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by Victor |
¿Eres animalista? No pasa nada, todos tenemos derecho a equivocarnos de vez en cuando, y equivocarse de manera no intencionada no es malo, lo que es malo es seguir haciéndolo, adrede y sabiendo que puedes evitarlo.
Os propongo un ejercicio mental, pensad en qué razones puedo tener para detestar el animalismo (que no a los animalistas) mientras leéis las definiciones:
La palabra animalismo, es el nombre que ha tomado el Movimiento de liberación animal, que es como se llama oficialmente. En las próximas líneas, voy a dedicar únicamente a definir animalismo para que entendáis de que vamos a hablar, y de por qué es un movimiento repudiable.
Cito textualmente: “El animalismo es una ideología que afirma que los animales (todos) tienen los mismos derechos que un ser humano, y cuya vida debe ser respetada de la misma manera que la vida de cualquier hombre.
[…] Un verdadero animalista sostiene que todo animal no-humano (siendo esta denominación bastante común en la corriente) debe ser, ante cualquier circunstancia, respetada en tanto ser vivo.” [1]
“El objetivo general del movimiento es erradicar el especismo, que consideran antropocéntrico, es decir, en la discriminación negativa de los animales no humanos, generada por el hecho de pertenecer a especies diferentes a la humana.”[2]
Como hemos podido leer, el animalismo sostiene que todas las especies animales, tienen el mismo valor, y por lo tanto, los mismos derechos. Por lo tanto, lo que sostiene este ilustre movimiento es que cualquier acto que hagamos, en el cual sometamos a una especie animal, por más que este beneficie a otra, este acto será ilegítimo.
Este movimiento hace aguas por todos lados, especialmente porque el planteamiento que vertebra este movimiento, no solo es absurdo, sino que para sorpresa de todos, parte de una premisa errónea, y es el afirmar que todos los animales tienen el mismo valor. Esto puede ser cierto desde el punto de vista de una planta, o un hongo, que es al nivel al que se quieren poner los animalistas, pero entre dos animales, siempre tendrá más valor el que sea de tu especie, el que sea de tu raza, el que sea de tu manada, colonia, jauría… y por último, siempre será más valioso el que sea de tú familia, aunque por supuesto, lo más importante siempre será el animal en sí. Y esto es así, no hace falta un estudio a fondo para ver que las gaviotas solo actúan para ellas mismas, o para la de sus crías, o que las hormigas despedazan insectos por el bien de la colonia, y que si en algún momento, se genera una disputa entre dos machos de la misma especie, o dos colonias del mismo insecto, estos pelearán hasta la muerte, porque lo que prevalece es la supervivencia y la selección natural.
Por lo tanto, si todas las especies actúan de la misma forma, no es lógico que nos exijamos el mismo trato para los animales que para los otros seres humanos, especialmente si son de nuestra misma familia.
Remarco que es cierto que si no fuésemos animales, la afirmación de que el ser humano tiene el mismo valor que cualquier otro animal podría ser razonable, pero en este caso, los seres de nuestra especie tienen que primar por encima de cualquier otro animal.
¿Esto quiere decir que es legítimo un maltrato o explotación a un animal? Bueno, considero que única y exclusivamente si hay una razón que lo justifique, es decir, si se hace por el beneficio de algún otro ser humano, y como lo más importante para el hombre es el propio hombre, este acto es moralmente correcto. Por lo tanto, la explotación animal es legítima, y para corroborar esta afirmación, además del razonamiento anterior, podemos justificar la ganadería aludiendo a que otros animales como la hormiga Melissotarsu también lo hacen. Cabe remarcar que cuando se domestica un animal, este pasa a ser una parte (inferior a la humana) de nuestra comunidad, y como nuestra propiedad que es, tenemos el deber de cuidarla y hacernos responsable de ella siempre y cuando no represente una amenaza. Y si el mantener a nuestro animal doméstico supone matar otras especies para que coma, es nuestro deber, y por lo tanto es correcto.
La caza y la pesca al igual que otras prácticas que consistan en matar animales por diversión, están igualmente justificadas, ya que hay muchos otros animales que también matan por placer o diversión, cosa que técnicamente no es incorrecto siempre y cuando sea para conseguir algún beneficio para el ser humano (carne de caza o pescado) a parte de la recreación lúdica, y no suponga un peligro para el medio ambiente. Además el animal muere al instante y no sufre.
Considero que se ha distorsionado la manera de ver a los animales en esta sociedad, y no nos damos cuenta de que el orden natural es que nos beneficiemos a costa de otras especies, ya sean animales, plantas u hongos.
