-
-
8:58
»
El café de Ocata
El mismo día que descubro, por casualidad, esta prueba de portada de Josep Bartolí para
Los cinco libros de Ariadna de Ramón J. Sender, me llega esta otra:
De Bartoli, de su amistad con Ramón Mercader, de su ruptura con el PSUC, de sus tórridos amores con Frida Kahlo, de cómo en su vejez, ya ciego, abría a escondidas de su mujer el cofre en el que guardaba las cartas de Frida para huronear en ellas los aromas de su cuerpo... de todo esto hablaré el miércoles en la Casa Museo de Diego Rivera y Frida Kahlo, en San Ángel, y de cuestiones educativas trataré el martes en Puebla y el miércoles y el viernes en la Ciudad de México. Yo siempre quise ser mariachi, pero no me acompañó ni el porte, ni la voz, ni el origen, ni la audiencia... ahora voy a México a saldar cuentas.
-
-
7:23
»
El café de Ocata
-
-
23:19
»
El café de Ocata
Alain Minc formula una pregunta con mucha sustancia en su último libro, Une humble cavalcade dans le monde de demain: ¿Quién fue el verdadero artífice de Europa, Jean Monnet o Stalin? Es decir, ¿qué papel jugó la amenaza externa en la construcción de la Europa moderna? Es una pregunta que debe ser meditada despacio, con valentía y, por supuesto, con prudencia.
Por cierto, una página cualquiera del libro de Minc vale más que cien páginas cualesquiera del best seller de Jordan Peterson 12 rules for life.
-
17:08
»
El café de Ocata
-
-
16:50
»
El café de Ocata
-
16:34
»
El café de Ocata
A los hombres del 98 no les gusta lo que ven y no se cansan de subrayar su disgusto. Pero el disgusto no construye nada. No sabe construir. Esa es su culpa. Uno tiene la sensación, al leerlos, de que lo que les disgusta no es tal o cual aspecto de España, sino España. Quieren sustituir a los españoles reales por españoles ideales, pero como no saben cómo hacerlo ejercen de plañideras a las puertas del futuro.
Más sensata, más objetiva y más políticamente efectiva me parece la observación de Galdós: "No son los tiempos tan malos ni el terruño tan estéril como afirman los de fuera, y más aún los de dentro de casa". Veo más nobleza en estas palabras que en todas las lágrimas vertidas conjuntamente por Pardo Bazán, Clarín o Giner de los Ríos. Si hubiese habido menos lágrimas los ojos no hubiesen estado tan empañados a la hora de defender a la primera república. Pero hubo demasiados liberales incapacitados para el ejercicio del realismo. No supieron disfrutar de lo bueno -parcial, precario, pero presente- por el sobrepeso dramático que le concedieron a lo óptimo ausente.
El mayor mal de la España del 98 no fue señalado por ninguno de los hombres del 98, porque no estaba en su dedo índice, sino en sus ojos: estaban tan preocupados de saber qué eran, que se incapacitaron para ser sin problemas.
¿Y esa ridiculez de querer verse como seguidores de Erasmo en vez de reivindicar la herencia -mucho más seria- de un Vives, de un Suárez o de un Vitoria?
En realidad la generación del 98 comienza a lamentarse antes del 98. Ahí están los ejemplos de los Cinco ensayos en torno al casticismo de Miguel de Unamuno y del Idearium español de Ángel Ganivet. La derrota del 98 no hizo más que poner un altavoz a sus quejidos.
El malestar de los hombres del 98 es tan anterior al 98 que ya el bueno de don Emilio Castelar señalaba (“El patriotismo español”, 1859): “Nos dolía en el alma esa desesperación que atormentaba a todos los espíritus, esa desconfianza que enflaquecía nuestras fuerzas, ese menosprecio con que solíamos hablar de nosotros mismos, ese quejido continuo que se levantaba de nuestro teatro, de nuestra poesía lírica, de todas nuestras artes, como para decir a los extraños, que el pueblo español, el gran pueblo guerrero, navegante y poeta, había muerto, y sólo esperaba un sepulcro donde dormir en paz su último sueño”. Pero hay que añadir que la posibilidad de regeneración la encuentra don Emilio en la guerra de África. ¿Quizás el 98 tenga más que ver con la evolución de esta guerra que con la pérdida de las colonias?
´frica no fue, desde luego, la respuesta a la necesidad de regeneración. ¿Pero le dieron los hombres del 98 alguna respuesta? Es inevitable pensar en el cinismo de Baroja. Alguna vez habrá que decir que algunas de las figuras más sobresalientes de nuestras letras eran conservadores a los que no les dolía España, pero la hacían: Zorrilla, Pereda, Menéndez Pelayo... Mientras que a Ángel Ganivet le duele tanto España que no le importaría amputarse una buena porción de españoles: "hay que arrojar un millón de españoles a los lobos si no queremos arrojarnos todos a los puercos”.
Ramón Iglesia lo dijo bien: “Los hombres del 98 corrieron y corrieron, como el cazador maldito de la leyenda, con la cabeza vuelta del revés. No supieron crear un mito nuevo, vigoroso y fecundo, para su pueblo." Hagamos, quizás, una excepción: Antonio Machado.
