es mera ideología. Esto sólo se lo creen en algunas escuelas innovadoras (de una de ellas he copiado la primera imagen).
Aunque Davos se presente como el nuevo oráculo délfico, adonde acuden los potentados de este mundo a entrever el futuro, no parece que la información que allí se maneja sea especialmente rigurosa. Cuando elaboraron el famoso informe sobre el futuro de los trabajos y las competencias sólo ofrecieron una fuente de información: la pusieron a pie de página y, lamentablemente, no, no es una broma.
Si el "critical thinking" es esto, apaga y vámonos. Sin embargo hay escuelas que con estos "datos" construyen sus portulanos.
-
-
10:42
»
El café de Ocata
Hoy he desayunado con dos agradables sorpresas:
La primera, una
generosa reseña de Anna Rossell de El tiempo regalado.
La segunda, tiene que ver con mis espías.
Eva Rodríguez de Luis pregunta a varias personas qué libros tienen madera, a su parecer, para convertirse en grandes series televisivas. Y me encuentro con esto: "Antonio Ortiz recomienda "El cielo prometido. Una mujer al servicio de Stalin":
El director de estrategia y cofundador de Weblogs
Antonio Ortiz nos proporciona otra obra que tendría una espléndida adaptación al formato serie: "'El cielo prometido. Una mujer al servicio de Stalin' es una biografía de Caridad Mercader, un personaje clave en la historia del siglo XX, una suerte de "Pasionaria catalana" a cuya sombra se cocina uno de los acontecimientos históricos de la centuria: el asesinato de Trotsky."
-
1:36
»
El café de Ocata
Te pareces a un mosquito que se cree alguien importante. Al ver una brizna de paja flotando en una charca de orina de asno, levanta la cabeza y se dice: Hace ya mucho tiempo que sueño con el mar y con un barco. ¡Aquí están! Esta charca de agua sucia le parece profunda y sin límites, pues su universo tiene la estatura de sus ojos. De repente, el viento desplaza levemente la brizna de paja y nuestro mosquito exclama: ¡Qué gran capitán soy!
-
-
17:46
»
El café de Ocata
"Sin dignidad nuestras vidas duran un pestañeo. Pero si nos las arreglamos para llevar adecuadamente una buena vida, creamos algo más. Escribimos un subíndice a nuestra mortalidad. Convertimos nuestras vidas en diamantes diminutos en la arena cósmica."
- Ronald Dworkin, Justicia para erizos.
-
11:11
»
El café de Ocata
Acaba de llegar el correo con un grueso sobre del Ministerio del Interior. En su interior me encuentro con la información que solicité sobre Caridad Mercader y Carmen Brufau, mis ya entrañables espías. Dicho sea de paso: Mis felicitaciones a los funcionarios del Archivo General del Ministerio del Interior por su amabilidad y eficiencia.
Mi investigación avanza actualmente con lentitud, entre otras cosas porque tengo otras prioridades entre manos, pero no se detiene. Y sé muy bien que no se detendrá mientras viva. Mis espías son cada vez más mías.
Entre la documentación recibida hay una nota sobre Carmen Brufau que la sitúa en Lima a finales de 1955, colaborando con agentes soviéticos, lo cual es tan interesante como desconcertante. Me encuentro también con la confirmación de la estrecha relación entre Carmen y Josep Maria Sbert durante la guerra civil, de la que ya estaba al tanto.
Pero más interesante y desconcertante es la nota de la Dirección General de Seguridad sobre Caridad Mercader: con fecha de 1 de abril de 1971 se deja sin efecto su prohibición de entrar a España. Esto significa que había solicitado permiso para viajar a España. Lo que no sé es si hizo el viaje y, en caso de hacerlo con qué fin. Pero como se dice en catalán: "De mica en mica, s'omple la pica."
-
5:26
»
El café de Ocata
-
-
19:21
»
El café de Ocata
Estoy pasando la Navidad entre exempla y hoy le ha tocado la vez al Tractatus de diversis materiis predicabilibus de Etienne de Bourvon, donde me he encontrado con una manera probablemente fiable de medir la lealtad de un amigo:
"Un filósofo árabe moribundo le preguntó a su hijo cuántos amigos tenía. Muchos, le contestó el hijo. El padre le comentó que él, aunque viejo, apenas tenía uno y le recomendó que los pusiera a prueba. Le aconsejó que troceara un ternero en pedazos pequeños, los pusiera en un saco, y pidiera a sus amigos que lo ocultasen, diciéndoles que había cometido un delito y que iban a registrar su casa. Ninguno de sus amigos aceptó, sin embargo, el amigo de su padre cavó de inmediato un hoyo para esconder el saco".
