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El café de Ocata
Me envía mi amigo Jordi Nadal el enlace a un artículo del New York Times titulado "
Big Tech's new idea: read some books.
Pues eso.
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El café de Ocata
“Apreciaba a los hombres directos y pendencieros, y sentía desprecio por abogados, maestros y demás oscurantistas. No era piadoso. Bebía whisky cada vez que sentía frío y procuraba tener un trago siempre a mano. Conocía más blasfemias que fragmentos de las Sagradas Escrituras y también las usaba y disfrutaba más. No creía en la sabiduría infalible de la gente común, sino que los consideraba unos memos y unos pelmazos, y trató por todos los medios de proteger a la república de ellos. Jamás abogó por una cura segura para todos los dolores del mundo, pues dudaba de que existiera semejante panacea. Y no le interesaba nada la moral privada de sus vecinos.
En definitiva, concluye Mencken, de vivir hoy, a George Washington le sería del todo imposible hacer carrera política. "El Senado no se atrevería a darle su confirmación; el Presidente no tendría arrestos para nominarlo". La prensa se cebaría en él considerándolo como un político elitista al servicio del poder del dinero.
H.L. Mencken, Pater Patriae (en “De la felicidad y otros escritos”)
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El café de Ocata
He comenzado a leer este novelón de Jean Malaquais,
Planète sans visa, que se me está insinuando en las páginas que llevo leídas como una obra de arte. Hasta ellas me condujo mi búsqueda de materiales sobre Victor Serge y en ellas me estoy reencontrando con él, bajo el nombre literario de Ivan Stépanoff, con Youra (su hijo Vlady), y con Yvonne Tervielle (Laurette Séjourné, la mujer con la que comparte su exilio).
Yvonne conoce las reacciones de Serge-Stépanoff "mejor que las suyas propias, por adelantado y tan completamente como si se las hubieran explicado de una vez por todas. La clarividencia con que ella recibía sus gestos, proporcionaba a Stépanoff "une vague sensation de bien-être d'internat, de sécurité de crèche, qui parfois lui valait de courtes bouffées d'impatience. La sensation n'était pas détestable en soi, toute sa vie durant Stépanoff avait confusément aspiré à une ombre de sécurité, de quiétude platement bourgeoise, un matelas sans punaises, un morceau de sucre dans son thé, un boulet de charbon dans son pôle, ne fût-ce que pour mettre un peu d'ordre dans des idées, un peu de méthode dans ses papiers, mais ce qui le gênait c'était la façon un rien ostentatoire qu'avait Yvonne de lui manifester sa loyauté".
En esta ligera ostentación de lealtad se anuncian las turbulencias de su vida en común en México.
La acción de la novela se desarrolla en Marsella, "l'égout collecteur de l'universelle purulence". En sus bares del Vieux Port los existencialistas huidos de París intentan aparentar que siguen en el Dôme, en Les Deux Magots, en La Rotonde, en el Flore y ensayan la recuperación imposible de los debates ético-estéticos que la derrota había interrumpido. A su alrededor, hay quien no tiene qué llevarse a la boca y quien hace dinero. La ciudad vive una extraña opulencia, como si hubiera sido invadida por buscadores de oro.
"Comment trouvez-vous notre café, Monsieur?""Excellent! fit le Colonel à haute et forte voix. "Excellent! Manquant un peu d'arôme, de même que de sucre, peut-être un rien trop aigre, plutôt réfractaire sans doute, mais à part cela ex-cel-lent. Or, dites-moi, Monsieur: êtes-vous sûr que c'est du café?"
Mi ejemplar es de 1947. Se trata, pues, de la primera edición, que salió a la luz casi a la par que Serge dejaba la vida en el interior de un taxi en las calles de México.
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El café de Ocata
La elección de Pablo Casado como Presidente del PP es políticamente muy relevante y ello por varias razones.
1) Porque esa convicción de que "gato blanco o gato negro, lo importante es que cace ratones", se desmorona en cuanto se dejan de cazar ratones. Cuando esto ocurre se descubre que no sólo no tienes ratones sino que ni tan siquiera tenías gato. Tienes, en todo caso, la vaga metáfora de un abanico en un local con aire acondicionado.
2) Porque las ideologías no sólo no han muerto sino que es muy probable que estén de vuelta y que el conservadurismo se haya dado cuenta de ello y se esté rearmando teóricamente.
3) Porque las descalificaciones -¡qué facilonas! ¡qué de manual de primeros auxilios!- que ha recibido Casado desde la izquierda muestran una ceguera que solo puede beneficiarle.
4) Porque si la izquierda española parece satisfecha con una mezcla de nuevas políticas identitarias y viejo antifranquismo, la derecha española parece insatisfecha consigo misma y esta es una buena noticia para ella... siempre y cuando esta insatisfacción no ponga en peligro ni su unidad ni la claridad de sus mensajes.
5) Porque la izquierda -me temo- es demasiado narcisista para soportar mucho tiempo a Pedro Sánchez.
Casado tiene, sin embargo, un gran reto a corto plazo de cuya resolución depende en gran medida su credibilidad: debe demostrar que es capaz de afrontar de manera contundente la corrupción en su partido. Los militantes del PP me podrán objetar -ya lo han hecho alguna vez- que su corrupción es menor que la del PSOE. Si, a pesar de ello, la sociedad es más exigente exigente con las corruptelas de los conservadores que de los socialistas, esta es también una magnífica noticia para el PP. Por eso mismo debe apresurarse a estar a la altura de lo que socialmente se le exige.
Y una pregunta para acabar: ¿En qué punto del arco político debe estar situado quien ve a Casado en la extrema derecha?
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Me sorprende que la ministra Carmen Calvo se niegue a ser considerada una "carga pública", pero me temo que yo no estoy hecho para comprender la cabeza de esta mujer, que parece firmemente decidida a demostrar que hay algunas formas del feminismo que son incompatibles con la vida adulta.
