22458 temas (22266 sin leer) en 44 canales
Tras varios comentarios y emails preguntando si todavía estoy vivo puedo confirmar que sí.
Han pasado ya 6 meses aproximadamente en los que no he podido dedicar tiempo al blog, tampoco mucho a la reflexión, a la lectura, y casi ni siquiera al ocio o al descanso, algo que he aprovechado para hacer un pequeño experimento introspectivo, como de costumbre, y que quiero relatar a continuación.
Quien me conozca, o me haya leído anteriormente, sabrá que suelo ser muy crítico con los individuos que no trabajan para gobernarse a sí mismos antes que nada, igualmente suelo ser muy crítico por quien no se piensa, por quien deja su vida en manos de decisiones de otros y de influencias de terceros, así también con los que no meditan sus decisiones más inmediatas, sus palabras, sus actos, y en definitiva con quien no hace una buena base para poder entender y pensar su vida de la mejor manera que lo pueda hacer una persona, y soy crítico con ello pues creo que es la única manera en que la humanidad puede mirar al futuro con esperanzas de un mundo mejor.
A quien no se mira de vez en cuando en ese espejo filosófico en ocasiones lo he llegado a calificar de “bulto” o incluso de “sujeto-basura”, pues para mí es como un voto en blanco, pues está ahí, representa a alguien, pero no influye en el curso, se limita a apoyar y a moverse con la mayoría, ya sea buena o mala, y por lo que vemos hasta ahora nos movemos en una mayoría eminentemente perjudicial para la razón humana y su medio, somos la mayoría del occidente, del capitalismo, de las desigualdades y de la contaminación, entre otras cosas, y nuestros pequeños actos cotidianos no nos diferencian de esa masa a la que pertenecemos, y de la que en ocasiones incluso renegamos, pero en ella seguimos.
Y lo que crea a un “sujeto-basura” no es solamente pertenecer a ella, sino no ser consciente de ello, no preocuparse, y no intentar dentro de sus posibilidades ser un modelo para evitar todo esto, independientemente de que lo vaya a conseguir o no, pues no es tan importante estar predispuesto a apoyar grandes movimientos que cambien el mundo, como empezar a hacerlo de forma individual, silenciosa, y trabajando primero en casa, en uno mismo.
Viviendo sin filosofía (durante unos meses)
He dejado la filosofía durante unos meses, ¿se puede?, sí, también he intentado dejar de filosofar durante unos meses ¿se puede?, no tanto, de ahí las conclusiones.
Sinceramente, este experimento no es algo que haya preparado y planificado, simplemente he decidido dejarme llevar, y junto a mi nueva situación personal no he tenido que esforzarme mucho para tener menos tiempo y menos capacidad de reflexión.
Esta semana se ha cumplido un año del nacimiento de Minerva, mi primera hija que encabeza la imagen de este post, una gran alegría, una experiencia inigualable de la que estoy disfrutando mucho, y casi al ritmo de Minerva ha ido creciendo mi empresa, vivo de lo que me gusta, a mi ritmo, y está yendo muy bien, lo que también es una gran alegría y toda una experiencia positiva que recompensa todo el trabajo y esfuerzo dedicados, casi de bricolaje.
Casi desde principio de año los libros pendientes de leer, los post pendientes de escribir, las conversaciones pendientes de seguir, se han quedado paralizadas para dar paso a un día a día sin margen más que para lo básico, necesario y obligatorio, y días en los que cada minuto está comprometido y condicionado por un intenso desgaste se han ido convirtiendo en algo habitual. Pese a ello, han sido meses buenos y felices, de ahí la paradoja.
Imagino que muchas personas están acostumbradas a vivir así, yo siempre me he esforzado explícitamente en tener un estilo y ritmo de vida compatible con mi pasión por la filosofía, y este pico de realismo me ha hecho darme cuenta y valorar lo que había conseguido.
ConclusionesEs fácil vivir sin filosofía cuando es sinónimo de estudio y lectura, es difícil vivir sin filosofía cuando se convierte en una parte práctica de tu vida hasta el punto de formar unos valores, un carácter y una forma de pensar.
