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El café de Ocata
Llegué ayer a México, a las cinco de la tarde, hora local, y me estaban esperando el Popo y la Mujer Dormida, es decir, el Popocatepelt y la Ixtacuihatl. Los he visto por primera vez, imponentes, con la cumbre nevada, pero envueltos en la luz cálida del atardecer, parecían dos dioses protectores. Así de ambiguo es este maravilloso país, que tanto cantinflea, porque sus sís, como sus ahoritas, nidel todo sís, ni del todo ahoritas.
He recordado a Henry Schnautz, un joven trotskista norteamericano, que, tras enterarse del fallido atentado contra Trotsky protagonizado por Siqueiros, se ofreció como guardián, porque él sí que era capaz de responder con fuego al fuego de los asaltantes. Llegó a la Ciudad de México el 1 de julio de 1940 y el día 12 ya estaba al servicio del revolucionario ruso. En su diario se entretiene comentando los pequeños detalles de sus guardias nocturnas y refleja bien su fascinación por la línea tenue del perfil del Popo y de la Mujer Dormida. El 10 de agosto fue sábado. Schnautz describe la transición del sol poniente hacia el ocaso y las diferentes tonalidades que van tiñendo el Popo en su declive. Es lo que he visto yo hoy boquiabierto. Al cerrarse la noche, aquel 10 de agosto comenzó a caer una ligera lluvia que, diez minutos después, se había transformado en un auténtico chaparrón. La oscuridad era casi completa y solo la rompían los relámpagos que rasgaban de luz la lejanía. También ayer comenzó a llover al anochecer y camino de Querétaro la lluvia s epuso a cantinflear con su mansedumbre y acabó en un diluvio del que emergían, como rayos de luz difusa, los faros de los coches.
El 21 de agosto, un día después del atentado mortal contra Trotsky, Schnauts se siente absurdo haciendo su guardia nocturna como cada día. Pero no puede evitar referirse a la belleza del cielo y de las nubes que se acumulan en las cimas de las montañas. Añade que el Popo y la Mujer Dormida son para él una inspiración constante. Tras un comentario sobre las ramas caídas de los eucaliptos, confiesa que "las lágrimas corrían por mis mejillas”.
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El café de Ocata
I
El tiempo relegado es el título del epílogo que incluye este libro, titulado, a su vez el tiempo regalado. Un paradójico y sutil juego de palabras que encaja perfectamente con el contenido y la forma de este inteligente y creativo ensayo. El epílogo mencionado es de Gregorio Luri, que, filosóficamente, complementa la creación de Andrea Köhler; en él, dice de la obra que presentamos: «¡Pero qué poco hemos reflexionado sobre la espera! Esto es algo que el lector descubre nada más abrir este hermoso, denso y profundo libro que, al mismo tiempo, es una reflexión y un acicate para el ejercicio del pensamiento reflexivo, puesto que “de te fabula narratur”. No podemos preguntarnos por la espera sin que nuestra propia existencia se vea envuelta en la pregunta. Por eso mismo, esta aparente “nadería” de la espera es una cuestión metafísica de gran calado que no se puede relegar sin relegar algo propio de nosotros mismos» (p. 147).
C. Galán de Mera.
IIPero este tiempo regalado tiene otro regalo con un epílogo de Gregorio Luri que pide a gritos un libro propio. Son unas pinceladas en las que directamente alude a la muerte como clave para entender la vida: el hombre consciente de que está vivo, porque ha sido tocado por la muerte.
Pablo Velasco QuintanaEditor de CEU Ediciones ElDebatedeHoy.es
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El café de Ocata
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IEn Sofista 241d, el Extranjero le pide a Teeteto que no lo mire como un parricida. - ¿Qué quieres decir? –le pregunta Teeteto.- Pues que nos será necesario –contesta el Extranjero- poner en cuestión la tesis de nuestro padre Parménides y establecer por la fuerza que el no ser es; y que el ser no es.
Resaltemos este “por la fuerza” porque Parménides aconsejaba al lector de su Poema: “Que nada te fuerce a aceptar el ser del no ser”.
IIPara mejor entender de qué va esto del parricidio, comencemos por el Fedón (74d-75e).
Sócrates desarrolla un análisis fenomenológico muy fino de la percepción de lo que está presente inmediatamente a los sentidos y es precisamente el rigor del análisis lo que le permite descubrir que la percepción no es la adscripción de una sensación a un instante, sino algo así como el esbozo de un relato del ser del fenómeno. Lo que se da en el mero instante está siempre impulsado por una tensión (boúletai) hacia el sentido, es decir, hacia otra cosa (la permanencia de sí) que no está presente en el instante. La tensión de lo dado (de manera evanescente en el presente) hacia el sentido es la tensión del fenómeno hacia su forma.
El concepto central de este pasaje es el de "boúlomai" que significa "querer", "preferir", "pretender", "aspirar". En este verbo está presente tanto la dirección hacia algo como la procedencia desde algo. Es decir en la tendencia del fenómeno hacia la forma se manifiesta también la carencia inherente a toda tendencia (que no es otra cosa que la voluntad de responder a una demanda de sentido, es decir, a una demanda de unidad). Toda percepción tiene lugar en el doble sentido de la aspiración y de la deficiencia. Lo que está presente es más deficiente que su sentido completo, dice Sócrates.
Una sensación que, estrictamente, se consumiera en el instante de su aparición, agotaría la totalidad de su sentido en su emergencia instantánea y, por eso mismo, sería inefable e incognoscible.
En definitiva: la comprensión del dado en el presente como presente, pide ser completado con un cierto sentido no presente, o, expresado de forma negativa, la captación de su deficiencia (endeestérôs: aquí ya está sugerida la "estéresis" aristotélica).
A esta remisión hacia la unidad, Sócrates le da el nombre de "reminiscencia" (o participación en su sentido positivo) y de “khorismos” (en el sentido negativo de la deficiencia). Esto quiere decir que conocer es responder a una demanda de sentido que nos precede. A esta respuesta Platón le da el nombre de "tomar parte" o "participar".