Carmen Calvo no tiene inconveniente en enmendarle la plana a la RAE, ella que afirmó haber "sido cocinera antes que fraila", que cree que "un concierto de rock en español hace más por el castellano que el Instituto Cervantes", que quiere pensar en términos tan planetarios que le ha pedido a la Unesco que "legisle para todos los planetas", que confunde "anglicismo" con "anglicanismo" y que para protestar contra un senador que se atrevió a decir "Calvo dixit", replicó que "ni Pixie ni Dixie"... Carmen Calvo, que usa de manera tan creativa la lengua española, se niega, sin embargo, a que un periodista la trate de "carga pública". En este caso quiere seguir siendo "un cargo público".
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El café de Ocata
Carlos Manuel Pellecer es una de esas personas relevantes cuyo oficio principal es ser discreto y, si la discreción es imposible, ofrecer imágenes falsas y algo estrambóticas de sí mismo. Si no aparece en los libros de historia es porque hizo su trabajo muy bien.
Nació en Guatemala en 1920 y fue un importante diplomático y un miembro relevante del comunismo internacional. Fue profesor de la Universidad de Lomonosov en Moscú y conoció personalmente a Boris Paternask y Alexander Soljenitzyn.
Oficialmente rompió con el comunismo a principios de los años sesenta y su ruptura fue publicada por Costa-Amic en México en 1963 (sin duda con el amparo de Julián Gorkin) con el título de
Renuncia al comunismo, que fue un libro de un gran éxito. Yo sospecho que la ruptura fue programada con la organización con la que desde hacía algún tiempo trabajaba, la CIA, para poder así participar en una operación de espionaje de altos vuelos diseñada por los americanos tras la crisis de los misiles con la intención de debilitar al gobierno cubano y que tenía como cebo una supuesta información confidencial de alto valor que Pellecer habría entregado a la CIA.
En los años 40 Pellecer colaboró estrechamente con Manuel Irujo, nombrando cónsules honorarios de Guatemala en diferentes países de Europa oriental a discretos afiliados al PNV. Irujo ayudó cuanto pudo con los norteamericanos con la esperanza de que estos supieran corresponder en el futuro a los favores recibidos y por eso puso su red de "cónsules" a su servicio.
Pero de lo que quiero hablar es de un documento de la CIA de 1954, que no me resulta fácil interpretar, porque, obviamente, es difícil de creer que vaya en serio... así que podemos suponer o que es una fenomenal broma o que lleva algún mensaje codificado:
La imagen de un Stalin fantasmal apareciéndose a Pellecer para decirle que va por buen camino, me parece digna de ser traída a este café y guardarla entre sus documentos más memorables.
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El café de Ocata
"Era la noche muy profunda, su tienda la alumbraba una luz no muy clara y todo el campamento estaba en silencio. Él, envuelto en sus razonamientos y reflexiones, creyó sentir que alguien se acercaba. Girando la vista a la entrada, ve una imagen terrible y singular, de un cuerpo extraño y temible, colocado en silencio a su lado. Tomando ánimo, dijo: ¿Quién, hombre o dios, eres?, ¿qué quieres de mí?. El fantasma respondió con voz baja: Bruto, soy el daimon de tu desgracia; volverás a verme en Filipos. Y Bruto dijo, sin turbarse; ¡Te veré!"
- Plutarco, Vida de Bruto.
El año 42 antes de Cristo, Bruto, al ver perdida la batalla contra los vengadores de César, se suicidó arrojándose sobre su espada para evitar ser capturado. Marco Antonio honró al enemigo caído, por considerarlo el más noble de los romanos.
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10:37
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El café de Ocata
Al escéptico auténtico, el antiguo, le daba pereza hablar. "¿Total, para qué?", se preguntaba. Y no hallaba respuesta, así que permanecía mudo.
El escéptico no le pone mojones a nada, decían los pirrónicos. Y comenzar a hablar ya es poner un mojón en el flujo general de las cosas y, lo que es peor, querer hablar es pretender hablar de algo, para lo cual hay que definir. Y la definición era el absurdo, para el escéptico.
Aceptar la definición era aceptar la conformidad que sustenta la política frente a la inconformidad esencial de la naturaleza.
El pirrónico es un heraclitiano consecuente.
A veces a mí también me da pereza hablar, pero lo mío es pura mandra, porque si comienzo a hablar corro el peligro de iniciar una conversación y se está tan bien en el silencio compartido...
Sin embargo cuando me quedo en casa de Rodríguez, por no poder soportar el silencio de la soledad, a veces hablo conmigo mismo en voz alta.
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12:14
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El café de Ocata
Entro en una peluquería del barrio de Horta. Podríamos estar en cualquier barrio periférico de cualquier otra gran ciudad de España. La puerta está abierta de par en par, con la ilusa pretensión de que corra un poco de aire. Hay dos peluqueras de unos 40 años y tres clientas, entre ellas una señora mayor. Les pregunto a ver si tienen un hueco y me dicen que en media hora. Les contesto que bien, que estaré en el bar de enfrente tomando un café en la terraza y que en media hora vuelvo. No me hace esperar tanto. A los 15 minutos una de las peluqueras viene a por mi.
¡Cómo me gustan estas peluquerías de barrio: marujanudas, pequeñas, sin aire acondicionado, en las que se habla de todo sin conciencia de lo políticamente correcto y además, te cortan el pelo bien y barato! Estas peluquerías son uno de los últimos reductos de la libertad de palabra de este mundo, especialmente después de que las peluquerías masculinas fueran copadas por los hipsters.
Me siento ante un espejo a la izquierda de la señora mayor, a la que no le acaba de gustar cómo la están dejando. La peluquera que la atiende intenta justificar lo que hace diciéndole que al ir perdiendo pelo por delante, es mejor echarle un poco del centro sobre la frente. La señora mayor no contesta pero es evidente que no se siente cómoda con la imagen de sí misma que ve en el espejo. "Yo siempre me he peinado de la misma manera", me dice a mi. "¿A usted le parece que tengo poco pelo?". "¡Yo la encuentro guapísima!", le digo, sin miedo de que me expulsen de allí por machista, como a Francisco Ayala de la universidad a la que a lo largo de su vida ha donado más de un millón de dólares.