La búsqueda de la filosofía práctica y la práctica filosófica son las que forjan al hombre virtuoso,al hombre que se busca y se hace a sí mismo, algo de lo que no se puede escapar, sin embargo el uso de la filosofía tal como está popularizada siendo sinónimo de estudio y de lectura de autoayuda es efímero, inútil y fácil de abandonar.
Al final la filosofía más práctica es la que tiene impacto en nuestro ser y en nuestra vida, cuesta más pero es para siempre, es como una hipoteca, y la lectura esporádica de la filosofía y el estudio programado y obligatorio es como un alquiler, en cuanto dejas de invertir desaparece.
Bajo estas conclusiones os diré que estos meses la reflexión y el pensamiento filosófico me ha sido útil, y ha aparecido en muchos momentos como apoyo, ayuda y guía en buenas decisiones, incluso he podido evolucionar en este aspecto pues la visión filosófica llega a un punto de no retorno. La filosofía entendida como un compendio histórico e inamovible de conocimientos muertos y estáticos, de poco ha servido, más bien de nada pues no he tenido tiempo de prestar a atención a la filosofía escrita, aunque es el legado del pensamiento humano y una fuente de aprendizaje, cuando uno ha forjado sus propios valores y pensamientos bien sirve como chispa para encender la hoguera de nuestro pensamiento, no como una hoguera en si misma, que siempre sería la hoguera de otro.
Como conclusión final también diré que la vida pausada, el tiempo de ocio, el espacio de aprendizaje, el intercambio de opiniones, la observación y la reflexión, son muy necesarias para alejarnos de ese “sujeto-basura” y acercarnos a ese “ser que se piensa”, por lo que seguiré configurando y buscando esa vida que me permita ser quien quiero ser.
Estic començant a recopilar materials per a un treball sobre les classes mitjanes al Sud d’Europa, i em surten un munt de problemes. conceptuals. Començant per la mateixa definició de classe mitjana (un concepte que ja no sé si és útil) i pel seu abast demogràfic més elemental.
Sospito que el que aquí s’anomena “classe mitjana” té molt poc a veure amb el que seria homologable en termes europeus. Situar com a “classe mitjana” famílies de quatre membres que ingressen fins a 60.000 € anuals és fer molta trampa. Per sota de 100 mil euros als principals països d’Europa Occidental les famílies no se situen en la classe mitjana.
També resulta que a Catalunya/Espanya amb la crisi han disminuït més els salaris dels qui cobren 60 mil euros/any que els de 30 o 40 mil. Qui més està patint la manca d’ingressos no són els oficinistes sinó els arquitectes, metges, advocats, enginyers, professors universitaris, etc. I el topic segons el qual “aquí la vida és més barata”, no funciona.
Això provoca una distorsió molt gran de les dades comparatives. I segurament explica l’agressivitat (bastant absurda en termes comparatius) de les classes mitjanes contra els seus propis representants politics.
Fa anys l’Oriol Bohigas defensava que un dels principals problemes de Catalunya és que els nostres rics són massa pobres. Això vol dir que tenen molt mal gust, que consumeixen cultura d’una manera purament grollera (poca “distinció” tipus Bourdieu a l’Upper Diagonal!), que no se senten vinculats moralment al seu país i que, en definitiva, ni manar no saben. Tinc la sensació que ara la classe mitjana catalana està també en un procés d’empobriment que els està tornant poc lúcids. Sense patriciat i sense una classe mitjana amb criteri el “future” són les adescolaus, (els professsinals del blablabla) i el provincianisme cultural més patètic.
No sé si el treball avançarà més enllà de la fase de recollida de dades, però s’admeten aportacions.
