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El café de Ocata
Descubrí hace tiempo en Praga a Frantisek Drtikol. Nunca me ha decepcionado.
El pensamiento, 1924.
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El café de Ocata
Llevo un tiempo sospechando que hay demasiados buenos.
Los veo por todas partes, agazapados tras una buena causa, esperando la oportunidad de saltar sobre ella y poner de manifiesto públicamente lo buenos que son.
Creo, incluso, que comienza a haber buenos en paro porque todas las buenas causas ya están copadas.
Son gente -no hay duda de ello- buena. Muy buena. Tan buena, tan buena que la mayoría no tiene tiempo de hacer bien su trabajo. Están agobiados de bondad.
Siempre sospeché de la llamada RSC, Responsabilidad Social Corporativa, porque me parecía que, por ejemplo, la obligación de un banco es hacer bien su trabajo con inteligencia y honestidad, no competir éticamente con otros bancos. Pasarán a la historia del absurdo aquellas cajas de ahorros que pedían a sus clientes que eligiera la buena causa en la que la entidad mostraría su generosidad filantrópica, mientras en sus despachos de dirección jugaban a la ruleta rusa haciendo caridad con dinero ajeno.
Pero la RSC es sólo un índice de la beatería de la moral del psicosocialismo triunfante.
Yo, buenos, buenos a secas, sólo quiero los justos. Pero buenos vecinos y buenos profesionales, cuantos más mejor. ¡Que Dios condene al peor lugar del infierno al que te sirve a primera hora de la mañana un café que te deja el cuerpo revuelto el resto del día!
No quiero empatizar con nadie. Pero cedo el asiento en el tren si hay alguien que lo necesita más que yo y ayudo a llevar el carro de la compra a una viejecita. No lo hago por empatía, sino por urbanidad.
Tampoco quiero que empatices conmigo. Si alguna vez tropiezo y me caigo, no hace falta que sientas mi dolor, tendré suficiente con que me ayudes a levantarme.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
"No ha mucho escribía un catalán que los vascos somos lúgubres. ¿Qué saben de alegría los que tienen que ir a buscarla fuera, en el movimiento y la luz, porque no la hallan dentro, en la quietud y la sombra?"
Miguel de Unamuno, "Mi bochito", artículo publicado en El Centenario, junio de 1900.
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El café de Ocata
El primero, esta mañana, en la facultad de educación de la Universidad de Barcelona:
El segundo ayer, para compensar los desplantes de la pedagogía, me receté una dosis de Enrique García-Máiquez y Armando Pego, que no sale en la foto, pero es el culpable de todo.
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9:20
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El café de Ocata
En una carta que Julián Gorkin le escribe a Dionisio Ridruejo el 5 de mayo de 1969, encuentro estas palabras: “¡Qué de tonterías hicimos todos y qué caras las hemos pagado todos y las ha pagado sobre todo nuestro pueblo! Puesto que nadie ha dicho ciertas cosas en nombre de una autosatisfacción que no abonan los hechos –el último Azaña-, tendré que decirlas yo superados los complejos y las conveniencias. Eso o el silencio”.
Al final ha triunfado el silencio.
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23:28
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El café de Ocata
Libro de música de 6º de primaria (11 años).
Vía
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21:59
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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Rogarla, desdeñarme; amarla, hundirme;
seguirla, defenderse; asirla, airarse;
querer y no querer dejar tocarse
y a persuasiones mil mostrarse firme;
tenerla bien, probar a desasirme;
luchar entre mis brazos y enojarse;
besarla a su pesar y ella agraviarse;
probar, y no poder, a despedirse;
decirse agravios, reprenderse el gusto
y, en fin, a baterías de mi prisa,
dejar el ceño, no mostrar disgusto,
consentir que le aparte la camisa,
hallarlo limpio y encajarlo justo:
esto es amor y lo demás es risa.
Quevedo
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El café de Ocata
“Such a question as, Why does everything in Spain look Spanish? is one of those apparently idiotic questions that opens up quite unexpected areas of vision.”
Northrop Frye, “Spirit and Symbol,” Words With Power, 2008
Vía Futility Closet
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14:41
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El café de Ocata
Otra prueba de que me estoy haciendo viejo: me interesa mucho más lo que decía Carneades que lo que dice Pablo Iglesias -el joven.
