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El café de Ocata
"... ojos que habían leído todo lo que cabe leer y no aguantaban ya más tristeza".
Salvador de Madariaga, Memorias.
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El café de Ocata
Siendo jefe militar y, por ende, señor absoluto de una provincia de China, Jsu invitó a comer a un rival que le creaba abundantes problemas políticos. "La comida fue exquisita y refinada, salpicada de epigramas improvisados en cuartetas, arte en el que, por lo visto, son maestros los chinos aunque sean generales, de modo que huésped y anfitrión rivalizaron esta vez en poesía epigramática". Terminada que fue la fiesta culinaria y poética, Jsu expuso a su invitado que lo menos que podía hacer para agradecérsela era permitirle que la guardia armada que esperaba en el patio le cortase la cabeza, por ser el único objeto que creaba desorden y discordia en la provincia. El huésped consideró la propuesta muy razonable. "Muy bien", concluyó Jsu. "Tenga la bondad de bajar al patio y mis guardias se encargarán de lo demás".
Salvador de Madariaga. Memorias.
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22:41
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El café de Ocata
Ya saben:
si los curas y frailes supieran
la paliza que van a llevar,
subirían al coro cantando
libertad, libertad, libertad.
Lo que quizás ustedes no sepan es que cuando le preguntaban a Salvador de Madariaga por el significado del
Himno de Riego, solía contestar: "Vous comprenez, Madame, pays très sec, l'Espagne, c'est l'Hymne de l'irrigation". Lo cuenta él mismo en
Dios y los españoles.
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21:11
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El café de Ocata
Cristóbal del Hoyo Solórzano y Sotomayor, Marqués de la Villa de San Andrés y Vizconde de Buen Paso (Tazacorte, Canarias, 1677- San Cristóbal de la Laguna, 1762), excusa en una de sus cartas a Judas Iscariote de una manera que da que pensar.
Tras haber oído un Jueves Santo a un predicador despotricar de manera encendida contra Judas, un soldado salió colérico de la iglesia dispuesto a darle al felón traidor su merecido. El demonio, que anda siempre al quite, se le apareció y se ofreció a conducirlo hasta su escondite. Al llegar al lugar, el soldado echó mano a su espada y hubiera acabado en un periquete con Iscariote si éste no le hubiera convencido, no sin esfuerzo, para que escuchara la verdadera versión de lo acaecido. "Atiéndame, Señor Soldado", le rogó, "y si no tengo razón, hará usted lo que quisiera de mi."
"Yo, Señor Sargento", dijo Judas, "era comprador en la casa de mi Maestro en tiempos en que no éramos en mesa más que doce, pero creció la familia mucho y el dinero era tan poco, que no me alcanzaba para el gasto. En este estado, mi Maestro, manirroto, se empeñó en que debíamos hacer una cena magnífica sin tener un cuarto. Unos judíos me dicen que me darían treinta monedas si les decía cuál era mi Maestro. Aunque no juzgué buena aquella acción, pensando que mi Maestro se paseaba por el mar como cualquiera por su casa; que atravesaba paredes, como hace el sol por los vidrios; que del agua hace vino y de cinco peces comida para muchas almas, decidí tomar el dinero, que mi Maestro ya haría de las suyas para salvarse y los judíos quedarían burlados y nosotros, remediados. Pero llegada la hora, lo agarraron, y él se dejaba agarrar como un cordero, y yo me decía para mi sayo: "¿A qué espera este hombre?" Pero viendo que se lo llevaban sin que nada de lo que yo había previsto aconteciera, me salí afuera contrito, y me colgué. Estos pocos reales me quedaron, aquí los tiene usted, y déjeme en paz, por su vida, que bastantes preocupaciones tengo yo".
Las Cartas del Marqués fueron publicadas en 1740 por fray Gonzalo González de San Gonzalo (no me invento su nombre, que ahí está Google para verificarlo).
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El café de Ocata
Acceso libre.
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El café de Ocata
Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba
-rumba, macumba, candombe, bámbula-
entre dos filas de negras caras.
Ante ella un congo -gongo y maraca-
ritma una conga bomba que bamba.
Culipandeando la Reina avanza,
y de su inmensa grupa resbalan
meneos cachondos que el gongo cuaja
en ríos de azúcar y de melaza.
Prieto trapiche de sensual zafra,
el caderamen, masa con masa,
exprime ritmos, suda que sangra,
y la molienda culmina en danza.
Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba.