-
-
0:15
»
El café de Ocata
"Con la Institución vino a ocurrir esto: que siendo buena la intención, eficaces los métodos -sobre todo por la noble ejemplaridad de sus dos maestros- los resultados no dejaron de ofrecer aspectos negativos. Lo español vino a ser una especie de objeto de cultivo intelectual y estético, más o menos amanerado; su estudio, un medio de refinamiento de la sensibilidad personal. De tanto como amaron a España, esos hombres se la dieron a sí mismos como espectáculo. muchas canciones populares viejas, un gran interés por los antiguos trajes de fiesta de los aldeanos, una gran admiración por el campesino castellano, un gran número de lugares ignorados que se descubrían y de paisajes singulares. Pero ¿puede una nación ser espectáculo para quien forma parte de ella y se propone renovarla? En la vida hay que ser actor: sufrir cuanto sufre la nación, alegrarse cuando se alegra. Pues si el refinamiento de la sensibilidad se agudiza hasta el extremo, llega un momento en que ya nuestra epidermis se hizo tan delgada que no tolera sin irritación el más leve contacto. Hay que comulgar con la propia nación, y para eso se necesita un alma fuerte y abierta, no un alma a la que hace endeble y distante la esquisitez. En vez de contemplar el campo español como paisaje, había que mirarlo como problema agrario.(...)Pedagogía recoleta y utópica.(...)En suma, que la Institución libre de Enseñanza resultó paradójicamente una obra personal, y no una obra institucional. Cualesquiera que fueran los beneficios que trajo, no inició una tradición, ni creo un 'tipo' estable y aceptable, verdaderamente nacional, lo cual es el fruto manifiesto de las instituciones." Eduardo Nicol (Barcelona, 1907 - México, 1990), "Conciencia de España", en Cuadernos Americanos, 5, vol. XXXV, septiembre-octubre 1947.
-
-
20:01
»
El café de Ocata
En una conferencia impartida en el destierro y titulada La revancha del individuo, don Fernando de los Ríos recordaba una conversación que tuvo en Rusia con Bujarin. Éste justificaba la necesidad de la dictadura del proletariado y de su deriva espontánea, el terror, con estas palabras: “El terror debe ser tan grande y tan extenso en el tiempo cuanto mayor y cuanto más tiempo perdure la oposición”. A lo que don Fernando preguntó: “¿Qué es la oposición?”. “Toda disidencia publica”, le contestó Bujarin. Don Fernando vaticinó: “Bujarin, ojalá me equivoque, pero lo veo a usted víctima de su propia tesis.”
En marzo de 1938 Bujarin fue procesado. El 13 de este mismo mes fue condenado a muerte. Fue ajusticiado al día siguiente.
-
7:41
»
El café de Ocata
Manuel Durán, barcelonés exiliado a México tras la guerra civil, fue un buen poeta, un muy buen crítico literario y un meritorio filósofo. Tras diversas idas y venidas se instaló finalmente en la universidad de Yale, desde donde podía observar bien la realidad norteamericana. Por eso me alegré mucho al encontrarse un importante artículo suyo, titulado “Dewey y la crisis de la educación en los Estados Unidos”, en la revista Cuadernos Americanos (Núm. 5, septiembre-octubre 1959).
Durán comienza reconociendo “la conciencia de una crisis, de una falta de adecuación entre lo que se ha propuesto el proceso educativo y lo que efectivamente ha conseguido y está consiguiendo”. En los Estados Unidos esta conciencia fue especialmente aguda en los años en los que los soviéticos, tras poner el Sputnik en órbita (1957), parecían capaces adelantar tecnológicamente a los Estados Unidos.
Los norteamericanos se preguntaron por qué se estaban quedando relegados y la respuesta que encontraron fue que la educación que proporcionaban a sus jóvenes no estaba a la altura de las necesidades de los tiempos. Esta educación estaba mayoritariamente en mano de los seguidores de Dewey, que conformaban el "movimiento de ‘educación progresiva’ (o radical, o avanzada, o como queramos llamarlo en español).”
Manuel Durán no pone en duda las buenas intenciones de Dewey, aunque lo tacha, tanto por su biologismo como por su optimismo cientifista, de hombre del siglo XIX. Efectivamente, esto es lo que fue. Su pedagogía es una respuesta a las necesidades de la sociedad industrial y está elaborada con herramientas conceptuales propias de finales del siglo XIX. Por eso resulta tan irónico que los pedagogistas innovadores que critican a la escuela que llaman tradicional por considerarla la escuela de la sociedad industrial, recuperen a Dewey para dar forma a la escuela de la sociedad del siglo XXI.
¿Cuál ha sido el resultado de la escuela progresista americana? Esta es la respuesta de Manuel Durán: “La revolución ha sido en algunos casos radical, en otros menos, pero ha ido siempre en el sentido de aflojar la disciplina, dejar al niño mayor iniciativa, relacionar en lo posible los conocimientos que hay que adquirir y la experiencia cotidiana del niño (...). Ningún otro país ha llegado a tales extremos; a tal ausencia de disciplina a tanta libertad de elección de materias o asignaturas, a tanto desprecio por el pasado, a una entronización tan completa de las ciencias sociales y de todo lo que pueda ser ‘estudiar el presente’ (...). Dewey suponía que los estudiantes, absortos en problemas que de veras les interesaran, se disciplinarían a sí mismos, se impondrían espontáneamente un esfuerzo de atención y de respeto por los asuntos tratados, mucho más provechoso moral y prácticamente, que la disciplina cuartearía, impuesta desde arriba… Hay que confesar que estas nobles ideas fracasan en la práctica con aterradora frecuencia, y que los maestros, uno tras otro, incluso cuando son ardientes partidarios de Dewey, confiesan que la disciplina se ha convertido en el problema número uno, y que no pueden resolver precisamente porque el hacerlo por imposición autoritaria destruiría una base fundamental del sistema pedagógico en uso.”