Dos apuntes de Cicerón sobre Carneades:
1) Lo que pretendía con su enseñanza era excitar en los romanos el apetito de pensar: excitabat ad veri investigandi cupuditatem.
2) Quería arrancar de los espíritus "el fiero monstruo de la afirmación precipitada y de la temeraria credulidad".
Ahí queda eso.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
"El 27 de febrero de 1947 (...) Günther Krauss conoció personalmente a Franco (...). Posiblemente la audiencia se debió a la fama que el abogado renano había alcanzado en Alemania como partidario de la reintroducción de la pena de muerte".
A lo largo de la entrevista, Krauss le confesó a Franco su admiración por haber conservado en el corpus legal español este castigo porque a su parecer, la abolición de la pena de muerte concedía total impunidad al crimen. "Excelencia", le dijo, "usted ha rechazado todos los intentos de eliminar esta pena. Se lo agradezco y le ruego que jamás acepte las peticiones de su eliminación".
La respuesta de Franco fue la siguiente: "lo primero que uno esperaría de un abogado es que quisiera implementar un sistema penal lo más suave posible para los intereses de sus clientes".
En el gran libro de Miguel Saralegui, Carl Schmitt pensador español, Trotta, 2016
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El café de Ocata
Al ser detenida como sospechosa de haber participado en el asesinato de Trotsky, Sylvia Ageloff escribió esta nota, que acabó en poder de Julián Gorkin:
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El café de Ocata
"La tesis obsesionante de Zhdanov es que hay que volver a escribir de nuevo toda la filosofía occidental desde los presocráticos hasta el idealismo alemán, porque los filósofos desde Parménides hasta Hegel, aunque eran premarxistas, no supieron dar forma premarxista precisa a su pensamiento".
Jesús Fueyo, comentando la La historia de la filosofía occidental europea de Zhdanov en La vuelta de los budas
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El café de Ocata
Este ha sido mi último artículo en el diario ARA, así que, señores directores, estoy disponible.
Ser abueloTenía intención de escribir otro artículo, mucho más serio, pero mis nietos Bruno y Gabriel (6 y 2 años) están aquí al lado, intentando elaborar lo que llaman "la receta del estofado mareante", y se ríen tanto, que se han apropiado de toda mi atención.
Las experiencias más importantes de la vida se anuncian haciendo sonar una cuerda en tu interior que produce una música que no sabías que llevabas dentro y de la que ya no puedes prescindir. La música de ser abuelo es bien peculiar. Ser abuelo es redescubrir que sigue siendo divertido jugar por el suelo imaginando que eres un perro... aunque luego te cueste un poco levantarte y al adquirir la posición vertical sientas un leve mareo. Es atreverte a reinventar las posibilidades inéditas que hay escondidas dentro de cada cosa elemental. ¡Qué montón de potencialidades puede llegar a tener una humilde caja de zapatos! O un sencillo palo. O la luz reflejada que chisporrotea en el techo. Ser abuelo es, también, olvidarte del sentido del pudor y la vergüenza. Me di cuenta de esto cuando mi nieto Bruno tenía 6 días. En ese momento los medios hablaban mucho, y de manera muy escandalosa, de la gripe aviar. Y mi nieto tosió. Inmediatamente lo llevé a urgencias.
El escritor Martin Amis dijo en una ocasión que "los nietos son el telegrama de la funeraria". Me tomo sus palabras como la constatación de que los abuelos melancólicos están totalmente contraindicados. Yo veo a mis nietos como un inmenso premio de consolación que me tenía reservado la vida para cuando el oído, la vista, las rodillas y no me quiero acordarme de nada más, me empezaran a fallar. La naturaleza, que a diferencia de la cultura suele ser muy cínica, a veces te sorprende con alguna ironía inesperada, pero muy satisfactoria.
Puedo asegurar que de todas las cosas que me han pasado en la vida, la más inesperada ha sido la vejez, que se presentó sin anunciarse. Recuerdo perfectamente el día que me topé con ella. Fue en un Cercanías de la RENFE, cuando una joven se levantó para cederme su asiento. Bendita sea; ¡pero qué daño me hizo! Ahora bien, todo esto queda compensado con la presencia de los nietos. Si la ocasión lo requiere, suelo dar este consejo: "No tengas hijos, limítate a tener nietos". Obviamente es un consejo irónico, porque lo más maravilloso de todo, incluso más maravilloso que la primera media hora con los nietos, es ver a tus hijos haciendo de padres.