Flor de Tortola, rosa de Uganda,
por ti crepitan bombas y bámbulas,
por ti en calendas desenfrenadas
quema la Antilla su sangre ñáñiga.
Haití te ofrece sus calabazas;
fogosos rones te da Jamaica;
Cuba te dice: ¡dale, mulata!
Y Puerto Rico: ¡melao, melamba!
¡Sús, mis cocolos de negras caras!
Tronad, tambores; vibrad, maracas.
Por la encendida calle antillana
-rumba, macumba, candombe, bámbula-
va Tembandumba de la Quimbamba.
Luis Palés Matos
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21:52
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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Comentario de Balmes sobre una intervención de Donoso Cortés en un debate del Congreso sobre la devolución de los bienes desamortizados al clero. Abril de 1845.
"Tomó también parte en la discusión el Señor Donoso Cortés, pronunciando uno de aquellos discursos que, si no convencen el entendimiento cautivan siempre la atención (...). Cuando el Señor Donoso habla, todas las conversaciones cesan, todos los oídos se aplican, porque sus discursos no se parecen a nada que no sea ellos mismos (...). Sus palabras no son nunca vacías; siempre envuelven un pensamiento; la lástima está en que a veces este pensamiento envuelto en la palabra, no es más que una imagen hermosa o la brillante chispa que broya de un contraste. Las imágenes y los contrastes son una necesidad para el talento del Señor Donoso (...). Es tal la afición que tiene a la magnificencia y esplendor de las formas, que con frecuencia se olvida del fondo (...). Por lo que toca a contrastes, los encuentra tan originales, tan bellos y deslumbradores, que se hace disculpar la falta de naturalidad en gracia del ingenio. El Sr. Donoso no sabe qué hacerse con una idea, por grande que se la suponga, si está sola; necesita otra que contraste con simetría. (...)
Los discursos del Sr. Donoso nadie los escucha para convencerse, sino para recrearse en su belleza, en su originalidad, a veces algo extraña. No pertenece propiamente al sistema parlamentario, es un orador excepcional, excéntrico."
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El café de Ocata
Más información:
AQUÍ
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18:39
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El café de Ocata
Una considerable blasfemia lírica es la que sale de la pluma del judeoconverso cordobés Antón de Montoro (1404-1483) en alabanza de Isabel la Católica:
Alta Reina soberana,
si antes naciérades vos
que la hija de Santa Ana,
en vos el Hijo de Dios
recibiera carne humana.
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6:30
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El café de Ocata
"Imagínanse algunos que el medio de perpetuarse en el poder, es lisonjear a los pueblos con palabras blandas, que más bien que órdenes parezcan súplicas. Grave error: los pueblos no sufren el ser oprimidos; pero tampoco quieren un gobierno que les hable de rodillas: piensan, con razón, que es incapaz de mandar quien no abriga el sentimiento de la dignidad propia."Balmes, en 1843
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El café de Ocata
Curiosidades de la beatería pedagógica New Age
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Siguiendo con mi peregrinación por el siglo XIX, hago esta noche parada en los
Escritos políticos de Balmes, en cuya compañía pienso pasar unos días. Acabo de despedirme de Valera y ya sé que notaré -he empezado a notarlo ya- la merma de calidad de la prosa, pero no tengo duda de que hallaré en el de Vic abundantes motivos para la reflexión.
El libro se abre con esta introducción: "En momentos de cansancio y disgusto todos condenan el hablar de política, pero nadie habla de otra cosa (...). 'No quiero pensar en política': así hablan algunos; pero la dificultad está en que los sucesos os forzarán a ello; si el edificio arde, no vale el permanecer tranquilo en un departamento imitando al literato, a quien avisaron de que había fuego en la casa, y respondió muy sereno: ¡decídselo a mi mujer, ella es la que cuida de los asuntos caseros'".
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El café de Ocata
"Doña María de Zayas y Sotomayor, señora muy principal de Madrid, publica entre sus novelas
ejemplares, una titulada
El prevenido engañado, en la cual se cuenta con notable complacencia una serie de adulterios chistosos, cuya moraleja es que todo hombre debe tratar de casarse con mujer de entendimiento para que le engañe con disimulo y sin que él lo sepa."
Juan Valera,
Estudios críticos.
