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Només uns mots per comunicar-vos que el dia 22 d’octubre a les 19:30 a l’Ateneu Barcelonès (C/ Canuda 6, Barcelona, metro Catalunya), farem una taula rodona sobre Les Vides dels Filòsofs Grecs amb els hel·lenistes Tiziano Dorandi (CNRS), Jaume Pòrtulas (UB) i Sergi Mas, que comentaran la significació de Diògens Laerci com a historiador del pensament.
L’acte ha estat organitzat per la Fundació Cambó - Bernat Metge i la presència a Barcelona de Tiziano Dorandi, l’estudiós més significatiu dels papirs epicuris d’Hercolano (i un dels més grans especialistes mundials en temes de filosofia hel·lenística) és tot un esdeveniment a remarcar.
Si avui és impossible parlar sobre Sòcrates sense reconèixer el paper de Giannantoni i el seu Socratis et Socraticorum Reliquiae, també és impossible dir res seriós sobre Epicur i sobre els primers aristotèlics sense passar per l’obra de Dorandi.
No negaré que em fa una especial “ilu” tenir-lo a l’Ateneu en la que serà la meva última “actuació” com a coordinador de la secció de filosofia. Abandono el càrrec després de nou anys portant una primera figura mundial i també amb el nostre historiador de la literatura grega més internacional, Jaume Pòrtulas, que ara és, a més, conferenciant de la Fondation Hardt de Ginebra i que ja té el seu llibre sobre Homer traduït a cinc idiomes.
Us hi esperem i, si no podeu venir, gràcies per fer arribar aquesta info a gent que hi pugui estar interessada.
http://www.ateneubcn.org/agenda/les-vides-dels-filosofs-grecs
http://upr76.vjf.cnrs.fr/spip.php?article29&lang=fr
Per a la immensa majoria de vosaltres el nom de Carles Guitart no vol dir res. Però va ser un personatge entranyable, un lluitador sindical de les hores més dures, empresonat sota el franquisme com a membre del PSAN i membre actiu de l’Ateneu durant 45 anys.
Va ser tambe ponent de la secció de Filosofia (1998-2002) i home de considerable entregent, L’Ateneu produeix una mena de personatge curiós, devorador de llibres i apassionat de la conversa, que, de fet, viu al palau Savassona (entre la biblioteca i el jardí) i va a dormir a casa seva. En Carles, considerablement obès, irònic, conversador implacable i home de totes les lectures, fascinat per Jüng, la psicoanàlisi i l’òpera, era una mica el prototip d’aquesta mena d’ateneista A casa seva va morir sembla que per un atac de cor, en algun moment entre dilluns i dimarts. El dimecres passat el va trobar la seva assistenta,
Només era feliç quan discutia, m’ho va dir fa anys conversant al jardí, Si hi ha Déu (ell hauria volgut que hi haguessin déus en plural) deixeu-li al Cel una taula de cafè i un llibre de filosofia. Jüng, Spinoza o Leibniz de preferència.
https://www.youtube.com/watch?v=9w1qFTDrBZg
Diumenge passat a La Vanguardia van publicar un article en què tres “especialistes” (ho poso entre cometes, perquè un era jo i em conec prou!) donaven consells (no demanats) sobre com hauria d’actuar (en abstracte) un President de Catalunya ara mateix.
Per a la meva gran sorpresa, l’aryicle ha tingut un gran ressò en xarxes socials.
https://sites.google.com/site/gironaindependencia/12-10-14-silvia-hinojosa-un-dilema-per-al-president-la-vanguardia
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Lewis Mumford |
Slavoj Zizeck |
Jim Fowler es un profesor de Matemáticas estadounidense que está teniendo un gran éxito con los cursos on-line que ofrece a través de la plataforma Coursera. En poco tiempo, ha conseguido que le siga una asombrosa cantidad de alumnos.
¿Por qué Jim Fowler atrae a tantos alumnos?
Jim Fowler nació Minnesota, Estados Unidos. De pequeño asistió a cursos para niños con alta capacidad. Estudió Matemáticas en la Universidad de Harvard y luego empezó a dar clases en la Universidad de Chicago. Tras grabar en vídeo alguna de sus clases, Coursera le planteó la posibilidad de ofrecer cursos en su portal de formación on-line.
Su primer curso, Cálculo Uno, con una duración de seis semanas, cuenta con treinta y cinco mil alumnos.
El segundo, Cálculo 2, es de 23 horas y cuenta con ciento diez mil alumnos.
Por este motivo, Coursera ha establecido un sistema de matriculación permanente en sus cursos, de tal forma que los alumnos no necesitan esperar a que termine el semestre para apuntarse a los mismos.