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El café de Ocata
El 6 de octubre de 1981, Jesús Fueyo pronunció
su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Le respondió Manuel Fraga, que comienza diciendo que ambos nacieron el mismo año, 1922, y por lo tanto comparten un mismo horizonte generacional. Me han llamado la atención las siguientes líneas del corto discurso este último:
"Jesús Fueyo se licenció en Derecho por la Universidad de Madrid, tras unos estudios como sólo los realizamos los jóvenes que sabemos que sólo lograremos lo que resulte de nuestro esfuerzo, sin padrinos ni reservas".
"Su última obra
La vuelta de los Budas, ensayo-ficción sobre la última historia del pensamiento y de la política (1973) ha sido calificada por la crítica como "ese raro género de obras que nada más salir a la luz, ya demandan imperiosamente el calificativo de clásica". (1)
"Nuestros contemporáneos, nos guste o no, son los sacerdotes postconciliares, los guerrilleros afganos y las jóvenes minifalderas".
"Es lo cierto que cuanto más se desmenuza la Historia más pierde su sentido y sobre todo la importancia de su magisterio". (2)
"Hace mucho tiempo que los pueblos y civilizaciones saben que son mortales (...). Lo que es nuevo es que justamente ahora no hay registros espirituales a los cuales acudir como asidero de esperanza".
(1) Yo sólo he dado con dos reseñas del libro. Una de ellas es la del editor, que es a la que se refiere Fraga.
Se encuentra AQUÍ.
(2) Es decir:
"no analices, muchacho, no analices".
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Dos mujeres. Una, de frente. La otra, de espaldas. Me dirijo a la primera.
- Buenos días. Vengo a visitar a don Marcelino.
- ¿Qué?
- ¿Está en casa, verdad?
- ¿Qué?
La otra se da la vuelta. Sonríe.
- Ya no pone los pies en la calle - me dice.
- Sólo quería pasar a saludarlo y hacerme una foto con él.
- Si es sólo para eso puede pasar.
- Gracias.
- Y si le habla, cuéntemelo, por favor.
- Habla mucho, pero se lo escucha poco.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Juan tenía un diamante de valía
y, por querer saber lo que tenía,
la química estudió, y ebrio, anhelante,
analizó el diamante.
Mas ¡oh, qué horror!... Aquélla joya bella,
lágrima, al parecer, de alguna estrella,
halló, con rabia y con profundo encono,
que era sólo un poquito de carbono...
Si quieres ser feliz, como me dices,
no analices, muchacho, no analices...
Joaquín María Bartrina y de Aixemús (Reus, 1850 – Barcelona, 1880)
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17:46
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El café de Ocata
La Calle de los besos, con el pack completo.
Franco descabezado.
Pero murió en la cama con la cabeza sobre sus hombros.
Hoy me han llegado dos libros más de Fueyo:
La época insegura y su discurso en el acto de su recepción como académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (6 de octubre de 1981). Se titula
La época insegura. El primero lleva esta dedicatoria: "A mis hijas, en edad de inocencia, que crecen hacia un mañana al que debemos luz".
En lo que me ha costado comer, ha habido quien ha tenido tiempo de mostrar su indignación ante el tirano decapitado. "¿Qué piensas de todo esto?", me ha preguntado un periodista. "Qué tenemos un problema de dispepsia histórica" le he contestado. "¿Qué?", me ha vuelto a preguntar. "No nada, que no opino nada". "¡Ah!".