“La escuela tradicional", concluye Durán, "desatendía al niño y sus problemas; la nueva pedagogía desatiende a la cultura (...). La falta de buenos cursos de matemáticas impide a muchos estudiantes seguir más tarde una carrera científica (...). La disciplina impuesta desde arriba es a veces indispensable para mantener el esfuerzo creador (y para no agobiar al estudiante con responsabilidades excesivas: ‘maestra, ¿tenemos que hacer hoy, otra vez, lo que queramos?’, clamaba cierto día, desesperada, una alumna de una escuela ‘progresiva’)."
-
-
19:31
»
El café de Ocata
He pasado dos días en Murcia hablando y, sobre todo, aprendiendo; pero también aprovechando las ocasiones de ampliar el círculo de relaciones. "Cuando vayas al mercado, no te olvides de hacer un amigo", decía un filósofo griego. La vida es un frente amplio. Tan amplio como tus relaciones, que en esta tierra tan feraz enraízan fácilmente. No tengo dudas: volveré.
Fui invitado por el Consejo Escolar de la Región de Murcia. Dudo que haya otro más dinámico en toda España. Les hablé de educación y transparencia y me dio la sensación de que no les resultaba indiferente lo que me oían decir. Pero antes de llegar al lugar de la conferencia entré al Museo Arqueológico, a saludar a los íberos.
Si hay una sección dedicada a los íberos en un museo español, es imposible salir defraudado. La Región de Murcia bien se merece un viaje de varios días para seguir la ruta de sus museos arqueológicos. Quizás algún día...
Me ha sorprendido este vino, que acompañó de manera muy adecuada a una larga conversación en la que Leo Strauss estaba invitado.
Murcia es uno de esos lugares en los que no se deja nada en la mesa. Se rebaña hasta el canto del plato.
-
16:49
»
El café de Ocata
... era ser prologuista.
-
-
23:27
»
El café de Ocata
Baltasar Gracián me anima a recuperar una entrada antigua dedicada al capitán Andrés Fernández de Andrada y a su inmortal Epistola moral a Fabio.
Recuerden:
Más quiere el ruiseñor su pobre nidode pluma y leves pajas, más sus quejasen el bosque repuesto y escondido,
que agradar lisonjero las orejasde algún príncipe insigne, aprisionadoen el metal de las doradas rejas.
Triste de aquel que vive destinadoa esa antigua colonia de los vicios,augur de los semblantes del privado.
La colonia de los vicios es la Corte y el privado, el consejero o ministro del monarca.
El poeta en lugar de “rostro” emplea “semblantes” resaltando la fuerza de la comparación., porque el semblante, además de la cara, es el estado de ánimo que se asoma al rostro. Y es precisamente aquí donde interviene Baltasar Gracián, que escribe en
El Criticón: "Los áulicos, como siempre están contemplando el rostro de su príncipe y brujeándole los afectos...".
La cita de Gracián se encuentra en la segunda parte del
Criticón, publicada en 1653. Es, por lo tanto, posterior a la
Epístola.
Y esto es lo que quería decir.
Ya, dulce amigo, huyo y me retirode cuanto simple amé: rompí los lazos.Ven y sabrás al grande fin que aspiro,antes que el tiempo muera en nuestros brazos.
-
18:33
»
El café de Ocata
"Yo debo a mis meditaciones filosóficas la doble ventaja de saber hablar animosamente cuando es preciso y callarme sin esfuerzo cuando la ocasión lo exige".
- Apuleyo, Las floridas.
-
15:39
»
El café de Ocata
Refiriéndose a los genocidas que masacraban a los judíos polacos en los años de la guerra civil rusa, escribe Jean Malaquais: "Los asesinos sólo tenían de humano lo inhumano (n'avaient d'humain que l'inhumain)".
- Jean Malaquais, Marianka.
-
5:31
»
El café de Ocata
Si están ustedes por la Ciudad de México el próximo día 7:
Entre otras cosas, mostraremos unas cuantas fotografías inéditas de Caridad Mercader y situaremos en su órbita a Siqueiros, Josep Bartolí, Frida Kahlo, Margarita Nelken, Juan Marinello, Silvestre Revueltas, Vlady, Carmen Brufau, José Luis Cuevas, Ramón Gaya, Carlos Lazo, Miguel Alemán...
-
-
18:14
»
El café de Ocata
Esta tarde en la Libreria Laie he descubierto a Andrea Köhler entre Jordi Amat y Marina Garcés y como voy a hombros de Andrea, me he sentido por unos segundos como un intruso en el Parnaso. Y me ha gustado.