Platón ha descubierto la existencia de un profundo desequilibrio entre la deficiencia de contenido presente en el aparecer del fenómeno y la información complementaria que el alma demanda para hacer posible la comprensión. Esta conciencia es el corazón del platonismo. Si la comprensión siempre dice más que la sensación, es porque hay en el alma una demanda de estabilidad -de sentido- que no se satisface con el sentido presente en el fenómeno.
III
Volvamos ahora al parricidio.
El extranjero del Sofista sostiene que cuando hablamos del no-ser no nos estamos refiriendo en realidad a ninguna cosa opuesta al ser, sino más bien a algo que es ser de otro modo (a un heterónimo del ser). El “no” del no-ser no niega el ser, puesto que es portador de un cierto significado. Cuando afirmamos que algo es no-grande no negamos su ser, sino que lo afirmamos de otro modo.
Hay, pues, un ser del Ser, un ser del no ser y un ser de lo presente en la percepción. En el ser de esto último es donde se encuentran el ser y el no-ser. El no-ser nombra su deficiencia (aquello que le falta para alcanzar una forma) y es la marca de una cierta indefinición que acompaña siempre al fenómeno como lo “otro de la idea”. Es la materia, la “causa errante” del Timeo. El ser, por el contrario, nombra la promesa de la forma, que es lo que permite entender el conocimiento como zêtêsis (como un "echar de menos", como un "deseo para recuperar algo perdido").
El ser del fenómeno se presenta, pues, como una unión (koinonía) a la que Platón se suele referir con términos formados con prefijo "syn-". En el Filebo, por ejemplo, afirma abiertamente que la duplicidad es tan innata al fenómeno que éste ha de ser visto como sýmphyton (nacido con, natural, innato), symploké (entrelazado, entrecruzado), synekhés (íntimamente unido) o symmixis (unido, mezclado, fundido). Este último término refuerza el significado de "meixis" que significa tanto "unión" como "coito".
Los filósofos -resume Platón en el Sofista- han venido llevando a cabo una gigantomaquia sobre el ser ( 244b), enfrentándose quienes consideran que el ser del ser es puro movimiento y quienes lo tienen por algo estable y fijo. Platón no se declara explícitamente miembro de ningún bando. Más bien parece que quiere dirigir nuestra atención hacia el lugar de fricciones entre los dos grupos, dando a entender que la resolución de la cuestión consiste precisamente en romper con la unilateralidad de cada parte. Pero si afirma el ser del ser como symploké, ¿no está tomando partido por el movimiento, dada la inestabilidad inherente al “syn”?).
IV
Leemos en el Filebo (17 a) que lo que distingue la dialéctica de la erística es el respeto de la primera por las mixturas. En este diálogo el mundo entero, en su totalidad, es definido (16d) como una mixtura (metaxy) de lo indefinido y la unidad.
¿Qué es lo que nos permite captar la mixtura del ser. La respuesta de Platón es doble: la propia mixtura del lenguaje y del alma.
En el Sofista leemos que el logos es sym-pkoke y en el Teeteto que la esencia del discurso es una symploké de palabras. Por ello un elemento (stoikheîa) sin contexto relacional no encuentra lugar en el logos y carece de significado. Las cosas, entonces, sólo tienen sentido porque nos remiten a tras cosas, pero por ello mismo, en toda cosa hay una indefinición que resulta inherente a su ser.
Si con algo nos topamos una y otra vez en el corpus platónico es con dificultades para subsumir el fenómeno bajo una idea precisa. No es nada fácil delimitar la manera como las cosas participan de las ideas y la afirmación de la teoría de las ideas suscita necesariamente grandes dificultades en el momento en que se sostiene su existencia y la necesidad de delimitar cada idea como algo en sí. Es extraordinariamente difícil delimitar en el logos la idea del Bien, separándola del resto de ideas. Y, sobre todo, es muy delicado delimitar con precisión los asuntos humanos, pues desconocemos incluso si el alma actúa como una unidad o si tiene partes independientes. Son tan grandes las dificultades que en el Timeo encontramos una abierta confesión de pesimismo: Debido a nuestra naturaleza somos incapaces de delimitar con claridad las cosas. Las dificultades son tantas que, a veces nos sentimos "como si hubiéramos sido abandonados en un laberinto" (Eutidemo 291b). Por eso a menudo lo más prudente se conformarse con un límite (horos) suficiente. Pero, atención, esta prudencia es, precisamente, el corazón de la filosofía política. El extranjero del Sofista advierte que insistir en separar todo del todo es ignorar completamente las musas y la filosofía.
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"La conciencia es la percepción del alma en los fenómenos actuales".
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El café de Ocata
Si todo ser es ser relativo y la relatividad es la auténtica naturaleza del ser, la realidad puede pensarse orgánicamente, ya que todos los elementos que la constituyen son relativos entre sí y, de esta forma, conforman un todo.
Y una vez llegados a este punto, es inevitable pensar en el Timeo.
Para Amor Rubial, como para Platón, el Universo es una obra de arte (aunque de categoría distinta a las obras artísticas del hombre) y -si los entiendo bien- precisamente por ello hay ley moral y hay hombres.
Para Amor Ruibal, como para Platón, el Universo es un cuerpo.
La ley moral podría verse como un imperativo categórico que nos impusiera el deber de respetar la naturaleza artística del Todo y sería ese respeto (la sumisión a la ley y la generosidad con la tradición) lo que haría del hombre un hombre.
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El café de Ocata
En el Eutifrón, Platón lanza una bomba en medio de la tertulia de los teólogos. ¿Qué es lo piadoso?, se pregunta. ¿Es piadoso aquello que los dioses instituyen como tal o los dioses sólo pueden considerar piadoso aquello que por sí mismo es necesariamente piadoso? Platón que es discreto, habla de piedad, pero el lector de Platón, que ha de ser indiscreto, allá donde lee "piedad", puede entender "bueno", "bello", "verdadero", "justo"...
