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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
"The island-state has much to teach the world. But other countries are reluctant pupils. One reason is that Singapore favours traditional pedagogy, with teachers leading the class".
En The Economist
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El café de Ocata
"El supuesto primordial de España como problema es una Europa aproblemática"
- Nicolás Ramiro Rico (citado por Carl Schmitt).
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La política es hacer creer.
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El café de Ocata
Respondo al artículo de David Ruiz Marull.
1) La primera en la frente. Mejor hablar de cociente intelectual que de coeficiente. El C.I. es el resultado de dividir la edad mental por la edad cronológica, es decir, un cociente. En este sentido lo que el articulista viene a decir es que la relación entre la edad mental y la cronológica se está alterando por el descenso progresivo de la primera.
2) Los especialistas, comenzando por James R. Flynn hace tiempo que venían observando que, desde que comenzó a medirse la inteligencia, hasta finales del siglo XX había tenido lugar un incremento sostenido del C.I. Es lo que se dio en llamar "el efecto Flynn" o "efecto de las ganancias generacionales de capacidad cognitiva".
3) Conviene observar que, aunque el C.I. se incrementase, como lo hacía en todos los segmentos, las diferencias internas en la población permanecían estables. El efecto Flynn sabía poco de equidad. La ganancia global era notable, pero eso no afectaba a la distribución de los resultados.
4) Pero visto de cerca, el "efecto Flynn" deparaba algunas sorpresas interesantes: no todas las capacidades intelectuales progresaban por igual. Algunas habían crecido vertiginosamente y otras de manera mucho más discreta.
5) Las capacidades intelectuales que más crecían eran las que tenían que ver con lo que podemos llamar, en general, razonamiento. Las que menos crecían eran las que tenían que ver con aquello sobre lo que se razona: datos, matemáticas y lenguaje. Digamos que el motor intelectual había aumentado de manera notable su potencia, pero al volante había un conductor que no parecía dispuesto a sacarle partido a las nuevas prestaciones de su coche. La buena -magnífica- noticia era que las capacidades cognitivas pueden mejorar. La mala, que se descubrían desequilibrios inquietantes en el incremento del C.I.
6) Y lo que se temía que pasara, pasó: Esos desequilibrios acabaron reflejándose en un descenso del C.I.
Este descenso sigue, actualmente, con su tendencia negativa.
7) Como era de esperar, las explicaciones de este deterioro son muy diferentes, pero el deterioro está ahí. Algunos intentan justificarlo alegando que el concepto de C.I, está desfasado, que en la era digital la inteligencia está cambiando, y que el C.I. no puede capturar las inteligencias múltiples. A mi modo de ver esta justificación es una solemne tontería. La inteligencia sigue -y seguirá- siendo lo que era: la capacidad de integración: la capacidad de organizar lo diverso que hay en nosotros para dar una respuesta eficaz a un reto. Ya saben ustedes que yo no creo demasiado en eso de las "inteligencias múltiples". Entre otras razones, porque siendo todos distintos, no todas nuestras conductas tienen el mismo valor. Hay conductas muy inteligentes y conductas muy poco inteligentes y lo que se pone de manifiesto en unas y otras es la totalidad de la persona.
8) Se ha dicho también que el crecimiento se debió al incremento de la calidad de la nutrición, pero esto podría explicar el crecimiento, no el declive.
9) A mi modo de ver, las ganancias parece que se deben a un notable incremento de los estímulos intelectuales ambientales. No hay duda de que los estímulos intelectuales a los que se ve sometido hoy un niño son más numerosos y mucho más sofisticados que hace 20 años. El desarrollo de la capacidad cognitiva es real.
10) En cuanto al descenso, la única explicación que me parece creíble tiene que ver, como ya apuntaba antes, con el desfase entre las capacidades intelectuales y los contenidos sobre los que esas capacidades operan. Por eso el descenso no es homogéneo. Allá donde los contenidos forman parte esencial del aprendizaje, el C.I. sigue su proceso ascendente. Este es uno de los elementos que me empujan a sospechar que estamos asistiendo a la emergencia de una nueva clase cognitiva.
Lo que dice Roberto Colom, que es el que sabe de estas cosas:
AQUÍ
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El café de Ocata
Hoy me voy a limitar a recoger un artículo de David Ruiz Marull aparecido en La Vanguardia (14/06/2018) y espero tener tiempo mañana para comentarlo. Les recuerdo en todo caso a los clientes habituales de este café que James R. Flynn es un viejo conocido nuestro.
El artículo dice así:
Desde la Segunda Guerra Mundial las puntuaciones de coeficiente intelectual (CI) de los jóvenes no habían parado de crecer. Pero ha llegado un momento en que no solo se han estancado, sino que están bajando a gran velocidad. El declive, de al menos 7 puntos por generación, comenzó con los nacidos en 1976, que alcanzaron su edad adulta a mediados de la década de los noventa.
Los investigadores del Ragnar Frisch Center for Economic Reserach apuntan, en un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), que el deterioro podría deberse a cambios en la forma en que se enseñan las matemáticas y los idiomas o al hecho de abandonar progresivamente la lectura de libros para pasar el tiempo ante la televisión y los ordenadores.
No olvidan, sin embargo, que la naturaleza de la “inteligencia” esté cambiando en la era digital y no se pueda capturar las inteligencias múltiples (teoría desarrollada por el psicólogo estadounidense Howard Gardner en 1983) con las pruebas tradicionales sobre el coeficiente de inteligencia. Es decir, que no es una cuestión genética.
