Pulsa en la imagen para ir a la guía |
Las ciencias se comportan conforme al esquema siguiente: si queremos conocer el funcionamiento de un reloj, no nos preguntamos si hay bacterias sobre sus engranajes o péndulos; el hecho de su presencia no tiene la menor importancia para la construcción y la cinética de su mecanismo. ¡Las bacterias no pueden influir en la marcha de un reloj! Asimismo se pensaba entonces que los seres racionales no podían inmiscuirse en el funcionamiento del mecanismo cósmico, en cuya investigación debía ignorarse por completo su eventual presencia.
forges |
El movimiento obrero clásico, que vivió su auge mucho después del ocaso de las antiguas revueltas sociales, ya no luchaba contra los abusos del trabajo, sino que desarrolló una sobreidentificación con lo aparentemente inevitable. Lo que perseguía era sólo ya «derechos» y mejoras dentro de la sociedad del trabajo, cuyas imposiciones hacía tiempo que había interiorizado ampliamente. En vez de criticar radicalmente la transformación de energía humana en dinero como fin absoluto irracional, aceptó el «punto de vista del trabajo» y concibió la explotación económica como un orden de cosas positivo y neutral.«El trabajo tiene que empuñar el cetro, siervo debe ser sólo el que va ocioso, el trabajo debe regir el mundo, porque solo él es el fundamento del mundo.»
Friedrich Stampfer, En honor al trabajo, 1903
Mark S. Weiner |
Una de las novedades de esta novena olimpiada ha sido la introducción de los dilemas morales como una más de las modalidades de participación, destinada en este caso a los alumnos de 4º de E.S.O. En esta ocasión, el tema central ha sido la libertad de expresión, así que en estos días traeré por aquí los dilemas que se discutieron en la final, para ofrecer mi punto de vista al respecto. Y de paso, creamos una nueva categoría en el blog, con el compromiso subsiguiente a ir publicando más dilemas para animar la discusión. En la web de la olimpiada está ya la presentación de diapositivas que se utilizó, y también los ejercicios en formato pdf. Tomamos hoy el primero, cuyo texto íntegro reproduzco a continuación:
Los pequechistes de LIBSALIBSA es una editorial española independiente con una gran vocación internacional y 35 años de experiencia al servicio de la edición, que cuenta con publicaciones en 45 idiomas entre los sellos de 286 coeditores entre 70 diferentes países del mundo. Gracias a la calidad y el diseño
de nuestra oferta en proyectos de creación propia. Esta es la presentación en su propia página web de la empresa que protagoniza nuestro primer dilema. A finales del año 2013, LIBSA tuvo la idea de publicar un libro dirigido a los niños, cuyo contenido era básicamente chistes de
contenido machista. Como no podía ser de otra manera, el libro reproducía todos los tópicos del género. Al poco tiempo los medios de comunicación se hicieron eco de la publicación, que fue objeto de críticas desde los sectores más diversos de la sociedad. La editorial, tratando de hacer alarde de neutralidad, publicó un texto similar con chistes sobre chicos. Como las críticas continuaron, finalmente ambos libros fueron retirados. Hoy, pueden adquirirse a través de Internet.
Preguntas a resolver: ¿Es aceptable moralmente que se publiquen este tipo de libros destinados al público infantil? ¿Añade algo a la cuestión el hecho de que vayan a leerlo niños?”
Éste era el dilema. Mi respuesta estaría a medio camino entre la realidad y el deseo. Y es que uno desearía que este tipo de publicaciones ni siquiera tuvieran el visto bueno de un editor, o del responsable de cualquier colección de libros infantiles. Toda publicación infantil es también una publicación de educación en valores, y los que contienen estos libros, en forma de ridiculización de las mujeres, no son un asunto de broma. Más bien han causado mucho sufrimiento a lo largo de la historia. Es precisamente ahora cuando empezamos a despegar en esta linea, y cuando comienzan a verse frutos de décadas de lucha feminista. Sin embargo, lo que uno desea choca con la realidad: no sé qué sentido tiene levantar tanto revuelo por estos pequechistes, cuando los niños se tragan semanalmente horas y horas de humillaciones en series que van desde Los simpson hasta Padre de familia, pasando por South Park. ¿Por qué nadie se mete con la emisión de estas series en horario infantil? Quizás porque haya detrás grandes productoras y empresas de medios de comunicación. Si somos coherentes con la de veces que han visto los niños cómo Bart humilla a Lisa, tampoco deberíamos rasgarnos las vestiduras con los pequechistes. Y al final, volvemos a cargarlo todo del lado educativo: se puede permitir que se publiquen y se vendan los libros, y luego es decisión de cada familia si los compra para sus hijos o no. Cosa relativamente sencilla cuando se trata de pequechistes, pero no tanto con los dibujos animados: ¿es fácil atreverse a que en casa se vean las aventuras de Cartman? Al final, la postura liberal y permisiva es muy similar a la de la aceptación. Doble discurso: buscamos la igualdad pero la sacrosanta libertad permite que nuestros niños crezcan con series en las que ven de todo, menos igualdad.