Si lo piadoso es lo que mandan los dioses, en un acto libérrimo de su voluntad, lo que es piadoso hoy puede no serlo mañana, porque los dioses pueden cambiar de opinión, mientras que si lo piadoso es aquello que los dioses necesariamente reconocen como piadoso, hay principios superiores a los dioses que hasta los mismos dioses se ven obligados a respetar.
Esta cuestión es recogida por Amor Ruibal aplicándola al principio de contradicción.
Si el principio de contradicción fuera una verdad eterna, independiente de los entes a los que se aplica, sería superior a Dios, puesto que al mismo Dios lo sometemos al principio de contradicción. Es decir, si objetivamos el principio de contradicción esta objetivación sería Dios.
Así pues, o bien Dios no está sujeto al principio de contradicción (suponiendo que el principio dependa de ÉL) o bien el principio de contradicción es superior al mismo Dios.
La respuesta de Amor Ruibal, que resumo hasta hacerla formularia, es que, de acuerdo con su teoría relacional, el principio de contradicción no es nada en sí fuera del ser y el ser no es nada si no realiza el principio de contradicción.
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El café de Ocata
Ruibal es platónico sin saberlo.
Voy a intentar ofrecer alguna pista complementaria a la del apunte anterior.
No hay duda de que para el canónigo compostelano la realidad, toda ella, es una mixtura, una mezcla. Esto es lo que decía también Platón, pero Ruibal intenta marcar distancias con él, debido, sin duda, a una lectura de los diálogos demasiado lastrada por la hermenéutica idealista; pero, como si, de alguna manera, se diera cuenta de su proximidad, intenta resaltar sus diferencias precisamente allí donde más cerca se encuentra de lo que explícitamente dice el discípulo de Sócrates, por ejemplo cuando explica cómo el ser de las cosas finitas lleva en sí mismo un no ser, que es lo sostenido en el
Sofista (como muy bien se muestra en el comentario luminoso de este diálogo que llevó a cabo Heidegger en uno de sus seminarios).
"La razón del no ser en los entes contingentes está en su mismo ser relativo y es como el constitutivo íntimo de la relatividad." Esto es lo que dice Ruibal y podía haber dicho perfectamente Platón (y, sin duda, también Heidegger). Para Ruibal, el ser y la nada no se oponen, puesto que es posible un medio entre ellos, que es el ser de lo contingente. ¿No es esto puro platonismo?
Toda la filosofía relacional de Ruibal puede explicarse por la realidad erótica de Platón (y Eros, como daimon, es un metaxy, un entrambos). La filosofía relacional, insiste Ruibal, ha de partir del lugar en el que las relaciones se presentan al entendimiento: el de la realidad individual, que es "base fundamental de toda ciencia ontológica y psicológica, y constituye el punto de partida y el término objetivo donde comienza y acaba toda especulación filosófica". Pues bien, ¿qué es un diálogo de Platón, sino una determinada experiencia de este comenzar y acabar?
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El café de Ocata
¿Si se hiciera una encuesta sobre los filósofos más relevantes de nuestro siglo XX, qué nombres aparecerían en ella? Me imagino que en cabeza andarían Ortega, Unamuno, d'Ors... y, detrás de ellos, Santayana, Zambrano, Zubiri, Marías, García Bacca...
¿En qué lugar aparecería Amor Ruibal?
¿Aparecería?
No creo que, por capacidad analítica, Ángel Amor Ruibal sea inferior a ninguno de los de cabeza y, por ambición teórica, quizás sea superior a cualquiera de ellos. ¿Pero quién se acuerda de él en estos tiempos en los que la filosofía prefiere ser más literaria que rigurosa?
Amor Ruibal ya no se reedita. Para encontrar sus libros hay que escarabajear por las librerías de viejo. Es lo que he hecho aprovechando mi último viaje a Madrid. He regresado a casa con alguna cosa sobre él...
que me ha animado a hincarle el diente en serio, de una vez por todas, a una de las obras mayores de nuestra filosofía:
Y en eso estoy, disfrutando de la elegante sutileza analítica de un hombre que tiene toda la historia de la filosofía en su cabeza. Amor Ruibal parte de donde creo yo que se ha de partir, que no es ni de Aristóteles ni de Tomás de Aquino, sino de Platón, y, más en concreto, del carácter daimónico -él, que yo sepa, no utiliza este término, pero tanto da- de todo cuanto se nos presenta al conocimiento. Recuerden que para Platón lo daimónico es un entrambos, aquello que se halla entre lo alto y lo bajo, la forma y la materia, lo finito y lo infinito, la unidad y la pluralidad... lo daimónico es Eros y, por lo tanto, partir de lo daimónico es partir de la naturaleza erótica del ser o, lo que es lo mismo, de la naturaleza relacional de todo cuanto hay en el mundo. Ser, para Platón y Amor Ruibal, es ser relativo.
La relación rige el mundo y es el fundamento de toda ley (científica, histórica o moral). La relación es la dinámica trascendente que constituye a todo ser y a todo obrar, porque es la condición de su misma existencia. Si esto es así, una primera conclusión se impone: "O el problema del conocimiento es un problema, no ya inexplicable, sino positivamente absurdo, o la causalidad del espíritu en la materia, y de la materia en el espíritu, es tan natural como la que se ejerce en la naturaleza toda, de la cual, en último término no es sino una de tantas manifestaciones".
Seguiremos...
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“Los filósofos definen la ira como una úlcera de la mente, que a veces se cronifica, generalmente causada por la debilidad del intelecto".
- Amiano Marcelino
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"The island-state has much to teach the world. But other countries are reluctant pupils. One reason is that Singapore favours traditional pedagogy, with teachers leading the class".
En The Economist
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"El supuesto primordial de España como problema es una Europa aproblemática"
- Nicolás Ramiro Rico (citado por Carl Schmitt).
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La política es hacer creer.
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Respondo al artículo de David Ruiz Marull.