La mujer me toma confianza y me cuenta que cuando su hija se va "a vete tú a hacer qué", la trae a la peluquería y aquí la deja hasta que viene a buscarla. "Mejor eso que abandonarla en urgencias de Vall de Hebrón", le dice una peluquera. El Hospital de Vall de Hebrón está aquí mismo. "Eso sí", acepta la anciana. "Pero a mi no me gusta este corte de pelo, y después dicen que el que paga manda". La peluquera sigue en sus trece y le dice que así es como está bien. "Vendrá a por mí cuando le parezca, que nunca tiene prisa en estos casos", se me lamenta la mujer, refiriéndose a su hija.
Las dos peluqueras y una clienta que acaba de entrar comienzan a hablar de sus hijas adolescentes. "De los 12 a los 14 son tonterías, que cansan, pero son tonterías, pero a partir de los 14, no. ¡De tonterías nada!". "Tranquilícese, señora", le digo. "¿Qué me tranquilice?", me pregunta. "Sí, que la adolescencia no dura para siempre, para los 30 años se supera". Se echan a reír y comienzan a nombrar casos de adolescentes de 30 años que andan por el barrio "al buen tun-tún".
Me acaban de cortar el pelo. 5 euros. Antes de salir, me despido de la anciana, a la que han dejado como la peluquera ha querido. "¡Aún tardará un rato en venir!", me dice.
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El café de Ocata
Llego, finalmente, a la última agenda de Victor Serge, la de 1947.
Serge murió el 17 de noviembre de este año, supuestamente de un ataque cardiaco en el interior de un taxi. El taxista no se enteró de lo ocurrido hasta que no llegó al destino. Me imagino que al morir llevaba esta agenda en el bolsillo de la americana. La última anotación es del día 15, pero en la última página hay garabateado con pulso tembloroso un texto en ruso que le he enviado a un amigo moscovita para que me lo descifre y traduzca, si puede ser. No negaré que estoy impaciente por recibir la respuesta. ¿Y si fueran las últimas palabras se Serge?
Nada más abrir la agenda se ha caído al suelo una estampita. Al principio me ha parecido entrever a una santa, pero no, la imagen es la de arriba. El autor de la misma es Jesús Helguera. O sea, Jesús Enrique Emilio de la Helguera Espinoza (1910-1971), hijo del emigrante español Álvaro de la Helguera.
La primera anotación es la del martes 31 de diciembre de 1946: "Minuit chez Eleonora [Carrington]".
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Jean-François Revel cuenta en un capítulo de sus memorias (El ladrón en la casa vacía) su experiencia como profesor en Italia y entre otras cosas dice lo siguiente: “La ciencia y paciencia del profesor pueden recorrer la mitad del camino para acudir al encuentro con el alumno, pero no pueden reemplazar el esfuerzo inherente al acto de aprender. Históricamente y hasta el final de los tiempos, no ha habido ni habrá resultado educativo si la mitad del camino no está recorrido por la curiosidad y voluntad del alumno”. Por eso el mensaje “¡Atrévete a saber!” se puede expresar también de esta manera: “¡Atrévete a ser activo, a salir al encuentro del saber!” O de esta otra: “Atrévete a transformar y experiencia y la ajena en ideas ordenadoras de tu conducta”.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
... que es lo que nos falta.
La verdad es que todos somos hijos de Epimeteo.
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El café de Ocata
Me falta la agenda de 1944. Una pena, pero estas cosas suelen pasar. Han transcurrido muchos años y lo sorprendente es que haya conseguido todas las otras.
La agenda de 1945 confirma varias cosas que ya se insinuaban en las anteriores: la soledad creciente de Serge; que la vida con su compañera, Laurette, es un campo minado de depresiones y silencios lacerantes, de situaciones en las que la ruptura definitiva parece inminente a las que suceden, a veces, como por milagro, tardes plácidas en las que parece posible la esperanza; el predominio de las páginas en blanco; la aparición de páginas con una sola palabra, "rien"; y la reducción de la letra, cada vez más difícil de leer...
Entre las sorpresas que me ha deparado esta agenda, resalto estas dos:
En primer lugar, el encuentro, el 6 de septiembre, con el socialista español Fernando de los Ríos, que mucho antes que Serge ya había defendido un socialismo humanista y que se atrevió a reivindicar ante Lenin la importancia existencial de la libertad.
En segundo lugar, ese objeto: ese pequeño y humilde lápiz, que me parece un objeto íntimo, muy personal, y, por eso mismo, emotivo: es el lápiz de un escritor.
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18:26
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El café de Ocata
Siguiendo las pistas de sus agendas, he reseguido con las yemas de los dedos el viaje que hizo Victor Serge desde la Ciudad de México a Guadalajara del 19 al 27 de agosto de 1943.
Hay topónimos que te ofrecen toda su sugerencia cuando detienes su dedo en su grafía en un mapa y a miles de kilómetros de distancia los pronuncias despacio, pasando sus sílabas por el paladar como un caramelo que está a punto de quebrarse y soltar el sabor escondido que lleva dentro.
Les puedo asegurar que aunque estaba en mi cuarto, sus paredes se han dilatado para ser capaces de acoger desde lagos a volcanes.
El 19 llega (llegamos, porque a mí Serge me lleva en su bolsillo, entre las hojas de su agenda) a Morelia y Pátzcuaro. Al día siguiente nos espera el volcán Paracutín, el lago de Pátzcuaro y Janitzio. Dormimos en la Posada de Don Bosco.
El 21, Erongarícuaro.
El 22, Uruapán y San Juan Parangaricutiro. Pasamos la noche en las faldas del volcán, en la cabaña del Dr Atl.
El 23, regreso a San Juán. Uruapán. Nos alojamos en el Hotel Progreso.
24. Guadalajara.
26 Noche en Morelia.
27 México.
Estoy de veraneo aquí, frente al ordenador y las agendas. Viajando entre palabras exóticas y abriéndome camino entre recuerdos ajenos. La tarde se pasa así en un vuelo. Ha llegado la hora, pues, de ir a darme un baño a la playa de Ocata, que el mar tampoco sabe de fronteras y seguro que me entiende.
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El café de Ocata
2 de la madrugada. Tengo la ventana abierta de par en par, pero apenas un hilillo de brisa antojadizo viene a consolarme de vez en cuando.