Mi conclusión es que si mis amigos y yo formásemos una banda mafiosa, este criterio es seguramente bueno. Pero no estoy nada seguro de que sea incondicionalmente bueno y, por eso, me escandaliza un tanto la moraleja de Etienne de Bourbon, que escribe este libro como un repertorio de ejemplos para confeccionar sermones religiosos: "De la misma manera Cristo no abandona a sus amigos en peligro."
-
16:18
»
El café de Ocata
En una de sus cartas, Bernardo de Claraval describe a Abelardo como "homo sibi dissimilis" (un hombre distinto de sí mismo) y como "totus ambiguus" (totalmente ambiguo)."
Y hasta aquí he podido leer.
-
-
10:40
»
El café de Ocata
“Antiguamente no había figuras de letras con que escribir, y para cumplir esta necesidad de entenderse los hombres en ausencia, usaban pintar una culebra deleznable para designar el tiempo, y por la envidia una serpiente, y por escribir el rey pintaban una abeja haciendo miel en la colmena.”
- Cristóbal de Villalón, El Scholástico (uno de los libros que me llevaría a una isla desierta).
-
8:45
»
El café de Ocata
... que sepamos hacer de la necesidad, virtud.
-
-
11:46
»
El café de Ocata
Para mí, el libro del año, desde un punto estrictamente biográfico, ha sido
El tiempo regalado de Andrea Köhler. Veo, además, que aparece en varias listas de "libros del año". Quiero agradecer desde aquí a los meticulosos y certeros artesanos de Libros del Asteroide el regalo que me hicieron al pedirme que firmara un prólogo que, en el transcurso de su escritura, acabó tomando forma de epílogo. El libro lleva ya adelante su quinta edición entre el eco de
las reseñas favorables.
Que un ensayo sobre la espera haya tenido tanto éxito en estos tiempos de novolatrías e impaciencias, podría querer decir que necesitamos compensar las prisas con las pausas, las innovaciones con las permanencias, las carreras con los paseos, el vértigo del movimiento con la pausa de la contemplación, etc.
He escrito más de una vez que una de las características de nuestro tiempo es la confusión entre lo bueno y lo nuevo; que hemos cargado axiológicamente lo nuevo hasta el punto de que está usurpando el venerable sitial que le teníamos reservado a lo bueno. Sin embargo, este libro me ha hecho pensar sobre las permanencias antropológicas de una manera un poco más optimista. Y por eso, sobre todo, le doy las gracias también a Andrea Köhler.
-
-
23:35
»
El café de Ocata
Esto es lo que sugiere el sardónico Voltaire en su Diccionario filosófico:
"Plutarco nos refiere que oyó decir a un tal Agnotemis, el cual a su vez lo había oído decir al rey Antígono, que Aristóteles envió una botella de agua de Nonacris, ciudad de la Arcadia; que ese agua era tan fría que mataba de repente a los que la bebían; que Antipatra envió dicha agua en un casco de pezuña de mulo y por esto llegó fresca a Babilonia, que Alejandro la bebió y que murió al cabo de seis días, víctima de continua fiebre".
-
-
23:25
»
El café de Ocata
Algún día tendré que recoger mis más notables entrevistas en los medios. Cuando lo haga, la de esta tarde ocupará uno de los primeros lugares. La cosa ha ido, más o menos, así:
- ¿Cómo quieres que te presente?- Yo soy maestro.- ¿Pero no eres también pedagogo?- Sí.- Pues te presentaré como pedagogo.- Tú me has preguntado cómo quería ser presentado.- Me interesa saber qué opinas de los deberes escolares.- Que los hay buenos y malos.- ¿Pero no crees que hay excesivos?- No conozco a ningún maestro empeñado en amargar la vida a sus alumnos. Sí conozco a unos que ponen mejores deberes que otros.- Hay padres que están en contra.- Hay dos clases de padres. Unos son los quieren que sus hijos sean felices; otros, los que saben lo que quieren.- ¿Qué opinas de la prohibición de los deberes?- ¿Han prohibido también las extraescolares? - No- Entonces es un brindis al sol.- ¿Por qué?- 9 de cada diez niños españoles hace actividades extraescolares. ¿No son deberes? Además, los niños de familias ricas siempre, siempre están haciendo deberes, porque viven en un medio de continuos estímulos intelectuales. ¿Hay que prohibir esos estímulos a los pobres?