El análisis realizado por Bernt Bratsberg y Ole Rogeberg se ha centrado en los resultados de los tests de CI hechos por personas de noruega nacidas entre 1962 y 1991 y han encontrado que las puntuaciones aumentaron en casi 3 puntos porcentuales durante cada década para los nacidos entre 1962 y 1975, pero luego experimentaron una disminución constante para los nacidos después de 1975.
Estudios similares en Dinamarca, Gran Bretaña, Francia, los Países Bajos, Finlandia y Estonia han demostrado una tendencia similar a la baja en los resultados del coeficiente de inteligencia. ”Las causas de estos cambios hay que buscarlas en los factores ambientales”, apunta Rogeberg en un comunicado.
Entre estos factores determinantes se incluyen los cambios en el sistema educativo, en la nutrición, la importancia de la lectura, la importancia de internet... El aumento de hace 60 años se debió al “efecto Flynn”, una subida continua, año por año, de las puntuaciones de cociente intelectual y que se vio en la mayor parte del mundo.
El investigador neozelandés James R. Flynn estableció también que no aumentaba toda la inteligencia de igual forma. Entre las explicaciones a este fenómeno se encontraban el hecho de tener una mejor nutrición, una tendencia hacia familias más pequeñas, una mejor educación, una mayor complejidad en el ambiente y la heterosis (mejoramiento selectivo).
La teoría de Flynn daba una importancia a los genes en el crecimiento de la inteligencia que esta nueva investigación pone en duda. La inteligencia es hereditaria y, durante mucho tiempo, se creyó que las personas con CI más altos tendrían hijos que también obtendrían puntuaciones por encima del promedio.
De igual forma se pensó que las personas con menor coeficiente intelectual tendrían hijos con resultados menores en los test, lo que contribuiría a una disminución en los resultados con el tiempo y un “embotamiento” de la población general. Es lo que se conoce como la teoría de la fertilidad disgénica (la perpetuación en la población de rasgos defectuosos o desfavorables).
Para poner en tela de juicio esta extendida creencia, Bratsberg y Rogeberg compararon los cocientes de hermanos nacidos en años diferentes. Los investigadores encontraron que, en lugar de ser similares (como sugiere la explicación genética), las puntuaciones de CI a menudo diferían significativamente.
Los expertos destacan que el acceso a la educación es actualmente el factor más concluyente que explica las disparidades en inteligencia. Incluso hay estudios que afirman que permanecer en la escuela durante más tiempo equivale directamente a resultados de CI más altos. La cuestión es encontrar nuevas pruebas que sustituyan a las tradicionales y se adapten al cambiante mundo actual.
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El café de Ocata
"Alma Werfel se había casado con los tres hombres de más talento del mundo germánico de la época: Gustav Mahler; Walter Gropius, el fundador de la Bauhaus; y Franz Werfel, novelista y dramaturgo. Dejo de lado al pintor Oskar Kokoshka."
"[Alma] sabía que podía ser la reina de no importa qué baile que decidiera honrar con su presencia."
"Poseía un poder erótico-artístico y era dueña de la fórmula alquímica que transformaba su trabajo en oro... producía un calor protector que estimulaba el proceso creador".
"Sus intuiciones fulgurantes tenían una fuente misteriosa. Era una de las raras mujeres mágicas".
"Todos los que contaban algo en la sociedad querían conocerla, en particular los músicos: Maurice Ravel, Alfredo Casella, Arnold Schönberg, Darius Milhaud y Francis Poulenc."
"Tras diez años de vida en común, Franz y alma se casaron... Franz tenía diez años menos que ella."
"Durante los años dorados, Franz Werfel se convirtió en uno de los novelistas y dramaturgos más importantes de Europa... Todo comenzó a degradarse. En la primera representación en Praga del
Wozzeck de Alan Berg, dedicado a Alma, Franz fue abucheado: "Chusma judía, chusma judía"
"Tras el Anschluss, se instalaron en París".
"En el
Grand Hôtel du Louvre et de la Paix, en Marsella, a donde habían acudido para escuchar una ópera, se enteraron de la rendición de París".
"En la estación de Burdeos reinaba el mayor desorden. Perdieron sus equipajes: "He llorado sobre todo la pérdida de los manuscritos de Gustav [Mahler] y el de la tercera sinfonía de Bruckner", escribió Alma en su diario. Pasaron una noche excelente en un burdel vacío".
"En Lourdes se encontraron en la calle con Walter Mehring y Hertha Pauli... Alma declaró que era un milagro que se hubieran encontrado los cuatro sanos y salvos. Había que celebrarlo: ¡Champagne! Cuando les contó la promesa que Franz había hecho a Bernardette Soubirous [escribir su historia si los ayudaba a salir de Francia], Mehring les confesó que había lanzando una botella al mar con un mensaje en su interior, a la dirección de Thomas Mann en Princeton, en New Jersey".
Frases subrayadas de este libro que estoy devorando:
Alma y Franz consiguieron cruzar los Pirineos andando. Alma se encontró una herradura. La recogió y la guardó entre sus joyas. Finalmente llegaron a la frontera española, donde fueron muy bien acogidos por la policía de aduanas. Con ellos viajaba Golo Mann. Uno de los policías lo reconoció. "Me siento muy honrado por conocer al hijo de tan gran hombre", le dijo. Y a continuación telefoneó para que un coche viviera a buscarlos.
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El café de Ocata
“No hay hombre en el mundo que no sea avisado, porque las mudanzas del tiempo avisan a todos; pero son muy pocos los que toman de los avisos aviso, y de este descuido se engendran los yerros, creciendo y multiplicando cada día.”- Joaquin Setantí, caballero catalán de la Orden de Montesa, en sus Centellas de varios conceptos y avisos de amigo (1614)
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El café de Ocata
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El café de Ocata
"Queremos una sociedad puramente física, con gendarmes y sofistas, y hay motivos para pensar que llegaremos a esa obra maestra de la civilización. Tendremos entonces una infancia sin inocencia, una vejez sin sabiduría, una muerte sin consuelo, y todo esto será suficiente ara que la vida acabe en la nada."