No intentes resolver este acertijo y procura emplear la intuición:
Un bate y una pelota cuestan $1.10
El bate cuesta un dólar más que la pelota.
¿Cuánto cuesta la pelota?
Daniel Kahneman |
forges |
«El bárbaro es perezoso y se diferencia del hombre culto en que se recrea en su propia abulia, puesto que la educación práctica consiste justamente en el hábito y en la necesidad de ocupación.»
Georg W. F. Hegel, Fundamentos de filosofía del derecho, 1821
La historia de la Modernidad es la historia de la imposición del trabajo, que ha dejado tras de sí una inmensa huella de destrucción y horror en todo el planeta; puesto que no siempre ha estado tan interiorizada como en el presente la exigencia de empeñar la mayor parte de la energía vital en un fin absoluto ajeno. Han hecho falta varios siglos de violencia pura en grandes cantidades para que la gente, literalmente bajo tortura, acepte ponerse al servicio incondicional del ídolo trabajo.«En el fondo, ahora se siente [...] que semejante trabajo es la mejor policía, que mantiene a todo el mundo a raya y que sabe cómo evitar con firmeza el desarrollo de la razón, la concupiscencia y el deseo de independencia. Puesto que emplea una cantidad enorme de energía nerviosa, la cual sustrae a las actividades de meditar, ensimismarse, soñar, preocuparse, amar, odiar.»
Friedrich Nietzsche, Los aduladores del trabajo, 1881
"Hoc est enim corpus meum "
Dissertacions dels alumnes de 1 BTX
Uno de los motivos fundamentales de que este blog lleva ya muchos días sin actualizar es el movimiento olímpico. Tuvimos la final de la Olimpiada Filosófica de Castilla y León el pasado fin de semana y en menos de tres estaremos ya metidos de lleno en la I Olimpiada Filosófica Española. Cuando pase toda la digitalización de contenidos, habrá tiempo para volver a la bitácora, aunque ya casi encarando el fin de curso. A partir del próximo estaré ya alejado de las tareas olímpicas y habrá más tiempo para poder comaprtir por aquí el discurrir de las clases y alguna que otra idea que me ronda la cabeza. En lo que eso llega, no me gustaría dejar de dedicar ciertas anotaciones a los “ecos” olímpicos. Empezamos hoy con el ejercicio de la final de ensayo. El tema de la olimpiada era razón-pasiones, y en este ejercicio se estiraban ambos conceptos a lo largo de la historia, con la dialéctica entre modernidad-postmodernidad.
¿Qué hubiera contestado yo si con 17 o 18 años me hacen semejante pregunta? A saber. Solo el llegar a que te la planteen ya es un mérito y un premio y demuestra la capacidad y el interés de algunos de nuestros alumnos por el mundo del pensamiento. Desde la perspectiva actual, con algunos años más que 18, me veo más que tentado a construir una propuesta a la contra: ni existió la modernidad ni existe ahora la postmodernidad. No sé si negar las categorías históricas para el mundo de las ideas puede considerarse o no una estrategia válida, pero lo cierto es que muchas veces nos movemos con clichés estereotipados. Construimos “muñequitos históricos” y jugamos a que peleen entre ellos. Vestimos cada época del color que nos viene en gana y generamos debate. Modernidad, luz y razón. Como si los en la modernidad no hubiera también, más que hoy, superstición, o como si no descansara, como apuntábamos hace ya algunas semanas, sobre pilares racionalmente dudosos.
Un esquema similar podríamos aplicar para negar la postmodernidad: no es verdad que se haya hundido la ciencia, ni que en estos tiempos neguemos la tecnología. Por mucho que nos queramos disfrazar de nietzscheanos somos hoy, si cabe, más científicos y racionalistas que en los tiempos del bigotudo alemán. Creemos aún más en el valor de la educación y, por mucho que se extienda el alarmismo moral, no parece que los derechos humanos profundicen en las tendencias nietzscheanas. En otras palabras: cada época es los suficientemente rica como para no hacer estereotipos. Hubo postmodernidad en la modernidad y hay modernidad en la postmodernidad. Otra cosa es que queramos fijarnos sólo en algunos aspectos de la realidad, quedarnos con una parte que puede interesarnos más por motivos filosóficos o discursivos, y así poder construir nuestro mensaje, crear problemas de la nada y debatir largamente sobre enfrentamientos históricos que quizás no sean tales. Un enfoque quizás provocador, y que rompe con cierta visión histórica, pero que también podría considerarse en el debate planteado. Aunque solo sea por abrir la participación, bien merece la pena plantearse esta perspectiva.
