22460 temas (22268 sin leer) en 44 canales
by Duchamp |
divendres, 26 d'octubre 2018 - Horari: 18h. Entrada lliure
FILMOSOFIA: tertúlia de cinema i pensamentQuin regal li faries al teu germà pel seu aniversari, si fos un ric multimilionari i tingués en abundància tot allò material que es pugui imaginar? Com el podries sorprendre? Se t’acut alguna cosa per regalar-li que ell mateix no hagués pogut mai comprar? Potser fent-lo viure una experiència inesperada? De quina manera i quina mena d’experiència?
La pel·lícula The Game va ser dirigida per David Fincher i protagonitzada per Michael Douglas, Sean Penn i Deborah Kara Ungen, entre d’altres, i es va estrenar l’any 1997. Per la seva trama argumental podríem dir que aquest és un film que s’anticipa al seu temps a
... (... continúa)«El Congreso acuerda que la Filosofía sea obligatoria en la ESO y Bachillerato», es el titular de la noticia publicada por ABC. Algo distinto es el titular de eldiario.es: «El Congreso pide por unanimidad que la Filosofía sea de nuevo obligatoria en Bachillerato». Es una buena noticia, pero al leer la noticia se da uno cuenta de que es algo más complicado.
Para empezar, se ha acordado que se intentará. Es una declaración de intenciones, y del dicho al hecho suele haber un largo trecho, más en este tipo de contexto: unas Cortes muy divididas. Por otra parte, más claro está lo de la Historia de la Filosofía en 2.º de Bachillerato, que ya es obligatoria en la mayoría de las CC.AA. Ahora bien, no hay ningún compromiso concreto y no pasa de una declaración de intenciones. Nada dice sobre las asignaturas que van a perder peso para dar entrada a la Historia de la Filosofía en algunos itinerarios de Bachillerato. Supongo que se podrá seguir el ejemplo de las Comunidades Autónomas que ya la tienen.
En la otra asignatura, la de Ética en 4.º de ESO, topamos en un problema serio: ahora es alternativa a la Religión, lo que abre otro frente de debate más complicado: ¿se puede sostener que la asignatura de Religión confesional es alternativa a la asignatura de Ética? ¿Debe la asignatura de Ética ser obligatoria para todo el alumnado, al margen de una posible asignatura de Religión confesional? No es el momento de hablar de este tema aunque posiblemente merezca la pena abordarlo.
Volviendo a la noticia, conviene hacer algunas observaciones. Como toda asignatura, incluidas algunas clásicas que se mantienen siempre, la de Filosofía tiene una historia en la que los objetivos educativos son solo un parte del problema. Influyen también conflictos sociales, intereses concretos de colectivos de profesores…. Iwor F. Goodson, un clásico en el tema, habló de la construcción social del currículo.
Xavier Zubiri
María Zambrano
En el caso de la Historia de la Filosofía, podemos recordar: en la dictadura de Franco fue un asignatura importante del último curso de Bachillerato, el Preuniveristario y luego el COU.
Con la LOGSE, en 1992, se llegó a la situación actual: solo se cursaba en un itinerario, aunque entonces no entraba en la PAU; para los asesores del Ministerio, inspirados por Comte, la filosofía pertenecía a una etapa metafísica y medieval que debía ser superada en la etapa científica del desarrollo de la humanidad.
El gobierno de Aznar volvió a introducir la asignatura, pues educación la controlaban los democratacristianos y la Iglesia Católica siempre ha mantenido la importancia de lafilosofía. El mismo Papa Juan Pablo II lo dejó claro en la encíclica Fides et Ratio. El gobierno de Zapatero no entró en ese tema y vinieron los neoliberales que tomaron el mando de educación y para ellos, como casi todo el mundo sabe, sobre todo Martha Nussbaum, la Filosofía no aporta gran cosa a la generación de riqueza, en especial, a los beneficios económicos. Mejor quitarla del currículo e insistir en que hay que fomentar el espíritu de emprendedores, las competencias propias de los empresarios que crean empresas. Los grupos de presión a favor de la Filosofía han considerado siempre que estaba en juego la formación del pensamiento crítico del alumnado: estaba en juego la democracia.