- Chateaubriand (traducción de Armando Zerolo).
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El café de Ocata
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Diciembre de 1933. St. James' Park Open-Air School (Londres)
Ya lo he dicho alguna que otra vez, pero conviene repetirlo. Las llamadas "escuelas del bosque" que sacaban a los niños de las aulas para hacerlos vivir al aire libre y que hoy son tenidas por algunos como referentes de la innovación pedagógica, no seguían ningún proyecto pedagógico revolucionario, sino un programa estrictamente terapéutico: lo que hacían en realidad era sacar a los niños con síntomas de tuberculosis de las ciudades y llevarlos a respirar aire libre, lo cual está muy bien (especialmente si aún no se ha descubierto la pirazinamida), pero conviene situar las cosas en su sitio.
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El café de Ocata
Recordando la carta que el propio Quevedo le escribiera al doctor Serrano del Castillo, me pongo a teclear:
"Señor don Francisco, hoy sumo yo sesenta y tres años (y un día), y en ellos cuento yo otros tantos entierros míos. Cada año que se cumple es un entierro al que perplejo asisto. Murió mi infancia irrevocablemente; murió mi niñez, mi adolescencia, mi juventud, murieron los años en los que me creía ya a punto de alcanzar la edad adulta y ya estoy asistiendo a la defunción de esta edad sin haber tenido conciencia clara de haber merecido el título de adulto. Esta es mi vida: una incipiente vejez que mora entre sepulcros, siendo yo mismo el entierro de todo cuanto he sido. Y, sin embargo, espero -con vehemencia, incluso- antes vivir como sepultura de mi propia vida que acabar en el entierro del enterrador. Lo deseo -y se lo cuento quedo- porque en el fondo sé que todos estos aspavientos melodramáticos sólo son formas un poco narcisistas de decir que sigo vivo.
Usted y yo bien sabemos que el último afecto del que se despojan los hombres es el de la codicia de vida.
Señor, si ha alcanzado usted con su mirada las últimas palabras de estas líneas, quedaré yo muy pagado de mi osadía.
Gregorio Luri
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El café de Ocata
Es inherente a la escuela la búsqueda constante de alternativas para hacer mejor lo que hace. Gracias a esta actitud la escuela ha cambiado mucho (ha cambiado mucho más, decíamos aquí el otro día, que algunos innovacionistas), pero también es inherente a la escuela acabar redescubriendo lo evidente tras cada promesa de sustituir el esfuerzo por el interés: que ni todos tenemos la misma capacidad de aprendizaje, ni todos valoramos de igual manera el conocimiento, ni existe alternativa para el esfuerzo personal. Un buen ejemplo de esto no los proporciona Pedro de Montengón en sus Frioleras eruditas y curiosas, del año 1801:
Cualquiera debe interesarse en aliviar la flaqueza y debilidad de la infancia, facilitando los primeros pasos de su instrucción sin que lo eche de ver el niño, que debiendo comenzar a deletrear hacénsele arduos y penosos tales principios.
Para endulzárselos, por decirlo así, y empeñar al mismo tiempo su fantasía, hay quien imaginó poner a los niños en un cuarto a oscuras y presentarles en la pared un lienzo o papel con las letras o sílabas iluminadas, lo que se consigue poniendo una luz detrás del papel dado de aceite.
El niño, no estando distraído de otro objeto y halagado de la vista de las letras iluminadas, no abandona el objeto de su lección, antes bien llama su curiosa atención, lo que le facilita retener en la memoria aquellas señas que se imprimen mejor por la vista en su fantasía. Se han hecho varias experiencias sobre esto con niños de diversos talentos, con éxito feliz.
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El café de Ocata
Me imagino que, puestos a buscar, daremos con alguno semejante, pero no sé si peor...
Juzguen ustedes:
"Benévolos, prestad plácida oreja
(miembro feliz, que inmóvil se ejercita,
del alma monja siempre abierta reja)."
- De Los ilustres haraganes (1820), obra atribuida a Vargas Ponce.
Ese "miembro feliz que inmóvil se ejercita" y esa "alma monja" con la reja siempre abierta, me tienen okupada la imaginación por asalto y no hay manera de librarme de su zumbido.
Y lo peor es que hay muchos más tercetos con este tono de exaltada cursilería.
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El café de Ocata
Cuenta Apuleyo en Las floridas algunas cosas interesantes sobre Crates, el filósofo cínico, que con mucho gusto traslado a este café.
Comienza por el principio, presentándolo como discípulo de Diógenes el Cínico: “Oyendo Crates a Diógenes… tanto se enardeció su ánimo, que un día fue a la plaza pública y arrojó allí todo su patrimonio como vil carga, más embarazosa que útil. Después, en medio de la multitud que le rodeaba exclamó: ‘Crates emancipa a Crates’. Desde entonces, solo, desnudo, libre de todo, vivió toda su vida como verdadero hombre feliz."
¡Dichosos tiempos aquellos en los que para saber si alguien era filósofo había que observar su vida! Y esto es, precisamente, lo que provoca la admiración de Apuleyo: Crates consiguió amaestrar la virtud del dominio de sí. A esta virtud Sócrates le había dado el nombre de "enkrateia". Si "kratos" significa poder, la enkrateia es la posesión plena del poder sobre uno mismo. Todas las llamadas escuelas helenísticas no son sino formas diversas de aspirar a esta virtud. De todas ellas, la más estentórea, sin duda, fue la de los cínicos.