Este problema planteado en el test de admisión a la escuela elemental en Hong Kong se ha convertido en un fenómeno viralEl acertijo chino que los niños resuelven en segundos y trae de cabeza a los adultos
www.abc.es
A quienes creen que somos odiados pero en el fondo nos ofrecen razones para amarnos. |
Es una ilusión creer que estuvimos vivos alguna vez,Que vivimos en la casa de la madre, que nos arreglábamosCon nuestros propios movimientos en una libertad de aire…Ni siquiera quedan nuestras sombras, sus sombras.Estas vidas vividas en la mente ya no están.Nunca existieron…
Wallace Stevens
Otra tentativa también acabó en desengaño, cuando en diciembre de 1904 se abrió un sobre cerrado que Myers había dejado al investigador psíquico sir Oliver Lodge. La carta no correspondía a los mensajes automáticos que según se afirmaba se habían estado recibiendo de Myers, aunque contenía una referencia a un episodio de los años de formación de Myers, mantenido en secreto mucho tiempo, que ocuparía un lugar destacado en posteriores textos.“se sentó pesadamente en una silla junto a la puerta abierta, con su cuaderno sobre las rodillas, la pluma en la mano, para tomar nota del mensaje con su habitual exactitud metódica… Cuando salí, William James seguía sentado con la espalda apoyada en el respaldo, cubriéndose la cara con las manos, su cuaderno abierto sobre las rodillas. La página estaba en blanco”.
Los investigadores psíquicos, aun cuando estaban firmemente convencidos, sabían que ninguno de los fenómenos que estudiaban demostraba que la supervivencia era una realidad. Sólo las comunicaciones claramente interconectadas recibidas a través de varios canales durante un período de tiempo podían demostrar que las mentes post mórtem funcionaban. El resultado fue un conjunto de textos profundamente desconcertantes, en los que –como escribió un investigador psíquico que lo estudió con atención– “el material que iba a ser investigado experimentaba consigo mismo”.“¿Nos hemos puesto en contacto con mentes que han sobrevivido a la muerte corporal, y nos empeñamos mediante la escritura automática en proporcionar pruebas de su funcionamiento? Si esta… hipótesis fuera verdadera, significaría que se ha hecho posible la cooperación entre otros que encarnaron mentes humanas y las nuestras, en experimentos de un nuevo tipo que pretendían demostrar que la existencia continuaba”.
Los automatistas, investigadores y evidentes autores de los textos, aunque a veces se hallaban separados por miles de kilómetros, en muchos aspectos mantenían vínculos. La señora Verral conocía a Sidgwick, Myers y Gurney, mientras que las señoras Salter y Piper conocían a Myers, que se casó con una hermana de la esposa de Winifred Coombe-Tennant. Todos los automatistas eran conocidos de los principales comunicadores, en grados diversos. La esposa de Sidgwick, Eleanor, que llegó a ser presidenta de la SPR y estudió extensamente la correspondencia automática interconectada, era la hermana mayor de Arthur Balfour, mientras que Gerald Balfour, asimismo presidente de la SPR, que analizó a fondo la correspondencia automática interconectada mientras desempeñaba un papel oculto en ella, era el hermano menor de Arthur Balfour. Jean Balfour, nuera de Gerald Balfour, se convirtió en la archivista principal de los textos.“La característica de estos casos –o al menos algunos– es que el texto de un automatista no es nada parecido a una reproducción literal mecánica de frases de la de otro; ni siquiera recibimos la misma idea expresada de maneras diferentes, como podría ser si se tratara de telepatía directa entre ellos. Lo que recibimos es un producto fragmentado en un texto, que parece no tener ningún punto o significado en particular, y otro texto fragmentado en el otro igualmente sin sentido aparente; pero cuando los juntamos, vemos que se complementan, y que aparentemente hay una idea que subyace en ambos, pero que está expresada sólo en parte en cada uno.
… Ahora bien, aceptando la posibilidad de la comunicación, se puede suponer que durante los últimos años cierto grupo de personas ha estado intentando comunicarse con nosotros, que estamos lo bastante instruidos para conocer todas las objeciones que escépticos razonables han planteado contra todas las pruebas previas y lo bastante inteligentes para comprender por completo toda la fuerza de estas objeciones. Puede suponerse que estas personas han inventado un nuevo plan –el plan de los escritos automáticos interconectados– para refutar las objeciones de los escépticos”.
Henry SidgwickEl Cosmos del Deber se reduce de este modo realmente a un Caos: y el esfuerzo prolongado del intelecto humano para enmarcar un ideal perfecto de conducta se considera predestinado al fracaso inevitable.