Sobre la gran María de Zayas
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16:15
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El café de Ocata
Son varios los cronistas que aseguran que a la edad de 22 años Fernando de Córdoba se sabía de memoria todos los libros que su tiempo consideraba relevantes: La Biblia (con las glosas de Nicolás de Lyra), las obras de Santo Tomás, Alejandro de Hales, Escoto y Buenaventura; todo Averroes, el Canon de Avicena y el Cuerpo del Derecho Canónico. Dominaba también el latín, el griego, el hebreo, el caldeo y el árabe. En el año 1445 se presentó en la Universidad de París y les metió una tal zurra dialéctica a todos los maestros que allí había, que fue considerado el Anticristo y encerrado en una cárcel. Tras fugarse, acabó refugiado en Italia, bajo la protección del poderoso cardenal Bessarion. Conservamos de él varias obras, entre ellas el De artificio omnis et investigandi et inveniendi natura scibili, que pretende unificar y ordenar todos los saberes en una ciencia englobante y fundamental mediante la reducción sucesiva de lo compuesto a lo simple. Por supuesto, fracasó, pero, como pregunta Menéndez Pelayo, "¿Qué es toda la filosofía sino una aspiración, más o menos frustrada, a esa síntesis suprema?"
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El café de Ocata
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21:05
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El café de Ocata
Quizás se hayan dado cuenta ustedes de que ando liado últimamente con Juan Valera. Me interesa mucho don Juan porque es un liberal que admira más a Cánovas que a Sagasta y que considera que hay más inteligencia en las filas de los conservadores que en las de los liberales y, por eso mismo, me sirve de contraste de ese conservador que no podía desprenderse de sus querencias liberales que fue don Marcelino Menéndez Pelayo. Encuentro en ambos dos maneras singulares de ser conservadores que me parece muy interesante contrastar. Otro día les explicaré por qué.
Acabo de comenzar estos
Estudios Críticos en tres tomos escritos cuando Valera no sabía aún si quería ser poeta, periodista, helenista o filósofo (o todo junto), pero aún no pensaba en ser novelista. La dedicatoria, al Duque de Rivas, es de 1862. Comienzan con una reseña bien interesante del
Ensayo de Donoso Cortés, del que dice que se trata de "uno de los libros más sublimes y más absurdos que se han escrito en el siglo XIX". Completamente de acuerdo. Ya ven ustedes, todo se queda en casa. Es en esta reseña donde me he encontrado con una reflexión que reconozco como mía:
“La fe, presta energía y da alas al alma. Para destruir la fe, sería menester destruir y aniquilar el alma humana, de que la fe es la esencia misma. Toda la actividad, la potencia misma del alma es la fe (...). No hablamos de la virtud teologal, sino de una calidad enérgica, natural y propia del alma."
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16:30
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El café de Ocata
¡Oh!, cómo cansa el orden; no hay locura
igual a la del lógico severo
y aquí renegar quiero
de la literatura
y de aquellos que buscan proporciones
en la humana figura
y miden a compás sus perfecciones.
Espronceda, El diablo mundo
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9:52
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El café de Ocata
Joaquín Bartrina (1850-1880):
Sé que el rubor que enciende las facciones es sangre arterial.
Que las lágrimas son las secreciones del saco lagrimal.
Que la virtud que al Hombre al bien inclina y el vicio sólo son
partículas de albúmina y fibrina en corta proporción.
Que el genio no es de Dios sagrado emblema: no, señores, no tal.
El genio es un producto del sistema nervioso cerebral.
¿Hay nada, vive Dios, bello como la fórmula algebraica C=π r 2?
Mas, ¡ay!, que cuando clamo, satisfecho, ¡Todo lo sé!
Siento aquí, en mi interior, dentro mi pecho, un Algo... ¡un no sé qué!
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16:42
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El café de Ocata
Me acabo de encontrar la
Oda a la Pàtria de Aribau, tal como la ven, en catalán...
... en este libro de Ernesto Giménez Caballero de 1946...
... que era un libro de texto de bachillerato.
Habría que repasar la relación de los falangistas catalanes con la cultura catalana. Hubo una escuela en Barcelona que nunca interrumpió la enseñanza en catalán a sus alumnos... precisamente porque estaba protegida por un poderoso falangista. No intento hacer de la anécdota categoría, pero Destino no surgió de la nada.
Al pasar página me encuentro con estos versos de Verdaguer:
Mes si fuigs de terra planaquedat en la montanya.¡Oh, bandera catalana,abrigans fins a morir!