Apuleyo nos cuenta también cómo se emparejó Crates con una hermosa joven, Hiparquia: "una doncella de ilustre nacimiento, desdeñando a todos los pretendientes jóvenes y ricos, deseó unirse a él. Crates le descubrió sus hombros, entre los cuales tenía una joroba, puso en el suelo sus alforjas, su bastón y su manto, y le dijo que aquellos eran todos sus bienes, y sus atractivos personales ya los veía, añadiendo que consultara seriamente consigo misma, para que no se arrepintiera después. Hiparquia respondió que ya había reflexionado y deliberado bastante; que en parte alguna encontraría un marido más rico y más amable y que podía conducirla donde quisiera. Crates la llevó al Pórtico, y allí, en el sitio más frecuentado, ante todos, y en pleno día, se acostó junto a ella, y ante todos también hubiera consumado el matrimonio, a lo que accedía la joven con igual desenfado, si Zenón no les hubiera cubierto con su manto para ocultar a su maestro de las miradas de la multitud que le rodeaba.” Hay que interpretar esta conducta a la manera cínica. Para los seguidores de Diógenes nada natural podía ser vergonzoso. Si el deseo sexual era natural, su satisfacción también lo era. Por eso Diógenes no tenía inconveniente en masturbarse donde le viniera en gana y si alguien le reprochaba su conducta se defendía diciendo que ojalá pudiera aliviarse el hambre frotándose la tripa. Sócrates, sin embargo, sospechaba que en esta aparente espontaneidad cínica se escondía una inmensa vanidad.
Para resaltar su "enkrateia", Apuleyo compara a Crates con Hércules: "A Crates, discípulo de Diógenes, lo honraban sus contemporáneos en Atenas como un ser casi divino. Ninguna casa le fue jamás cerrada… Lo que los poetas cuentan de que Hércules sometió, venció con su valor tantos monstruos terribles, hombres y fieras, y que purgó de ellos al mundo, puede decirse de la cólera, de la envidia, de la avaricia, de la lujuria, de todos los monstruos y de todas las plagas del alma humana, para las cuales fue un Hércules este filósofo". Además, resalta Apuleyo, "había nacido en Tebas, donde según la tradición, nació Hércules".
Quien posee "enkrateia" puede usar de su cuerpo como un buen marinero usa de un barco, pero si no hay piloto, de nada le sirven al barco sus prestaciones: "Un barco, decía, es bueno hábilmente construido, bien acondicionado y elegantemente decorado por dentro, provisto pot fuera de un timón móvil, de un mástil elevado, de brillantes velas; en una palabra, de cuanto es necesario al equipo, de cuanto puede agradar a la vista. Pero si este barco no tiene piloto que lo dirija, o la tempestad es su piloto, pronto se sepultará con su magnífico equipaje en las profundidades del mar o se estrellará contra las rocas.”
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El café de Ocata
A Library by the Tyrrhenian Sea — Ilya Milstein
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El café de Ocata
...En primera posición del ranking encontramos el proyecto del BBVA Aprendemos juntos, cuyos vídeos ya han aparecido entre los cinco primeros otros meses, y ahora lo lidera con el vídeo
La atención es el nuevo cociente intelectual, en el que el maestro Gregorio Luri...
En El País Retina
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El café de Ocata
El peligro de construir los propios aprendizajes
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El café de Ocata
"Este creador de la filosofía [Pitágoras], lo primero que enseñó a sus discípulos fue el silencio. En su opinión, el primer estudio de quien quería llegar a ser sabio era el de contener completamente su lengua, refrenar esas palabras que los poetas llaman volantes, cortarles las alas, encerrarlas en esa fortaleza de marfil que forman los dientes. El primer elemento de la filosofía era aprender a reflexionar y olvidar el perorar.
No estaba prohibido el uso de la palabra toda la vida, ni todos los discípulos estaban condenados a mutismo de igual duración. Para los hombres graves reducía el maestro a corto plazo la obligación del silencio; para los locuaces prolongaba hasta cinco años esta especie de destierro de la palabra.
... yo debo a mis meditaciones académicas la doble ventaja de saber hablar animosamente cuando es preciso y callarme sin esfuerzo cuando la ocasión lo exige."
- Apuleyo, Las floridas.
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El café de Ocata
Hoy es San Casiano, patrón de los maestros, aunque no por mucho tiempo, me temo, ya que este santo bien podría pasar como paradigma de la incorrección pedagógica. No hay figura más antirousseauniana que la suya en la completa historia de la educación.
Por ser cristiano y negarse a sacrificar a los dioses paganos, las autoridades romanas lo condenaron... no a las fieras, sino a algo mucho peor: a morir en manos de sus alumnos, que se prestaron muy gustosamente a cumplir con lo mandado.
Parece que Casiano no era especialmente apreciado por sus discípulos en su escuela de Imola, ya que ejercía su oficio con un rigor que, si bien resultaba eficiente, no le ayudaba a ganarse su amistad. Cuando las criaturas lo vieron desnudo y sujeto a una columna, se ensañaron con él. Rompieron sus pizarras en su cabeza y le clavaron con saña sus estiletes (de ahí viene "estilo”, del arte de manejar con elegancia el estilete) y navajas. Algunos se afanaron mucho más de lo que lo hacían habitualmente en clase, grabando caligráficamente las letras del abecedario sobre su piel de mártir.
El arma del crimen, pues, fue la tecnología didáctica. Y digo yo que solo por eso ya merece el patronazgo de la docencia.