Sobre la mesa, las agendas de Victor Serge tan abiertas como mi ventana.
Me entretengo revisando los teléfonos de Cristina Kahlo, Bullejos, De Negri, Paalen, Pivert, Lupe Marín, Gorkin, la redacción de Cuadernos Americanos...
Por supuesto, sería absurdo llamar a ninguno de ellos. Ni tendría línea ni, de tenerla, daría con las personas mencionadas. Hace tiempo que salieron de viaje... Y sin embargo... hay algo en estos apuntes que me permite jugar con complicidades fantásticas. Esos teléfonos, en cierta forma, me ayudan a mantener desvelados a los muertos y me dejo llevar por la imaginación de una llamada imposible.
¡Tendría tantas cosas que preguntar a cada uno de ellos!
Dejo las agendas abiertas. Ya no tomo notas. Sólo las miro para intentar ver a través de ellas lo que la incitación de estos números reclama, como aldabonazos en la puerta de una casa deshabitada.
Tengo las agendas abiertas de par en par y un hilillo caprichoso de la imaginación se me va enredando en los ojos.
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El café de Ocata
¡Cómo nos tenemos que ver!
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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Mi nieto Bruno (8 años) ha creado "El Luri Team", grupo musical formado por mi otro nieto -su primo Gabriel, de 4 años-, su perro Pancho, y un servidor.
Por ahora nos dedicamos a componer canciones y a registrarlas en el móvil. Hemos decidido que improvisar es divertido... si se nos ocurre algo, pero si no es así, quedarse en blanco o decir tonterías mientras se está cantando es poco lírico; así que primero buscamos una palabra, por ejemplo, "araña" y hacemos una lista de palabras que rimen con ella y, a partir de aquí, vamos hilvanando versos. Cuando ya tenemos algo que pueda cantarse, nos ponemos a ello, utilizando la originalidad que está a nuestro alcance que, se lo aseguro, no es poca.
Me fascina ver a Bruno fascinado por el poder musical de la rima y por las cosas que pueden decirse y no pueden decirse con palabras rimadas.
Nuestra canción "piloto" lleva el nombre del grupo, "El Luri Team 2". Lo del número 2 es muy largo de contar. Dice así:
"El Luri Team canta con retintín,El Luri Teamcancïones sin fin.El Luri Teames un equipo afína las rimas en "in"y a las cosas "asín".
Creo que la cosa promete, ya que esta tarde me ha llamado por teléfono Bruno, porque estaba escribiendo una canción con una amiga y no encontraba la manera de dar con una palabra que no fuese "pito" para rimar con "bonito".
Ya tenemos canciones dedicadas a los gorriones de Granada, al pato atómico, a los tres primeros números, al polo Calipo, al tren, a la mama e incluso una titulada (por obra y gracia de Gabriel) "Tayikistán y Papayuu".
Seguiremos con los deberes de verano, pese a quien pese.
Por cierto, Pancho ladra con mucho entusiasmo cada vez que cantamos una medio rumba que hemos compuesto, pero, en general, pasa de nosotros. La verdad es que sólo aporta imagen al grupo.
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El café de Ocata
Entre las sorpresas que me están deparando las agendas de Victor Serge están estas tres, que me acabo de encontrar. Son de agosto de 1941. El día 2 llegó a Mérida de Yucatán, procedente de La Habana, y dos días después, el 5, aterrizó finalmente en la ciudad de México. Pues bien, el día 7 aparece el nombre de Frida Kahlo en su agenda.
El día 25 nos encontramos con el nombre del inefable Diego Rivera...
...y el 28 con el de la actriz Dolores del Río.
Nada dice en su diario de lo que pudo ocurrir con estas tres personas. ¿Las visitó? ¿Las telefoneó? ¿Les envió un mensaje por mediación de alguien? No lo sé. Sólo sé que sus nombres están ahí, del puño y letra de Victor Serge. Algo no meramente anecdótico debió animarlo a dejar constancia de los tres.
Añado (2 de julio, 8:50) que en el día 5 de octubre se lee lo siguiente: "Coyoacan, chez Christine Kahlo".
Añado a las 9:57 otra anotación, ésta del 3 de enero de 1942: "Frida Kahlo Rivera. Avenida Londres 123. Coyoacán. Natalia Sedova. Calle Venecia. Coyoacán."
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El café de Ocata
El 22 de agosto de 1940, Serge, que esta intentando huir de Francia y en estos momentos se encuentra cerca de Marsella, se entera por la radio a la 1 de la madrugada que ha muerto Trotsky.
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El café de Ocata
Tengo en mi poder algo que me produce una emoción tan grande que me resulta difícil trasmitir, porque además de su valor intrínseco, es el fruto de muchos, muchos meses de búsqueda. Se trata de las agendas personales de Victor Serge desde 1939 a 1947, año de su muerte.
Me he preguntado muchas veces qué demonios quiere decir "conocer" y he llegado a la conclusión de que conocer es domesticar, es decir, hacer que algo o alguien pase a formar parte de nuestra casa, que sea una presencia habitual en nuestra vida. Al principio el encuentro con el desconocido siempre es difícil porque se producen malentendidos frecuentes y no sabes en qué lugar exacto de tu casa debes ubicarlo, pero poco a poco él va encontrando su lugar natural en tu vida y el diálogo comienza fluir con franqueza. Entonces empieza el verdadero conocimiento. Debo añadir que a veces el desconocido habla lenguas que no dominas bien (o no dominas en absoluto), o escribe de una manera jeroglífica o te descubre datos que te hacen ver que hay aún muchas facetas ocultas en él. Por eso no se puede conocer si se carece de amigos. Con amigos como B., que, desde París, me descifra sin problemas la letra más enrevesada o como V., que desde Moscú, me aclara lo que tenga que ver con el ruso; o...
En definitiva, conocer es domesticar... siempre que tu casa sea también la casa de tus amigos.
Aquí, en las agendas hay algo que no se encuentra en los artículos o en la autobiografía del autor. Aquí hay algo muy personal que, en cierta forma, te convierte en un intruso en su vida. Aquí está ese apunte inmediato, arrancado al lápiz o a la pluma como un grito, un lamento, una alegría... según sea el caso.