Son temas serios, aunque no viene mal una cierta dosis de humor como la que ofrecía otro periódico, El Mundo Today. Personalmente, no tengo muy claro que la asignatura en sí misma tenga poderes para inculcar el espíritu crítico del alumnado, pues ha habido filósofos de todos los tipos, algunos muy poco demócratas. Pienso más bien que, sobre todo, depende de la forma de impartirla. Lo que sí tengo claro es que mejora la inteligencia general, esto es, el pensamiento abstracto y la capacidad de resolver problemas, y también parece que, siguiendo lo que dice este último periódico, fomenta una cierta inestabilidad emocional.
¡Qué menos se va a esperar de quienes dedican mucha atención a preguntarse si el mundo, y uno mismo, tienen sentido!
Félix García Moriyón es profesor honorario del Departamento de Didácticas Específicas de la UAM y Coordinador del grupo de formación e investigación en la resolución de problemas morales Niaia.
La entrada La asignatura de Filosofía en Secundaria se publicó primero en Aprender a pensar.
Por Andrea Giráldez-Hayes
En los últimos años, especialmente en los países anglosajones, se ha hablado cada vez más de Educación Positiva y se han llevado a cabo algunas experiencias e investigaciones interesantes. ¿Una moda más en el ámbito educativo? Aunque creemos que no, es pronto para responder a esta pregunta, y en cualquier caso estaríamos hablando de una moda basada en los resultados de investigaciones científicas que dan cuenta de beneficios duraderos observados en niños y jóvenes.
Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de educación positiva? Hablamos de un término acuñado por Martin Seligman (Seligman et al., 2009) para referirse a un enfoque cuyo principal objetivo es usar la ciencia de la Psicología Positiva y la aplicación de intervenciones o ejercicios específicos para mejorar el bienestar de estudiantes y educadores. La propuesta cuenta con el apoyo de numerosos psicólogos, investigadores y docentes de reconocido prestigio, convencidos de que una ‘buena escuela’ no aspira solo a que sus estudiantes alcancen los mejores resultados académicos, sino también a que puedan ‘florecer’ como personas seguras de sí mismas, empáticas, resilientes, felices… y comprometidas con la mejora de la sociedad.
Repensar la educación
Hace algunos años, Seligman (2011) se ocupó de formular dos preguntas a cientos de padres y madres:
Sin duda, las escuelas han de seguir enseñando muchas de las cosas que enseñan, algo que ya hacen muy bien, pero esto no supone conformarnos con lo que tenemos, sino mirar más allá y enseñar habilidades que posibiliten el bienestar de las personas. A esta posibilidad nos referiremos a continuación, pero antes de hacerlo me gustaría recordar algo que he mencionado en numerosas ocasiones. Si vamos a emprender alguna acción, debemos comenzar por los docentes. Es cierto que nuestro objetivo último es el bienestar de los estudiantes, pero parece poco probable que vayamos a conseguirlo si no nos aseguramos de que quienes van a enseñar gozan también de ese estado de bienestar. Después de todo, “enseñamos lo que somos”.
¿Qué podemos hacer para fomentar el bienestar en las escuelas?
Fomentar el bienestar es mucho más que implementar un programa de educación emocional o de pedir a las personas que sonrían todo el tiempo. Existe una cierta simplificación del tema que, lejos de ayudarnos, solo contribuye a banalizar algo que es sumamente importante.
Fomentar el bienestar supone acompañar a los estudiantes ayudándoles a conocerse mejor y a dar sentido a lo que hacen y desean para sus propias vidas, haciéndolo a través de programas validados por la evidencia científica.
En los últimos años, impulsados por el Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pennsylvania, pero también por otras organizaciones, algunas escuelas han desarrollado programas de los que sin duda podemos aprender. Uno de ellos es el llevado a cabo en la Geelong Grammar School, situada en una localidad cercana a Melbourne, Australia.