- ¿Por qué lloras –le preguntó uno de sus infantiles verdugos, que andaba comprobando la resistencia de la piel de un maestro a la punta de un estilete-, si tú mismo nos diste estas cosas y nos dijiste que nunca debíamos permanecer inactivos? Si no escribimos bien las letras, puedes castigarnos.
Nota importante: No confundir el San Casiano mártir con el monje Juan Casiano (360-435), que en sus
Institutes dio a los monjes este sensato consejo: "Un monje siempre debe huir tanto de las mujeres como de los obispos".
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El café de Ocata
"Los escitas siempre se comían a sus abuelos; los trataban de forma muy respetuoso durante mucho tiempo, pero tan pronto como comenzaban a hacerse viejos latosos y se ponían a contar largas historias, inmediatamente se los comían. Nada podría ser más inapropiado, e incluso irrespetuoso, que comerse a esos parientes tan próximos y venerables; sin embargo, no podríamos, con toda propiedad, acusarlos de mal gusto moral.
- Sydney Smith, On Taste, 1805
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El café de Ocata
... de enigmática Variación Nimrod.
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El café de Ocata
En los cuadernos de Vlady -hijo de Victor Serge- se encuentran varios dibujos de los hombres del POUM con los que trató en su exilio mexicano. Aquí traigo algún ejemplo:
Gorkin y Gironella
Jordi Arquer
Gironella
Gironella
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Playa de Ocata. Anochecía y en los auriculares sonaba "Daphnis et Chloé" del grandísimo Maurice Ravel. El ambiente estaba cargado, pesado, denso, pegajoso. De repente un rayo ha rasgado el cielo y ha comenzado a llover. Gotas grandes, pero pausadas. La tormenta no ha durado más de diez minutos. Los suficientes para, en vez de refrescar, sacar del suelo todo el calor acumulado durante el día. El aliento dulzón de la tierra reseca acogiendo a la lluvia. Se sentía respirar a la tierra. Los últimos bañistas corrían medio desnudos, cargados con sus pertenencias, recogidas precipitadamente. Solo los pescadores veteranos aguantaban impasibles, intentando vencer la impasibilidad de los peces con su propia impasibilidad. 8 de agosto y los plátanos están perdiendo apresuradamente las hojas. Yo también intento pescar, mientras camino y me las entiendo con Ravel, el segundo preciso que me presta la luz declinante para desvelarme lo insólito que se esconde en lo tantas veces visto.
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El café de Ocata
Suelen repetir algunos profetas de lo nuevo que la escuela es la institución que menos ha cambiado en el último siglo y medio. Yo, sin embargo, lo que veo es que entre la escuela de mis nietos y la mía hay tantas diferencias que no sé si es justo referirse a ambas con el mismo nombre.
Camino de la escuela. Módena. 1959. Hoy los padres llevan en coche a sus hijos a la escuela y los dejan en la misma puerta.
Patio de escuela. Tokio. 1964. Hoy la prioridad es que no se hagan daño, alejar de los niños todo cuanto pueda acarrear un riesgo.
"Autobús escolar". 1937. Seguro que había que madrugar mucho para coger el "autobús" para ir a la escuela... No puedo imaginarme cómo sería por dentro.
Escuela para niños tuberculosos, Londres, 1932. Este es el origen de las famosas "escuelas del bosque". Originariamente no planteaban ninguna propuesta pedagógica, sino sanitaria.
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El café de Ocata
El amigo Carlos Ortiz Sanchidrian me envía esta foto con este comentario: "Acabo de encontrar una imagen de la Virgen con el Niño leyendo. Y me han venido todos los recuerdos de tu sesión maravillosa. Está en el Pazo de los Escudos, en Vigo."
La sesión a la que se refiere Carlos tuvo lugar en la entrañable ciudad de Lugo el 5 de mayo. Efectivamente, allí mostré varias imágenes de Nuestra Señora de la Lectura Lenta y, por si fuera poco, me permití convocar a Dios y hacerlo presente en la sala de la conferencia. No fue difícil. Bastaron los primeros acordes del
Locus Iste de Bruckner.
Compruébenlo ustedes mismos.
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El café de Ocata
Ayer al atardecer... pasadas ya las 9 en la playa de Ocata. A esta hora, lo tengo bien observado, el paisaje es camaleónico y va mutando sus colores rápidamente, no sé si siguiendo los estados del alma del espectador o provocándolos. El sol declina, la brisa -aunque tímidamente- se levanta-, de la tierra recalentada, que ha estado absorbiendo durante el día la inclemencia solar, emana como un aliento telúrico; el horizonte se pierde entre el cielo y el mar y los postreros bañistas le dan un toque de melancolía a la playa.
Hay un instante, poco antes del anochecer, en el que todo vira al azul. Comienza con una nube gris que va naciendo en el horizonte y, de repente, lo inesperado. En mis auriculares sonaba el adagio de la quinta de Shostakovich. Aquel arte total que perseguía infructuosamente Wagner se lo regalan al caminante gratuitamente estas tardes de verano.
El paisaje es un estado del alma.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
... o de cómo nuestro carácter nos sobrevive en nuestras tumbas:
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El café de Ocata
Que quede constancia:
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El café de Ocata
Ayer fui a una gran superficie a comprarme un pijama cómodo de verano y lo hice acompañado por mi nieto Bruno, de 8 años.
Muy pronto vimos que la tarea no iba a ser nada fácil. En las tiendas de ropa de hombre no se venden pijamas o, si se venden, se trata de excentricidades que mi nieto no hubiera permitido, de ninguna manera, que me comprara.