Limitándome a la agenda de 1939, descubro, por ejemplo, esas notas del jueves 26, "Chûte de Barcelone", y del viernes 27, "À La Vaudoué avec Liuba." Liuba Russakova era la mujer de Serge, que estaba cayendo en el pozo negro de la locura, del que no saldrá.
O la anotación, que es como una herida, en la que Serge deja constancia para sí mismo de que su amigo Ernst Toller se ha suicidado en Nueva York.
Aquí el lector descubre la presencia continuada de E. Mounier...
... de Gorkin y de otras personas del POUM...
... del pacto entre Hitler y Stalin...
... de un nuevo encuentro con A. Gide...
... o con Jean Malaquais, cuyo "Planete sans visa" (edición de 1947) está aquí, al lado de las agendas, esperando que tenga tiempo para ponerme a leerlo...
... con esas anotaciones en las que una vida, al final, se resume: "reçu" y "payé".
Vuelvo al principio. Conocer es domesticar, pero es algo más: es una actividad aventurera. En ella un humilde cuarto de trabajo se va ampliando y ampliando hasta abarcar una parte del mundo y de su historia. Al mismo tiempo que tú domesticas lo nuevo, lo conocido te transforma, rehabilitando tu casa.
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19:11
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El café de Ocata
Después de que la ambulancia se llevara a Trotsky hacia México [es decir, de Coyoacán a la Ciudad de México], el comandante Galindo se dirigió hacia Sylvia [Ageloff] y le dijo: "Está usted detenida". Logré convencerlo de que me dejara subirme al auto de la policía en que la hizo subir. Adelante estábamos el chófer, Sylvia y yo; atrás el comandante Galindo y dos de sus agentes. Yo conocía a Sylvia desde 1934. Empecé por lo tanto a tratar de hablar con ella. Ella lloraba, sufría un ataque de histeria, y sólo decía algo que repetía y repetía: "¿Por qué dejaron entrar a Jacson?" "¿Por qué dejaron entrar a Jacson?" Y yo le decía: "Pero Jacson es tu marido, ¿no?". "¡Sí! -repetía sin cesar-, pero ¿por qué lo dejaron entrar?" Entonces comprendí que ella sabía algo, que conocía al menos una razón por la que no deberíamos haber dejado entrar a Jacson en la casa. Ante mis incesantes preguntas no pudo responderme más que una cosa: que sabía que estaba mezclado en 'asuntos sospechosos' con un tipo llamado Bills o algo así que se encontraba en el Edificio Ermita... "Pero si lo sabías, si fue publicado después del proceso que Siqueiros tenía su despacho en el Edifico Ermita ¿por qué no nos previniste?" No me contestaba nada. Llegábamos ya a la Jefatura, se la llevaron, ya no pude hablar más con ella.
- Declaraciones de Octavio Fernández a Olivia Gall recogidas en el libro Trotsky en México (1991).
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El café de Ocata
El tapado soy yo. A mi derecha, mi nieto y mi hijo. Sobre nosotros, el cielo explotando. A veces la condición de abuelo te obliga a arrostrar compromisos de heroicidad. La fotógrafa, mi Agente Provocador.
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El café de Ocata
Revista "Así", 11-10-1941
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El café de Ocata
Playa de Ocata. 17 de enero de 1937.Al y Rose Edwards. Al era un ingeniero de Nueva York encargado de reparar los motores de los aviones republicanos. Más tarde fue uno de los organizadores de la Brigada Lincoln.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Me traje de México montones de documentos relacionados con Diego Rivera y su entorno, pero he estado tan saturado de trabajo que hasta ayer no he podido comenzar a repasarlos despacio. Me estoy encontrando con cosas muy relevantes, especialmente registros de entrevistas a personas como Teresa Proenza, Costa Amic o Vlady. El siguiente texto es parte de una declaración de Teres Proenzas:
Aquí algunas confesiones del arquitecto Carlos LeDuc que, por cierto, acompañó a Caridad Mercader a Nueva York en 1937:
1) Sobre la desbordante imaginación de Diego Rivera:
2) Diego casa simbólicamente a su hija Ruth con Enrique Yáñez:
Diego Rivera, autorretrato
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Geraldine Javier -
The Absurdity of Being (2007)
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El café de Ocata
Cuando abro la puerta de casa tengo a la izquierda una pequeña terraza y a la derecha unas escaleras que descienden hasta la puerta metálica que da a la calle. Serían las 11 de la mañana cuando estaba bajando estas escaleras y de repente me ha caído un paquete del cielo. Menos mal que no me ha dado. Lo he abierto y contenía el último libro de Steven Pinker, En defensa de la Ilustración. Estaba intentando resolver mi perplejidad cuando me ha sonado el teléfono. Un empleado de una agencia de transporte me ha informado que había llamado al timbre de mi casa y al no contestarle nadie, había decidido tirar el libro por encima de la puerta de la calle.
La Ilustración en el fondo es esto: dado que con frecuencia vienen a nuestro encuentro las respuestas que resuelven nuestras perplejidades, ha de haber respuestas para todas nuestras perplejidades. O sea, el desencanto del mundo.
A mi Pinker me parece un tipo simpático que utiliza con gran agilidad los arguments que le convienen, que vienen a ser todos aquellos que apoyan su fe en que la verdad nos hará libres, que es, por cierto, una fe evangélica, de la misma manera que la probidad intelectual es una fe bíblica. Fue Heidegger quien, en Davos, le dirigió a esta fe la pregunta para la que aún no tiene respuesta (se la dirigió al ilustrado Cassirer, pero ustedes ya me entienden): ¿Y por qué la verdad ha de ser consoladora?
Los que hemos leído a Strauss sabemos que eso de la iLustración se dice de varias maneras y que a la Ilustración de Spinoza se le puede oponer la Ilustración de Maimónides. Si le hacemos caso, no tardamos en descubrir que Maimónides sabe todo lo que sabe Spinoza y un poco más. Este poco más tiene que ver con la función política de la verdad.