He dicho -y resaltado- una cosa más: que lo que más me gusta de los deberes es la palabra "deberes".
-
0:38
»
El café de Ocata
-
-
21:57
»
El café de Ocata
Escribo esto con la satisfacción de haber encontrado en un blog de mikrologías que sigo con aprecio -aunque me falte el conocimiento cara a cara con su autor- una afinidad electiva compartida: la de
Nicolás Ramiro Rico.
Los que vivimos fuera de la Academia podemos permitirnos el lujo del huroneo -o del escarabajeo, que diría Unamuno-, guiados por una brújula caprichosa, y detenernos allá donde nos plazca y decir, sin complejos, "esto nos gusta" (lo que no gusta es mejor, en la mayoría de los casos, callarlo), aunque la Academia lo ignore.
Nicolás Ramiro Rico es un pensador libre de la universidad que podríamos llamar franquista si supiéramos bien lo que significa hoy la última metamorfosis semántica de esta palabra, pero es también la prueba también de que en cada párrafo de algunos pensadores de aquella universidad encontramos más libertad y hondura intelectual que en las obras completas de algunos profesores universitarios que hacen del antifranquismo su excusa para no pensar más que consignas.
-
16:36
»
El café de Ocata
... se acaba el año y llegan los Reyes:
-
-
14:15
»
El café de Ocata
Esto lo cuenta la filósofa española -nacida en Alcaraz- doña Oliva Sabuco (1562-1620) y creo que merece ser recordado precisamente en el día de hoy. Ahí va:
"Dos embajadores romanos, capitales enemigos, siendo mandados por el senado ir juntos a aquella embajada, en saliendo de Roma y llegando a las primeras matas, dijo el uno: "Pues es así que hemos de ir juntos, dejemos la enemistad en estas matas y a la vuelta la tomaremos (palabra de amigo generoso)." Y dijo el otro: "Sea así." E hicieron su viaje con tan buena amistad y conversación como si fueran muy grandes amigos; y volviendo de su viaje, cuando llegaron a las matas, dijo el uno: "En estas matas dejamos la enemistad; ¿hémosla de tornar a tomar?" Respondió el otro: "No, quédese ahí."
-
-
0:07
»
El café de Ocata
-
-
18:53
»
El café de Ocata
"Un hombre, después de atacar e insultar a alguien que se había atribuido falsamente el título de filósofo, no por practicar la verdadera virtud sino por vanagloria, añadió que reconocería si era un verdadero filósofo solo si soportaba con calma y paciencia las injurias que le dirigiera.
Durante cierto tiempo, el segundo dio muestras de paciencia y tras recibir los insultos, dijo en tono casi de triunfo:- ¿Te das cuenta de que soy un filósofo?A lo que el primero contestó muy sarcásticamente:- Me habría dado cuenta si hubiese permanecido callado.
Boecio, Consolación de la filosofía.
Estoy preparando una conferencia en la que defenderé que uno de los rasgos distintivos del filósofo genuino es su reticencia a decir todo lo que sabe. O sea: el filósofo siempre tiene algo que callar.
-
7:08
»
El café de Ocata
Marco Aurelio comienza sus Meditaciones por donde hay que comenzar las cosas serias, por los agradecimientos.
Pasa revista a todos los que le han permitido ser, no tanto emperador de Roma como un hombre adulto que sabe contemplar el horizonte de su vida sin vergüenza ni temor, destacando a su padre adoptivo y a su maestro.
A su padre adoptivo, el emperador Antonio Pío, le debe "el amor al trabajo y la tenacidad", y a su maestro, el filósofo estoico Rústico, haber aprendido a leer con precisión, a no contentarse con una comprensión a la ligera de las cosas y a no asentir rápidamente a los argumentos de los que hablan demasiado.
Leo el párrafo, cierro el libro y divago. Tengo muchas e importantes cosas que agradecer a muchas personas, ciertamente, pero entre ellas no acabo de encontrar a un Rústico.