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16:18
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Un día entretenido, el de hoy. Tras acabar la correspondencia entre Menéndez Pelayo y Valera, le he hincado el diente a Pepita Jiménez, intentando comprender qué podía ver don Marcelino en esta novela de su amigo para alabarla tanto. De postre, El diablo mundo, de Espronceda, donde se encuentra la exclamación que da título a este post. Mientras leía a Pepita Jiménez me iba enfadando conmigo mismo por haber dedicado tanto tiempo de mi vida a leer memeces mientras tenía a mi lado novelas magníficas, como ésta, cuya lectura iba postergando hasta no sé qué ocasión. Es evidente que a don Marcelino le tenía que gustar: Pepita Jiménez es una obra maestra. Al diablo mundo he ido a parar porque de repente he pensado que su protagonista, Adán, es nuestro Frankenstein. He encontrado abundantes motivos para apoyar esta tesis. Pero explicar todo esto sería demasiado largo. No sé si a ustedes les interesa y, sobre todo, ahora mismo son las 2:32.
Llevo audífonos. Una burrada de caros. Van incrementándose las prótesis. Hoy he sabido por qué los días anteriores no me funcionaban: ponía mal las pilas. Tras haber vuelto locos con mis quejas a los otorrinos, me siento bastante ridículo y avergonzado.
Otro día les hablaré de México. He recibido una invitación del Ateneo Español. La firma ni más ni menos que Carmen Tagüeña.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
PerdreMais perdre vraimentPour laisser place à la trouvaille. Apollinaire
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El café de Ocata
Por la encendida calle antillana
va Tembandumbra de la Quimbamba.
Flor de Tórtola, rosa de Uganda,
por ti crepitan bambas y bámbulas;
por ti en calendas desenfrenadas
quema la Antilla su sangre ñáñiga.
Luis Palés Matos (1898-1959), Majestad negra
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El café de Ocata
De Menéndez Pelayo a Valera. 22 de enero de 1895:"Me afligió mucho la boda de Isabelita Parladé, y he andado mustio y cariacontecido bastante tiempo. Cuando acabe de pasar esta penosa impresión buscaremos sustitución conveniente y agradable antes de que la fría vejez se eche encima con todo su cortejo de alifafes"
De Valera a Menéndez Pelayo. 3 de febrero de 1895:"Me alegro de que usted se halle curado de su pasión por la bigotuda Isabelita. Usted no sólo debe consolarse, sino imitar además a aquella tirana, casándose como ella. En esta casa... todos muestran predilección por Isabelita Lisbra... Dicen que es graciosa, elegante y buena. No es pobre, y económica y hacendosa. Su conversación es muy agradable, y sabe bailar y escribir perfectamente en cuatro o cinco idiomas... y posee diez o doce mil pesetas de renta o más y un precioso hotelito en Biarritz. Conque ánimo, y trate usted de casarse con ella."
Isabel Parladé y Heredia era hija de los Condes de Águila. Don Marcelino se interesó, por medio de un sacerdote de confianza, por las posibilidades que tenía con esta joven. Desde el primer momento le hicieron saber que ninguna. Con la otra Isabelita tampoco tendrá suerte. Y solterito se quedó.
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El café de Ocata
Artículo algo similar al que aparece hoy en el diario ARA.
Para mis amigos uruguayos, especialmente para Pablo da Silveira y Alfredo García, del semanario
Voces. Para Raúl Vallarino a quien finalmente no telefoneé.Para la noche de los melancólicos.
He ido a Montevideo a seguir como un perdiguero el rastro ya lejano de Felisberto Hernández, que es como buscar por los rincones de la ciudad las extrañas plantas que germinaban en los recovecos de su alma: "
En un momento dado pienso que en un rincón mi nacerá una planta. La empiezo a acechar creyendo que en este rincón se ha producido algo raro, pero que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado: no sé cómo hacer germinar la planta, ni como favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma está destinada a ser y ayudarla a que lo sea".
Con
Las hortensias bajo el brazo estoy sentado en un banco de la plaza del Entrevero. La pareja vivió en la torre del Rex, bajo la cúpula del edificio erigido frente a mí, en la avenida 18 de Julio. "
Siempre me olvido de llevar una lente para ver cómo son las plantas que hay en el verde de estos ojos; pero ya sé que el color de la piel lo consigues frotándote con aceitunas". En la dedicatoria original del libro se leía: "
A María Luisa, en el día que dejó de ser mi novia. 14-II-49". Las ediciones siguientes conservan sólo las dos primeras palabras, "
A María Luisa". Este cuento narra la historia de un hombre al que las muñecas con las que vive le dan algo que su mujer sólo puede entregarle a través de ellas.