Resulta que para que un señor venerable como yo, a punto de cumplir 63 años, pueda comprarse un pijama, ha de entrar a las tiendas de lencería femenina y buscar por los rincones la sección de ropa interior masculina. Ante tamaña muestra de desigualdad de género, mi nieto lanzó un grito reivindicativo que, debo reconocerlo, no me atreví a secundar en voz alta, aunque no podía ser, en nuestras circunstancias, más justo: "¡Menos bragas y más pijamas!"
En una de estas tiendas me mostraron un pijama que parecía estar bien. Yo me lo hubiera comprado sin problemas. Me parecía cómodo y eso era todo lo que buscaba. Pero mi nieto se fijó en que los pantalones estaban decorados con rosas rosas y me dijo que ni hablar, por las rosas rosas, no pasaba. Así que, cediendo a sus órdenes imperativas, me compré un pijama azul marino. En el pecho de la camiseta lleva la inscripción "I will run tomorrow" en letras blancas y el pantalón luce pequeñas zapatillas deportivas de color gris.
Y después nos hartamos de pollo frito en un KFK.
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El café de Ocata
El partido nazi distribuyó ampliamente por toda Alemania la imagen de esta niña, presentándola como la perfecta niña aria.
Sin embargo, era judía.
Un día se presentó en casa de Jacob y Pauline Levinsons un fotógrafo que pidió permiso para hacer una fotografía a su preciosa hija. Aceptaron sin saber que la foto sería enviada a un concurso organizado por el Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, con el objeto de seleccionar al bebé alemán que mejor representase a la raza aria.
Al reconocer a su hija en las imágenes de propaganda y temiendo lo que pudiera ocurrir, Pauline le confesó al fotógrafo que eran judíos. Él le contestó que ya lo sabía, pero que su intención había sido "ridiculizar a los nazis".
Los nazis nunca se enteraron de quién era realmente la niña. Pero nosotros sí, y conviene recordarlo.
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El café de Ocata
El atardecer de un día de verano en Ocata:
Al fondo, Barcelona.
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El café de Ocata
"Escabechina" en las oposiciones a profesor en la Comunidad de Madrid: menos aprobados que plazas disponiblesHa ocurrido algo semejante en otras comunidades, como Navarra y Asturias.
Lo curioso es que los sindicatos de profesores, que deberían ser los primeros en vigilar la honorabilidad de la profesión, están pidiendo que se apruebe a más opositores para cubrir así todas las plazas. Hay quien protesta, también, que se valoren más los conocimientos que la experiencia. A mí, miedo me da pensar en una experiencia docente sin conocimientos.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Me envía mi amigo Jordi Nadal el enlace a un artículo del New York Times titulado "
Big Tech's new idea: read some books.
Pues eso.
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El café de Ocata
“Apreciaba a los hombres directos y pendencieros, y sentía desprecio por abogados, maestros y demás oscurantistas. No era piadoso. Bebía whisky cada vez que sentía frío y procuraba tener un trago siempre a mano. Conocía más blasfemias que fragmentos de las Sagradas Escrituras y también las usaba y disfrutaba más. No creía en la sabiduría infalible de la gente común, sino que los consideraba unos memos y unos pelmazos, y trató por todos los medios de proteger a la república de ellos. Jamás abogó por una cura segura para todos los dolores del mundo, pues dudaba de que existiera semejante panacea. Y no le interesaba nada la moral privada de sus vecinos.
En definitiva, concluye Mencken, de vivir hoy, a George Washington le sería del todo imposible hacer carrera política. "El Senado no se atrevería a darle su confirmación; el Presidente no tendría arrestos para nominarlo". La prensa se cebaría en él considerándolo como un político elitista al servicio del poder del dinero.
H.L. Mencken, Pater Patriae (en “De la felicidad y otros escritos”)
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El café de Ocata
He comenzado a leer este novelón de Jean Malaquais,
Planète sans visa, que se me está insinuando en las páginas que llevo leídas como una obra de arte. Hasta ellas me condujo mi búsqueda de materiales sobre Victor Serge y en ellas me estoy reencontrando con él, bajo el nombre literario de Ivan Stépanoff, con Youra (su hijo Vlady), y con Yvonne Tervielle (Laurette Séjourné, la mujer con la que comparte su exilio).
Yvonne conoce las reacciones de Serge-Stépanoff "mejor que las suyas propias, por adelantado y tan completamente como si se las hubieran explicado de una vez por todas. La clarividencia con que ella recibía sus gestos, proporcionaba a Stépanoff "une vague sensation de bien-être d'internat, de sécurité de crèche, qui parfois lui valait de courtes bouffées d'impatience. La sensation n'était pas détestable en soi, toute sa vie durant Stépanoff avait confusément aspiré à une ombre de sécurité, de quiétude platement bourgeoise, un matelas sans punaises, un morceau de sucre dans son thé, un boulet de charbon dans son pôle, ne fût-ce que pour mettre un peu d'ordre dans des idées, un peu de méthode dans ses papiers, mais ce qui le gênait c'était la façon un rien ostentatoire qu'avait Yvonne de lui manifester sa loyauté".
En esta ligera ostentación de lealtad se anuncian las turbulencias de su vida en común en México.
La acción de la novela se desarrolla en Marsella, "l'égout collecteur de l'universelle purulence". En sus bares del Vieux Port los existencialistas huidos de París intentan aparentar que siguen en el Dôme, en Les Deux Magots, en La Rotonde, en el Flore y ensayan la recuperación imposible de los debates ético-estéticos que la derrota había interrumpido. A su alrededor, hay quien no tiene qué llevarse a la boca y quien hace dinero. La ciudad vive una extraña opulencia, como si hubiera sido invadida por buscadores de oro.