Para acabar me gustaría que leyeseis este poema llamado “Elogio de la mala conciencia de uno mismo”, escrito por la premio nobel de literatura Wislawa Symborska
ELOGIO DE LA MALA CONCIENCIA DE UNO MISMO. WISLAWA SZYMBORSKA
El buitre no tiene nada que reprocharse.
Los escrúpulos le son ajenos a la pantera negra.
No dudan de lo apropiado de sus actos las pirañas.
El crótalo se acepta sin complejos a sí mismo.
No existe un chacal autocrítico.
El tábano, la langosta, la tenia y el caimán
viven como viven y así están satisfechos.
De cien kilos es el corazón de la orca,
pero no le pesa.
Nada más animal
que una conciencia limpia
en el tercer planeta del Sol.
Definiciones de animalismo
[https:]] [2]
Hoy en día todos sabemos lo que es el feminismo, de lo que trata y qué pretende conseguir. Si bien no, el feminismo es el movimiento social de la mujer en la sociedad patriarcal (que favorece más a los hombres que a las mujeres) y tiene por consecuencia la equidad de género. Y pese a ser una lucha exclusiva de las mujeres, en la que los hombres podemos ayudar y ser partícipes, nos la hemos acabado adueñando. Por ejemplo, cuando una mujer que se considera feminista hace algún acto reivindicativo, no consigue la controversia que consigue un hombre haciendo exactamente lo mismo, si no, solo hay que mirar en las notícias, cómo a un hombre se le aplaude y agradece por ser inclusivo y tratar en femenino a un grupo de personas que en su mayoría son mujeres, y cómo hacen caso omiso a la que día tras día lucha y aporta el triple que una simple palabra. No desprestigio el gesto, pero hay que ser realista, las mujeres van a estar siempre invisibilizadas, bajo la sombra del hombre, y al igual que en otras luchas, hasta que alguien, que no pertenece en primera persona en el movimiento, hace algo, no se está bien visto. Pongo como ejemplo de esto al colectivo LGBT, que llevamos años tratando de visibilizar que los hombres que se pintan las uñas no han de ser homosexuales o bisexuales exclusivamente por hacerlo, si no que lo hacen por puro gusto, sin excusa ni condición alguna. Pero hasta que no lo ha hecho un hombre cisgénero heterosexual, no ha comenzado a verse bien, e incluso esos que se burlaban de ti por hacerlo, empiezan a defenderlo solo porque su ejemplo a seguir lo ha hecho. No voy a discutir tampoco que esas acciones no supongan una evolución en la lucha, pero hay que admitir que molesta. Molesta que se apoderen de tu lucha, y yo, como aliado feminista y activista LGBT, lo reconozco.
Volviendo al gesto inclusivo que he comentado antes, todo se debe a que en el programa de TVE, Operación Triunfo, el concursante Miki dijo “todas nosotras”, refiriéndose al plural del conjunto de personas que formaban el “nosotras”. Las redes sociales y los informativos ardieron con ese comentario, alabando a Miki, el cual se considera abiertamente aliado feminista, y aplaudiéndole, cuando otras mujeres en la academia ya habían tenido ese gesto empoderativo y nadie les había dicho nada. Las redes, también, ardieron porque el mismo programa le hizo un vídeo especial a Miki, felicitándole por su inclusión de género, y, como es normal, las chicas se mofaron del vídeo más tarde, diciendo cosas como: “¡Qué inclusiva Miki!” “El rey del feminismo” “¡Sin ti el feminismo no sería nada!”, claro que con cierto tono de broma, porque el muchacho tampoco tenía la culpa de nada, más bien la teníamos todos nosotros, es decir, el público, que congratulamos lo que él dijo. También, en otra noticia que leí en Twitter, vi que un hombre destacó en una manifestación feminista por llevar pancartas apoyando el feminismo y a las mujeres. Yo no creo que eso sea malo, de hecho lo valoro, ojalá todos el mundo apoyando la lucha así, pero lo que no veo bien es que tenga el revuelo que tuvo un chico de entre ¿cuántas mujeres? ¿miles? destaque solo por eso, cuando las demás estaban haciendo exactamente lo mismo. Hay quien lo defiende y cree que así es como funcionan las luchas, sin embargo, yo no creo que sea la mejor forma.
El machismo y el sexismo nos afecta a todos, sí, pero las desigualdades sociales no las tenemos los hombres, no sufrimos eso, ni lo vamos a sufrir nunca, por lo tanto, no abanderemos a los hombres en esta batalla.
