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Isaiah Berlin |
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Jean-Charles Bouchoux |
Creieu que tothom té raó a la seva manera i que no hi ha opinions falses?
Núria Hidalgo:
Personalment no hi estaria d’acord. Penso que dir això és defensar el relativisme, no hi ha representacions ni opinions falses perquè tot és relatiu, tothom ho veu des del seu punt de vista. Sí,molt bé, una resposta que si la dones en un debat o discussió no te la tiren per terra, però és la postura més còmoda. Crec que el relativisme és una mena de porta tancada per no anar més enllà, per privar-te de fer preguntes. Una persona partidària del relativisme és una persona que es conforma amb que tothom té opinions diferents i no és pregunta per què tothom té opinions diferents.
Crec que si tots fossim partidaris d’afirmar aquesta frase i per tant defensar el relativisme, arribaria un punt que no pensaríem, no ens preguntaríem les coses, no ens picaria la curiositat de que com pot ser que d’una cosa hi hagin dos punts de vista, passaríem a ser ignorants de tot el que s’envolta perquè clar, només creuríem amb el nostre punt de vista.
Des del meu punt de vista, estem en una època on allò que penses tu és tan o més important que el que puguin pensar els altres. Així doncs, no podem jutjar la manera de pensar o de sentir-se d’una altra persona si no la podem conèixer, i això és impossible. No es pot arribar a percebre el món des dels ulls d’un altre.
És ben cert que podem posar-nos en la seva pell, i fer veure que som aquell que tenim al costat però això no és suficient. Jo crec que el que una persona diu, pensa o ens vol fer creure és perquè ell mateix n’està segur; una altra cosa és si allò que nosaltres diem, pensem o volem fer creure als altres és la mateixa. Això és impossible de comprovar, l’experiència és privada, i és del poc que ens queda que ho és.
Així doncs, en la meva opinió, si no podem tenir l’experiència d’un altre, tampoc en podem jutjar les seves idees.
Albert Alfonso:
Tal i com ho veig jo, penso que no pot ser que no hi hagi representacions falses. Això seria com el que deia Protàgores, que afirmava que tota qüestió pot ser discutida des de dos punts de vista amb igual força, fins i tot aquesta frase. Doncs bé, si partim d’aquesta suma de principis en la qual les representacions o punts de vista mai són falsos, una col, per exemple, és el mateix que un mussol i que un cavall, la qual cosa és obvi que és absurd i que per tant no pot ser que no hi hagi representacions falses.
Per altra banda, si tota qüestió es pot discutir des de dos punts de vista, no es pot presentar com a completament correcta la frase “no hi ha opinions ni representacions falses”, tal i com fa la tesis de Protàgores, perquè es pot defensar amb la mateixa força que sí que hi ha opinions i representacions verdaderes.
Encara més, si posem per cas la base de que “Tot és veritat” aquesta s’anul·la a si mateixa perquè fa verdadera la frase “No tot és veritat” fent falsa la primera, i aquesta contradicció deixa l’argument de Pròtagores en evidència.
by Eva Vázquez |
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...la Humanidad se divierte o goza de un descanso cultivado –que esa es la finalidad del hombre, y no la tarea–, o haciendo hermosas cosas, o leyéndolas, o simplemente contemplando el mundo con admiración o delicia.
(Oscar Wilde)
(Y las habitaciones son ahora espacios porosos por los que circulan incontinentemente oleadas de bits de información que reclaman nuestra atención a cada instante.)A menudo he sostenido que la sola causa de la infelicidad del hombre es que no sabe cómo permanecer sosegadamente en su habitación.
¿Que qué es la red neural por defecto de nuestro cerebro? Pues la red de estado de reposo, la que se activa cuando no hacemos nada. Fue descubierta en 2001 por el neurocientífico Marcus Raichle, que se percató en sus experimentos que, al contrario de lo esperado habitualmente, la actividad neuronal de ciertas zonas del cerebro de sus sujetos de laboratorio disminuía en los momentos de realización de las exigentes tareas cognitivas que se les mandaban. Se preguntó entonces qué ocurría en el cerebro en el tiempo entre tareas experimentales. Su investigación le condujo al hallazgo de una red específica que incrementaba la actividad cuando los sujetos parecían desentenderse del mundo exterior. Es la red de estado de reposo, la misma que se desactiva durante la ejecución de tareas y empieza a hablar consigo misma en un virtuoso bucle de ensimismamiento cuando no hay nada especial que hacer (como revisar los mensajes del móvil o recordar los documentos para llevar a la reunión del martes por la tarde o hacer la merienda del cole para...). Toma el control de nuestra mente cuando la dejamos vagar libremente, cuando –como suele decirse– soñamos despiertos.La red neural por defecto se activa solo cuando estamos en reposo, pero también cuando centramos nuestra atención en nosotros mismos y nos entregamos a la introspección, La mente empieza a vagar, y los contenidos de nuestro inconsciente se filtran en la conciencia. La red neural por defecto nos permite procesar información vinculada con relaciones sociales, nuestro lugar en el mundo, nuestras fantasías respecto del futuro y, por supuesto, las emociones.