Aquí Sidgwick da el motivo de su continua necesidad de creer en Dios. A menos que el teísmo sea cierto, no puede haber un “gobierno moral del mundo”. En ese caso, vivir según cualquier código del deber no tiene sentido.“Ha pasado mucho tiempo desde que podía siquiera imaginarme a mí mismo creyendo en el cristianismo de cualquier manera ortodoxa…
Pero en lo que respecta al teísmo el caso es diferente… No sé si creo o simplemente espero que exista un orden moral en este universo que conocemos, un principio supremo de Sabiduría y Benevolencia, que guía todas las cosas hacia buenos fines, y a la felicidad del Bien… El Deber es para mí una cosa tan real como el mundo físico, aunque no se comprende de la misma manera; pero todo mi aparente conocimiento del deber se convierte en caos si se concibe que desaparece mi fe en el gobierno moral del mundo.
Bien, no puedo resignarme a no creer en el deber; en realidad, si lo hiciera, sentiría que se ha derribado la última barrera entre yo y el absoluto escepticismo filosófico, o no creer en la verdad. Por lo tanto, a veces me digo a mí mismo: ‘Creo en Dios’; mientras que otras veces no puedo decir más que: ‘Espero que esto que creo sea cierto, y debo actuar y actuaré como si lo fuera’”.
Sidgwick distinguía entre la ciencia como cuerpo fijo de conocimiento y como método de investigación. Tal como lo describía el materialismo, el universo no poseía significado humano; pero la solución no era rechazar la ciencia, sino aplicar el método científico, que podía demostrar que el materialismo era falso. Igual que muchos otros, entonces y más adelante, Sidgwick buscaba en la ciencia la salvación de la propia ciencia. Si la ciencia había desencantado el mundo, sólo la ciencia podría re-encantarlo.“Creíamos sin reservas en los métodos de la ciencia moderna, y estábamos dispuestos a aceptar sumisamente sus conclusiones razonadas, cuando fueran sostenidas por acuerdo de los expertos; pero no estábamos dispuestos a inclinarnos con igual docilidad a los meros prejuicios de los científicos. Y nos parecía que había un importante cuerpo de pruebas –tendentes prima facie a establecer la independencia del alma o el espíritu– que la ciencia moderna simplemente había hecho a un lado con ignorante desprecio; y que al abandonarlo había sido infiel al método que profesaba y había llegado prematuramente a sus conclusiones negativas”.
“Con respecto a la inmortalidad, nada me muestra con tanta claridad lo fuerte y casi instintiva que es una creencia como la opinión que ahora sostienen la mayoría de los físicos de que el sol y todos los planetas con el tiempo se volverán demasiado fríos para que exista vida, a menos que realmente algún nuevo gran cuerpo choque con el sol y así le dé nueva vida. Creyendo como creo que el hombre en un futuro lejano será una criatura mucho más perfecta de lo que es ahora, es intolerable pensar que él y todos los demás seres están condenados a la aniquilación después de un progreso tan lento y continuado. Los que admiten plenamente la inmortalidad del alma humana no encontrarán tan terrible la destrucción de nuestro mundo”.
La búsqueda de pruebas de la supervivencia que llevaba a cabo Sidgwick se entrecruzaba con su trabajo sobre ética. Él creía que a menos que la personalidad humana sobreviviera a la muerte corporal, la moralidad no tenía sentido. El teísmo postula un universo amable con los valores humanos: es posible que el bien no obtenga recompensa aquí en la Tierra, pero el desequilibrio será corregido en el más allá. Sin esta seguridad, creía Sidgwick, no había ninguna razón para que los seres humanos no cedieran al interés personal o a sus deseos pasajeros.“En un paseo bajo las estrellas que jamás olvidaré (3 de diciembre de 1869), le pregunté, casi temblando, si creía que si ni la tradición, la intuición o la metafísica habían podido resolver el enigma del universo, todavía existía la oportunidad de extraer algún conocimiento válido de cualquiera de los fenómenos observables reales –fantasmas espíritus, lo que fuera– sobre el Mundo Oculto. Al parecer, él ya había pensado que esto era posible; con seguridad, aunque no con optimismo, indicó algunos terrenos en los que aún cabía tener esperanza; y a partir de aquella noche decidí proseguir esa búsqueda, si pudiera ser, a su lado”.