Los vídeos educativos de Fowler combinan manualidades y efectos audiovisuales. Y entusiasmó a sus alumnos con su alusión a Boromir, personaje de El señor de los anillos, cuando dijo: “No es tan sencillo llegar al Cálculo” (No es tan sencillo llegar Mordor).
Sus explicaciones, sencillas, breves y cercanas, parecen la clave que ha despertado el interés de tantos estudiantes. De hecho, Fowler considera que “Las lecturas son importantes y motivan a los alumnos, pero no se aprende viendo matemáticas. Se aprende haciendo matemáticas”.
La vida y la red han sido fuente permanente de intercambio. La sociedad, la de verdad, ha servido de inspiración para eso que llamamos “redes sociales”, y son varios los términos que se han exportado a estas nuevas plataformas a través de las que nos relacionamos. La simbiosis no tiene que ser unidireccional: ahora que, desde que empiezan a contagiarse “de los nuestros”, el ébola comienza a interesar, puede tener sentido fijarse en las redes sociales, para comprender un poco mejor el fenómeno. No hace tanto, por ejemplo, nos sorprendía la famosa teoría de los seis grados, que Facebook puso tan de moda al demostrarnos que en realidad todos estamos conectados. Y nadie pensaría que eso podía ser algo tan real y que podía adquirir un rostro tan dramático como en el caso del ébola. La preocupación por el mismo ha aumentado de manera directamente proporcional a su aproximación a nuestro “círculo de confianza”. Dicho en otras palabras, y con terminología del invento de Zuckerberg: poco nos importaba el dichoso virus cuando los afectados no aparecían en nuestra lista de amigos, cuando nuestro “muro” se llenaba solo de las usuales críticas al gobierno, los videos curiosos y las noticias desternillantes. Nos cambia la cara, sin embargo, el día que alguien empieza a compartir una noticia. Y llegamos a la fusión total con el otro si el contagio es ya directo: qué cómodo es escribir desde el ordenador aquello de #todossomosteresa. Así funcionamos ahora.
El caso es que el virus se ha extendido, como lo hacen también los virus informáticos. El sistema inmune de nuestro cuerpo no es muy distinto a los filtros antispam: igual que se nos cuelan mensajes no deseados, y llegan incluso a timarnos a través de Internet, terminan camuflándose también estructuras biológicas fundamentales, sencillas, que logran hackear el sistema. Mientras que nos reimos a rabiar con otros fenómenso virales, que aplaudimos sin dudar, éste nos hace bastante menos gracias: es la vida lo que está en juego ahora. Y la infección del sistema nos recuerda precisamente eso: que si no atajamos el problema en su raíz, estaremos poniéndole parches. La teoría de los seis grados se estrecha más que nunca: en breve podrá circular el #todossomosafrica. Porque ahora África sí que interesa: está entre nosotros, en el medio de nuestra existencia, porque eso y no otra cosa es interesar. Es cuando el virus está encima de la mesa cuando volvemos nuestra misericorde y solidaria mirada a África: enviemos millones e invirtamos, logremos parar esta enorme lacra que es el ébola. Lo que haga falta por el pueblo africano: este es el nuevo caballo de Troya, que esconde un virus más letal que el ébola: el egoísmo descarado de quien solo se preocupa por las cosas cuando les afectan, de aquel que no es capaz de mirar más allá de sus narices, mofándose del ébola ajeno mientras duerme sobre la legionela.
Si algo demuestra el ébola, más allá de los juegos conceptuales con las redes sociales es que somos seres auténticamente estúpidos. Que sólo vemos a corto plazo y que somos incapaces de darnos cuenta, con la honestidad y las consecuencias que esto implica, que vivimos en un mismo barco mucho antes de que existiera el email, el twitter o las dichosas redes sociales. Si tan sólo por un día asumiéramos que hay destinos comunes, lograríamos importantes cambios en la humanidad. Será esta estupidez, algo genético. Porque hay que ser imbécil para culpar a quien se ha contagiado ejerciendo su trabajo, para pretender gestionar una crisis en un área en el que no se es experto, para querer transmitir un mensaje que no se sabe cuál es. Igual de imbécil que quien juega con estas informaciones, aprovechando su condición de medio de masas para generar alarma y confusión, y para publicar unas fotos que violan uno de los derechos fundamentales: el de la privacidad, que no en vano está en la declaración que todos dicen defender. No menos imbécil que quien es incapaz de ver más allá de la punta de su nariz, quien desprecia la inmigración o la persigue, pero luego se preocupa por “los negritos”, cuando ve que él puede ser el siguiente. Tan necio como quien no se da cuenta de un dato insoslayable: en estos días han muerto, por causas totalmente ajenas al ébola, algunos de los que se han alarmado bailando al son de los medios. Si a estas alturas de la película no nos hemos dado cuenta de aquello de que somos mortales, tendríamos que hacérnoslo mirar.
Beatriz Preciado |