Lo que surge es la idea de que las percepciones, los recuerdos, las asociaciones y los pensamientos pueden necesitar de una mente en reposo para abrirse paso en nuestro cerebro y establecer nuevas conexiones.
El Roto |
Confieso sentir un perverso placer cuando las predicciones de los especialistas sobre algún comportamiento colectivo fracasan estrepitosamente. Y ello aunque lo que realmente ocurre sea para mí más inquietante que lo que parecía que iba a pasar. Mi regocijo agridulce es del mismo tipo que expresa la repetidísima exclamación de Voltaire (apócrifa, por otra parte): “Estoy en completo desacuerdo con lo que usted dice, pero daría mi vida por que pudiera seguir diciéndolo”. De semejante modo, lamento que los votantes en una consulta o en unas elecciones se pronuncien mayoritariamente contra lo que aconsejan los expertos más fiables o la simple argumentación racional, pero me alegro de que tal desvío pueda ocurrir, porque la capacidad masiva de disparatar a coro es una prueba de salud democrática. De hecho, esta temible disposición es el argumento derogatorio que han empleado siempre contra la democracia sus adversarios más insignes, desde Platón a Borges. Y hoy continúa escandalizando a muchos de menor talento. Pero precisamente en ese punto estriba lo característicamente democrático. Jean Cocteau aconsejaba: “Lo que todos te censuran, cultívalo… porque eso eres tú”. Con algo de prosopopeya, también podríamos decírselo a Doña Democracia.“Esta edad vanidosa
que se alimenta de vacuas esperanzas,
ama los cuentos y odia la virtud;
esta edad que adora lo útil
y nunca ve la vida,
se hace cada día más inútil”.
(G. Leopardi,‘El pensamiento dominante’)
El Roto |
by Gila |
forges |
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Esto es lo que querían decir los filósofos políticos ingleses clásicos cuando usaban esta palabra. No estaban de acuerdo sobre cuál podía o debía ser la extensión del ámbito de esa libertad. Suponían que, tal como eran las cosas, no podía ser ilimitada porque si lo fuera, ello llevaría consigo una situación en la que todos los hombres podrían interferirse mutuamente de manera ilimitada, y una clase tal de libertad «natural» conduciría al caos social en el que las mínimas necesidades de los hombres no estarían satisfechas, o si no, las libertades de los débiles serían suprimidas por los fuertes. Como veían que los fines y actividades de los hombres no se armonizan mutuamente de manera automática, y como (cualesquiera que fuesen sus doctrinas oficiales) valoraban mucho otros fines como la justicia, la felicidad, la cultura, la seguridad o la igualdad en diferentes grados, estaban dispuestos a reducir la libertad en aras de otros valores y, por supuesto, en aras de la libertad misma. Pues sin esto era imposible crear el tipo de asociación que ellos creían que era deseable. Por consiguiente, estos pensadores presuponían que el ámbito de las acciones libres de los hombres debe ser limitado por la ley. Pero igualmente presuponían, especialmente libertarios tales como Locke y Mill, en Inglaterra, y Constant y Tocqueville, en Francia, que debía existir un cierto ámbito mínimo de libertad personal que no podía ser violado bajo ningún concepto, pues si tal ámbito se traspasaba, el individuo mismo se encontraría en una situación demasiado restringida, incluso para ese mínimo desarrollo de sus facultades naturales, que es lo único que hace posible perseguir, e incluso concebir, los diversos fines que los hombres consideran buenos, justos o sagrados. De aquí se sigue que hay que trazar una frontera entre el ámbito de la vida privada y el de la autoridad pública. Dónde haya que trazarla es una cuestión a discutir y, desde luego, a regatear. (...)
«Un hombre libre —dijo Hobbes— es aquel que no tiene ningún impedimento para hacer lo que quiere hacer.» La ley es siempre una «cadena», incluso aunque proteja de estar atado por cadenas que sean más pesadas que las de la ley, como, por ejemplo, una ley o costumbre que sea más represiva, el despotismo arbitrario, o el caos.
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