-
10:29
»
El café de Ocata
El último libro de Boris Volodarsky, me lo acaba de traer la cartera:
-
-
16:25
»
El café de Ocata
Recordé el viernes pasado en el Círculo Hermenéutico Estraussiano de Les Planas, lo siguiente que cuenta Víctor Alba en su Sísifo y su tiempo sobre sus años de exilio en México:
Automáticamente, cuando me presentan a un exiliado, trato de recordar si fue de los que protestaron por la persecución del POUM o de los que callaron. De los que callaron es el filósofo José Gaos. Confuso escribiendo y claro hablando. Un alumno suyo de la Universidad le dijo un día: Leyéndolo a usted, maestro, me explico la independencia [de México]. De su versión de Heidegger alguien comentó: Sólo leyendo el original alemán se entiende la traducción castellana.
-
-
6:50
»
El café de Ocata
"Un día nos paseábamos a lo largo del Isere, por un lugar cubierto de sauces espinosos. Vi sobre estos arbustos frutos maduros, y sentí la curiosidad de probarlos. Como la ligera acidez de las pepitas me resultó muy agradable, me puse a comer para reanimarme; el señor Bovier permanecía a mi lado sin imitarme y sin decir nada. Apareció uno de sus amigos que, al verme picotearlos, me dijo: "¡Eh! señor, ¿qué hacéis? ¿Ignoráis que este fruto es venenoso?" "¿Este fruto es venenoso?", exclamé yo sorprendido. "Sin duda", continuó, "y todo el mundo es tan consciente de eso que nadie en el país se atreve a probarlo". Miré al señor Bovier y le dije "¿Por qué no me lo habéis dicho?" "¡Ah, señor", me respondió con un tono respetuoso, "no osaba tomarme esa libertad".
- Rousseau, "Meditaciones del paseante solitario".
-
-
9:26
»
El café de Ocata
-
-
15:36
»
El café de Ocata
En:
En este mismo número me encuentro con esta canción popular española:
-
-
13:26
»
El café de Ocata
-
-
16:44
»
El café de Ocata
Los amigos de Benjamin Péret, el escritor surrealista, contaban lo siguiente como si fuera una hazaña digna de ser alabada.
En las calles de París, la mujer de Péret se ponía a caminar al lado de un cura. Cuando éste menos lo esperaba, ella comenzaba a gritar, roja de ira, increpándolo de esta manera: “Cochon vous n’avez pas d’honte, vous un cure, de pinser les fesses [pellizcar las nalgas] d’une femme? Et pire encore, à la rue! Cochon, cochon”. En este preciso momento Péret entraba en escena. Por supuesto, nadie sospechaba que fuese el marido de aquella mujer escandalizada. “Monsieur le curé, vous êtes une honte pour notre église. Vous êtes un vrai cochon, il faut vous corriger.” Y le arreaba un formidable puñetazo en la cara al perplejo capellán. A continuación, aprovechando la aglomeración ocasionada por la conducta del matrimonio, desaparecían los dos para ir tranquilamente a un café, donde elegían a la próxima víctima.
-
-
18:52
»
El café de Ocata
En 1936 Dalí le escribió a Jaume Miravitlles desde Paris proponiéndole la creación en Barcelona de un departamento denominado “La Organización Irracional de la Vida Cotidiana” del que el propio Dalí, por supuesto, sería el jefe.
“No te necesitamos”, le contestó Miravitlles, “la irracionalidad ya está perfectamente organizada”.
-
12:28
»
El café de Ocata
Izvestia, 8 de abril de 1935
"A fin de liquidar lo más rápidamente posible la criminalidad entre los menores, el comité ejecutivo central y el consejo de comisarios del pueblo decretan:
Art.1 - Los menores, a partir de 12 años, culpables de robos, violencia, golpes y heridas, asesinatos y tentativas de asesinatos, serán conducidos ante los tribunales criminales con la aplicación de todas las medidas previstas en el código penal".
-
-
16:48
»
El café de Ocata
Tertulia apasionada entre un grupo de exiliados españoles en un café mexicano. Años 40.
- ¡Yo, a América, he venido a discutir! -suelta un diputado republicano, resistiéndose a dar por terminada una discusión que había dejado agotados a sus contrincantes.- ¡Coño, cuántos kilómetros inútiles! -le replicó León Felipe.
-
-
13:52
»
El café de Ocata
"Es obvio que nos falta un "Instituto nacional de la normalidad normalizada", pienso mientras leo en Le Gaffeur, de Jean Malaquais, los institutos necesarios para anormalizar lo real: "Institut national pour la beauté et l'esthétique", "Institut national d'idiosyncrasie appliquée", "Institut national des sceaux et stigmates", "Institut national de télépathie planifiée", "Institut national de l'antiphrase copulative"...
-
1:18
»
El café de Ocata
Soria pura, en las faldas del Moncayo.
Río Duero. El paseo obligado entre Soria y Garray.
Nos apareció una nutria, aunque con un aparecer indiferente.
Numancia, a lo lejos, barrida por un viento insidioso.
San Saturio, contemplando Soria.
Pamplona. "Se erigió este monumento para simbolizar la unión de los navarros en defensa de sus libertades". Me llevé de compañía a Alain Minc.
-
-
16:02
»
El café de Ocata
-
-
18:11
»
El café de Ocata
Vladimir Malacki nació en Varsovia en 1908.
A los 17 años abandonó Polonia y realizó un largo periplo que lo llevaría a Palestina, Rumanía, Egipto y París, a donde llegó a finales de junio de 1926.