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El café de Ocata
Estoy devorando este libro. He llegado a la página 359 de las 600 que tiene y ya estoy sufriendo porque se acaba. ¡Qué inmenso! Es algo así como la novela metafísica de la decadencia de Europa escrita desde el puesto de Consejero Nacional del Movimiento (por designación directa del Jefe del estado) del autor. Lo leo como si fuera la segunda parte del
Ensayo de Donoso. Erudición -mucha, mucha-, ironía -abundante y especiada-, mala uva -dosificada y certera-, buena prosa y un escenario nebuloso, en Sils Maria, en el que se congregan todos los fantasmas que parecían significar algo en los años setenta del siglo pasado europeo. El protagonista de todo este entramado hiperbólico, desmedido y absurdo pero, a mi modo de ver, sincero, es Herr Professor Gottlieb Erlöser Panaceo (el nombre ya lo dice todo), trasunto sintético de Heidegger y Kojève y autor de obras como
Lógica como dialéctica social de la existencia pura,
Metafísica material de la Nada absoluta,
Teoricea soteriológica del Hombre o
Del cuádruple principio de la insuficiencia de la razón.
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21:54
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El café de Ocata
En los manuales soviéticos de historia de la filosofía se explicaba la teoría de la reminiscencia platónica a partir de la afirmación de que este filósofo fue el ideólogo de la aristocracia esclavista ateniense. La Crítica de la razón pura se reduce a un mero impuso reflejo de la ideología de la naciente burguesía alemana y el neokantismo se adelgaza hasta quedar convertido en misérrimo kantismo reaccionario y subjetivo-idealista.
Pero quizás el premio a la idiotez historiográfica marxista se lo lleve Lukács, que en su Die Zerstörung der Vernunf se despacha a gusto con Dilthey, Scheler, Heidegger y Jaspers. Al primero lo trata de fundador de la filosofía imperialista de la vida; al segundo, de filósofo de la estabilidad relativa de la vida y resume la filosofía de los dos últimos como miserere del subjetivismo parasitario.
Dicho lo anterior, y entre nosotros, reconozco que encuentro cierto aire poético en eso de "filósofo de la estabilidad relativa de la vida" e incluso me parece un caso de justicia poética tratar la filosofía del autor impenetrable de Sobre el evento -Heidegger- de "miserere del subjetivismo".
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El café de Ocata
Mercat de Sant Antoni, Serrat de rebajas.
Plaza de España
Plaza de España
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El café de Ocata
¿Pero este supuesto e ignoto "estudiante del siglo XXI", al final dice algo interesante o no?
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El café de Ocata
Tras leer este artículo, me han dado ganas de aplaudir a la Academia Sueca por haberle dado el premio Nobel de literatura a Dylan. ¡Ya ven ustedes, qué volubilidad la mía!
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El café de Ocata
Me pide mi amiga B. que escriba algo sobre el premio Nobel de literatura que le han dado a Bob Dylan. Le cuento que mi primera reacción al enterarme ha sido ponerme a recoger firmas para promover a Keith Richards como próximo premio Nobel de medicina.
Que conste que yo me leía los poemas que escribía Dylan en sus años jóvenes, que acabaron en la basura con otros muchos, muchos libros, el día que decidí hacer limpieza de todo lo que sabía con certeza que no me volvería a leer.
No entiendo este premio. Comparo a Dylan con los nombres de otros posibles candidatos, como Claudio Magris, Milan Kundera, Amos Oz, Peter Handke, Paul Auster... y el cantante me parece un enano literario.
En fin, déjenme que les cuente una historia de risa para acabar con esta broma. En La cruz de hierro, la película de Sam Peckinpah, un soldado oye un ruido retumbante, sale de su trinchera y grita: “Tanks! Tanks!” En los subtítulos franceses se puede leer: “Merci, merci!” Quizás todo esto se deba a la genialidad del traductor de las canciones de Dylan al sueco.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Tengo que celebrar mi encuentro con el navajo Stevie Mannel en Page, Arizona. Estaba -el indio- completamente borracho y se le había metido en la cabeza que yo era novelista. Yo, a mi vez, quise saber si aún quedaba memoria entre los navajos del indio Manuelito.
Tengo que celebrar un cuatro de julio en Escalante a donde llegué porque en Antinomia no había conexión a internet.
Tengo que celebrar aquella mañana en que recorrimos Devil Dog Road y mi Agente Provocador y yo nos paramos a desayunar huevos rancheros en el restaurante de la india Hualapai.
Tengo que celebrar mi reciente viaje a Uruguay, a donde me invitaron porque habían leído mis libros.