1) La primera en la frente. Mejor hablar de cociente intelectual que de coeficiente. El C.I. es el resultado de dividir la edad mental por la edad cronológica, es decir, un cociente. En este sentido lo que el articulista viene a decir es que la relación entre la edad mental y la cronológica se está alterando por el descenso progresivo de la primera.
2) Los especialistas, comenzando por James R. Flynn hace tiempo que venían observando que, desde que comenzó a medirse la inteligencia, hasta finales del siglo XX había tenido lugar un incremento sostenido del C.I. Es lo que se dio en llamar "el efecto Flynn" o "efecto de las ganancias generacionales de capacidad cognitiva".
3) Conviene observar que, aunque el C.I. se incrementase, como lo hacía en todos los segmentos, las diferencias internas en la población permanecían estables. El efecto Flynn sabía poco de equidad. La ganancia global era notable, pero eso no afectaba a la distribución de los resultados.
4) Pero visto de cerca, el "efecto Flynn" deparaba algunas sorpresas interesantes: no todas las capacidades intelectuales progresaban por igual. Algunas habían crecido vertiginosamente y otras de manera mucho más discreta.
5) Las capacidades intelectuales que más crecían eran las que tenían que ver con lo que podemos llamar, en general, razonamiento. Las que menos crecían eran las que tenían que ver con aquello sobre lo que se razona: datos, matemáticas y lenguaje. Digamos que el motor intelectual había aumentado de manera notable su potencia, pero al volante había un conductor que no parecía dispuesto a sacarle partido a las nuevas prestaciones de su coche. La buena -magnífica- noticia era que las capacidades cognitivas pueden mejorar. La mala, que se descubrían desequilibrios inquietantes en el incremento del C.I.
6) Y lo que se temía que pasara, pasó: Esos desequilibrios acabaron reflejándose en un descenso del C.I.
Este descenso sigue, actualmente, con su tendencia negativa.
7) Como era de esperar, las explicaciones de este deterioro son muy diferentes, pero el deterioro está ahí. Algunos intentan justificarlo alegando que el concepto de C.I, está desfasado, que en la era digital la inteligencia está cambiando, y que el C.I. no puede capturar las inteligencias múltiples. A mi modo de ver esta justificación es una solemne tontería. La inteligencia sigue -y seguirá- siendo lo que era: la capacidad de integración: la capacidad de organizar lo diverso que hay en nosotros para dar una respuesta eficaz a un reto. Ya saben ustedes que yo no creo demasiado en eso de las "inteligencias múltiples". Entre otras razones, porque siendo todos distintos, no todas nuestras conductas tienen el mismo valor. Hay conductas muy inteligentes y conductas muy poco inteligentes y lo que se pone de manifiesto en unas y otras es la totalidad de la persona.
8) Se ha dicho también que el crecimiento se debió al incremento de la calidad de la nutrición, pero esto podría explicar el crecimiento, no el declive.
9) A mi modo de ver, las ganancias parece que se deben a un notable incremento de los estímulos intelectuales ambientales. No hay duda de que los estímulos intelectuales a los que se ve sometido hoy un niño son más numerosos y mucho más sofisticados que hace 20 años. El desarrollo de la capacidad cognitiva es real.
10) En cuanto al descenso, la única explicación que me parece creíble tiene que ver, como ya apuntaba antes, con el desfase entre las capacidades intelectuales y los contenidos sobre los que esas capacidades operan. Por eso el descenso no es homogéneo. Allá donde los contenidos forman parte esencial del aprendizaje, el C.I. sigue su proceso ascendente. Este es uno de los elementos que me empujan a sospechar que estamos asistiendo a la emergencia de una nueva clase cognitiva.
Lo que dice Roberto Colom, que es el que sabe de estas cosas:
AQUÍ
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Hoy me voy a limitar a recoger un artículo de David Ruiz Marull aparecido en La Vanguardia (14/06/2018) y espero tener tiempo mañana para comentarlo. Les recuerdo en todo caso a los clientes habituales de este café que James R. Flynn es un viejo conocido nuestro.
El artículo dice así:
Desde la Segunda Guerra Mundial las puntuaciones de coeficiente intelectual (CI) de los jóvenes no habían parado de crecer. Pero ha llegado un momento en que no solo se han estancado, sino que están bajando a gran velocidad. El declive, de al menos 7 puntos por generación, comenzó con los nacidos en 1976, que alcanzaron su edad adulta a mediados de la década de los noventa.
Los investigadores del Ragnar Frisch Center for Economic Reserach apuntan, en un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), que el deterioro podría deberse a cambios en la forma en que se enseñan las matemáticas y los idiomas o al hecho de abandonar progresivamente la lectura de libros para pasar el tiempo ante la televisión y los ordenadores.
No olvidan, sin embargo, que la naturaleza de la “inteligencia” esté cambiando en la era digital y no se pueda capturar las inteligencias múltiples (teoría desarrollada por el psicólogo estadounidense Howard Gardner en 1983) con las pruebas tradicionales sobre el coeficiente de inteligencia. Es decir, que no es una cuestión genética.
El análisis realizado por Bernt Bratsberg y Ole Rogeberg se ha centrado en los resultados de los tests de CI hechos por personas de noruega nacidas entre 1962 y 1991 y han encontrado que las puntuaciones aumentaron en casi 3 puntos porcentuales durante cada década para los nacidos entre 1962 y 1975, pero luego experimentaron una disminución constante para los nacidos después de 1975.
Estudios similares en Dinamarca, Gran Bretaña, Francia, los Países Bajos, Finlandia y Estonia han demostrado una tendencia similar a la baja en los resultados del coeficiente de inteligencia. ”Las causas de estos cambios hay que buscarlas en los factores ambientales”, apunta Rogeberg en un comunicado.
Entre estos factores determinantes se incluyen los cambios en el sistema educativo, en la nutrición, la importancia de la lectura, la importancia de internet... El aumento de hace 60 años se debió al “efecto Flynn”, una subida continua, año por año, de las puntuaciones de cociente intelectual y que se vio en la mayor parte del mundo.