Se ganó el pan con el sudor de su frente allí donde pudo y como pudo. En París trabajaba de estibador en Les Halles, sin tener residencia fija, cuando, una tarde de 1935 cayó en sus manos un texto de Gide en el que éste confesaba: "Me siento culpable de no haber tenido que ganarme nunca el pan".
Vladimir le escribió a Gide una carta de desprecio, gracias a la cual -y con la ayuda inestimable de Gide- pudo convertirse en Jean Malaquais.
-
-
23:20
»
El café de Ocata
"Toda la ciencia política consiste en saber conocer los temporales y valerse d'ellos; porque a veces más presto conduce al puerto el temporal que la bonanza".
- Saavedra Fajardo
-
7:34
»
El café de Ocata
Extractos de tres cartas de Benjamin Péret a André Breton:
Barcelona, 11 de agosto de 1936.
Muy, muy querido André,
Si vieses Barcelona tal como está actualmente, esmaltada de barricadas, decorada con iglesias incendiadas de las que no quedan más que cuatro muros, estarías como yo, exultante. Nada más pasar la frontera, comienza todo esto. (...) Al llegar a Puigcerdá se escucha un ruido de truenos. Es una iglesia que los obreros, no contentos con haberla incendiado, echan a bajo con una rabia y una alegría que da gusto. Iglesias incendiadas o privadas de sus campanas, no se ve más que esto en Cataluña a lo largo del camino de Puigcerdá a Barcelona, que me ha parecido un paseo mágico. En Barcelona, más policía. La guardia roja circula en los coches requisados por la FAI, el POUM y el PSUC. Y no es bien negocio no llevar los papeles en regla, pues los delincuentes son fusilados sin proceso.
Las noticias del frente son excelentes. Ayer llegaron 30 aviones y se esperan tanques. Entonces se lanzará el ataque definitivo a Zaragoza que, según los especialistas, caerá en 48 horas."
Barcelona, 5 de septiembre de 1936
Mi muy querido André
(...) Aquí todo vuelve muy tranquilamente al orden burgués. (...) Si me escribes, no hagas alusión al contenido de esta carta, pues aquí se fusila alegremente y te he contado cosas que no debería contarte. Hay una censura severa. Si tienes algo particular que decirme, escribe con limón entre las líneas.
(...) Te envío esta carta por medio de un camarada que vuelve a Francia. (...) ¿Puedes encargarte de vender objetos antiguos de iglesia de metales preciosos (en beneficio de la revolución, evidentemente)?
Barcelona, 15 de octubre del 36
Mi querido André
(...) "Quería escribirte sobre la situación política, pero no tengo a nadie que te lleve la carta a Francia y la censura no me la dejaría pasar. (...). Trabajo para el POUM y para la radio.
(...) Estoy viviendo aquí una historia de amor [con Remedios Varo] que me retiene aquí hasta que la joven pueda acompañarme a París, aunque no puedo decir nada sobre mi regreso."
André Breton y Benjamin Péret, Correspondance (1920-1959). Gallimard, 2017
-
-
12:52
»
El café de Ocata
He puesto el punto final a un prólogo de un libro para niños.
El libro y mi prólogo tratan de la aventura.
Escribiéndolo he recordado algunos momentos de mi infancia que permanecían ocultos, pero no tanto como para que al rascar en su superficie no afloraran con toda nitidez. Aquejado por un ataque de melancolía he revivido así la de veces que, siendo un crío de menos de 10 años, me fui de casa.
Mi madre se enfadaba conmigo porque yo había hecho alguna trastada y mi manera de reivindicar no ya mi inocencia, sino mi dignidad herida era decirle muy ufano: "¡Pues me voy de casa!", a lo que ella solía responder: "¡Pues vete a buscar tu madre gallega!". Hasta mucho más tarde no entendí el significado exacto de esta expresión, pero lo evidente era que tenía la puerta abierta. Así que me iba de casa.
Mi decisión era firme. De eso no tenía dudas. Me iba de casa para siempre, a comerme el mundo.
Normalmente me refugiaba en el soto, a orillas del Ebro y me hacía una precaria cabaña con ramas de álamos. Después intentaba llenar mi despensa buscando regaliz por los ribazos, moras por los zarzales, o robando fruta, si era la época. A veces me sentía plenamente feliz dentro de mi cabaña rodeado de mi comida, que distribuía por lotes: esto para hoy, aquello para mañana, etc.
Pero, fatalmente, llegaba siempre puntual el atardecer, anticipando los mil ruidos de la noche. A través de las mal tramadas ramas del techo veía asomar las primeras estrellas y comenzaba a notar el peso de la ausencia del hogar.
Finalmente volvía a casa con las orejas gachas, pero nunca completamente derrotado, porque a la próxima... a la próxima... ¡A la próxima iría en serio!
Y así fue.
-
-
20:23
»
El café de Ocata
Confesión de Prometeo:
“movido quizá de aquella
razón de dudar…
me di a la especulación
de causas y efectos…
Este anhelo de saber,
que es el que al hombre le ilustra
más que otro alguno (…)
me movió en joven edad
a dejar la patria en busca
de maestros (…).
La lógica natural
que estaba en mi alma infusa,
sin saber della, ilustrada
de la clara lumbre pura
de la enseñanza, me abrió
sendas, que hasta allí confusas
pisaba, bien como ciego,
que anda tropezando a oscuras.”