Tengo que celebrar mi próximo viaje a México. Me invitan el Ateneo Español y el gobierno mexicano porque han leído mis libros. Tengo que celebrar que no tengo tiempo material para saludar a tantos amigos mexicanos como me gustaría.
Tengo que celebrar que mañana como una paella en La Cuina dels Capitans con mi amigo mexicano Luis Moctezuma.
Tengo que celebrar a Homero Aridjis y a los amigos de Chile, de Uruguay, de Paraguay, de Perú, de Venezuela (¡a ver cuándo podemos hacer, finalmente, ese viaje tantas veces pospuesto!), de Cuba (en este caso añado mi admiración por su compromiso con los derechos humanos), de Puerto Rico...
Tengo que celebrar todo lo que nos une, que es, exactamente, todo lo que queramos que nos una.
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El café de Ocata
"Y porque la carabela Pinta era más velera e iba delante del Almirante, halló tierra e hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana".
Cristóbal Colón
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El café de Ocata
Uno de mis primeros días en la Casa, lo consagré a una conversación con el director general de primera enseñanza. Por él me enteré de que había en España unas 11.500 escuelas que carecían de maestro y unos 11.500 maestros que carecían de escuelas -pero no de sueldo-. De modo que la república, al cabo de tres años de gestión, pagaba a 11.500 maestros que no enseñaban y tenían privadas de enseñanza por lo menos a 300.000 criaturas.
Le hice traer la documentación. "Vamos a ver, éste. ¿Por qué está ausente?" -"porque está con una beca estudiando pedagogía en Lovaina" -"Me parece muy bien que estudie. Pero mientras estudia él, ¿qué pasa con los chicos?" -"Como no hay maestro, la escuela está cerrada" -"Nombre usted a otro". Aquel hombre se escandalizó. "Pero, señor ministro, es él el maestro PROPIETARIO."... -"¿Y éste?" -"Pues éste, como es diputado, está ausente." -"Y la escuela, ¿cerrada?" -"Claro, sí señor. Porque él es el PROPIETARIO.(...)Me volví al director general y le dije: "Bueno. Hoy es el 15 de marzo. Si el 15 de agosto no me ha reducido usted ese escándalo de 11.500 a 500, me traerá usted su dimisión". El que dimitió, o fue dimitido, fui yo. Y no a los dos meses, sino a las cuatro semanas.
Todo esto me hacía desesperar no de la república, sino del país.
Salvador de Madariaga, Memorias.
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El café de Ocata
"¿Qué escuela será la mejor? La escuela ideal será la que sea la menos escuela posible. El sistema pedagógico ideal será el que no tenga nada de sistema. Recientemente se ha publicado un libro de un maestro norteamericano, Angelo Patri, titulado La escuela del futuro. En sus páginas se van siguiendo los titubeos del cambio, la preocupación, el esfuerzo para vencer las resistencias y los prejuicios; pero también la marcha firme y segura, la satisfacción y la sorpresa de las maestras recelosas, el cambio total en los niños y el fruto positivo".
"Los libros, los pupitres, la inmovilidad, el silencio, no abrir la boca sino cuando toca, aprender pasivamente en tanto que sólo el maestro piensa -dice Patri-, son condiciones que supondrán siempre una disciplina de contención, una rutina impuesta. Pero la disciplina auténtica es algo personal que brota del alma que reflexiona y que comprende [...]. Los padres tienen miedo a la libertad de sus hijos, sienten miedo cuando ven que se forman autónomamente. Como esta es su manera de pensar, la escuela está hecha de manera que los satisfaga: cada clase se parece a todas las demás clases, cada pupitre es igual que todos los demás, cada niño se parece a todos los demás niños".
Todo el contenido de los dos párrafos anteriores está extraído literalmente del libro Caminando y pensando, de Azorín, escrito en 1929. El libro de Angelo Patri al que hace referencia Azorín es A schoolmaster of the great city, publicado en los Estados Unidos en 1917 y traducido al francés en 1919 con el título Vers l'école de demain. Azorín no fue el primero en hablar de Patri en España. En 1924 Rodolfo Llopis había publicado La escuela del futuro según Ángel Patri, que es un buen ejemplo del interés que los institucionalistas sintieron por este pedagogo. Leemos en el prólogo del libro de Llopis: "La escuela, en general, es una cosa muerta. Vive de espaldas a la vida, sin tener contacto con ella".