El investigador neozelandés James R. Flynn estableció también que no aumentaba toda la inteligencia de igual forma. Entre las explicaciones a este fenómeno se encontraban el hecho de tener una mejor nutrición, una tendencia hacia familias más pequeñas, una mejor educación, una mayor complejidad en el ambiente y la heterosis (mejoramiento selectivo).
La teoría de Flynn daba una importancia a los genes en el crecimiento de la inteligencia que esta nueva investigación pone en duda. La inteligencia es hereditaria y, durante mucho tiempo, se creyó que las personas con CI más altos tendrían hijos que también obtendrían puntuaciones por encima del promedio.
De igual forma se pensó que las personas con menor coeficiente intelectual tendrían hijos con resultados menores en los test, lo que contribuiría a una disminución en los resultados con el tiempo y un “embotamiento” de la población general. Es lo que se conoce como la teoría de la fertilidad disgénica (la perpetuación en la población de rasgos defectuosos o desfavorables).
Para poner en tela de juicio esta extendida creencia, Bratsberg y Rogeberg compararon los cocientes de hermanos nacidos en años diferentes. Los investigadores encontraron que, en lugar de ser similares (como sugiere la explicación genética), las puntuaciones de CI a menudo diferían significativamente.
Los expertos destacan que el acceso a la educación es actualmente el factor más concluyente que explica las disparidades en inteligencia. Incluso hay estudios que afirman que permanecer en la escuela durante más tiempo equivale directamente a resultados de CI más altos. La cuestión es encontrar nuevas pruebas que sustituyan a las tradicionales y se adapten al cambiante mundo actual.
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El café de Ocata
"Alma Werfel se había casado con los tres hombres de más talento del mundo germánico de la época: Gustav Mahler; Walter Gropius, el fundador de la Bauhaus; y Franz Werfel, novelista y dramaturgo. Dejo de lado al pintor Oskar Kokoshka."
"[Alma] sabía que podía ser la reina de no importa qué baile que decidiera honrar con su presencia."
"Poseía un poder erótico-artístico y era dueña de la fórmula alquímica que transformaba su trabajo en oro... producía un calor protector que estimulaba el proceso creador".
"Sus intuiciones fulgurantes tenían una fuente misteriosa. Era una de las raras mujeres mágicas".
"Todos los que contaban algo en la sociedad querían conocerla, en particular los músicos: Maurice Ravel, Alfredo Casella, Arnold Schönberg, Darius Milhaud y Francis Poulenc."
"Tras diez años de vida en común, Franz y alma se casaron... Franz tenía diez años menos que ella."
"Durante los años dorados, Franz Werfel se convirtió en uno de los novelistas y dramaturgos más importantes de Europa... Todo comenzó a degradarse. En la primera representación en Praga del
Wozzeck de Alan Berg, dedicado a Alma, Franz fue abucheado: "Chusma judía, chusma judía"
"Tras el Anschluss, se instalaron en París".
"En el
Grand Hôtel du Louvre et de la Paix, en Marsella, a donde habían acudido para escuchar una ópera, se enteraron de la rendición de París".
"En la estación de Burdeos reinaba el mayor desorden. Perdieron sus equipajes: "He llorado sobre todo la pérdida de los manuscritos de Gustav [Mahler] y el de la tercera sinfonía de Bruckner", escribió Alma en su diario. Pasaron una noche excelente en un burdel vacío".
"En Lourdes se encontraron en la calle con Walter Mehring y Hertha Pauli... Alma declaró que era un milagro que se hubieran encontrado los cuatro sanos y salvos. Había que celebrarlo: ¡Champagne! Cuando les contó la promesa que Franz había hecho a Bernardette Soubirous [escribir su historia si los ayudaba a salir de Francia], Mehring les confesó que había lanzando una botella al mar con un mensaje en su interior, a la dirección de Thomas Mann en Princeton, en New Jersey".
Frases subrayadas de este libro que estoy devorando:
Alma y Franz consiguieron cruzar los Pirineos andando. Alma se encontró una herradura. La recogió y la guardó entre sus joyas. Finalmente llegaron a la frontera española, donde fueron muy bien acogidos por la policía de aduanas. Con ellos viajaba Golo Mann. Uno de los policías lo reconoció. "Me siento muy honrado por conocer al hijo de tan gran hombre", le dijo. Y a continuación telefoneó para que un coche viviera a buscarlos.
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“No hay hombre en el mundo que no sea avisado, porque las mudanzas del tiempo avisan a todos; pero son muy pocos los que toman de los avisos aviso, y de este descuido se engendran los yerros, creciendo y multiplicando cada día.”- Joaquin Setantí, caballero catalán de la Orden de Montesa, en sus Centellas de varios conceptos y avisos de amigo (1614)
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El café de Ocata
"Queremos una sociedad puramente física, con gendarmes y sofistas, y hay motivos para pensar que llegaremos a esa obra maestra de la civilización. Tendremos entonces una infancia sin inocencia, una vejez sin sabiduría, una muerte sin consuelo, y todo esto será suficiente ara que la vida acabe en la nada."
- Chateaubriand (traducción de Armando Zerolo).
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Diciembre de 1933. St. James' Park Open-Air School (Londres)
Ya lo he dicho alguna que otra vez, pero conviene repetirlo. Las llamadas "escuelas del bosque" que sacaban a los niños de las aulas para hacerlos vivir al aire libre y que hoy son tenidas por algunos como referentes de la innovación pedagógica, no seguían ningún proyecto pedagógico revolucionario, sino un programa estrictamente terapéutico: lo que hacían en realidad era sacar a los niños con síntomas de tuberculosis de las ciudades y llevarlos a respirar aire libre, lo cual está muy bien (especialmente si aún no se ha descubierto la pirazinamida), pero conviene situar las cosas en su sitio.