Bueno, que agradezco mucho a la editorial Paidós que me haya hecho llegar este libro, del que ya me he leído los tres primeros capítulos y el apartado -lamentablemente no muy bien informado- que dedica al "Efecto Flynn". Gracias sinceras, pero yo soy más de Strauss que de Pinker.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
A las 9:10 de la mañana me suena el móvil justo cuando estaba dejando la habitación en el hotel Miguel Ángel de Madrid.- ¿Señor Gregorio Luri?- Sí, soy yo.- Soy el taxista de cabify. Le espero en la puerta del hotel.- Bajo en dos minutos.- Está bien.Cuando abandono el hotel veo que hay varios coches esperando en la calle. Pregunto uno por uno, pero ninguno es el mío. Hay también un coche negro sin nadie adentro. Me esperan para grabar un vídeo y no me quiero retardar, pero obviamente allí no está el coche que debía estar. Pasados unos minutos llamo al teléfono desde el que me habían llamado anteriormente.- Hola, soy Gregorio Luri.- Perdone usted, pero es que me encuentro muy mal.- ¿Qué?- Muy, muy mal. ¿puede llamar a una ambulancia, por favor?Me cuelga.¿Qué hago?Debo llamar a una ambulancia, pero ¿a dónde le digo que tiene que ir? Obviamente al Hotel Miguel Ángel, no. Aquí no está. Vuelvo a llamar. Nadie contesta.Intento encontrar algún policía municipal para contarle lo que pasa. No veo ninguno. ¿Y si al hombre le está dando un ataque al corazón?Llamo a la empresa que hace el vídeo. Les cuento lo que ocurre y les ruego que se pongan en contacto con cabufy. Me dicen que me envían otro taxi.Suena el teléfono. - Señor, me encuentro un poco mejor. He llamado yo a una ambulancia. ¿Puede usted dar de baja el servicio? Por favor, ¿Puede dar de baja el servicio?Respiro un poco más aliviado.En este tiempo al verme con una maleta a las puertas de un hotel, se han parado varios taxis preguntándome si necesitaba sus servicios. Al primero le he dicho que esperaba un coche de cabify y prefiero no reproducir aquí sus exabruptos.Suena una sirena. Sí, es una ambulancia. Viene por Castellana. Gira en Gregorio Marañón y se detiene frente al hotel. Se bajan dos enfermeros. Miran a su alrededor sin ver a nadie. Me acerco para contarles lo que sé. En ese momento un hombre de unos 50 años que está sentado en las escalerras del hotel con un móvil en la mano, levanta el brazo. Es el taxista. He estado todo el tiempo a su lado sin fijarme en él. Lo introducen en la ambulancia.A los pocos minutos llega el segundo coche de cabify. Le cuento al nuevo taxista lo ocurrido y va a la ambulancia. Vuelve preocupado. Intenta llamar a alguien sin éxito. Poco después se nos acerca un enfermero.- Parece que está bien. Saldrá por su propio pie. Se va él. Ya está bien.
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El café de Ocata
Emilia Pardo Bazán le escribió una carta a Manuel Cossío el 3 de septiembre de 1894 en la que, además de felicitarle por su reciente paternidad, le hacía este comentario: "Sé todo lo que se sueña al pie de una cuna. Creemos que allí va a realizarse lo que nosotros, por torpeza, no hemos podido o sabido conseguir y este mesianismo sostiene a la humanidad, que si no tuviese ilusiones, se daría a los demonios. Y, sin embargo, estas ilusiones rara vez dejan de ser vanas (...). En lo electivo el ideal puede encontrarse, y, por lo menos, cabe correr tras él, pero en lo que impone la naturaleza, hay que estar, como dicen los jugadores, a la que salte. Ese cariño es instintivo, animal (ustedes [los de la ILE] no se asustan de la palabra) y así resiste a los desencantos, o, mejor dicho, no los conoce."
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El café de Ocata
Hubo un ministro de Fomento que, viajando por la Mancha, mientras veía deslizarse los paisajes del Quijote, imaginaba lo que sería todo aquello con un buen plan hidráulico. De pronto, ordenó al chófer que se detuviera junto a lo que llamó “una hermosa flora”. Tras exclamar extasiado que las flores, las avecillas y las mujeres nos reconcilian con la vida, se lamentó de que hubiera incontinentes que tratasen la tierra manchega de inculta, cuando era capaz de dar esas maravillas florales. “Baja y recógeme una de esas florecillas”, le ordenó al chófer. Este le trajo tres. El ministro eligió la que más le placía y se la puso en el ojal. “Si estas flores se llevasen a Madrid –añadió- podrían ser una fuente de riqueza para la comarca”. El chófer se atrevió a plantear una tímida objeción: “Señor, pero si arrancasen esas flores para venderlas, los campesinos perderían la cosecha de las patatas…”. El ministro –digamos su nombre: Rafael Gasset- mandó poner el coche en marcha y comenzó a ensalzar el cultivo de la patata.
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Esta tarde escribía en otro sitió que los de la llamada "generación del 98" anduvieron debatiendo que si don Quijote o Sancho, cuando lo figura a reivindicar era la de Cervantes. Esta noche, ahora mismo, don Miguel, comienzo una relectura del
Quijote.
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Adolphe fue un niño alarmantemente propenso a los accidentes. Antes de cumplir dos años, se cayó por las escaleras y se rompió la cabeza al chocar contra el suelo de piedra. Con tres años, casi muere al echar un trago de una mezcla de vitriolo y agua que confundió con leche, se salvó gracias a que le hicieron beber una buena dosis de aceite de oliva. Le siguieron un envenenamiento con plomo, otro con óxido de cobre y un tercero con arsénico. Además se tragó un alfiler. Una explosión de pólvora le provocó quemaduras severas y lo arrojó a una distancia considerable. Se quemó con una sartén. Le cayó una piedra del techo que le hizo una cicatriz en la cabeza. En otra ocasión se durmió en una habitación en la que se estaban secando varios objetos recién barnizados y lo encontraron poco antes de que muriera asfixiado por los efluvios. Cuando lo sacaron medio ahogado de un río en el que había caído, su madre dijo: “Este niño está condenado. No vivirá mucho tiempo”. Pero murió a los 79 años.