Sidgwick borró estas frases de todas las posteriores ediciones del libro, sustituyéndolas por una conclusión cuidadosamente elaborada en la que describe la reconciliación del deber y del interés personal como una “cuestión profundamente difícil y controvertida”. Sin embargo nunca alteró su creencia de que sin Dios no había razón para actuar con moralidad. El resultado final del trabajo de Sidgwick en ética fue una contradicción irresoluble, a la que denominó “el dualismo de la razón práctica”. El egoísmo era una base para vivir tan razonable como la moralidad, y cuando estaban en oposición sólo el “impulso no racional” podía zanjar la cuestión. En ese caso, las preguntas éticas más profundas eran insolubles.“De ahí que todo nuestro sistema de creencias referentes a lo intrínsecamente razonable de la conducta deba caer, sin una hipótesis no verificable por la experiencia que reconcilie la razón individual con la universal, sin creer, de una forma u otra, en que el orden moral que nosotros vemos realizado de modo imperfecto en este mundo es, sin embargo, perfecto. Si rechazamos esta creencia, es posible que todavía encontremos en el universo no moral un objeto adecuado para la razón especulativa, capaz de ser en cierto modo finalmente comprendida. Pero el cosmos del deber se reduce así realmente a un caos: y el esfuerzo prolongado del intelecto humano por enmarcar un ideal perfecto de conducta se considera condenado de antemano al fracaso inevitable”.
Eliot aceptaba con agrado la desaparición de la religión porque creía que de este modo el sentido del deber quedaría más puro. Asimismo, rechazaba el espiritismo porque deseaba el sentido de nobleza del que es virtuoso sin esperar recompensa. Un más allá podría negarle esta satisfacción, de manera que condenaba la búsqueda de pruebas de supervivencia. Como le dijo a Myers: “El triunfo de lo que tú crees significaría que todo el tiempo de mi vida que he pasado enseñando no posee ningún valor”.“Recuerdo que en una ocasión, en Cambridge, caminé con ella (Eliot) en el jardín de los profesores del Trinity, una lluviosa tarde de mayo; y ella, un poco agitada en contra de su costumbre, y haciendo suyas las tres palabras que tan a menudo los hombres han utilizado como el toque de trompetas de la inspiración –las palabras Dios, inmortalidad, deber–, declaró con gran fervor cuán inconcebible era la primera, cuán increíble la segunda y sin embargo cuán perentoria y absoluta era la tercera. Tal vez nunca acentos más severos han afirmado la soberanía de la ley impersonal y sin recompensa. Escuché, y cayó la noche; su semblante serio, majestuoso, se volvió a mí como el de una sibila en la penumbra; fue como si cogiera mi mano, uno tras otro, los dos rollos que ofrecían algo de promesa y me dejara sólo el tercer rollo, espantosamente lleno de destinos inevitables. Y después de estar un buen rato parados y de habernos separado, en aquel circuito columnar que era el espeso bosque, bajo el último resplandor de un cielo sin estrellas, me pareció estar contemplando, como Tito en Jerusalén, asientos vacíos y salones desiertos, en un santuario sin ninguna Presencia que lo santificara, y el cielo abandonado sin un Dios”.
Henry Sidgwick, comunicación póstumaEn cuanto resolvemos el enigma de la muerte muriendo, ya resolvemos el problema de la vida naciendo. Tomad mi caso.
La simpática sugerencia de Hume de que el mundo puede ser obra de un Dios infantil o de un Dios senil, que ha olvidado por qué lo hizo, puede ser una de las versiones más plausibles del teísmo. Semejante Dios es poco probable que se acuerde de asegurar una vida después de la vida para sus creaciones humanas.“… sólo el primer tosco ensayo de alguna deidad infantil, que después lo abandonó, avergonzada de su coja actuación; es la obra de alguna deidad dependiente, inferior; y es objeto de burla para sus superiores; es el producto de la vejez y la chochez de alguna deidad caduca; y desde su muerte no ha parado de correr aventuras, desde el primer impulso y fuerza activa, que recibió de ella”.