Felisberto confiesa a una de las muchas mujeres que lo amaron (no estamos seguros de cuántas lo adoptaron apasionadamente como amante): "
Si algún día descubro que no existes ni me quieres, tendré de nuevo la razón que he perdido y será el veneno que me mate". Vivía obsesionado por la preocupación del amor porque, aunque siempre lo tuvo a su alcance, siempre la faltó generosidad para conservarlo.
María Luisa -en realidad África de las Heras- había nacido en 1909 en Ceuta y era una de las mejores espías de la URSS. Participó en la Revolución de Asturias y vivió en Barcelona, donde perteneció al círculo de Caridad Mercader, junto a Carmen Brufau y Lena Imbert. Dirigió activamente las Patrullas de Control y algo tuvo que ver con las actividades del Servicio de Investigación Militar (el SIM). Asumió también diferentes responsabilidades en el PSUC. En 1939 viajó a México para desarrollar actividades de espionaje en torno a Trotsky. Luchó de manera muy audaz en la Segunda Guerra Mundial tras las filas alemanas, en Ucrania. Al terminar la guerra, recibió el encargo de organizar una red de espionaje en Uruguay. Con esta misión llegó a París haciéndose pasar por María Luisa de las Heras, una exiliada española. No tardó en conocer, de manera nada casual, a Felisberto, que estaba becado por el gobierno francés. "
María Luisa me pide que buscamos juntos un apartamento", escribe a su familia el 22 de octubre de 1948.
De esta manera África obtuvo los documentos legales que le permitieron instalarse en Uruguay, donde rápidamente comenzó a desplegar su sutil telaraña. Se casaron en febrero de 1949. "
Ella quiere ponerse a trabajar cuanto antes", escribe Felisberto a su madre el 12 de enero.
El matrimonio duró dos años.
Quienes conocieron África resaltan su desbordante simpatía, la adoración que sentía por los niños, su sentido de la lealtad, sus relaciones con la gente de la alta cultura. Para todos ellos "la gallega" era mucho mejor persona, más seria y más responsable que el frívolo Felisberto.
En 1967 África, cumplida su misión, regresó a Moscú. Trabajó como instructora de espías. Vivía sola en un apartamento de dos habitaciones con el nombre de María Pavlovna. En un informe dirigido a sus superiores, escribió: "
Creo en los ideales de la revolución, que siempre me han guiado. Ni los años ni las dificultades de la lucha han deteriorado mis convicciones. Al contrario. Estas dificultades siempre han sido una fuente de energía para seguir combatiendo por mis ideas. Gracias a ello puedo vivir tranquila y con la cabeza bien alta".
África de las Heras, alias Patria, alias María Luisa, alias Ivonne, alias María Pavlovna, alias ... murió con el grado de coronel del Ejército Rojo en 1988, ahorrándose la experiencia de la caída del Muro de Berlín. Recibió dos veces la Estrella Roja, una orden de la Guerra Patria de segundo grado, una medalla de guerrillera de la Guerra Patria de primer grado y dos medallas al valor, y fue enterrada con honores militares. En su tumba un bajorrelieve de mármol del Cáucaso la muestra como una abuela entrañable junto a la palabra Patria grabada en castellano y del texto "Coronel África de las Heras 1910-1988" en ruso.
Felisberto murió en 1964. Sus cenizas se han perdido, pero conservamos sus obras completas. Una vez escribió: "
Me seduce cierto desorden que encuentro en la realidad. Aquí se encuentran mi filosofía y mi arte". Nunca imaginó hasta qué punto fue víctima de este desorden. A ninguna amante quiso más que la fama, que sólo ha dejado de serle esquiva de manera póstuma.
Y también, claro está, para Antonio Mercader.
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11:53
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El café de Ocata
El pregón de las Fiestas de la Merced de Javier Pérez Andújar fue tan catalán que no era otra cosa que la presentación formal de una derrota. Tan es así, que hasta se olvidó de los cómics de Hazañas Bélicas, ¡con lo que nos gustaban! Pérez Andújar estaba conmemorando, más que celebrando, un tiempo personal, biográfico, que se acabó en los años ochenta del siglo pasado y creo que lo hizo con una crónica sentimental literariamente formidable. Cuando alguien viene a entregarte las llaves de la ciudad derrotada, especialmente si no te pide nada, es de buen tono no hacer leña del árbol caído. El vencedor, una vez que le ha quitado al vencido la fuerza, le da una palmada en la espalda para hacerle creer que no ha perdido con su derrota toda su dignidad y pasa a ocupar la ciudad. A esta actitud, en Cataluña, se le daba el nombre de pujolismo.
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12:59
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El café de Ocata
Carta a J. Valera del 27 de agosto de 1884.