El azar es el azar, y poco sabe de bondad o de maldad. Simplemente actúa como un niño. Así lo entendió aquel conocido de Bertolt Brecht que perdió en un tren el manuscrito de un tratado de moral que acababa de escribir. Tras reflexionar sobre lo que le había ocurrido, volvió a escribirlo, pero esta vez hizo del azar el eje central de su sistema ético.
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"En
Las cosas que no son. Los aforistas y Dios se reúnen aforismos de Gabriel Insausti, Gregorio Luri, Ander Mayora, Jesús Cotta, José Manuel Camacho Vázquez, Juan Kruz Igerabide, Enrique García-Máiquez y Felix Trull, así como un somero repaso acerca de los aforistas que han abordado esta figura en sus letras más breves: Pascal, Joubert, Gómez Dávila, Camón Aznar y Ortiz-Osés."
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El café de Ocata
IDespués de un año de sequía en el que los agoreros no paraban de advertirnos de que teníamos que acostumbrarnos a los pantanos vacíos, una primavera lluviosa, para confirmar que el futuro es muy suyo y no se rinde así como así, por mucho que lo cortejen los profetas.
IIA Sánchez, por supuesto, le deseo suerte. Y a todos los que por las redes sociales están esperando que le crezcan los enanos, les concedo el derecho a gestionar su frustración como mejor les parezca, pero nada más. España necesita gobernantes que den la sensación de que no se limitan a ver pasar la historia más allá de su ventana, y que se atrevan, como aconsejaba Maquiavelo, a embridar a la fortuna.
IIIYo tengo al PP por un partido socialdemócrata. Lo que pasa es que él no lo sabe, pero es fácil que el PSOE, sí, por lo cual buscará su diferencia en la gesticulación, aunque de gesticulación, en España, vayamos bien sobrados.
IVHay algo en Sánchez que me atrae: su coraje y su ambición. Su maquiavélica manera de lidiar con la caprichosa Fortuna. Se ha enfrentando a mucha gente importante dentro y fuera de su propio partido y ha triunfado en contra de todos los que le anunciaban una larga sequía. Ha demostrado ser un corredor de fondo. No se le ve pusilánime, desde luego, y parece que está aprendiendo rápido. ¿Habrá llegado ya a la lección en la que se demuestra que quien gobierna sólo para los de su partido no gana elecciones?
VEl pasado 8 de abril escribí un post en este Café en el que sugería que en Cataluña se estaba elaborando un relato sobre el proceso que sostendría la tesis de que la culpa de todo lo que nos ha pasado la tuvo Aznar y que todos -menos él y los suyos- hemos sido víctimas. De aquí, añadía, se deduce que, puesto que Rajoy es el sucesor de Aznar, la posibilidad de un acuerdo pasa por un gobierno de la nación en el que no esté el PP. Intuía yo entonces que se estaba intentando construir un terreno ideológicamente neutralizado que permitiera a los contendientes no darse ni por derrotados ni por vencedores, pero para ello había que colocar al PP en fuera de juego. Concluía así: "La actual debilidad del PP parece incapaz de impedir su propia neutralización, condición indispensable para la neutralización del posible espacio de encuentro".
VIEn política la piedad es una diosa extranjera; la prudencia, el arte de aprovechar el momento adecuado y el prestigio, lo que decide la suerte.
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El café de Ocata
ITodo ha funcionado de acuerdo con la Constitución. Quienes han apoyado a Sánchez lo han hecho acatando la Carta Magna. Esto se llama democracia parlamentaria.
IILos señores parlamentarios han decidido valorar más las corrupciones evidentes del PP que las corrupciones evidentes del PSOE, lo cual pone de manifiesto que cuando no dispones de mayorías parlamentarias, es aconsejable contar con alianzas firmes y no meramente coyunturales. El gran defecto de Rajoy es que, teniendo el poder, no ha sabido ganarse aliados.
IIIA pesar de que los consejeros de Rajoy llevan tiempo hablándole de la nueva política -o sea, de la post-política-, lo que hemos visto es el parlamentarismo de toda la vida en acción. Lean a Romanones y se encontrarán abundantes casos de este tipo en nuestra historia parlamentaria.
IVSánchez no lo tiene fácil, pero le basta con no meter la pata (o meterla sin estridencias) y llegar de Presidente de Gobierno hasta las próximas municipales. El PSOE parecía hundido. Ya no.
VSe demuestra una vez más que en el discurso político no rige el principio de no contradicción. O, dicho de otra manera: el discurso de no contradicción nos e aplica a los nuestros.
VIEl PP vive en un barullo. Parece noqueado. Ha llegado el momento que posiblemente Aznar menos hubiera deseado: el momento de Aznar. Sólo él parece capaz o de poner orden o decretar el desorden y la emigración del alma del PP a otro(s) cuerpo(s).
VIICiudadanos da la sensación de que en las pequeñas crisis se crece y en las grandes se achica.
VIIIEl PNV siempre es más listo que Convergentes y neoconvergentes.
IXHay una buena noticia en todo esto que debe ser resaltada: el sistema judicial funciona y lo hace de forma independiente. La división de poderes es en España un hecho... aunque no las guste a los condenados (sean del color que sean).
X"¿Qué hará usted -venía a preguntarle Rajoy a Sánchez- cuando comiencen a salir sentencias de corrupción que culpabilicen al PSOE?" La respuesta es fácil: convocar elecciones (pero sin demasiada urgencia).
XISe va Rajoy y hay como una sensación de alivio colectiva... incluso en algunos sectores del PP. Siempre he dicho que el electorado -y no digamos nada del los militantes- es tremendamente narcisista y necesita políticos que le ayuden a vehicular ese narcisismo. Rajoy no lo ponía fácil.
XIIPodemos, ese partido patético. De "pathos": sufren ellos mucho (Iglesias echando las campanas de sus lágrimas al vuelo) y nos hacen sufrir a los demás (aunque de forma tragicómica).
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10:04
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El café de Ocata
Ayer por la tarde mi agente provocador y yo nos fuimos a Sant Martí de Maldà. El viaje obedecía a compromisos contraídos hace algún tiempo, pero nada nos impedía llegar por el camino más lento para disfrutar del trayecto.