La experiencia en Geelong Grammar School
Geelong Grammar School es una de las escuelas que ha aplicado de manera sistemática el enfoque de la Educación Positiva. La escuela cuenta con más de 1.500 estudiantes distribuidos en cuatro centros y unos 200 profesores. En el año 2008, 100 docentes recibieron, en un programa de nueve días, formación específica por parte de docentes del programa de Psicología Positiva de la Universidad de Pennsylvania centrándose en seis ámbitos: resiliencia, fortalezas, gratitud, comunicación positiva y optimismo. El énfasis se puso en el desarrollo de estas habilidades en las vidas de los propios docentes, tanto a nivel personal como profesional, y solo después de ofrecieron ejemplos sobre cómo enseñar estas habilidades a los estudiantes.
Desde entonces, la escuela ha puesto en marcha programas de desarrollo del bienestar en distintos cursos en los que se trabaja en torno a algunos temas clave de la Psicología Positiva: resiliencia, gratitud, fortalezas, sentido, fluir, relaciones positivas y emociones positivas. Pero además de estos programas, el equipo directivo y los docentes se propusieron integrar la Educación Positiva en actividades cotidianas.
Así, por ejemplo, los profesores de Inglés consideraron las fortalezas y la resiliencia como temas de debate en la lectura de algunas novelas, mientras que los de Geografía pidieron a sus estudiantes que pensaran en cómo podía medirse el nivel de felicidad de una nación, y cómo los criterios para considerar el bienestar podían variar entre Australia, Irán o Indonesia. Finalmente, en las clases se integraron de manera natural espacios de diálogo que fomentaban los valores de una vida más positiva. (Para más información sobre la experiencia en esta escuela véase Geelong Grammar School, 2018).
Intervenciones de la Educación Positiva
Como antes he sugerido, implementar un programa de Educación Positiva es mucho más que aplicar algunas intervenciones. Por ello, sé que al poner algunos ejemplos corro el riesgo de que alguien caiga en la tentación de usarlos sin más, fuera de contexto. Sin embargo, no quería terminar este artículo sin ofrecer un par de ejemplos, ya que pueden dar una idea de cómo la teoría se lleva a la práctica.
Tres cosas buenas. Pedimos a los estudiantes que al final de cada día anoten tres cosas buenas que les han sucedido. Pueden ser cosas relativamente pequeñas (por ejemplo, “hoy pude responder a una pregunta difícil en la clase de ciencias”), o de mayor envergadura (“me he reconciliado con mi mejor amigo”). Junto a cada uno de los eventos mencionados, escribirán una reflexión respondiendo a una o varias de las siguientes preguntas:
Usar tus fortalezas. En las teorías de Psicología Positiva se considera que los estudiantes pueden tener más satisfacción en sus vidas si aprenden a identificar sus fortalezas y a utilizarlas en la escuela, con los amigos y la familia, en sus hobbies, etc. Los estudiantes pueden realizar el Cuestionario de Fortalezas VIA para niños. La información obtenida servirá para ayudarles a encontrar ocasiones que posibiliten un uso más frecuente.
Reflexión final
Quizá alguien se esté preguntando por qué detenerse a considerar la posibilidad de integrar los principios de la Educación Positiva en la escuela. Entre otras razones, porque en una época marcada por la inequidad, las guerras o una crisis de valores, contribuir a la formación de seres humanos íntegros, capaces de procurar su propio bienestar y también el de los demás, es la mejor apuesta para construir entre todos un mundo mejor.
Referencias
Andrea Giraldez-Hayes es profesora del Master of Applied Positive Psychology and Coaching Psychology en al University of East London y coautora del libro Habilidades para la vida. Aprender a ser y aprender a convivir en la escuela, publicado por SM.
La entrada Educar en positivo, ¿posibilidad o utopía? se publicó primero en Aprender a pensar.
Caravaggio, Los jugadores de cartas. C. 1594 |