-
-
3:47
»
El café de Ocata
Heinrich Heine visitó con un amigo la sobrecogedora catedral de Amiens. Mientras admiraban la imponente fachada, el amigo le preguntó: "¿Por qué ya no construimos cosas como ésta?"
Heine le respondió: "Querido Alphonse, los hombres en aquellos días tenían convicciones; nosotros, los modernos, tenemos opiniones, y se requiere algo más que una opinión para construir una catedral gótica".
-
-
8:26
»
El café de Ocata
Todo iba mal en China. A la larga sequía le siguió el hambre, y al hambre las enfermedades y el descontento generalizado. Los astrólogos anunciaban nuevas catástrofes.
En tiempos inmemoriales se había recurrido alguna vez a un recurso extremo en casos tan desesperados como el presente, pero era, sin duda, muy extremo: El sacrificio del emperador. Sólo la sangre del emperador tenía el poder de modificar el destino de su pueblo. Pero el emperador era demasiado débil. Por eso, cuando a palacio ya no llegaba el agua corriente y comenzó a escasear el vino en la mesa de los nobles, sus propias mujeres le recordaron su deber. Pero él era demasiado débil. Sólo cuando la comida de palacio comenzó a racionarse (para todos excepto para él, evidentemente), tomó una decisión. Ordenó a su barbero que un día, sin previo aviso, lo degollara. Eso sí el tajo debía ser limpio, certero y rápido. “Mátame, te lo ordeno, cuando menos lo espere”.
El barbero, un hombre anciano, silencioso, diligente y meticuloso, inclinó la cabeza. Sin decir nada empuñó la navaja y comenzó a afilarla como hacía cada mañana. El emperador, muy pálido, con la respiración entrecortada, cerró los ojos. Siguió con la máxima atención cada sonido producido por el barbero y cuando sintió el frío contacto del filo de en la garganta, comenzó a rezar.
Aquel día no ocurrió nada... excepto las noticias desagradables que se acumulaban. El emperador estaba tan disgustado que hasta renunció a la cuarta comida. Tuvo una noche agitada, cargada de pesadillas inquietantes. Se despertó muy temprano pensando en el barbero. Y cuando estuvo ante él volvió a sentir el mismo pánico que el día anterior. O quizás su angustia era ligeramente mayor. Pero tampoco pasó nada esta vez... si descontamos a los mensajeros que se presentaron anunciándole que el khan de Mongolia se había sublevado o a los varios criados de su confianza que aparecieron asesinados o a los dos astrólogos que se arrancaron los ojos.
A la mañana siguiente, de nuevo la agónica rutina. El contacto con la navaja le resultó sin embargo, más frío y comenzó a temblar. Pero tampoco pasó nada… excepto el anuncio de deserciones en masa en el ejército ante la llegada inminente del enemigo y que dos de sus concubinas se habían abierto las venas.
El emperador apenas probó bocado aquel día. Por la noche durmió de forma intermitente. Con los primeros rayos del alba tomó la decisión definitiva. Se bebió el último whisky que quedaba en palacio y le dio una orden seca al jefe de la guardia: “¡Que ejecuten a mi barbero. Y deprisa!”.
-
-
18:20
»
El café de Ocata
El amigo Rafael Hidalgo, que es una persona a la que es imposible conocer y no querer y a quien me une la acogedora melancolía de las campanas de San Miguel de los Navarros, me ha enviado este luminoso vídeo de Julián Marias, un filósofo que él conoce bien, pues no en vano lo ha biografiado. Trata sobre la atención y dice todo lo que a mí me gustaría pensar por mi cuenta si fuese tan inteligente como él. Como no lo soy, me he de sentar a sus pies a rumiar las ideas que pueda coger al vuelo de cuantas va soltando el filósofo.
-
14:21
»
El café de Ocata
-
-
11:45
»
El café de Ocata
Cuando a la inteligencia artificial se le proporcione un cuerpo tecnológico, quizás entonces, al incorporarse, se humanice.
Si ese es el caso, si la inteligencia artificial es realmente humana, padecerá el dolor de la pieza desencajada y el miedo a la desmemoria.
Alguien tendrá que hacer entonces de terapeuta de las almas herrumbrosas de las máquinas.
¿Es imaginable un remoto futuro en el que el trabajo de los hombres consista en poner un diván psiquiátrico a disposición de las máquinas?
-
-
7:30
»
El café de Ocata
El navarro Huarte de San Juan distingue en su Examen de ingenios entre las personas que son como cabras y las que son como ovejas.