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Recordando la carta que el propio Quevedo le escribiera al doctor Serrano del Castillo, me pongo a teclear:
"Señor don Francisco, hoy sumo yo sesenta y tres años (y un día), y en ellos cuento yo otros tantos entierros míos. Cada año que se cumple es un entierro al que perplejo asisto. Murió mi infancia irrevocablemente; murió mi niñez, mi adolescencia, mi juventud, murieron los años en los que me creía ya a punto de alcanzar la edad adulta y ya estoy asistiendo a la defunción de esta edad sin haber tenido conciencia clara de haber merecido el título de adulto. Esta es mi vida: una incipiente vejez que mora entre sepulcros, siendo yo mismo el entierro de todo cuanto he sido. Y, sin embargo, espero -con vehemencia, incluso- antes vivir como sepultura de mi propia vida que acabar en el entierro del enterrador. Lo deseo -y se lo cuento quedo- porque en el fondo sé que todos estos aspavientos melodramáticos sólo son formas un poco narcisistas de decir que sigo vivo.
Usted y yo bien sabemos que el último afecto del que se despojan los hombres es el de la codicia de vida.
Señor, si ha alcanzado usted con su mirada las últimas palabras de estas líneas, quedaré yo muy pagado de mi osadía.
Gregorio Luri
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Es inherente a la escuela la búsqueda constante de alternativas para hacer mejor lo que hace. Gracias a esta actitud la escuela ha cambiado mucho (ha cambiado mucho más, decíamos aquí el otro día, que algunos innovacionistas), pero también es inherente a la escuela acabar redescubriendo lo evidente tras cada promesa de sustituir el esfuerzo por el interés: que ni todos tenemos la misma capacidad de aprendizaje, ni todos valoramos de igual manera el conocimiento, ni existe alternativa para el esfuerzo personal. Un buen ejemplo de esto no los proporciona Pedro de Montengón en sus Frioleras eruditas y curiosas, del año 1801:
Cualquiera debe interesarse en aliviar la flaqueza y debilidad de la infancia, facilitando los primeros pasos de su instrucción sin que lo eche de ver el niño, que debiendo comenzar a deletrear hacénsele arduos y penosos tales principios.
Para endulzárselos, por decirlo así, y empeñar al mismo tiempo su fantasía, hay quien imaginó poner a los niños en un cuarto a oscuras y presentarles en la pared un lienzo o papel con las letras o sílabas iluminadas, lo que se consigue poniendo una luz detrás del papel dado de aceite.
El niño, no estando distraído de otro objeto y halagado de la vista de las letras iluminadas, no abandona el objeto de su lección, antes bien llama su curiosa atención, lo que le facilita retener en la memoria aquellas señas que se imprimen mejor por la vista en su fantasía. Se han hecho varias experiencias sobre esto con niños de diversos talentos, con éxito feliz.
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El café de Ocata
Me imagino que, puestos a buscar, daremos con alguno semejante, pero no sé si peor...
Juzguen ustedes:
"Benévolos, prestad plácida oreja
(miembro feliz, que inmóvil se ejercita,
del alma monja siempre abierta reja)."
- De Los ilustres haraganes (1820), obra atribuida a Vargas Ponce.
Ese "miembro feliz que inmóvil se ejercita" y esa "alma monja" con la reja siempre abierta, me tienen okupada la imaginación por asalto y no hay manera de librarme de su zumbido.
Y lo peor es que hay muchos más tercetos con este tono de exaltada cursilería.
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El café de Ocata
Cuenta Apuleyo en Las floridas algunas cosas interesantes sobre Crates, el filósofo cínico, que con mucho gusto traslado a este café.
Comienza por el principio, presentándolo como discípulo de Diógenes el Cínico: “Oyendo Crates a Diógenes… tanto se enardeció su ánimo, que un día fue a la plaza pública y arrojó allí todo su patrimonio como vil carga, más embarazosa que útil. Después, en medio de la multitud que le rodeaba exclamó: ‘Crates emancipa a Crates’. Desde entonces, solo, desnudo, libre de todo, vivió toda su vida como verdadero hombre feliz."
¡Dichosos tiempos aquellos en los que para saber si alguien era filósofo había que observar su vida! Y esto es, precisamente, lo que provoca la admiración de Apuleyo: Crates consiguió amaestrar la virtud del dominio de sí. A esta virtud Sócrates le había dado el nombre de "enkrateia". Si "kratos" significa poder, la enkrateia es la posesión plena del poder sobre uno mismo. Todas las llamadas escuelas helenísticas no son sino formas diversas de aspirar a esta virtud. De todas ellas, la más estentórea, sin duda, fue la de los cínicos.
Apuleyo nos cuenta también cómo se emparejó Crates con una hermosa joven, Hiparquia: "una doncella de ilustre nacimiento, desdeñando a todos los pretendientes jóvenes y ricos, deseó unirse a él. Crates le descubrió sus hombros, entre los cuales tenía una joroba, puso en el suelo sus alforjas, su bastón y su manto, y le dijo que aquellos eran todos sus bienes, y sus atractivos personales ya los veía, añadiendo que consultara seriamente consigo misma, para que no se arrepintiera después. Hiparquia respondió que ya había reflexionado y deliberado bastante; que en parte alguna encontraría un marido más rico y más amable y que podía conducirla donde quisiera. Crates la llevó al Pórtico, y allí, en el sitio más frecuentado, ante todos, y en pleno día, se acostó junto a ella, y ante todos también hubiera consumado el matrimonio, a lo que accedía la joven con igual desenfado, si Zenón no les hubiera cubierto con su manto para ocultar a su maestro de las miradas de la multitud que le rodeaba.” Hay que interpretar esta conducta a la manera cínica. Para los seguidores de Diógenes nada natural podía ser vergonzoso. Si el deseo sexual era natural, su satisfacción también lo era. Por eso Diógenes no tenía inconveniente en masturbarse donde le viniera en gana y si alguien le reprochaba su conducta se defendía diciendo que ojalá pudiera aliviarse el hambre frotándose la tripa. Sócrates, sin embargo, sospechaba que en esta aparente espontaneidad cínica se escondía una inmensa vanidad.