"Tengo que dar a usted una mala noticia. Nuestro Milá y Fontanals ha muerto. Para mí ha sido una pérdida dolorosísima, porque Milá había sido el más docto y cariñoso de los maestros que en mi carrera tuve y, por decirlo así, mi padre intelectual."
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El café de Ocata
Madrid, octubre de 1882
"Pienso publicar pronto un tomo de versos latinos inéditos de Sánchez Barbero... El prólogo, que ya tengo casi hecho, va también en latín. No pondré mi nombre, como editor, porque hay muchos versos desvergonzados y libidinosos".
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El café de Ocata
Juan Casiano (360-435) dio a los monjes un consejo en sus Institutes que se ha hecho justamente famoso: "Un monje siempre debe huir tanto de las mujeres como de los obispos". Es menos famosa la historia que cuenta del monje Pablo en las Collationes.
Pablo había hecho tantos progresos espirituales que ni siquiera se permitía la ligerísima debilidad de mirar la ropa de una mujer. Por supuesto, si rechazaba la contemplación de sus vestidos, con mucha más energía huía de cualquier atisbo de su cuerpo. Desgraciadamente, yendo un día a visitar a unos hermanos, se cruzó casualmente con una mujer y sintió tanta aflicción que corrió a refugiarse en su monasterio como si estuviera huyendo "de un león o de un inmenso dragón".
A pesar de que su conducta obedecía a las mejores y más castas intenciones, Dios consideró que el monje se había excedido en su rechazo a todo lo mujeril y lo castigó con una parálisis completa que le impedía mover los miembros de su cuerpo. Ni tan siquiera era capaz de mover la lengua. Pero el castigo no acabó aquí.
Su estado requería tantas atenciones, que los monjes entendieron que lo más conveniente era trasladarlo a un cenobio de monjas. Por esta razón, Pablo pasó los últimos cuatro años de su vida cuidado solícitamente por las manos de unas vírgenes que lo ayudaban a satisfacer con delicadeza cada una de sus necesidades fisiológicas.
Alabado sea Dios.
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El café de Ocata
Me he traído de Uruguay, además de varias cosas de Felisberto, algunos libros más que interesantes -según mi parecer, claro- encontrados en Linardo y Risso y, sobre todo, en El Galeón Roberto Cataldo:
La aventura y el orden, del gran Guillermo de Torre; los
Ensayos de Crítica filosófica de Menéndez Pelayo; el ensayo de Gregorio Marañón sobre Amiel (
Amiel. Un estudio sobre la timidez); la
Invitación a filosofar de García Bacca;
Tradición y existencialismo, de Julien Benda (en su interior he hallado lo que parece ser el inicio de una obra de teatro titulada
Britte, escrita por alguien a quien desconozco por completo, un tal Juan Eduardo Roca Clulow);
Andando y pensando de Azorín;
La fe filosófica de Karl Jasper; una filípica que Unamuno le dedica a Valera titulada
El gaucho Martín Fierro y la correspondencia entre Valera y Menéndez Pelayo.
Estoy con esta última. No pueden imaginarse ustedes lo que estoy disfrutando. ¿Conocen ese gesto de mirar a ver cuánto falta para acabar el libro? Normalmente lo hacemos para constatar que aún queda demasiado. Yo lo hago para lamentarme de que cada vez quede menos. A medida que la correspondencia avanza, uno va descubriendo que don Juan y don Marcelino eran dos buenas piezas, con mucha sabiduría, mucha erudición, mucha ironía, sus gotas de mala uva y sus momentos balarrasas. Me va confirmando que a don Marcelino hay que leerlo entre líneas y que la imagen construida por sus hagiógrafos franquistas merece ser severamente retocada. Hay momentos hilarantes, como el de don Juan escribiéndole a don Marcelino los versos que ha compuesto para una joven porque presume "que la ninfa para quien se han escrito no los entenderá, y se los envío a usted para consuelo." No tienen inconvenientes en hablar del "ama-viuda de un cura que hubo aquí, llamado el Padre Pedrajas"; de un criado ciego, "pero ferozmente robusto y rijoso, que baila bailes a lo sátiro con gestos y ademanes lascivos admirables" o de que "la otra noche" -la confesión es de don Juan- "mi administrador, que es muy bruto, sopló a Juanito el Bolero. Quiere decir esto que le agarró, como quien agarra una corambre, y con su boca aplicada a la boca de él, le fue rellenando de aire. Juanito se inflaba. Así que el inflador le soltó, Juanito estuvo soltando aire minuto y medio; todo por la boca, afortunadamente".