Ignacio Castro Rey |
Isaiah Berlin |
Bertrand Russell |
De las proposiciones aludidas en esta prueba, la v. 14 dice: «La mente puede comprobar que todas las modificaciones corporales o imágenes de cosas pueden ser referidas a la idea de Dios»; la v. 15 establece: «El que claramente y distintamente se entiende a sí mismo y a sus emociones ama a Dios, y tanto más en la proporción en que se entiende a sí y sus emociones»; la v. 11 establece: «Una Imagen mental es más frecuente en la medida en que alude a más objetos, o es más frecuentemente vivida y ocupa más la mente».«Pues este amor está asociado con todas las modificaciones del cuerpo (v. 14) y está alimentado por todas ellas (v. 15); por consiguiente (v. 11), debe ocupar el primer lugar en la mente, Q.E.D».
Para formar un juicio crítico de la importancia de Spinoza como filósofo es necesario distinguir su ética de su metafísica y considerar qué parte de la primera puede sobrevivir a la negación de la segunda.«El hombre sabio, en la medida en que es considerado como tal, apenas sufre una turbación de espíritu, pues siendo consciente en sí mismo, de Dios y de las cosas, por cierta necesidad eterna, nunca deja de serlo, sino que siempre posee la verdadera aquiescencia de su espíritu. Si el camino que he indicado como conducente a este resultado parece excesivamente difícil puede, no obstante, ser descubierto. Tiene que ser difícil, puesto que rara vez se le encuentra. ¿Cómo sería posible, si la salvación estuviera al alcance inmediato de nuestra mano, y pudiera hallarse sin gran esfuerzo, que la descuidaran casi todos los hombres? Pero todas las cosas excelentes son tan difíciles como raras».
Presentación: Juan Ignacio Cirac Sasturain es doctor en Física Teórica por la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad, es director del Instituto Max Planck de óptica cuántica y colaborador del Instituto de Ciencias Fotónicas en Barcelona. En 2006 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
Ha publicado alrededor de doscientos artículos relacionados con los ordenadores cuánticos y la teoría cuántica de información; es uno de los científicos españoles más galardonados a nivel mundial.
"Érase una vez un hombre bueno, solitario, triste y soñador, creía en el honor y la valentía, e inventaba la vida. San Juan dijo "el que no ama está muerto" y yo me atrevo a decir "el que no inventa, no vive".
Ya he publicado la propuesta de resolución del examen PAU de junio de 2014, cumpliendo así con una de las citas tradicionales de esta web. Se ha resuelto la opción B, de Ortega, porque había una resolución reciente de Aristóteles, que era el autor de la opción A. Y como siempre, con esta publicación se cierra el curso 2013-2014. Ha sido un año un tanto extraño en lo que toca a la página: por un lado se ha cumplido su décimo aniversario y por otro lado ha sido el curso en el que menos material se ha añadido a la misma. No hay nuevos recursos didácticos, no hay anotaciones en el blog. Los motivos son variados: desde el trabajo en el instituto hasta las dos olimpiadas que nos caído en suerte (la autonómica y la española), sin dejar de lado eso que se llama vida personal, y que afortunadamente tiende a ocupar más tiempo y desvelos que la vida virtual. Así que entre unas cosas y otras el blog ha ido marchitándose hasta el punto que las liberaciones de las tareas señaladas se han juntado con el final de curso, por lo que tampoco he podido recuperar la actividad en condiciones. ¿Significará esto el final de la bitácora? Argumentos hay, tanto para dejarlo como para seguir con ello.