El viaje digno de este nombre comenzó en la iglesia gótica de Santa Coloma de Queralt, a los pies del Retablo de San Lorenzo, obra de alabastro del siglo XIV de Jordi de Déu. Tras Santa Coloma nos esperaba el Valle del río Corb, una delicia que hicimos sin sobrepasar los los 40 kilómetros por hora. Fue esta una zona fronteriza con tierras musulmanas durante muchos años y abundan los pueblecitos en lo alto de montículos, coronados por la torre de un antiguo castillo compitiendo con el campanario de la iglesia.
La siguiente parada, Vallfogona, ciudad del insigne Rector.
La parada en Guimerà, obligatoria, claro, incluyendo la ascensión castillo. Atardecía.
Y, finalmente, Sant Martí de Maldà.
El valle del río Corb en primavera es un lujo, créanme. Trigos que encañan, amapolas rompiendo con su puntillismo rojo el mar verde de los campos, las hojas nuevas de los árboles, bajo el cielo eterno y siempre nuevo, nubes compactas, densas, en explosiones congeladas de blancura, el rumor germinal que lo inunda todo...
Nada más escribir lo anterior, ha sonado el timbre. Era la cartera, que me traía esto:
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El café de Ocata
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21:40
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El café de Ocata
La primera es una sorpresa relativa. Esta es la ficha policial de Ramón Mercader. Se la hicieron a raíz de una detención en 1935. Las fotos ya eran conocidas, pero yo las he visto así, las tres juntas, esta mañana por primera vez.
En cambio este telegrama me ha dejado perplejo y con la cabeza hirviendo de hipótesis. Es un telegrama de la Dirección General de Seguridad enviado al jefe del puesto aduanero de Canfranc ordenándole que deje entrar a Caridad en España. ¡El 23 de julio de 1955!
El tercer documento es muy curioso. Primero, por la referencia a los "ámbitos próximos al PSUC"; segundo porque en 1977 Ramón está en Cuba, no en Moscú. Pero es intrigante porque parece confirmar las informaciones que he ido recogiendo sobre un intento de conseguir el regreso de Ramón Mercader a España.
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El café de Ocata
Estas palabras del Conde de Romanones (1863-1950), que se declaraba liberal, están extraídas de sus Notas de una vida y bien pudieran servir como inicio de unos apuntes del maquiavelismo hispano:
I“La elocuencia propia de las campañas electorales no es, indudablemente, la académica. Las muchedumbres se conquistan por un verbo recio y vibrante. Las delicadezas de pensamiento y la frase resbalan sobre ellas sin penetrar; por eso hace falta sacudirlas reciamente. Muchas veces se necesita emplear el grito para dominar el tumulto".
II"Los ataques violentos al adversario, cuanto más de brocha gorda, serán más útiles".
III“Es preciso llevar al animo del elector que sólo son perfectos los hombres cobijados por la bandera defendida".
IV"En los pequeños [núcleos de población] debe hablarse poco de principios políticos, pues el auditorio no está preparado para comprenderlos”.
V“Hablar del arte electoral y callarte la parte principal, el empleo del dinero, es una inocente hipocresía. Mientras la naturaleza del hombre no cambie, y no lleva camino de cambiar, el dinero es, y siempre será, elemento principal para la lucha y para la organización de los partidos, pues la propaganda eficaz sólo con dinero se hace.”
VI“La política se hace con hombres, no con entes de razón; y los hombres, a través de la historia han sido y serán siempre los mismos."
VII"Si la pasión no fuera en la política el principal resorte, si todo se moviera en ella con ritmo acompasado y sereno, conforme a los rígidos dictados de la lógica, pocos serían los que se dedicasen a la política y menos al ejercicio de las funciones de gobierno. Sucede con esto algo muy semejante a lo que acontece con el estímulo que siente el hombre para la reproducción de la especie: si falta éste, si sólo se atendiera a los imperativos de la moral y de la razón, es seguro que la humanidad no existiría. Sin lo sabroso de la manzana, con Adán y Eva habría concluido el género humano.”
VIII“No extrañe al curioso lector mi satisfacción personal. Dichoso él si no ha sentido nuca la ambición del mando. Beatus ille. Pues aquel que no ha sentido nunca esta ambición, ignora que en ella el mando es lo de menos y la ambición es lo de más. Al cazador de pura sangre le seducen las perdices más cuando las abate volando que cuando se las presentan en el plato. La fuerza está en la ambición, y yo tenía la juvenil ambición de colocarme a la cabeza de un gobierno liberal. Por eso hice mío el programa de Canalejas al sucederle en la Presidencia.”
IX“No hay tarea más ingrata ni más inexcusable para los directores de fuerzas políticas que la de ponerse en contacto con sus correligionarios. Para acometerla se necesita verdadera vocación y además hallarse dispuesto al sacrificio de respirar el ambiente de vulgaridad ingrata; he conocido quien puso en peligro su autoridad como jefe por no poder soportar a los correligionarios”.
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El café de Ocata
Me hicieron esta foto en los pasillos del Colegio Newman de Madrid, en un descanso del congreso BeEducation. Es este un colegio con alma, y ya saben ustedes que la manera adecuada de cuidar del alma, según nos enseñó Platón, es proporcionándole experiencias de conocimientos bien ordenados, porque el alma tiende a mimetizarse con aquello que conoce.
"El paisaje", decía Amiel, es un estado del alma. Así es. Podemos decir lo mismo de una ecuación matemática, de un cuadro de Velázquez, de un cuarteto de cuerda de Beethoven o de una ley de la naturaleza.
El alma es una cosa
cuando piensa (inmersa en ese esfuerzo de desbrozar que, si es honesto, es esencialmente no utilitario, no competencial, y por eso mismo, un atributo del hombre libre) y otra cosa
cuando conoce (cuando apartando matojos -diría también Platón- encuentra al fin la forma y el sentido, ahora sí, con frecuencia competencial).
A lo que iba, la periodista Paloma Díaz Sotero se ha servido de esta foto para encabezar la entrevista que me hizo para AD:
Está AQUÍ.