Concluyendo, el movimiento feminista no nos pertenece a nosotros, sino a las mujeres. Todos juntos ayudamos y aportamos lo que podemos, pero no por ello hay que ponernos la medalla a “feminista del año”.
Por Ana López-Navajas
¿Qué pasa con las niñas y las tecnologías, la ingeniería o las ciencias mismas? Parece que no sienten atractivo por ellas. Parece que no las escogen.
Esta es, por ejemplo, una de las cuestiones que el día de las niñas, las mujeres y la ciencia nos lleva a plantearnos. Hay más cuestiones, como el todavía difícil recorrido de las carreras académicas de las científicas, por ejemplo. Pero interesa especialmente ir al origen del problema, las razones de que las niñas no se sientan atraídas por ese ámbito y qué hacer con ello. Por eso, del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia resulta positivo para observar y recordar la situación específica de mujeres y, sobre todo, niñas, en la ciencia. Una situación que nos sigue mostrando dificultades.
Dificultades que todavía persisten en la ciencia y que impiden, entre otras cosas, el normal desarrollo de las carreras de las científicas. Algo que no es solo un problema para ellas, que ven mermadas sus posibilidades profesionales y personales, sino que representa un problema de amplio alcance social, por lo que significa de pérdida de talento para las tecnologías y el desarrollo científico. Las numerosas trabas que todavía persisten hacen más dificultoso el trabajo y reconocimiento de las científicas y estas dificultades nos hurtan el aprovechamiento de ese talento para beneficio de todos. Además, estas trabas comienzan muy pronto, cuando las niñas comienzan a sentirse ajenas a esos mundos, más brillantes y reconocidos socialmente, lo que las lleva, más adelante, a no elegir las tecnologías. Y eso pasa ya sobre los 6 años.
Un estudio de enero de 2017 de la revista Science (1) demuestra cómo los estereotipos culturales de género comienzan a hacer mella en las niñas a partir de los 6 años, edad en la que empiezan a sentirse fuera de esos ámbitos. Esta distancia de las tecnologías tan temprana, de origen cultural y debida a una educación cuyas expectativas son distintas para los chicos y las chicas -la llamada socialización diferencial- hace que su elección de materias relacionadas con STEM (2), a lo largo de su etapa educativa, quede mediatizada por esto y se produzca de forma muy escasa. El componente cultural y de género es el causante de estas primeras trabas que se ponen a las niñas, a las que se conduce hacia otras preferencias que se piensan más acordes con ellas. Todo aparece como “natural”. Y, por descontado, sucede sin darnos apenas cuenta.
Este debería ser uno de los ámbitos por dónde deberíamos empezar a trabajar: en el acercamiento de las niñas a la práctica tecnológica desde la primera infancia. ¿Cómo hacemos esto? Después hablaremos de ello.
Pero hay más aspectos que cuentan en esta distancia entre niñas y tecnología y ciencia. Uno muy importante es la ausencia de referentes femeninos que se impone, a medida que va aumentando el nivel de los cursos. Esta sistemática ausencia no solo les hurta a chicas y chicos modelos de mujeres científicas, sino que afianza la impresión que ya tienen de que esos mundos no son cosa de mujeres. Eso hace que ellas no se vean concernidas en este terreno. Así, por ejemplo, llegan menos mujeres a Física, pero sobre todo a las ingenierías y la informática. Se habla de que la brecha de género en tecnologías, de seguir así, puede aumentar.
Por último, hay que destacar que aquellas mujeres que, por fin, llegan al mundo laboral o académico se encuentran con dificultades que van desde la conciliación hasta las dificultades de desarrollo y reconocimiento profesional. Unas lo sortean con más suerte que otras, pero todas tienen algo que contar sobre trabas añadidas, a veces, incluso, por la propia educación recibida.
¿Qué podemos hacer, pues? hay algunas cosas que están funcionando muy bien. Y, por supuesto, deberíamos empezar desde el principio. Los estudios señalan que la edad de intervención debe ser temprana, no como se hace ahora, donde en los últimos curso de Secundaria se intenta orientar a las alumnas hacia carreras STEM. Todo indica que es al final de Infantil o en los primeros cursos de Primaria donde hay que facilitar el contacto de las niñas con la tecnología. En esos casos, se está revelando como un buen instrumento trabajar en los centros educativos informática o robótica recretiva en estas etapas.
Otra forma de abordarlo es a través de las actividades extraescolares, que se pueden organizar en colaboración con el AMPA, donde se ofrezca actividades de tecnología recreativa que se ofrezca a las niñas teniendo en cuenta sus intereses.