Ustedes pueden preguntarse qué interés tiene todo esto. Pero yo me imagino a don Marcelino interrumpiendo la escritura del tomo tercero de sus
Heterodoxos para leer esta carta y rompiendo a reír un buen rato con tanta energía que hace temblar al tintero rebosante de tinta que tiene sobre el escritorio y eso me predispone a leerlo de otra manera.
Por cierto, don Marcelino acabó incluyendo a don Juan en su lista de heterodoxos. Y sospecho que este último se sintió orgulloso de ello.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Volando sobre el Amazonas.... todo agua.
Melancolías inevitables.
La "Moreneta" blanqueada en la catedral de Montevideo
Y San Fermín en el mismo lugar, en una imagen inhabitual, al menos para un navarro.
Siguiendo con el santoral de los lugares comunes...
... y el santoral de las apariciones.
Interesante, el Tanat y, desde luego, imprescindible para acompañar un buen plato de carne a la brasa.
El conductor de autobús entrañable que lleva su balconcito de plantas frente al volante.
La señal que dice lo que tiene que decir.
Las sirenas que dejaron de cantar, porque el temporal cantaba más fuerte.
El temporal. Mi amigo Felisberto -en Montevideo me bautizaron como "felisbertista"- podría haber dicho que el viento soplaba tan fuerte que arrancaba la ropa interior de los transeúntes y formó con ella un huracán de intimidades en la Plaza de la Independencia, donde todos nos quedamos sin secretos que callarnos. De repente, no podíamos decir más que obviedades, de tan transparentes como nos habíamos quedado.
Recorrido sacramental por las casas en las que vivieron Felisberto Hernández...
... y África de las Heras. Después leí en la correspondencia de Felisberto que primero vivieron en el Bulevar España, pero no dice la dirección exacta.
La lujuria de las librerías: Linardo y Risso. Hablamos y hablamos de Felisberto.
La lujuria de las librerías: Puro Verso. De nuevo Felisberto. Pero en este caso nos enredamos entre las corcheas de su piano.
La lujuria de los grandes libreros: El Galeón Roberto Cataldo. Un hombre que lo sabe todo y te lo sirve todo con un café y una calidad tal que a su lado se pasan las horas en un suspiro.
Dejo en mi corazón a los nuevos amigos, a los aromas, a los sabores, a los lugares entrevistos, a las voces, a la cordialidad infinita, a los largos paseos, a la brisa del Río de la Plata, a una puesta de sol regresando de Colonia... y a las obligaciones profesionales convertidas en satisfacciones inolvidables.
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El café de Ocata
One day a young man was walking down a road when a frog called to him: “Boy, if you kiss me, I will turn into a beautiful princess.”The young man picked up the frog, smiled at it and put it in his pocket.A short while later, the frog said, “Boy, if you kiss me and turn me back into a beautiful princess, I’ll be yours.”The young man took the frog from his pocket, smiled at it and put it back.Now the frog was upset. “Boy, what is the matter?” the frog cried. “I have told you that I am a beautiful princess, and if you kiss me, I’ll be yours!”The young man took the from from his pocket, looked at it and said: “Look, I’m an engineer. I have no time for a girlfriend, but a talking frog is cool!”(Anonymous, quoted in C.C. Gaither,
Practically Speaking: A Dictionary of Quotations on Engineering, Technology and Architecture, 1999.)
En
Futility Closet
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Leo Rosten recibió en una ocasión esta nota de Groucho Marx:
Dear Junior: Please excuse me for not answering your letter sooner. But I have been so busy not answering letters lately that I have not been able to get around to not answering yours in time. Love, Groucho.
De
Futiliyy Closet
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No se adelanta nada afrontando la mala suerte coléricamente. En primer lugar, porque nunca está del todo claro qué hay de bueno y qué de malo en lo que nos depara el azar y, en segundo lugar, porque "ninguno de los asuntos humanos es digno de gran inquietud". A cada paso vamos echando los dados y lo inteligente es elegir el resultado fatal como si fuera el mejor para nosotros, "y no hacer como los niños que, tras haberse golpeado, se agarran la parte afectada y pasan el tiempo dando gritos, sino acostumbrar al alma a darse la curación rápidamente y a levantar la parte caída y lastimada, suprimiendo la lamentación con el remedio".
Platón,
República 604 b-e.
Uno de los argumentos que utiliza Platón para negar la entrada a los poetas en la ciudad bien diseñada "en el logos", es que los buenos poetas -que son los peligrosos- hacen del fracaso personal buena literatura.