Para resaltar su "enkrateia", Apuleyo compara a Crates con Hércules: "A Crates, discípulo de Diógenes, lo honraban sus contemporáneos en Atenas como un ser casi divino. Ninguna casa le fue jamás cerrada… Lo que los poetas cuentan de que Hércules sometió, venció con su valor tantos monstruos terribles, hombres y fieras, y que purgó de ellos al mundo, puede decirse de la cólera, de la envidia, de la avaricia, de la lujuria, de todos los monstruos y de todas las plagas del alma humana, para las cuales fue un Hércules este filósofo". Además, resalta Apuleyo, "había nacido en Tebas, donde según la tradición, nació Hércules".
Quien posee "enkrateia" puede usar de su cuerpo como un buen marinero usa de un barco, pero si no hay piloto, de nada le sirven al barco sus prestaciones: "Un barco, decía, es bueno hábilmente construido, bien acondicionado y elegantemente decorado por dentro, provisto pot fuera de un timón móvil, de un mástil elevado, de brillantes velas; en una palabra, de cuanto es necesario al equipo, de cuanto puede agradar a la vista. Pero si este barco no tiene piloto que lo dirija, o la tempestad es su piloto, pronto se sepultará con su magnífico equipaje en las profundidades del mar o se estrellará contra las rocas.”
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El café de Ocata
A Library by the Tyrrhenian Sea — Ilya Milstein
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El café de Ocata
...En primera posición del ranking encontramos el proyecto del BBVA Aprendemos juntos, cuyos vídeos ya han aparecido entre los cinco primeros otros meses, y ahora lo lidera con el vídeo
La atención es el nuevo cociente intelectual, en el que el maestro Gregorio Luri...
En El País Retina
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El café de Ocata
El peligro de construir los propios aprendizajes
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El café de Ocata
"Este creador de la filosofía [Pitágoras], lo primero que enseñó a sus discípulos fue el silencio. En su opinión, el primer estudio de quien quería llegar a ser sabio era el de contener completamente su lengua, refrenar esas palabras que los poetas llaman volantes, cortarles las alas, encerrarlas en esa fortaleza de marfil que forman los dientes. El primer elemento de la filosofía era aprender a reflexionar y olvidar el perorar.
No estaba prohibido el uso de la palabra toda la vida, ni todos los discípulos estaban condenados a mutismo de igual duración. Para los hombres graves reducía el maestro a corto plazo la obligación del silencio; para los locuaces prolongaba hasta cinco años esta especie de destierro de la palabra.
... yo debo a mis meditaciones académicas la doble ventaja de saber hablar animosamente cuando es preciso y callarme sin esfuerzo cuando la ocasión lo exige."
- Apuleyo, Las floridas.
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El café de Ocata
Hoy es San Casiano, patrón de los maestros, aunque no por mucho tiempo, me temo, ya que este santo bien podría pasar como paradigma de la incorrección pedagógica. No hay figura más antirousseauniana que la suya en la completa historia de la educación.
Por ser cristiano y negarse a sacrificar a los dioses paganos, las autoridades romanas lo condenaron... no a las fieras, sino a algo mucho peor: a morir en manos de sus alumnos, que se prestaron muy gustosamente a cumplir con lo mandado.
Parece que Casiano no era especialmente apreciado por sus discípulos en su escuela de Imola, ya que ejercía su oficio con un rigor que, si bien resultaba eficiente, no le ayudaba a ganarse su amistad. Cuando las criaturas lo vieron desnudo y sujeto a una columna, se ensañaron con él. Rompieron sus pizarras en su cabeza y le clavaron con saña sus estiletes (de ahí viene "estilo”, del arte de manejar con elegancia el estilete) y navajas. Algunos se afanaron mucho más de lo que lo hacían habitualmente en clase, grabando caligráficamente las letras del abecedario sobre su piel de mártir.
El arma del crimen, pues, fue la tecnología didáctica. Y digo yo que solo por eso ya merece el patronazgo de la docencia.
- ¿Por qué lloras –le preguntó uno de sus infantiles verdugos, que andaba comprobando la resistencia de la piel de un maestro a la punta de un estilete-, si tú mismo nos diste estas cosas y nos dijiste que nunca debíamos permanecer inactivos? Si no escribimos bien las letras, puedes castigarnos.
Nota importante: No confundir el San Casiano mártir con el monje Juan Casiano (360-435), que en sus
Institutes dio a los monjes este sensato consejo: "Un monje siempre debe huir tanto de las mujeres como de los obispos".
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El café de Ocata
"Los escitas siempre se comían a sus abuelos; los trataban de forma muy respetuoso durante mucho tiempo, pero tan pronto como comenzaban a hacerse viejos latosos y se ponían a contar largas historias, inmediatamente se los comían. Nada podría ser más inapropiado, e incluso irrespetuoso, que comerse a esos parientes tan próximos y venerables; sin embargo, no podríamos, con toda propiedad, acusarlos de mal gusto moral.
- Sydney Smith, On Taste, 1805
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El café de Ocata
... de enigmática Variación Nimrod.
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El café de Ocata
En los cuadernos de Vlady -hijo de Victor Serge- se encuentran varios dibujos de los hombres del POUM con los que trató en su exilio mexicano. Aquí traigo algún ejemplo:
Gorkin y Gironella
Jordi Arquer
Gironella
Gironella
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Playa de Ocata. Anochecía y en los auriculares sonaba "Daphnis et Chloé" del grandísimo Maurice Ravel. El ambiente estaba cargado, pesado, denso, pegajoso. De repente un rayo ha rasgado el cielo y ha comenzado a llover. Gotas grandes, pero pausadas. La tormenta no ha durado más de diez minutos. Los suficientes para, en vez de refrescar, sacar del suelo todo el calor acumulado durante el día. El aliento dulzón de la tierra reseca acogiendo a la lluvia. Se sentía respirar a la tierra. Los últimos bañistas corrían medio desnudos, cargados con sus pertenencias, recogidas precipitadamente. Solo los pescadores veteranos aguantaban impasibles, intentando vencer la impasibilidad de los peces con su propia impasibilidad. 8 de agosto y los plátanos están perdiendo apresuradamente las hojas. Yo también intento pescar, mientras camino y me las entiendo con Ravel, el segundo preciso que me presta la luz declinante para desvelarme lo insólito que se esconde en lo tantas veces visto.