De hecho, se trata de facilitar a las niñas en edades tempranas las prácticas tecnológicas.
Un aspecto que se debe considerar en este sentido y en cursos más avanzados es el enfoque que se le proporciona a las tecnologías o a la informática. Cuando existe una finalidad social o cultural -saber para qué cosas puede servir- interesa a las niñas y las mujeres. Tener en cuenta ese enfoque cuando se plantea la materia es importante para atraer a las niñas.
Otro de los importantes aspectos que se han de plantear es la inclusión y mención de los referentes, como antes hemos comentado. Se debe tejer un discurso científico donde se vean reconocidas las aportaciones de las mujeres al ámbito STEM. La ciencia y la tecnología que ofrecemos en este momento, con unas cifras de representación femenina que no alcanzan el 5 % en la ESO (3), se muestran como un ámbito masculino, un constructo de hombres. Nada más lejos de la realidad.
Las mujeres han contribuido de formas y en aspectos distintos al desarrollo tecnológico y científico y deben estar presentes esas contribuciones. Además, se deben conocer esas formas de ser mujer en la ciencia. Sus contribuciones, en menor cantidad pero esenciales e importantes, son también la muestra de las dificultades que históricamente han tenido ellas para dar salida a sus intereses tecnológicos y científicos, por las trabas que han tenido para el acceso a la educación y, en especial, la científico tecnológica.
Pero son también la expresión de una pérdida cultural y social, de todo ese talento desaprovechado, un indicador de un orden social obsoleto que no es capaz de aprovechar el talento de las mujeres en beneficio colectivo. Resulta un claro indicador de progreso saber aprovechar el talento que ofrece el colectivo de personas, mujeres y hombres, que conviven. Su desaprovechamiento indica que es una sociedad con deficiencias estructurales relativas al género, puesto que es a las mujeres como colectivo a las que se les cercenan posibilidades y a hombres y mujeres al completo a los que se les cercenan beneficios. Son las desigualdades las responsables de esta pérdida colectiva.
Así, conocer a estas científicas, ingenieras y tecnólogas es el primer paso que nos incumbe a todos, profesorado, familias y alumnado. Nadie se salva en este empeño de un mundo más justo. Conocerlas y trenzarlas en nuestro conocimiento. Introducirlas en las aulas resulta fácil, si se encuentran insertas en las actividades en el aula o se encuentran citadas juntos a sus avances o logros, pero siempre dentro de la materia, no como un aparte.
Por último, la orientación es también una buena herramienta en Primaria. Acercarlas al mundo STEM, plantearlo. Sin embargo el primer paso puede ser actualizar nuestros conocimientos sobre ciencia e incorporar en ellos las grandes referentes femeninas. Da igual que seamos madres o padres, profesorado o ciudadanía de a pie. Lo importante es que las conozcamos (4).
Esa es una posibilidad que está en nuestras manos para evitar que las niñas con capacidades tecnológicas no se queden fuera de juego, porque eso es una pérdida de talento con repercusiones de alcance social y la viva muestra de la persistencia de las desigualdades que, al afectar a nuestras niñas, afectan a todos.
(1) Bian, Lin; Leslie, Sarah-Jane y Cimpian, Andrei: “Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children’s interest” Science. Vol. 355. Issue 6223. pp. 389-391, 2017.
(2) STEM son las siglas en inglés con las que se denomina el ámbito de las Ciencias, Tecnologías, Ingeniería y Matemáticas.
(4) Una web muy buena para empezar es la que dirige Marta Macho Staedler, Mujeres con Ciencia.
Ana López Navajas es profesora de Lengua y Literatura, investigadora vinculada a la Universitat de València y asesora de Coeducación e Igualdad en la Formación del Profesorado en la Conselleria.
La entrada STEM y las niñas se publicó primero en Aprender a pensar.
Divendres 22 de Febrer, a les 18 h.
Biblioteca Marc de Vilalba de Cardedeu
Entrada lliure.
Com funciona la mecànica de la violència? Quines són les lleis biològiques, psicosocials i ambientals que expliquen que, en un determinat moment, l’agressivitat humana es dispari –mai millor dit atenent a la pel·lícula-, fins el punt de considerar que la vida dels individus que ens envolten ja no és un valor respectable, sinó quelcom insignificant i molest? És la defensa de la pròpia dignitat, o potser la venjança per haver patit una humiliació, o més aviat el voler compensar alguna frustració i satisfer la pròpia ràbia, el que empeny als éssers humans a actuar vers els altres, com a autèntics llops?
La pel·lícula La caza... (... continúa)