CINTA NORÓ (1 BTX A)
Vivim en un país ‘democràtic’ on gairebé tota la població està indignada. Veiem persones indignades perquè no reben beques ni ajuts, gent indignada perquè retallen en temes que ells creuen bàsics com pot ser medicina o educació, altres perquè saben que els roben des del propi govern, indignats per les lleis actuals, per les lleis futures i per les lleis que ja fa temps que hi són.
Això no està bé, els ciutadans d’un país democràtic han de sentir-se a gust en ell, la població del meu país hauria de defensar i entendre les lleis d’aquest, ara bé, com diria Krishnamurti no és saludable estar adaptat a una societat malalta. Dins tot aquest desastre, dins tot aquest crític moment, encara podem fer una valoració positiva, almenys en part. El millor de tot això és que hi ha gent que es mou. Aquesta situació mostra una part de la societat activa, crítica, amb opinió i amb idees.
Per algú que mana no hi ha res més interessant que els seus súbdits callin, que acceptin les seves normes. Per aquesta mateixa raó treure la filosofia del currículum de batxillerat és una cosa interessant per a alguns. Jo, com a alumna de Batxillerat que estic cursant aquesta assignatura i com a ciutadana d’un país que necessita cada cop més persones crítiques, crec que és necessària. Al llarg de la meva vida escolar m’han ensenyat moltes coses, algunes útils, altres no tant, algunes que m’han agradat i altres que m’han avorrit. Entre totes elles la filosofia destaca, no per ser la més divertida i la que més agrada a tothom, sinó per ser la única que no t’explica res, per ser la que fa que tu preguntis.
Ens passem la vida seguint unes regles. Regles de comportament, regles de física, regles ortogràfiques… Però ningú es pregunta d’un surten aquestes regles, per què les hem de seguir, si són lògiques o si són útils. Donem per suposat tot el que ens diuen. Com deia Wittgenstein, quan som petits simplement aprenem el que ens diuen, no és fins que ens fem grans que coneixem el món i cal que ho fem sense donar cap creença per bona, cal que ho fem plantejant-nos-ho tot. El que ell no deia és que aquesta inquietud no surt sola, necessitem algú que desperti l’ànima, com diria Sòcrates amb l’art de la maièutica.
Des de que he començat a cursar l’assignatura de filosofia no sé si existeixo o no, no sé què fa que algunes coses estiguin bé, no sé què he de fer per aconseguir la felicitat, no sé què és real ni que és veritat o com conec el món i aprenc tot el que sé. Però puc dir que des de que he començat aquesta assignatura sóc més sàvia que abans, en el moment en el que comencem l’assignatura de filosofia comencem a ser ciutadans actius, crítics, amb opinions, podríem dir (per a alguns) perillosos.
El Roto |
forges |
El Roto |
Susana Martínez-Conde |
Desde que tengo uso de razón he sentido una profunda curiosidad por el comportamiento de los seres humanos, podría decir que incluso admiración aunque no precisamente en la mejor acepción de esta palabra.
Cuando digo curiosidad no me refiero a tener deseos de conocer sus misterios, sino a lo complicado que me resulta comprender como unas criaturas que viven a merced de fuerzas que no pueden controlar, ya sean fenómenos naturales, sentimientos o simplemente situaciones que escapan al entendimiento, se creen los dueños del mundo y actúan como si fuesen a permanecer aquí eternamente ignorando por completo la fragilidad de su existencia. ¿Por qué el pérfido afán de las personas por conseguir poder económico?… sin importar qué o quién reciba los embates que se descargan mientras se procura dicho propósito. En mi opinión, todos esos esfuerzos son en vano pues si las personas fuéramos entidades capaces de vivir perennemente sería algo comprensible, es decir, es lógico querer garantizar nuestra subsistencia y si además ésta puede ser cómoda, mucho mejor pero no es el caso, lo que nos hace además de mezquinos, idiotas. Por otra parte la admiración de la que hablo no es sino un enorme asombro por la falta de hospitalidad y la crueldad que mostramos para con nosotros mismos, pues el hombre es el único individuo que inflige dolor y siente placer con ello. Y lo peor de todo es que esta estupidez y esta insensibilidad no tienen un límite, como he podido comprobar a lo largo de los años, sino que por el contrario parece ir en aumento. Reflexionando sobre estos hechos, llego a la conclusión de que si bien ya no me extrañan tales acciones el ser humano nunca dejará de sorprenderme.Aunque la lógica del trabajo y su transformación forzada en materia dinero puedan presionar en esa dirección, no todos los ámbitos sociales y las actividades necesarias se dejan apresar en esa esfera del tiempo abstracto. Por eso, junto con la esfera «independizada» del trabajo, surgió, en cierto modo como su otra cara, también la esfera privada del hogar, de la familia y de la intimidad.«La humanidad se ha tenido que hacer cosas espantosas antes de conseguir crear el sí mismo, el carácter idéntico, instrumental, masculino del ser humano, y algo de eso se repite todavía en cada infancia.»Max Horkheimer y Theodor W. Adorno, Dialéctica de la Ilustración
forges |