Los hombres creativos y audaces son “caprichosos”, es decir, se parecen a la cabra porque nunca andan por los terrenos llanos y fáciles, sino que prefieren andar a solas “por los riscos y alturas y asomarse a grandes profundidades por donde no sigue vereda ninguna”.
Los que tienen una imaginación pobre, se parecen a la oveja, que siempre va en rebaño, y no se atreve a caminar por terrenos peligrosos y desiertos. Prefiere los caminos seguros “y que alguno vaya delante”.
Tras mostrarnos estas diferencias, que parecen irreconciliables, entre cabras y ovejas, Huarte da un giro a su argumentación y defiende que los mejores países son aquellos que han conseguido la convivencia entre estos dos espíritus dispares. “Porque así como a una gran manada de ovejas suelen los pastores echar una docena de cabras que las levanten y lleven con paso apresurado a gozar de nuevos pastos y que no estén hollados; de la misma manera conviene que haya en las letras humanas algunos ingenios caprichosos que descubran a los entendimientos óviles nuevos secretos de naturaleza y les den contemplaciones nunca oídas en que ejercitarse, porque de esta manera van creciendo las artes y los hombres saben cada día más”.
-
-
22:49
»
El café de Ocata
Con diferentes bestias hizo noche
en una venta un burro de un librero,
que una carga de libros conducía,
no me acuerdo a qué feria de este reino.
Después que buenamente despacharon
los animales el sabroso pienso,
en su idioma bestial se entretenían
sobre varias materias discurriendo.
Cada bestia decía su dictamen
según su inteligencia y su talento,
conformándose todos fácilmente,
sin réplicas, sin contras ni argumentos.
Solo entre todos nuestro lindo burro
con orgullo insufrible, e inmodesto
se burlaba de todos bravamente
su ignorancia bestial escarneciendo.
Por último cansado ya de oírlos,
con suma gravedad y magisterio
lanzó un rebuzno fuerte y sostenido,
medio oportuno de intimar silencio.
“Ignorantes, les dijo, ¿por qué causa
osáis hablar a donde yo me encuentro?
¿No teméis mi censura formidable?
¿Ignoráis de mi estudio los progresos?
Los dientes me han nacido entre los libros,
cuanto se ha escrito trastornado tengo,
y tan fácil entiendo a los latinos,
como a griegos, egipcios y caldeos”.
“Según eso, replican, ¿tú has leído
todos esos autores?” “Ni por pienso,
pero su ciencia a modo de contagio
desde los lomos me pasó al celebro”.
Esta satisfacción desatinada
fue muy cumplida para aquel congreso,
y en honor de su autor hicieron todos
salva burral de zumbas y cencerros.
Muchos zoquetes, revolviendo libros,
que nunca entienden, celebrados veo,
mas ¿por quién? Por parientes de los otros
que hicieron salva al burro del librero.
Autor anónimo.
Me encontré este certero poema en el Correo Literario de Murcia,
del 13 de octubre de 1792.
-
14:27
»
El café de Ocata
Ocata es, obviamente, un lugar. Pero no es sólo eso. Para mí es, sobre todo, el encuentro milagroso del cielo, la luz y el agua, en un flujo de vivencias del nacimiento o el ocaso del día.
El paisaje, decía el gran Amiel, es un estado del alma.Y tenía razón.
Pero hoy, que conmemoramos a San Juan de la Cruz, el alma experimenta la alborada luminiscente del alma...
En el inicio es la luz rasgando la oscuridad y ofreciendo el límite de la forma a las cosas (este era el quehacer de la diosa Maat, la egipcia)y, por lo tanto, la posibilidad de la narración, que es el logossiempre igual y siempre distintoporque cada día la promesa del alba recrea una esperanza indefinidapero real: el alma es alma porque esperaporque tiene fe.La fe es la autoafirmación del alma.
En los auriculares,
Cherubinde Massenet.
Me cruzo con caminantes y corredores.Todos van mirando al suelo o a sus cronómetros.Es lo que hay que hacer si todo a lo que se aspiras es a no tropezarse.
Pero hay que tropezarse con la alboradaporque aquí esta todo como esbozoque pide un logos,como promesa aún no enunciada -como promesa de la promesa- como voz que aún no artículo una palabra-como voz de la voz- como luz cuajando en el relato del día.