La escuela siempre ha sido una experiencia polémica y plural, porque nunca ha estado completamente satisfecha de sí misma. Ni nunca debería estarlo, porque tiene el deber de la ambición. Pero a veces la ambición desbocada les empuja a algunos a anunciar el inminente fallecimiento de los que no son como ellos. De hecho, esta añoranza de futuro es una de las formas del conservadurismo pedagógico. Conviene, sin embargo, dejar claro que, aunque se practiquen diferentes estrategias organizativas y metodológicas, todos los docentes quieren hacerlo bien, aunque no por eso todos aprendan las mismas lecciones de su experiencia, ni piensen lo mismo sobre qué es una experiencia educativa, ni tengan las mismas ambiciones intelectuales.
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El café de Ocata
"Cuentan de Unamuno que una noche, en la casa de campo de un amigo, se paseaba por la alcoba horas y horas; hasta que, inquieto el amigo, que desde la alcoba de al lado le oía, fue a preguntar si algo le pasaba. "¡Nada, nada!", contestó Unamuno. Pero al fin confesó que tenía un vivo deseo de persignarse y por eso no dormía. "¡Pues persígnese, hombre de Dios, y duerma!" -exclamó el amigo. "Eso jamás -replicó con viveza el filósofo-. Me lo veda mi pensamiento."
Salvador de Madariaga, De la angustia de la libertad.
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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Verde está el campo de anís.
Un águila color gris
vuela sobre el camposanto.
Sobre la flor del acanto
una vieja se hace pis.
Azul el campo de anís.
Camilo José Cela, claro
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13:03
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El café de Ocata
"¿Pero qué pensaría un lector si explicáramos el tradicionalismo de don Marcelino [Menéndez Pelayo] por su afición al aguardiente?"
Unamuno a José María de Areilza, en las memorias de este último, Así lo he visto
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El café de Ocata
"... ojos que habían leído todo lo que cabe leer y no aguantaban ya más tristeza".
Salvador de Madariaga, Memorias.
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12:00
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El café de Ocata
Siendo jefe militar y, por ende, señor absoluto de una provincia de China, Jsu invitó a comer a un rival que le creaba abundantes problemas políticos. "La comida fue exquisita y refinada, salpicada de epigramas improvisados en cuartetas, arte en el que, por lo visto, son maestros los chinos aunque sean generales, de modo que huésped y anfitrión rivalizaron esta vez en poesía epigramática". Terminada que fue la fiesta culinaria y poética, Jsu expuso a su invitado que lo menos que podía hacer para agradecérsela era permitirle que la guardia armada que esperaba en el patio le cortase la cabeza, por ser el único objeto que creaba desorden y discordia en la provincia. El huésped consideró la propuesta muy razonable. "Muy bien", concluyó Jsu. "Tenga la bondad de bajar al patio y mis guardias se encargarán de lo demás".
Salvador de Madariaga. Memorias.
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22:41
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El café de Ocata
Ya saben:
si los curas y frailes supieran
la paliza que van a llevar,
subirían al coro cantando
libertad, libertad, libertad.
Lo que quizás ustedes no sepan es que cuando le preguntaban a Salvador de Madariaga por el significado del
Himno de Riego, solía contestar: "Vous comprenez, Madame, pays très sec, l'Espagne, c'est l'Hymne de l'irrigation". Lo cuenta él mismo en
Dios y los españoles.
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21:11
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El café de Ocata
Cristóbal del Hoyo Solórzano y Sotomayor, Marqués de la Villa de San Andrés y Vizconde de Buen Paso (Tazacorte, Canarias, 1677- San Cristóbal de la Laguna, 1762), excusa en una de sus cartas a Judas Iscariote de una manera que da que pensar.
Tras haber oído un Jueves Santo a un predicador despotricar de manera encendida contra Judas, un soldado salió colérico de la iglesia dispuesto a darle al felón traidor su merecido. El demonio, que anda siempre al quite, se le apareció y se ofreció a conducirlo hasta su escondite. Al llegar al lugar, el soldado echó mano a su espada y hubiera acabado en un periquete con Iscariote si éste no le hubiera convencido, no sin esfuerzo, para que escuchara la verdadera versión de lo acaecido. "Atiéndame, Señor Soldado", le rogó, "y si no tengo razón, hará usted lo que quisiera de mi."