Por un lado, está claro que el formato blog ha perdido significado y que las redes sociales han barrido con todo lo que antes se venía haciendo. Cada vez se escriben menos bitácoras y cada vez se leen menos bitácoras. No creo que la herramienta esté muerta, pero sí que parte de sus funciones y versatilidad ha sido asumida por las redes sociales. Aparecen, a mayores, otros formatos: los videoblogs se van imponiendo con fuerza y lo que se lleva ahora es tener tu propio canal en YouTube con cienes y cienes de seguidores que andan al tanto de nuevas publicaciones. No obstante, hay razones también para seguir escribiendo: nunca fue esta una bitácora de multitudes, ni se pretendió nunca alcanzar ese olimpo mediático de influencias por el que luchan los guerreros del meneame y demás servicios de difusión. Y hay otra razón mucho más importante todavía: la actividad de aula sigue dando pie a escribir, es suficientemente rica como para que las ideas y discusiones que ahí surgen se puedan compartir y poner en común, aunque sea con los poquitos lectores de una bitácora, entre los que no suelen encontrarse los alumnos. Dicho de otra manera: siguen surgiendo experiencias valiosas sobre las que escribir, y hay alguna que otra idea merodeando por ahí.
El diagnóstico, entonces, parece claro: es imposible mantener el ritmo de publicaciones de épocas pasadas, pero no se quiere cerrar la página o dejarla sin actualizar. Así que retomaré la actividad con el inicio de curso, allá por el 17 de septiembre, que tan lejano parece ahora, pero está a la vuelta de la esquina. Ya veremos sobre el terreno cuánto puede dar de sí el 2014-2015. Esperemos que sea un poquito más productivo, en lo que a la página respecta, que este 2013-2014 que se cierra hoy. Hasta esa vuelta a la bitácora, entonces…
¡Feliz verano!
Cada una de las amígdalas es un haz de células nerviosas que se asientan sobre su correspondiente lóbulo temporal a cada lado del cerebro. La información llega a las amígdalas desde múltiples fuentes. Las amígdalas filtran la información para determinar su correspondiente nivel de miedo y movilizar la respuesta adecuada. Al mismo tiempo el cerebro muestra una menor actividad en el estriatum ventral, la parte del cerebro encargada de nuestra respuesta a un estímulo gratificante (…) A medida que el nivel de ambigüedad se incrementa, también continúa aumentando la actividad de las amígdalas, y disminuyendo la del estriatum ventral.
àrea de Broca |
(a) Esquema tradicional de la anatomía cortical de las áreas multisensoriales en el cerebro de los primates. (b) Esquema moderno de la anatomía cortical de las áreas multisensoriales. Las áreas de colores representan regiones donde los datos anatómicos y/o electrofisiológicos demuestran interacciones multisensoriales. En V1 y V2, las interacciones multisensoriales parecen estar restringidas a la representación del campo visual periférico. Las líneas grises punteadas representan los surcos abiertos. Tomado de Ghazanfar, A. A. y Schroeder, C. E. (2006).
Michel Foucault |
"Yo escribo y trabajo para personas como las que están ahí en ese taller, gentes nuevas que plantean preguntas nuevas. Son las preguntas de las enfermeras o de los guardias de prisiones las que deberían interesar a los intelectuales. Son infinitamente más importantes que los anatemas que se lanzan a la cabeza los profesionales de la intelectualidad parisina. "
"Durante los dos días de intensos debates y discusiones profundamente políticas, ya que se trataba de cuestionar las relaciones de poder, de saber, de dinero, ninguno de los treinta participantes del grupo 'medicina de barrio' usó las palabras 'marzo 1978' o 'elecciones'. Esto es importante y significativo. La innovación ya no pasa por los partidos, los sindicatos, las burocracias, la política. Se trata de un cuidado individual, moral. Ya no preguntamos a la teoría política qué hacer, ya no son necesarios los tutores. El cambio es ideológico, y profundo".
"Un gran movimiento se ha activado durante estos últimos quince años, del que la anti-psiquiatría es el modelo y Mayo del 68, un momento. En las capas que una vez garantizaban la felicidad de la sociedad, como por ejemplo los médicos, ahora hay poblaciones enteras que se vuelven inestables, que se ponen en movimiento, en búsqueda, fuera del vocabulario y las estructuras de costumbre. Es una... no me atrevo a decir revolución cultural, pero sin duda una movilización cultural. Políticamente irrecuperable: se siente que en ningún momento el problema para ellos cambiaría si hubiese un cambio de gobierno. Y eso me alegra."
El Roto |
Gilles Deleuze |