"Comment trouvez-vous notre café, Monsieur?""Excellent! fit le Colonel à haute et forte voix. "Excellent! Manquant un peu d'arôme, de même que de sucre, peut-être un rien trop aigre, plutôt réfractaire sans doute, mais à part cela ex-cel-lent. Or, dites-moi, Monsieur: êtes-vous sûr que c'est du café?"
Mi ejemplar es de 1947. Se trata, pues, de la primera edición, que salió a la luz casi a la par que Serge dejaba la vida en el interior de un taxi en las calles de México.
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El café de Ocata
La elección de Pablo Casado como Presidente del PP es políticamente muy relevante y ello por varias razones.
1) Porque esa convicción de que "gato blanco o gato negro, lo importante es que cace ratones", se desmorona en cuanto se dejan de cazar ratones. Cuando esto ocurre se descubre que no sólo no tienes ratones sino que ni tan siquiera tenías gato. Tienes, en todo caso, la vaga metáfora de un abanico en un local con aire acondicionado.
2) Porque las ideologías no sólo no han muerto sino que es muy probable que estén de vuelta y que el conservadurismo se haya dado cuenta de ello y se esté rearmando teóricamente.
3) Porque las descalificaciones -¡qué facilonas! ¡qué de manual de primeros auxilios!- que ha recibido Casado desde la izquierda muestran una ceguera que solo puede beneficiarle.
4) Porque si la izquierda española parece satisfecha con una mezcla de nuevas políticas identitarias y viejo antifranquismo, la derecha española parece insatisfecha consigo misma y esta es una buena noticia para ella... siempre y cuando esta insatisfacción no ponga en peligro ni su unidad ni la claridad de sus mensajes.
5) Porque la izquierda -me temo- es demasiado narcisista para soportar mucho tiempo a Pedro Sánchez.
Casado tiene, sin embargo, un gran reto a corto plazo de cuya resolución depende en gran medida su credibilidad: debe demostrar que es capaz de afrontar de manera contundente la corrupción en su partido. Los militantes del PP me podrán objetar -ya lo han hecho alguna vez- que su corrupción es menor que la del PSOE. Si, a pesar de ello, la sociedad es más exigente exigente con las corruptelas de los conservadores que de los socialistas, esta es también una magnífica noticia para el PP. Por eso mismo debe apresurarse a estar a la altura de lo que socialmente se le exige.
Y una pregunta para acabar: ¿En qué punto del arco político debe estar situado quien ve a Casado en la extrema derecha?
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Me sorprende que la ministra Carmen Calvo se niegue a ser considerada una "carga pública", pero me temo que yo no estoy hecho para comprender la cabeza de esta mujer, que parece firmemente decidida a demostrar que hay algunas formas del feminismo que son incompatibles con la vida adulta.
Carmen Calvo no tiene inconveniente en enmendarle la plana a la RAE, ella que afirmó haber "sido cocinera antes que fraila", que cree que "un concierto de rock en español hace más por el castellano que el Instituto Cervantes", que quiere pensar en términos tan planetarios que le ha pedido a la Unesco que "legisle para todos los planetas", que confunde "anglicismo" con "anglicanismo" y que para protestar contra un senador que se atrevió a decir "Calvo dixit", replicó que "ni Pixie ni Dixie"... Carmen Calvo, que usa de manera tan creativa la lengua española, se niega, sin embargo, a que un periodista la trate de "carga pública". En este caso quiere seguir siendo "un cargo público".
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10:46
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El café de Ocata
Carlos Manuel Pellecer es una de esas personas relevantes cuyo oficio principal es ser discreto y, si la discreción es imposible, ofrecer imágenes falsas y algo estrambóticas de sí mismo. Si no aparece en los libros de historia es porque hizo su trabajo muy bien.
Nació en Guatemala en 1920 y fue un importante diplomático y un miembro relevante del comunismo internacional. Fue profesor de la Universidad de Lomonosov en Moscú y conoció personalmente a Boris Paternask y Alexander Soljenitzyn.
Oficialmente rompió con el comunismo a principios de los años sesenta y su ruptura fue publicada por Costa-Amic en México en 1963 (sin duda con el amparo de Julián Gorkin) con el título de
Renuncia al comunismo, que fue un libro de un gran éxito. Yo sospecho que la ruptura fue programada con la organización con la que desde hacía algún tiempo trabajaba, la CIA, para poder así participar en una operación de espionaje de altos vuelos diseñada por los americanos tras la crisis de los misiles con la intención de debilitar al gobierno cubano y que tenía como cebo una supuesta información confidencial de alto valor que Pellecer habría entregado a la CIA.
En los años 40 Pellecer colaboró estrechamente con Manuel Irujo, nombrando cónsules honorarios de Guatemala en diferentes países de Europa oriental a discretos afiliados al PNV. Irujo ayudó cuanto pudo con los norteamericanos con la esperanza de que estos supieran corresponder en el futuro a los favores recibidos y por eso puso su red de "cónsules" a su servicio.
Pero de lo que quiero hablar es de un documento de la CIA de 1954, que no me resulta fácil interpretar, porque, obviamente, es difícil de creer que vaya en serio... así que podemos suponer o que es una fenomenal broma o que lleva algún mensaje codificado:
La imagen de un Stalin fantasmal apareciéndose a Pellecer para decirle que va por buen camino, me parece digna de ser traída a este café y guardarla entre sus documentos más memorables.
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20:47
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El café de Ocata
"Era la noche muy profunda, su tienda la alumbraba una luz no muy clara y todo el campamento estaba en silencio. Él, envuelto en sus razonamientos y reflexiones, creyó sentir que alguien se acercaba. Girando la vista a la entrada, ve una imagen terrible y singular, de un cuerpo extraño y temible, colocado en silencio a su lado. Tomando ánimo, dijo: ¿Quién, hombre o dios, eres?, ¿qué quieres de mí?. El fantasma respondió con voz baja: Bruto, soy el daimon de tu desgracia; volverás a verme en Filipos. Y Bruto dijo, sin turbarse; ¡Te veré!"