"Yo, Señor Sargento", dijo Judas, "era comprador en la casa de mi Maestro en tiempos en que no éramos en mesa más que doce, pero creció la familia mucho y el dinero era tan poco, que no me alcanzaba para el gasto. En este estado, mi Maestro, manirroto, se empeñó en que debíamos hacer una cena magnífica sin tener un cuarto. Unos judíos me dicen que me darían treinta monedas si les decía cuál era mi Maestro. Aunque no juzgué buena aquella acción, pensando que mi Maestro se paseaba por el mar como cualquiera por su casa; que atravesaba paredes, como hace el sol por los vidrios; que del agua hace vino y de cinco peces comida para muchas almas, decidí tomar el dinero, que mi Maestro ya haría de las suyas para salvarse y los judíos quedarían burlados y nosotros, remediados. Pero llegada la hora, lo agarraron, y él se dejaba agarrar como un cordero, y yo me decía para mi sayo: "¿A qué espera este hombre?" Pero viendo que se lo llevaban sin que nada de lo que yo había previsto aconteciera, me salí afuera contrito, y me colgué. Estos pocos reales me quedaron, aquí los tiene usted, y déjeme en paz, por su vida, que bastantes preocupaciones tengo yo".
Las Cartas del Marqués fueron publicadas en 1740 por fray Gonzalo González de San Gonzalo (no me invento su nombre, que ahí está Google para verificarlo).
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12:30
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El café de Ocata
Acceso libre.
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El café de Ocata
Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba
-rumba, macumba, candombe, bámbula-
entre dos filas de negras caras.
Ante ella un congo -gongo y maraca-
ritma una conga bomba que bamba.
Culipandeando la Reina avanza,
y de su inmensa grupa resbalan
meneos cachondos que el gongo cuaja
en ríos de azúcar y de melaza.
Prieto trapiche de sensual zafra,
el caderamen, masa con masa,
exprime ritmos, suda que sangra,
y la molienda culmina en danza.
Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba.
Flor de Tortola, rosa de Uganda,
por ti crepitan bombas y bámbulas,
por ti en calendas desenfrenadas
quema la Antilla su sangre ñáñiga.
Haití te ofrece sus calabazas;
fogosos rones te da Jamaica;
Cuba te dice: ¡dale, mulata!
Y Puerto Rico: ¡melao, melamba!
¡Sús, mis cocolos de negras caras!
Tronad, tambores; vibrad, maracas.
Por la encendida calle antillana
-rumba, macumba, candombe, bámbula-
va Tembandumba de la Quimbamba.
Luis Palés Matos
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21:52
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El café de Ocata
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El café de Ocata
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El café de Ocata
Comentario de Balmes sobre una intervención de Donoso Cortés en un debate del Congreso sobre la devolución de los bienes desamortizados al clero. Abril de 1845.
"Tomó también parte en la discusión el Señor Donoso Cortés, pronunciando uno de aquellos discursos que, si no convencen el entendimiento cautivan siempre la atención (...). Cuando el Señor Donoso habla, todas las conversaciones cesan, todos los oídos se aplican, porque sus discursos no se parecen a nada que no sea ellos mismos (...). Sus palabras no son nunca vacías; siempre envuelven un pensamiento; la lástima está en que a veces este pensamiento envuelto en la palabra, no es más que una imagen hermosa o la brillante chispa que broya de un contraste. Las imágenes y los contrastes son una necesidad para el talento del Señor Donoso (...). Es tal la afición que tiene a la magnificencia y esplendor de las formas, que con frecuencia se olvida del fondo (...). Por lo que toca a contrastes, los encuentra tan originales, tan bellos y deslumbradores, que se hace disculpar la falta de naturalidad en gracia del ingenio. El Sr. Donoso no sabe qué hacerse con una idea, por grande que se la suponga, si está sola; necesita otra que contraste con simetría. (...)
Los discursos del Sr. Donoso nadie los escucha para convencerse, sino para recrearse en su belleza, en su originalidad, a veces algo extraña. No pertenece propiamente al sistema parlamentario, es un orador excepcional, excéntrico."