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El café de Ocata
Suelen repetir algunos profetas de lo nuevo que la escuela es la institución que menos ha cambiado en el último siglo y medio. Yo, sin embargo, lo que veo es que entre la escuela de mis nietos y la mía hay tantas diferencias que no sé si es justo referirse a ambas con el mismo nombre.
Camino de la escuela. Módena. 1959. Hoy los padres llevan en coche a sus hijos a la escuela y los dejan en la misma puerta.
Patio de escuela. Tokio. 1964. Hoy la prioridad es que no se hagan daño, alejar de los niños todo cuanto pueda acarrear un riesgo.
"Autobús escolar". 1937. Seguro que había que madrugar mucho para coger el "autobús" para ir a la escuela... No puedo imaginarme cómo sería por dentro.
Escuela para niños tuberculosos, Londres, 1932. Este es el origen de las famosas "escuelas del bosque". Originariamente no planteaban ninguna propuesta pedagógica, sino sanitaria.
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El café de Ocata
El amigo Carlos Ortiz Sanchidrian me envía esta foto con este comentario: "Acabo de encontrar una imagen de la Virgen con el Niño leyendo. Y me han venido todos los recuerdos de tu sesión maravillosa. Está en el Pazo de los Escudos, en Vigo."
La sesión a la que se refiere Carlos tuvo lugar en la entrañable ciudad de Lugo el 5 de mayo. Efectivamente, allí mostré varias imágenes de Nuestra Señora de la Lectura Lenta y, por si fuera poco, me permití convocar a Dios y hacerlo presente en la sala de la conferencia. No fue difícil. Bastaron los primeros acordes del
Locus Iste de Bruckner.
Compruébenlo ustedes mismos.
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El café de Ocata
Ayer al atardecer... pasadas ya las 9 en la playa de Ocata. A esta hora, lo tengo bien observado, el paisaje es camaleónico y va mutando sus colores rápidamente, no sé si siguiendo los estados del alma del espectador o provocándolos. El sol declina, la brisa -aunque tímidamente- se levanta-, de la tierra recalentada, que ha estado absorbiendo durante el día la inclemencia solar, emana como un aliento telúrico; el horizonte se pierde entre el cielo y el mar y los postreros bañistas le dan un toque de melancolía a la playa.
Hay un instante, poco antes del anochecer, en el que todo vira al azul. Comienza con una nube gris que va naciendo en el horizonte y, de repente, lo inesperado. En mis auriculares sonaba el adagio de la quinta de Shostakovich. Aquel arte total que perseguía infructuosamente Wagner se lo regalan al caminante gratuitamente estas tardes de verano.
El paisaje es un estado del alma.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
... o de cómo nuestro carácter nos sobrevive en nuestras tumbas:
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El café de Ocata
Que quede constancia:
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El café de Ocata
Ayer fui a una gran superficie a comprarme un pijama cómodo de verano y lo hice acompañado por mi nieto Bruno, de 8 años.
Muy pronto vimos que la tarea no iba a ser nada fácil. En las tiendas de ropa de hombre no se venden pijamas o, si se venden, se trata de excentricidades que mi nieto no hubiera permitido, de ninguna manera, que me comprara.
Resulta que para que un señor venerable como yo, a punto de cumplir 63 años, pueda comprarse un pijama, ha de entrar a las tiendas de lencería femenina y buscar por los rincones la sección de ropa interior masculina. Ante tamaña muestra de desigualdad de género, mi nieto lanzó un grito reivindicativo que, debo reconocerlo, no me atreví a secundar en voz alta, aunque no podía ser, en nuestras circunstancias, más justo: "¡Menos bragas y más pijamas!"
En una de estas tiendas me mostraron un pijama que parecía estar bien. Yo me lo hubiera comprado sin problemas. Me parecía cómodo y eso era todo lo que buscaba. Pero mi nieto se fijó en que los pantalones estaban decorados con rosas rosas y me dijo que ni hablar, por las rosas rosas, no pasaba. Así que, cediendo a sus órdenes imperativas, me compré un pijama azul marino. En el pecho de la camiseta lleva la inscripción "I will run tomorrow" en letras blancas y el pantalón luce pequeñas zapatillas deportivas de color gris.
Y después nos hartamos de pollo frito en un KFK.
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El café de Ocata
El partido nazi distribuyó ampliamente por toda Alemania la imagen de esta niña, presentándola como la perfecta niña aria.
Sin embargo, era judía.
Un día se presentó en casa de Jacob y Pauline Levinsons un fotógrafo que pidió permiso para hacer una fotografía a su preciosa hija. Aceptaron sin saber que la foto sería enviada a un concurso organizado por el Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, con el objeto de seleccionar al bebé alemán que mejor representase a la raza aria.
Al reconocer a su hija en las imágenes de propaganda y temiendo lo que pudiera ocurrir, Pauline le confesó al fotógrafo que eran judíos. Él le contestó que ya lo sabía, pero que su intención había sido "ridiculizar a los nazis".
Los nazis nunca se enteraron de quién era realmente la niña. Pero nosotros sí, y conviene recordarlo.
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El café de Ocata
El atardecer de un día de verano en Ocata:
Al fondo, Barcelona.
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El café de Ocata
"Escabechina" en las oposiciones a profesor en la Comunidad de Madrid: menos aprobados que plazas disponiblesHa ocurrido algo semejante en otras comunidades, como Navarra y Asturias.
Lo curioso es que los sindicatos de profesores, que deberían ser los primeros en vigilar la honorabilidad de la profesión, están pidiendo que se apruebe a más opositores para cubrir así todas las plazas. Hay quien protesta, también, que se valoren más los conocimientos que la experiencia. A mí, miedo me da pensar en una experiencia docente sin conocimientos.
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El café de Ocata
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El café de Ocata