- Calderón, La estatua de Prometeo:
-
-
14:03
»
El café de Ocata
Ayer me llegaron dos sorpresas.
La primera, desde Amsterdam, esta reproducción de una foto de Serge y Malaquais en Acolman, en el Valle del México. Digamos que me pareció un bonito detalle por parte de la persona que me la envió, especialmente porque junto a la foto encontré 100 páginas de correspondencia entre Serge, Malaquais, Gorkin...
La segunda... amigos, la segunda... esto ya son palabras mayores: que una parisina te envíe este vídeo es algo que uno no había creído poder merecer nunca. Aún no he recuperado mi ritmo cardiaco habitual
-
-
13:35
»
El café de Ocata
Verán ustedes: cuando creo que ya me toca cortarme el pelo, me voy a Barcelona. No tengo ninguna peluquería en particular a la que ir. Simplemente tomo una dirección al azar y la sigo hasta encontrar una que me pueda atender en ese momento. Un día contaré mis experiencias sobre este asunto, que son muchas. Dan, incluso, para un libro.
Ayer me bajé del cercanías en el Arco de Triunfo y me fui zigzagueando hacia la Plaza de la catedral. Al segundo intento, me dijeron que adelante. Se trataba de una peluquería moderna, espaciosa, atendida por dos jóvenes extrovertidas y con una decoración excesivamente pretenciosa. Estaba libre la más joven y, lamentablemente, tenía más ganas de hablar que yo, así que decidí seguirle la corriente.- ¿Es usted del norte?- Así es.- A ver... ¡No me lo diga! ¡De Bilbao!- ¡Vaya, a la primera! ¡Qué oído!- ¿Y qué hace por aquí, es empresario o algo?- Empresario.- ¿Y cómo ha entrado aquí? Así, sin más...- Sin más.- Pues le daré gratis un masaje en la cabeza.- Muy bien.- Así que es usted empresario... - ¡Las acierta usted todas! He venido a hacer unas gestiones y tengo una entrevista aquí cerca dentro de una hora.- ¿Viaja mucho?- ¡No paro! Me han cortado el pelo en más ciudades de Europa de las que puedo recordar... Y la ropa que llevo encima está, al menos, comprada en cuatro países.- Tiene que ser cansado....- Uno se acostumbra a todo...- ¿Y le puedo preguntar qué hace, o qué vende?- ¡Claro!Un largo silencio.- Pues eso, ¿qué hace o qué vende?- Cremalleras.- ¿Cremalleras?- Eso es.- No hubiera dicho nunca que vendiendo cremalleras se pudiera ganar una la vida.- Las fabrico y las vendo.- Eso es otra cosa.Y así, hasta el final, Efectivamente, tras cortarme el pelo me lavó la cabeza y me dio un masaje estupendo. Total: 15 €.
-
0:14
»
El café de Ocata
El martes que viene estaré en Soria, con mi entrañable "Círculo Filosófico Soriano", hablando de
Frankenstein o El moderno Prometeo. Llevo al monstruo conmigo desde que un día lo vi en la pantalla dándole la mano a un niño que era yo. Después descubrí que le había pasado lo mismo al gran poeta mexicano Homero Aridjis:
Soy Homero Aridjisnací en Contepec, Michoacán,tengo cincuenta y cuatro años,esposa y dos hijas.
En el comedor de mi casatuve mis primeros amores:Dickens, Cervantes, Shakespearey el otro Homero.
Un domingo en la tarde,Frankenstein salió del cine del puebloy a la orilla de un arroyole dio la mano a un niño, que era yo.
El Prometeo formado con retazos humanossiguió su camino, pero desde entonces,por ese encuentro con el monstruo,el verbo y el horror son míos.Escribí un libro sobre Prometeo pensando en Mary Shelley e incluso intenté mantener vivo un blog titulado
Frankenstein y yo. El día, lamentablemente, sólo tiene 24 horas y no se puede llegar a todo. Pero nunca me olvido... de la criatura que quería ser feliz para poder ser virtuoso.
Este año se cumplen doscientos años de la aparición del libro y en Ariel han publicado la que han dado en llamar "edición del bicentenario" que es, se lee en la portada, una "edición anotada para científicos, creadores y curiosos en general". Es, podríamos decir, la edición STEM del clásico de Mary Shelley.
Por una parte el de Frankenstein es quizás el único mito digno de este nombre que hemos creado los modernos, pero por otra, este mito nos remite a una tradición precristriana, la de Prometeo, que siempre ha estado viva en las venas de Occidente. Tengo una buena colección de libros relacionados con Mary Shelley y con su novela, que he leído varias veces. Ayer mismo acabé esta edición de Ariel. Cada lectura me ha producido un sabor distinto. En esta última he sentido intensamente el sabor de Rousseau y de Calderón de la Barca. Y de esto, básicamente, voy a hablar en Soria.
-
-
12:13
»
El café de Ocata
-
-
11:10
»
El café de Ocata
La familia, como decía Armando Palacio Valdés en su Testamento literario, es “el regazo en que caemos al nacer”. Necesitamos el calor de este regazo para mantenernos cálidos a lo largo de nuestra vida. Tanto es así que aquél a quien el hado le ha deparado “un nido helado, nunca podrá echar de sus huesos el frío”.