Plutarco recoge este párrafo en
De tranquilitate animi.
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El café de Ocata
Ratzinger says, “In Christianity, enlightenment has become part of religion and is no longer its opponent."
En Public Discourse
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El café de Ocata
"No le pongas deberes al niño, que tiene extraescolares", le decía al final del curso pasado una madre al maestro de su hijo. Hay que tomar en serio estas palabras porque nos ponen en la pista de un fenómeno educativo de gran importancia.
Para las familias que se lo pueden permitir (es decir: que se lo pueden pagar de su bolsillo), la escuela es sólo una parte (y una parte menguante) de la trayectoria educativa de sus hijos. Han descubierto hace tiempo que las necesidades educativas reales no son cubiertas por el sistema educativo, así que administran su derecho a la educación de manera cada vez más autónoma, de acuerdo con los signos de los tiempos.
El resultado es que en la actualidad 9 de cada 10 niños hacen algún tipo de actividad extraescolar. Sólo hay que considerar esta cifra para darse cuenta de la inmensa hipocresía que hay en la campaña contra los deberes, que tan buena acogida tiene en la prensa. Lo más honesto sería que los padres pusieran las cartas sobre la mesa y les dijeran claramente a los maestros: "No pongáis deberes a mi hijo, que apenas le queda tiempo libre después de las extraescolares". No exagero. Uno de cada dos niños hace dos o más actividades semanales fuera de la escuela.
Cuando estaba escribiendo La escuela contra el mundo, intenté calcular lo que las familias se gastaban entonces de media en actividades extraescolares. No fui capaz de establecer con rigor una cifra exacta y, además, las diferencias entre las familias eran enormes, pero no se desviaría mucho de los 800 euros anuales. De eso hace 10 años. Las actividades más solicitadas son: deportes (72,8%), idiomas (28,4), música o danza (24,9%), dibujo o pintura (22,3%) e informática (21,2% ). Pero aquí no se contabilizan los profesores particulares, los cursos de idiomas en el extranjero o los cursos por internet. El crecimiento vertiginoso de modelos educativos por internet relacionados con las STEM (science, technology, engineering, mathematics), como Smartick y otros, es un fenómeno educativo que conviene seguir de cerca.
En definitiva:
1. Si los niños están sobrecargados de trabajo no es por culpa de la escuela. La imagen de un niño mártir que se pasa las tardes en casa encadenado a los deberes, si tiene alguna correspondencia con la realidad, es anecdótica.
2. Previsiblemente la escuela irá perdiendo cada vez más peso específico en la formación, al menos, del 90% de los niños. El otro 10% lo que no aprenda en la escuela no lo aprenderá ninguna parte.
3. Son las deficiencias de la escuela las que empujan a los padres a buscarse complementos educativos por su cuenta. En mi opinión, la demanda de complementos continuará creciendo.
4. Parecería lógico que la administración pública supervisara las empresas educativas paraescolares para garantizar unos mínimos de calidad en sus servicios.
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"Llegaba a él el sordo mugido de las olas que en Francia comenzaban a levantarse: había leído algo de Voltaire, a quien llama escritor delicado (...), conocía la paradoja de Rousseau sobre el influjo de las ciencias y de las letras en la corrupción de los pueblos, y ella y el tema de la Academia de Dijon le dieron pretexto para escribir una larga carta sobre las ventajas del saber, 'impugnando a un temerario que pretendía probar ser más favorable a la virtud la ignorancia que la ciencia'. No hallaba en Rousseau más que 'un estilo declamatorio y visiblemente afectado, una continua sofistería basada, sobre todo en el paralogismo 'non causa pro causa', y una inversión y uso siniestro de las noticias históricas'. Realmente el tema de la Academia de Dijon era una impertinencia de aquellas a que sólo puede contestarse con una paradoja o con un lugar común. 'Tomad la contraria, y os dará gran fama', dijo Diderot a Rousseau, y Rousseau optó por la contraria.(...)"Se equivocaba en creer que Rousseau buscaba únicamente notoriedad de ingenioso con su sofística paradoja, sin reparar, por falta de noticias del autor, que aquella perorata de escolar era el primer grito de guerra lanzado contra la sociedad y la filosofía del tiempo por un ingenio solitario, misantrópico, vanidoso y enfermizo, en cuya cabeza maduraban ya los gérmenes del Discurso sobre la desigualdad de las condiciones, del Contrato social y del Emilio."
Heterodoxos, Libro VI, capítulo I.
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