- Plutarco, Vida de Bruto.
El año 42 antes de Cristo, Bruto, al ver perdida la batalla contra los vengadores de César, se suicidó arrojándose sobre su espada para evitar ser capturado. Marco Antonio honró al enemigo caído, por considerarlo el más noble de los romanos.
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10:37
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El café de Ocata
Al escéptico auténtico, el antiguo, le daba pereza hablar. "¿Total, para qué?", se preguntaba. Y no hallaba respuesta, así que permanecía mudo.
El escéptico no le pone mojones a nada, decían los pirrónicos. Y comenzar a hablar ya es poner un mojón en el flujo general de las cosas y, lo que es peor, querer hablar es pretender hablar de algo, para lo cual hay que definir. Y la definición era el absurdo, para el escéptico.
Aceptar la definición era aceptar la conformidad que sustenta la política frente a la inconformidad esencial de la naturaleza.
El pirrónico es un heraclitiano consecuente.
A veces a mí también me da pereza hablar, pero lo mío es pura mandra, porque si comienzo a hablar corro el peligro de iniciar una conversación y se está tan bien en el silencio compartido...
Sin embargo cuando me quedo en casa de Rodríguez, por no poder soportar el silencio de la soledad, a veces hablo conmigo mismo en voz alta.
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12:14
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El café de Ocata
Entro en una peluquería del barrio de Horta. Podríamos estar en cualquier barrio periférico de cualquier otra gran ciudad de España. La puerta está abierta de par en par, con la ilusa pretensión de que corra un poco de aire. Hay dos peluqueras de unos 40 años y tres clientas, entre ellas una señora mayor. Les pregunto a ver si tienen un hueco y me dicen que en media hora. Les contesto que bien, que estaré en el bar de enfrente tomando un café en la terraza y que en media hora vuelvo. No me hace esperar tanto. A los 15 minutos una de las peluqueras viene a por mi.
¡Cómo me gustan estas peluquerías de barrio: marujanudas, pequeñas, sin aire acondicionado, en las que se habla de todo sin conciencia de lo políticamente correcto y además, te cortan el pelo bien y barato! Estas peluquerías son uno de los últimos reductos de la libertad de palabra de este mundo, especialmente después de que las peluquerías masculinas fueran copadas por los hipsters.
Me siento ante un espejo a la izquierda de la señora mayor, a la que no le acaba de gustar cómo la están dejando. La peluquera que la atiende intenta justificar lo que hace diciéndole que al ir perdiendo pelo por delante, es mejor echarle un poco del centro sobre la frente. La señora mayor no contesta pero es evidente que no se siente cómoda con la imagen de sí misma que ve en el espejo. "Yo siempre me he peinado de la misma manera", me dice a mi. "¿A usted le parece que tengo poco pelo?". "¡Yo la encuentro guapísima!", le digo, sin miedo de que me expulsen de allí por machista, como a Francisco Ayala de la universidad a la que a lo largo de su vida ha donado más de un millón de dólares.
La mujer me toma confianza y me cuenta que cuando su hija se va "a vete tú a hacer qué", la trae a la peluquería y aquí la deja hasta que viene a buscarla. "Mejor eso que abandonarla en urgencias de Vall de Hebrón", le dice una peluquera. El Hospital de Vall de Hebrón está aquí mismo. "Eso sí", acepta la anciana. "Pero a mi no me gusta este corte de pelo, y después dicen que el que paga manda". La peluquera sigue en sus trece y le dice que así es como está bien. "Vendrá a por mí cuando le parezca, que nunca tiene prisa en estos casos", se me lamenta la mujer, refiriéndose a su hija.
Las dos peluqueras y una clienta que acaba de entrar comienzan a hablar de sus hijas adolescentes. "De los 12 a los 14 son tonterías, que cansan, pero son tonterías, pero a partir de los 14, no. ¡De tonterías nada!". "Tranquilícese, señora", le digo. "¿Qué me tranquilice?", me pregunta. "Sí, que la adolescencia no dura para siempre, para los 30 años se supera". Se echan a reír y comienzan a nombrar casos de adolescentes de 30 años que andan por el barrio "al buen tun-tún".
Me acaban de cortar el pelo. 5 euros. Antes de salir, me despido de la anciana, a la que han dejado como la peluquera ha querido. "¡Aún tardará un rato en venir!", me dice.
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14:49
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El café de Ocata
Llego, finalmente, a la última agenda de Victor Serge, la de 1947.
Serge murió el 17 de noviembre de este año, supuestamente de un ataque cardiaco en el interior de un taxi. El taxista no se enteró de lo ocurrido hasta que no llegó al destino. Me imagino que al morir llevaba esta agenda en el bolsillo de la americana. La última anotación es del día 15, pero en la última página hay garabateado con pulso tembloroso un texto en ruso que le he enviado a un amigo moscovita para que me lo descifre y traduzca, si puede ser. No negaré que estoy impaciente por recibir la respuesta. ¿Y si fueran las últimas palabras se Serge?
Nada más abrir la agenda se ha caído al suelo una estampita. Al principio me ha parecido entrever a una santa, pero no, la imagen es la de arriba. El autor de la misma es Jesús Helguera. O sea, Jesús Enrique Emilio de la Helguera Espinoza (1910-1971), hijo del emigrante español Álvaro de la Helguera.
La primera anotación es la del martes 31 de diciembre de 1946: "Minuit chez Eleonora [Carrington]".