-
-
16:30
»
El café de Ocata
Aceptemos que una parte de lo que nos sucede tiene razones históricas de peso detrás que justifican su suceder; soy más escéptico sobre la posibilidad de conocer todas las variables que hay detrás de lo que acabo de llamar "razón histórica".
Sospecho que las razones de otra parte de lo que nos sucede, en un porcentaje nada desdeñable, no hay que ir a buscarlas a los motores de la historia, sino al inmenso caladero de la estricta estupidez humana. Este porcentaje era para Tolstoi del 90%. ¡Cuántas cosas hacemos porque en un momento determinado nos arrastró un capricho, o la ignorancia, o el despiste! En agosto del año 2006 en Leicester un joven de treinta y tres años llamado Darren, fue encontrado muerto en su casa, en medio de un charco de sangre, con un cuchillo a su lado. La policía estuvo manejando varias hipótesis, pero una tras otra, conducían a un callejón sin salida. Finalmente la viuda de Darren confesó avergonzada que su esposo, ansioso por saber si su nueva chaqueta podría resistir las heridas de un arma blanca, se apuñaló a sí mismo.
-
-
12:06
»
El café de Ocata
La ventana indiscreta
-
11:34
»
El café de Ocata
Según me aseguran los que saben, los libros relacionados con la educación, especialmente, los que propugnan innovaciones han dejado de interesar al público lector. La innovación ha dejado de ser editorialmente glamurosa. Me muestran los datos de ventas de unos cuantos libros aparecidos recientemente y, efectivamente, comparando lo que algunos venden con lo que hasta hace poco vendían, algo está pasando. ¿Ha comenzado la innovación a repetirse o a oxidarse?
Hay otros indicios que apuntan en la misma dirección. Hablo con mucha gente del mundo educativo y ya había comenzado a notar por una parte, un creciente escepticismo con las recetas innovadoras y, por otra, un intento de restringir el vocabulario de la innovación a la publicidad en el momento de las matrículas, mientras la práctica se maquillaba ligeramente.
Parece, pues, que ha reventado la burbuja. Me alegro, porque así podremos recuperar un verbo imprescindible, el verbo "mejorar", que había quedado sepultado por el ruido del verbo "innovar".
Eso no quiere decir que una cierta cursilería pedagógica tarde en darse cuenta de que no es lo mismo prometer que dar trigo. Hace dos días me llegó publicidad de una institución que anunciaba "las propuestas pedagógicas innovadoras para la próxima temporada". Obviamente, me niego a hacerle propaganda.
-
-
20:26
»
El café de Ocata
...
Hay en todas las cosas un aire de tormenta,
algo que se presiente...
... parece
que en mi cerebro hay alguien que de muy lejos viene
...
Si yo hubiera sido Vicente Huidobro -cosa que está muy lejos de mis posibilidades- hubiera hecho de mí un poeta fragmentario:
Monotonia de las tardes nubladas:
Esta tarde de lluvia amodorrada y lenta
Se me ha caído al alma como una maldición,
Hay en todas las cosas un aire de tormenta,
Algo que se presiente y ahoga de emoción.
Y pienso en esa noche en que al volver una esquina
Me cayeron encima dos fuertes campanadas,
Campanadas que injurian en su lengua broncina,
Que parecen anuncios, que son como pedradas.
Esta tarde ojerosa con alma de cartujo
Me tortura, me inquieta, me tiene incomodado.
Esta tarde nublada, sin bullicio, sin lujo,
Con tristeza, con ese algo cielo esmerilado.
El farol de la calle ¡qué afán de molestar!,
Petrificado en esa completa rigidez.
Cuando salgo parece me fuera a saludar
Con su cachimba roja, con su facha de inglés.
Esta tarde me enferma, me enloquece;
Esta tarde me hastía: yo no sé lo que tiene.
No sé si son recuerdos que resurgen; parece
Que en mi cerebro hay alguien que de muy lejos viene.
En la estufa de leña las llamas piruetean
Y dan saltos clownescos y se acuestan un rato.
Las sombras ambarinas se alargan, fantasean
Y alcanzan a lamerme con lamidos de gato.
Hay en todas las cosas como un barniz de alvidrio,
Y en la quietud tremenda de todas esas cosas
Van cayendo las horas silenciosas
Como las gotas de agua por un vidrio
-
10:13
»
El café de Ocata
-
-
21:16
»
El café de Ocata
Para un libro como
El tiempo regalado, me ha parecido más adecuado escribir un epílogo que un prólogo. Lo he titulado
El tiempo relegado.
-
-
22:34
»
El café de Ocata
Esta tarde he participado en la presentación de un libro de Pep Masabeu: 20 històries de superació al Raval. Al terminar se me acerca un señor a la mesa. Me saluda y me dice que no viene a hablar de educación, sino de historia, porque conozco a un miembro de su familia mejor que la misma familia.- Tu dirás.- ¡A Caridad Mercader?- ¿Eres un Mercader?- Mi abuela.- Me gustaría tomar un café con ella...- Ya ha muerto. Ella era la que sabía, porque lo había vivido. Mi madre sabe algo de oídas.- ¿Y qué sabía?- Que era una auténtica señora burguesa de Sant Gervasi, pero pasó de lucir ropas a lucir dos pistolas.- ¿Llevaba dos pistolas?- A la cintura, o eso se ha dicho siempre en casa.- No sabía pasar desapercibida.- Pero mi abuela durante la guerra comió gracias a ella.- ¿Qué quieres decir?- Vivíamos cerca del Colegio del Sagrado Corazón, que ella se incautó, para el PSUC, donde había un cuartel.- Sí. Primero se llamó Graells y después Carlos Marx. Allí estaba también Ramón.- Pues cada día le llevaba comida a mi abuela desde el cuartel.- ¡Y eso que era Mercader!- El Pablo Mercader, pobre, su marido. Se casa con una gran burguesa y un día se despierta y su mujer le ha puesto una bomba en la fábrica y se ha hecho revolucionaria.- Era un buen hombre.- Muy cristiano, muy de derechas, conservador. Para él la familia y los hijos eran lo primero. Ella era muy culta, encantadora, como sus hijos.
Le he dado mi tarjeta hemos quedado para tomar un café y hablar despacio.
-
5:31
»
El café de Ocata
Me pide una amiga que le diga mi opinión sobre las "neurociencias". Le digo que no sé muy bien, en el estado actual del conocimiento, dónde comienza lo científico en las neurociencias y dónde lo mítico o, mejor dicho, quizás las neurociencias sean rigurosamente científicas, pero me encuentro con algunas personas que se presentan pomposamente como neurocientíficos, que me resultan un poco cantamañanas, aunque sean recibidos por los medios como si fueran los gurús infalibles de lo que somos.
Le resumo de esta manera mis tesis:
1. Si el cerebro es una unidad funcional, intentar explicar el todo cerebral por el comportamiento de una estructura neuronal específica es, al menos, arriesgado.
2. Una cosa es comprobar que cuando hacemos determinadas cosas se colorean con una cierta tonalidad algunas partes del cerebro y otra muy distinta es deducir que eso que hacemos se explica porque pasa tal y tal cosa en el cerebro.
3. El salto de lo neuronal a lo conductual ha de hacerse con pies de plomo. El hombre es un ser complejo.
4. Constato que cuanto más pegado está un neurocientífico a la experimentación y a la investigación directa en el laboratorio, más prudente es hablando y más le cuesta realizar generalizaciones.
5. La neurociencia está en pañales. No parece muy científico empeñarse en hacerle decir con rigor sintáctico lo que aún sólo está balbuceando.
6. No todo lo que nos dicen los que se presentan como neurocientíficos es coherente entre sí.
7. Cuando oigo a un neurocientífico hablar de emociones, desconecto. ¡Qué manera más grosera tienen de hablar de algo tan complejo y sutil! No existen las emociones, existen las personas emocionadas y, con frecuencia, confusamente emocionadas.
8. El comportamiento humano es sumamente complejo y no puede ser explicado solamente reduciéndolo a sus causas eficientes (al por qué). Las causas finales (el para qué) son humanamente determinantes. En el hombre, las causas finales pueden tener un enorme poder movilizador de la conducta.
9. Una paradoja pedagógica: las neurociencias nos dicen que para crear conexiones neuronales estables lo importante es la repetición sistemática, coherente y programada (de lo simple a lo complejo) de una conducta. O sea, que el hábito es importante. Pero la insistencia en la repetición puede ser aburrida, monótona y cansada, por lo que hay que introducir novedades en ella para que sea realmente eficiente. Este es un problema didáctico, no neurológico.
10. Yo –al menos yo- no soy sólo mi cerebro. Yo soy yo y mis circunstancias y una de estas circunstancias, sin duda muy importante, es mi cerebro.
Y, por cierto:
-
-
1:22
»
El café de Ocata
Me escribe Boris Volodarsky, que me proporcionó información relevante para mi libro sobre Caridad Mercader. Esto es lo que me dice:
Dear Mr. Luri,
I have read your piece about Carmen Brufau with great interest. In Moscow you probably talked to General Vitaly Pavlov and he, of course, could not tell you anything of any value about his former agent.
She was recruited in Barcelona by Naum Eitingon (codenamed TOM) with the help of Caridad Mercader. He was heading the NKVD substation in Catalonia. Please have a look at my book Stalin's Agent (Oxford, 2015).
I wonder what documents related to Carmen's activities you managed to dig up in Switzerland.
Please advise.Kind regards,Dr Boris Volodarsky, LSE
Esto es lo que cuenta Volodarsky en su
Stalin's Agent sobre Carmen Brufau:
p.p1 {margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; font: 12.0px Helvetica; -webkit-text-stroke: #000000} p.p2 {margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; font: 12.0px Helvetica; -webkit-text-stroke: #000000; min-height: 14.0px} span.s1 {font-kerning: none}
-
-
15:49
»
El café de Ocata
"Uno no es más que un balón, recibe patadas de un lado y de otro hasta que alguien un día grita gol".
Larrea, entrevistado por Joaquín Soler Serrano.
-
11:08
»
El café de Ocata
"La Universidad no es política, ni liberal, ni conservadora, ni escolástica, ni socialista, ni individualista, ni transformista; la Universidad es científica, y, por lo tanto, no sabe nada particularmente de todos esos aspectos, no tiene más vínculo de unión que ese acendrado amor a la verdad."
- Gumersindo de Azcárate